miércoles, 13 de junio de 2018

Educación Cívica


La educación cívica se centra en el estudio y comprensión de lo que se considera socialmente aceptado; todas esas pautas que contribuyen a la convivencia social y que tienen que ver con el respeto de los diferentes derechos humanos así como también con el cumplimiento de las obligaciones sociales que cada ciudadano tiene.

Es un tipo de educación que permite un conocimiento de la manera de entender y asumir el papel de cada persona en su calidad de ciudadano de un país, al asumir responsabilidades y derechos sociales y políticos. La educación cívica también fomenta el respeto por los valores nacionales y fortalece el conocimiento de los iconos de una nación.

La educación cívica incluye también, la preparación de las personas en conceptos teóricos de política y derecho. Esto se entiende porque está planteada para ser utilizada en gobiernos democráticos en donde las personas necesariamente deben participar y aportar. Es por ello que es mejor contar con ciudadanos conocedores de conceptos políticos y legales para que en sí mismos sean soluciones ante problemas que surgen en un país y puedan estar listos para cumplir con sus derechos de sufragio y lo hagan con decisiones fundamentadas.

La educación cívica, prepara a las personas para ser ciudadanos responsables, capaces y autosuficientes, preparados para tener una participación activa en un gobierno democrático. Por toda esta importancia, se está buscando con fuerza que en el sistema de educación se incluya la educación cívica.

La gran tarea de la educación cívica es buscar que los alumnos y personas en general comprendan y asuman los valores que la humanidad ha creado y consagrado como producto de su historia: respeto y aprecio por la dignidad humana, libertad, justicia, igualdad, solidaridad, tolerancia y honestidad.



Temperamento Y Carácter


Personalidad, temperamento y carácter son 3 conceptos que en psicología se usan para expresar maneras de pensar y de sentir, por lo que están muy relacionados. Pero esta gran afinidad hace que sus significados se confundan demasiado a menudo.

Para tratar de usar los términos de personalidad, temperamento y carácter con criterio, vamos a tratar de delimitar y dimensionar estos tres términos de manera sencilla. Para ello, antes de comenzar a ver sus diferencias, hay que tener claro que temperamento y carácter son dimensiones de la personalidad. Es decir, ambos son los componentes esenciales de esta última.

Personalidad, temperamento y carácter son conceptos utilizados en psicología para expresar diferentes maneras de pensar y sentir.

Cuando hablamos de temperamento, nos estamos refiriendo a aquella parte innata de nuestra personalidad determinada por nuestra herencia genética. De ahí que sea considerada como la dimensión biológica e instintiva de la personalidad. De hecho, es el factor de la personalidad que antes se manifiesta.

En los bebés ya es posible distinguir diferentes tipos de temperamento. Así, dependiendo de su tendencia a sentir y manifestar emociones positivas o negativas y a un buen o mal humor se les puede considerar niños “más fáciles” o “difíciles” en términos conductuales.

Al ser de origen genético y fruto de la constitución heredada, el temperamento es difícilmente modificable, manipulable o cambiado por las consecuencias. Siempre, de alguna manera, existirá esa tendencia; aunque no es menos cierto que podemos hacernos con recursos para potenciar o inhibir su manifestación. Si nosotros fuéramos un iceberg, siempre formaría parte de la porción sumergida, pudiendo ejercer cierto control para modificar cómo se manifiesta en la porción descubierta.

Carácter: el reflejo de nuestras experiencias
Es el componente de la personalidad que engloba al temperamento (constitución heredada) y al conjunto de hábitos educativos y relacionales que han sido aprendidos por la persona. Es decir, es un aspecto tanto innato como adquirido.
El carácter es la parte de nosotros que viene determinada por el ambiente.

Además, es consecuencia de las experiencias e interacciones sociales que vamos teniendo en nuestra vida y de las que obtenemos cierto aprendizaje. Así, todos estos hábitos influyen en nuestro temperamento y predisposiciones biológicas. Y las van modulando, variando, afinando y conformando nuestra personalidad. Por tanto, el origen del carácter es cultural.

Es menos estable que el temperamento. El carácter, al no ser heredado, no se manifiesta totalmente en las fases iniciales del desarrollo evolutivo. Sino que va pasando por distintas etapas, hasta que alcanza su máxima expresión en la adolescencia. Por tanto, es modificable y susceptible de ser cambiado; por ejemplo, mediante la educación social. Hoy en día, este término suele confundirse de manera frecuente con el de personalidad, de forma que con frecuencia suelen usarse indistintamente.

