“Para cambiar de verdad, hay
que cambiar de conducta y no solo la actitud”, es uno de los principios que
conforman “El método” (Grijalbo) de estos dos psicoanalistas norteamericanos.
Phil Stutz es psiquiatra y Barry Michels es licenciado en derecho y master en
sociología. Se conocieron en Los Ángeles, donde llevan años practicando su
metodología, que aseguran, ha servido a muchas personas, donde incluyen al
mundo del espectáculo hollywoodiense.
Entre ambos acumulan 60 años
de experiencias terapéuticas y es justamente, ese carrete el que les han
permitido discernir cinco problemas esenciales, que afirman, son los que impiden
a la gente vivir como desea. “La felicidad y la satisfacción que obtengas en la
vida dependerán de hasta qué punto logres liberarte de esos problemas”, dicen.
Lo que entregan en este libro es una guía de herramientas que funcionan en la
acción y cuando se unen a ciertas fuerzas superiores, las que explican,
provienen del “mundo superior” o espiritual, y son la base para resolver los
problemas, pero sin caer en dogmas asfixiantes. “El primer paso es aprender a
tener miedo sin la imagen mental del temido acontecimiento futuro”. Y más que
centrarse en un problema, la atención debe estar puesta en la solución. “Es
tomar a los problemas no como obstáculos sino como oportunidades para entrar en
aquel mundo de posibilidades sin explotar”, expresan.
De esta manera, proponen
sacar partido a cada problemática que se enfrenta en la vida diaria, mediante
sus técnicas que describen como poderosas pero simples y las que cualquier
persona, que quiera ser protagonista activo de su vida, puede echar mano. La
idea es salir del dogma asfixiante de la psiquiatría tradicional y aprender a
manejar el dolor, los miedos, superar fracasos y volver a hacer aquellas cosas
que nos benefician en vez de abandonarlas.
Combatir el miedo “La
inversión del deseo” es la que encabeza las enseñanzas y va acompañada de la
fuerza superior, “La progresión”. En esta, abordan los excesos de comodidad en
que se cae por el temor al sufrimiento y por lo que la capacidad de movimiento
e interacción se restringen. “Elige algo que odies: viajar, conocer gente
nueva, las reuniones familiares….¿cómo organizas tu vida para poder evitarlo?
Imagínate que esas pautas son un lugar donde te escondes: es tu Zona de
comodidad. ¿Qué sensación te produce?”, cuestionan. Los analistas describen que
tener este tipo de conductas coartan las posibilidades de experimentar y
además, cierran las motivaciones y lo que es peor, dicen, “no podrás estar del
todo vivo”. Para salir de estos cuadros proponen la progresión y el negarse a
vivir una vida limitada, superando el dolor, rechazo, el fracaso y hasta
momentos breves de vergüenza y ansiedad.
Esta conducta que
ejemplifican de no evitar nada e ir en pos de aspiraciones más altas, afirman,
estaría bajo el alero de una fuerza superior de progresión, que daría paso para
ir superándose en cada momento de la vida. La herramienta, entonces, que
presentan es en otras palabras, la “búsqueda del dolor” o desear el dolor. “Has
escogido tu deseo normal de evitar el dolor y le has dado la vuelta: lo has
convertido en deseo de enfrentarte a él”, enfatizan. No es masoquismo sino
armarse de coraje para enfrentar los dolores que sean necesarios. “¿Qué más
puede suceder? Y si ocurre algo peor, también pasará y lo que es mejor, te
liberará y éste empequeñecerá.” Para recordar qué hacer, describen los
siguientes pasos: “Venga”, “Me encanta el dolor”, “El dolor me libera” y cuando
se adquiere la seguridad en su manejo se habrá dominado el miedo al dolor.
Aparecerá, señalan, la fortaleza, la valentía, la fuerza interior. “El miedo
casi siempre está ligado a la imagen de algo horrible que sucede en el futuro.
¡Cómo diga lo que pienso, me despedirán’. ‘Si monto mi propia empresa, lo
perderé todo’… cuanto más se convierta esta imagen futura en una fijación más
nos paralizará y no podremos actuar hasta tener a certeza de que sí se
producirá; pero esa certeza es imposible”, advierten.
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