Todos huimos del
fracaso. Al fin y al cabo, fallar no es algo positivo; implica no haber logrado
lo que se quería, y es, en cualquier caso, tal como lo define la Real Academia
Española, un “suceso lastimoso, inopinado y funesto”. Negativo, en cualquier caso,
pero inevitable. Tal como dijo Truman
Capote, “el fracaso es el condimento que da sabor al éxito”. No hay un gran logro que no vaya
acompañado de decenas de fracasos.
Saber aprovechar
nuestros fallos es la clave para el triunfo Desafortunadamente, mucha gente no
sabe cómo superar sus errores. En vez de aprovecharlos para insistir en su
objetivo su influjo les empuja a abandonar la empresa acometida, y esto es lo
peor que se puede hacer ante un fallo. La
habilidad para aprovechar las oportunidades que nos brindan los fracasos es la
gran diferencia que distingue a la gente exitosa de la mediocre. Hay
algo que hay que tener muy claro, y es que sólo a través del fracaso se puede
lograr el éxito. Aprovecharse de él es la clave para el triunfo. Estos son unos
consejos, alumbrados por grandes mentes de los negocios, la ciencia y la
cultura, para aprovechar todo lo que el fracaso puede ofrecernos.
No te arrepientas, has gastado tu tiempo sabiamente
Tal como explicó
acertadamente el filósofo y teólogo Paul
Tillich, “aquel que escala y cae puede ser olvidado. Aquel que
nunca escala y nunca cae es un fracaso en todo su ser”.
El fracaso existe para ofrecer sabiduría
Los errores tienen
el significado que queramos darle. Si lo
consideramos como un aprendizaje nuestros fallos tendrán un sentido distinto,
nos servirán para darnos la sabiduría que necesitamos para alcanzar el éxito. Y
cada pequeño fracaso será un paso hacia el triunfo. Si cambias el punto de
vista verás el fracaso de forma diferente: será una oportunidad para aprender. Henry Ford decía que el
fracaso “es sólo una oportunidad para empezar de nuevo de forma más
inteligente”.
Aprende todo lo que puedas de cada fracaso
“No he fallado la
prueba, sólo he encontrado cien maneras para no hacerla mal”. Así
explicaba Benjamin Franklin como los
errores pueden verse como un éxito. Y es que, tanto en la ciencia como en la
vida, un fallo nos enseña lo que no debemos
hacer para lograr el éxito. Nuestra habilidad para identificar por
qué hemos fallado es esencial en este sentido. Debemos reflexionar para
encontrar la manera en la que no repitamos los mismos errores. Algo que es
esencial para no caer en el mismo error una y otra vez.
No te rindas; quizá estás a sólo un paso del éxito
Nadie podría
explicar esto mejor que Thomas
A. Edison: “Muchos de los fracasos vitales son de gente que no se
dio cuenta de lo cerca que estaba del éxito cuando decidió rendirse”. Tirar la
toalla es muy tentador, especialmente cuando los fracasos se repiten.
Pero es precisamente la concatenación de
intentos fallidos lo que puede conducirnos al éxito. Si de verdad
crees en lo que estás haciendo, sigue intentándolo. En algún momento lograrás
tu objetivo. En caso contrario, al menos tendrás la satisfacción de que lo
intentaste hasta el final.
Mantén tu entusiasmo
No basta con seguir intentándolo, además hay que hacerlo con el mismo
nivel de entusiasmo con que se comenzó la empresa. De otra manera, los intentos serán
cada vez menos poderosos. La clave reside en lograr que la emoción no decaiga.
Una buena manera para lograrlo es poner sobre el papel los avances logrados,
para tener claro que estás un paso más cerca del éxito.
El fracaso puede ser
una gran motivación. El dramaturgo Tennessee
Williams contaba que siempre encontró impulso en las críticas
negativas: “El fallo aparente de una obra me llevaba directo a la máquina de
escribir, incluso antes de que salieran las críticas. Me sentía más obligado a
trabajar que las veces en las que el estreno era un éxito”
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