La personalidad es el resultado de sumar carácter (temperamento y hábitos aprendidos) y conducta. Es decir, engloba a ambos aspectos. Es quizá esta cohesión la que permite dilucidar de forma más clara las diferencias entre personalidad, temperamento y carácter.

De ahí que no se pueda considerar solamente fruto de la herencia genética, sino también consecuencia de las influencias ambientales a las que está sometido el sujeto. La personalidad es un distintivo individual y, por tanto, es característica de la persona. Además, según numerosos estudios, permanece estable a lo largo del tiempo y en las situaciones. 

“El carácter es, simplemente, la personalidad evaluada desde el punto de vista ético”.

-Gordon Allport-


Inquietudes


Hay un refrán popular que dice así: “Vísteme despacio, que tengo prisa”. Seguro que lo conoces y, además, es muy probable que lo hayas sufrido personalmente, comprobando su veracidad. ¿Cuántas veces hemos querido acabar rápidamente algo, para llegar a tiempo a una cita importante, y hemos acabado perdiendo más tiempo, al tirarnos encima el café, por ejemplo, o borrando el archivo que teníamos que enviar?

Ya sabemos por experiencia que las prisas no son buenas, la vida se encarga muy a menudo de recordárnoslo. Lo mismo ocurre con la inquietud mental, cuando queremos estar en demasiadas cosas a la vez, o somos incapaces de permanecer el tiempo suficiente en la tarea que estamos haciendo, acabando agotados y consiguiendo resultados mediocres.

La incapacidad de prestar atención, de estar plenamente en lo que estamos haciendo, nos cobra su precio, en ocasiones bastante elevado. Muchas veces, por no tomarnos el tiempo necesario para observar dónde estamos y adónde queremos llegar, acabamos empleando gran cantidad de recursos, y agotándonos en el proceso, cuando se podría haber conseguido un mejor resultado con mucho menos esfuerzo.

Esto me recuerda algo que les ocurrió a unas amigas que iban de viaje con su caravana. Tenían que llenar el depósito de agua potable después de pasar unos días disfrutando de un precioso entorno pero, por las características del lugar, no podían acercar la caravana hasta la toma de agua. Dispuestas a superar cualquier obstáculo, emprendieron una peregrinación cargando cubos de agua desde la fuente hasta la caravana, unos 300m, que recorrieron una y otra vez hasta llenar el depósito. Ni que decir tiene, que fue un trabajo pesado, que agotó sus fuerzas y les llevó bastante tiempo. Cuál sería su sorpresa, al descubrir al día siguiente ¡que había una toma de agua a 50m en la otra dirección!

Este es un pequeño ejemplo, de la vida real, que nos ilustra lo costoso e ineficaz que puede ser no tomar el tiempo suficiente para observar, y ver dónde estamos realmente, antes de seguir con nuestra frenética actividad.


martes, 12 de junio de 2018

LOS PORTADORES DE SUEÑOS

LOS PORTADORES DE SUEÑOS 

En todas las profecías 
está escrita la destrucción del mundo. 
Todas las profecías cuentan  
que el hombre creará su propia destrucción. 

Pero los siglos y la vida 
que siempre se renueva 
engendraron también una generación 
de amadores y soñadores; 
hombres y mujeres que no soñaron 
con la destrucción del mundo, 
sino con la construcción del mundo 
de las mariposas y los ruiseñores. 

Desde pequeños venían marcados por el amor. 
detrás de su apariencia cotidiana 
guardaban la ternura y el sol de medianoche. 
Las madres los encontraban llorando 
por un pájaro muerto 
y más tarde también los encontraron a muchos 
muertos como pájaros. 
Estos seres cohabitaron con mujeres traslúcidas 
y las dejaron preñadas de miel y de hijos verdecidos 
por un invierno de caricias. 
Así fue como proliferaron en el mundo los portadores sueños, 
atacados ferozmente por los portadores de profecías 
habladoras de catástrofes. 
Los llamaron ilusos, románticos, pensadores de utopías 
dijeron que sus palabras eran viejas 
y, en efecto, lo eran porque la memoria del paraíso 
es antigua al corazón del hombre. 
Los acumuladores de riquezas les temían 
lanzaban sus ejércitos contra ellos, 
pero los portadores de sueños todas las noches 
hacían el amor 
y seguía brotando su semilla del vientre de ellas 
que no sólo portaban sueños sino que los 
multiplicaban y los hacían correr y hablar. 
De esta forma el mundo engendró de nuevo su vida 
como también había engendrado 
a los que inventaron la manera 
de apagar el sol. 

Los portadores de sueños sobrevivieron a los 
climas gélidos pero en los climas cálidos casi parecían brotar por 
generación espontánea. 
Quizá las palmeras, los cielos azules, las lluvias 
torrenciales tuvieron algo que ver con esto, 
la verdad es que como laboriosas hormiguitas 
estos especímenes no dejaban de soñar y de construir 
hermosos mundos, 
mundos de hermanos, de hombres y mujeres que se 
llamaban compañeros, 
que se enseñaban unos a otros a leer, se consolaban 
en las muertes, 
se curaban y cuidaban entre ellos, se querían, se 
ayudaban en el 
arte de querer y en la defensa de la felicidad. 

Eran felices en su mundo de azúcar y de viento, 
de todas partes venían a impregnarse de su aliento, 
de sus claras miradas, 
hacia todas partes salían los que habían conocido 
portando sueños soñando con profecías nuevas 
que hablaban de tiempos de mariposas y ruiseñores 
y de que el mundo no tendría que terminar en la 
hecatombe. 
Por el contrario, los científicos diseñarían 
puentes, jardines, juguetes sorprendentes 
 para hacer más gozosa la felicidad del hombre. 


Son peligrosos - imprimían las grandes rotativas 
Son peligrosos - decían los presidentes en sus discursos 
Son peligrosos - murmuraban los artífices de la guerra. 
Hay que destruirlos - imprimían las grandes rotativas 
Hay que destruirlos - decían los presidentes en sus discursos 
Hay que destruirlos - murmuraban los artífices de la guerra. 

Los portadores de sueños conocían su poder 
por eso no se extrañaban 
también sabían que la vida los había engendrado 
para protegerse de la muerte que anuncian las 
profecías y por eso defendían su vida aun con la muerte. 
Por eso cultivaban jardines de sueños 
y los exportaban con grandes lazos de colores. 
Los profetas de la oscuridad se pasaban noches y días enteros 
vigilando los pasajes y los caminos 
buscando estos peligrosos cargamentos 
que nunca lograban atrapar 
porque el que no tiene ojos para soñar 
no ve los sueños ni de día, ni de noche. 

Y en el mundo se ha desatado un gran tráfico de 
sueños que no pueden detener los traficantes de la muerte; 
por doquier hay paquetes con grandes lazos 
que sólo esta nueva raza de hombres puede ver 
la semilla de estos sueños no se puede detectar 
porque va envuelta en rojos corazones 
en amplios vestidos de maternidad 
donde piececitos soñadores alborotan los vientres 
que los albergan. 

Dicen que la tierra después de parirlos 
desencadenó un cielo de arcoíris 
 y sopló de fecundidad las raíces de los árboles. 
Nosotros sólo sabemos que los hemos visto 
sabemos que la vida los engendró 
para protegerse de la muerte que anuncian las 
profecías. 

GIOCONDA BELLI

El Pensamiento Virtual


El pensamiento es virtual; energía sustancial, tiene la facultad de cruzar el muro de la eternidad y los ladrillos fundamentales de la cosmología o sí usted prefiere, el exterior extremo y el interior central. 

Desde que el hombre empezó a describir su pensamiento a través del lenguaje escrito se empezó a extender su memoria y por efecto su pensamiento. Hoy no cabe duda de acuerdo a los estudios del cerebro que el pensamiento no tiene un área específica ni tiempo ni espacio ni volumen, porque su información y desplazamiento es a través de todo el universo. 

El pensamiento concibe, construye y rechaza, disgrega por efecto de la conciencia. Existe un pensamiento virtual y un pensamiento escrito y los dos recogen y entregan información, en resumen el pensamiento es información, es decir, es universo y el universo es un gran pensamiento positivo y un gran pensamiento negativo, dos cosas de una misma cosa.

El pensamiento, es la dinámica del universo, excitación auténtica del: impulso, atracción, rechazo y equivalencia de la realidad.

Es la capacidad y carácter que tiene lo absoluto para almacenar las ideas, representarlas y relacionarlas unas con otras en la acción del pensamiento y la inclinación divergente de la función de la conciencia universal. La idea mueve el pensamiento, la acción lo clasifica y la función lo integra a la realidad. La idea dinamiza el pensamiento y por efecto al universo.

Sí tengo entendimiento puedo reflejar el pensamiento.
Sí tengo intuición puedo reflejar las tendencias.
Sí tengo conocimiento puedo reflejar el razonamiento.
El pensamiento es eterno, es el que refleja un universo divergente, la conciencia inicial, es la que enjuicia el universo integrándole otra posibilidad a la eternidad.
El inicio lo fundamenta la física clásica y cuántica. La eternidad se fundamenta en la “física sustancial”.
• El espacio es un reflejo de la eternidad.
• El tiempo es un reflejo de lo absoluto, el que siempre está presente.
La eternidad es central, el inicio extremo.
La eternidad está personificada en el inicio.
Lo absoluto le dice que hacer a la eternidad.
La eternidad le dice al inicio cómo comportarse.
El inicio a la naturaleza.
La naturaleza a la vida.
La vida en la existencia.
La existencia en la eternidad.
La eternidad en lo absoluto.
Lo absoluto siempre ha estado. 
Lo absoluto, la eternidad, la vida, la naturaleza, el inicio es pensamiento. 
El pensamiento es conciencia. 
Como la conciencia es pensamiento.
El pensamiento precisa la idea; construye la imagen de la realidad. La conciencia la califica; definiendo el escenario. 
La realidad son imágenes del pensamiento y la conciencia las especifica. 
Si cambiamos las imágenes del pensamiento, cambiamos la realidad, sí se cambia la realidad cambian las imágenes.

La realidad es la verdad (ley) y la traición (antiley) del entendimiento. De acuerdo al fundamento de la física; sí hay uno hay que buscar el otro.

Cuando la luz reflejó la oscuridad el pensamiento se oscureció y el entendimiento se hizo disidente. Lo incondicional le entrega el triunfo a la condición
.
Para ver la eternidad, mantengamos el presente en un solo pensamiento. 
Para ver el inicio sustentemos una conciencia divergente. 
Para ver nuestro mundo sostengámoslo en el espacio-tiempo. 
Para ver la naturaleza no cortemos el pensamiento de la flor. La flor está en la mesa, como una virtud agoniza el perfume de sus rubores. 
Para tener conocimiento de la naturaleza integremos y no disgreguemos. 
Para vernos a nosotros mismos, viajar con el pensamiento al interior de nuestra conciencia; diferenciaremos la luz y oscuridad de cómo percibimos y nos distingue el universo.                                                       

Vivir En La Modernidad

Partimos del supuesto de que la vida humana debe ser para nosotros la aceptación del RETO que supone el hecho de habérsenos concedido el timón de nuestra existencia. Se trata de la responsabilidad de vivir.

Pero se trata de vivir HOY, en la Modernidad. Todo sujeto moderno está confrontado con la tarea de captar su propio tiempo. Lo cual significa apropiarse “críticamente”  del sentido de este tiempo, independientemente de lo que ordenen las tradiciones, las Escrituras… Sólo esta actitud es verdaderamente emancipada: única actitud que posibilita ser interpelado por el presente, como puerta abierta al propio futuro.

La modernidad significará una especie de desarrollo social que lleva consigo un determinado número de condiciones, como:

a) movilización de recursos. Están “los otros”.
b) contar con poderes políticos “centralizados”, para superar la pugna doméstica.
c) un sistema educativo que responda al nuevo momento histórico.
d) secularización de valores y normas. Esto permitirá superar los posicionamientos “a priori”, desde las iglesias o las tradiciones.
e) afirmación de formas urbanas de vida…

Resultado como fruto de una dinámica evolutiva, histórica…Es como si la conciencia histórica emergiera. Y al emerger permite emanciparse, hacerse adulto, le permite “apropiarse” críticamente del presente, y desde este presente evaluar también críticamente el pasado. Y desde esa actitud crítica intentar proyectar el futuro como el mejor horizonte para las expectativas aún no cumplidas.

Ahora bien, cada uno de nosotros está configurado de manera que tendemos a venerar o ensalzar a los héroes sin necesidad de hacerlos objetos de discusión… 

Nuestro lóbulo derecho del cerebro… Y desde ahí, desde esa veneración percibimos la realidad. Esta realidad corre el peligro de entrar en nosotros filtrada. De tal manera idealizamos, glorificamos y sobreestimamos a nuestros héroes que nos resulta difícil atender a las propiedades reales de la situación. Por ello es tan fácil el autoengaño.

Desde ahí se comprende la tendencia de los “Mass-media” a organizar los consensos a base de una especie de alianza ¿narcopolítica?

Hemos de vigilarnos, pues, también frente a las “amarras grupales” que se sienten obligadas a incorporarnos a ”su grey”, no facilitando el consumo racional que nos permitiría no identificarnos con los que controlan la tertulia. Es natural: la comunicación masiva sirve a los intereses de los que seleccionan y distribuyen la información.

¿Podemos hablar de un proceso de emancipación? No basta para ello sentirse en armonía con la tradición, con la familia, con la costumbre…Todo es evolutivo y obedece a una dinámica ¿dialéctica?

Debemos ser nosotros mismos capaces de cuestionar toda forma de dogmatismo que querría imponernos creencias y conocimientos fijos: Nuestro cerebro dispone de zonas preparadas para lo “secuencial”, lo argumentado…que permite hacer continuamente inferencias y deducciones.

Podemos intentar sugerir una especie de máximas de referencia, una especie de tareas, como:
1/ Interesarnos por y admitir sólo lo que nuestra razón ve coherente y justificado. Intentar poner a prueba lo que se lee y se oye, desde la solidez del razonamiento, desde la exactitud de los hechos.
 2/ Sentirse como seres humanos más allá de lo tribal, con vínculos de reconocimiento… Con mutua preocupación por los otros, más allá  de la identificación regional, étnica o religiosa.

¿Es difícil emanciparse? Cabe la posibilidad de que los componentes aprendidos y las creencias adquiridas de otras personas (cuanto más afectivos son los lazos, mayor la influencia), de padres, amigos, profesores… que no estén de acuerdo con las metas de nuestra consciencia, de nuestro proceso.

Y la calidad personal para una vida plena no depende de los roles sociales, sino de una tal personalización que permite ir conquistando la autonomía, la capacidad de ser uno mismo.

Sólo la razón muestra que somos autónomos y que poseemos dignidad.


Hemos de ejercer este derecho: SER UNO MISMO. ¡Una tarea!

Vocación De Servicio


Cuando alguien tiene el convencimiento y la pasión por ejercer una actividad profesional se dice que tiene vocación. Por otra parte, la idea de servicio en un sentido general se refiere a la acción de servir, es decir, mantener una actitud de empatía hacia los demás. 


Consecuentemente, el concepto de vocación de servicio se refiere a la inclinación profesional orientada a satisfacer las necesidades ajenas.

Se trata de un concepto aplicable a cualquier actividad u oficio. Así, un médico, un recepcionista, un peluquero o un funcionario público pueden considerar que su quehacer profesional está guiado por la vocación de servicio. Esto implica que su motivación se basa en la satisfacción de sus clientes, en atenderles amablemente y de manera honesta y, en definitiva, en el ejercicio de su profesión con criterios profesionales y, al mismo tiempo, éticos.

El concepto de vocación de servicio no siempre está relacionado con el trabajo remunerado, sino con aquellas actividades que se realizan de manera altruista y con espíritu solidario. Los voluntarios que colaboran con ONGs lo hacen sin recibir a cambio una recompensa económica y su principal motivación es la propia satisfacción personal y sentirse útil para los demás. En otras palabras, su tiempo y sus energías se orientan a una causa noble que está directamente relacionada con el concepto de vocación de servicio.

Un profesional tiene que cumplir unas obligaciones laborales con la mayor eficacia posible y a cambio recibe un salario. A partir de esta premisa general pueden darse, grosso modo, dos planteamientos posibles:

1) el profesional intenta cumplir con su responsabilidad porque así lo establece el contrato y porque, de lo contrario, tendría consecuencias negativas (por ejemplo, sería despedido) y

2) el profesional intenta cumplir porque considera que es su obligación moral. En este último caso, su motivación va más allá del salario que recibe o de unas cláusulas contractuales.

El planteamiento ético en la vocación de servicio consiste en actuar no porque alguien lo imponga desde fuera (por ejemplo, un jefe que da una orden) sino porque uno mismo tiene el convencimiento moral que le obliga a actuar de una determinada forma.


Paz Interior


Nada nos proporciona más confort espiritual que estar en paz con nosotros mismos. Eso solo se logra cuando tenemos la convicción de que hemos actuado de la manera y en los momentos correctos, guiados por decisiones personales y conscientes de que la solución a los problemas propios depende de nosotros mismos, de nadie más.

La paz interior es un privilegio sublime y tonificante que repleta de gozo el alma, es patrimonio de los que luchan por sus objetivos en la vida, de los seres exitosos. Es, me atrevo a asegurar, un reconocimiento divino. Logramos ese sosiego espiritual cuando enfrentamos la vida llenos de autoconfianza y optimismo, y estamos dispuestos a luchar por la conquista de los sueños sin esperar por soluciones ajenas y, mucho menos, por la llamada buena suerte.

Me viene a la mente el líder independentista indio Mahatma Gandhi, quien se caracterizó no solo por ser un gran luchador por la libertad de su pueblo, sino también por su profunda espiritualidad, por su vocación humanista y por una proyección de paz pocas veces igualada en la historia de la humanidad.

Gandhi vivía convencido de que si no alcanzamos la paz dentro de nosotros mismos, siempre estaremos en guerra con los demás. ¡Nada más acertado! La armonía interior es la que nos permite interactuar en conformidad con nuestros semejantes y aceptar aquellas cosas que no podemos cambiar en ellos.

Quien no encuentra armonía en sí mismo, vive con la costumbre de quejarse constantemente, asume siempre el papel de víctima, achaca a los demás sus descalabros y culpa de su infelicidad a quienes lo rodean. ¡Eso es estar en guerra con los demás!

Un ser humano inconforme consigo mismo no se acepta como es y lo peor, y más contradictorio, es que se hace inmune a los cambios, porque desconoce que el cambio real debe producirse dentro de sí mismo, que no viene del exterior. Espera a que otros cambien por él. Llegado el momento, la autoconfianza lo abandona por completo, entonces, el síndrome del fracaso y el desasosiego se apodera de su alma.

Por el contrario, la paz interior es consecuencia de la autosatisfacción que se siente cuando hacemos lo correcto, cuando perseveramos y estamos seguros hacia donde nos dirigimos, cuando vivimos y aprovechamos el presente porque somos realistas y positivos, y somos capaces de convivir en armonía con los demás. La paz con nuestros semejantes depende de nuestra propia paz.

Vivir en armonía con uno mismo significa no dejarse arrastrar por falsos temores, pensar y actuar movidos por intereses propios, dejar de juzgar a los otros, ser agradecidos y no preocuparse sin razón. Este regocijo del alma le da alas al amor tanto por nosotros mismos como al amor hacia los demás.


También es cierto que estas las personas son propensas a reír. ¡Es lógico que así sea! La paz interior es sinónimo de felicidad y, según la madre Teresa de Calcuta, el primer gran síntoma de la felicidad es una sonrisa. 

Riamos, demostrémosle a Dios y a nuestros semejantes que somos seres terrenales felices y dispuestos a entregar amor.

Potencialidades


Capacidades tales como razonamiento, comprensión de significado, entendimiento son potencialidades que no evolucionan espontáneamente, sino que deben ser desarrolladas especialmente. Además, se necesita estar preparado para realizar una formación continua, viéndose obligado a abordar grandes volúmenes de información que cambian rápidamente y que deben poder seleccionarse y procesarse en corto tiempo. 

Es importante lograr que los aprendizajes que se realizan sean significativos y que la educación enfatice más los meta aprendizajes y los meta conocimientos que los aprendizajes y los conocimientos mismos. Se presentan los Mapas Conceptuales Hipermediales y una plataforma específica para trabajar con ellos como una alternativa de interés para alcanzar los mencionados objetivos.

Una persona tiene capacidades para pensar, para comprender, para entender. Se trata de potencialidades que no evolucionan espontáneamente, sino que deben ser desarrolladas especialmente. El tiempo y forma de trabajo en tal sentido es determinante en el grado de evolución posible de alcanzar.

Hay que destacar que almacenar información no implica comprenderla, o tener la capacidad de relacionarla correctamente con información previamente adquirida o estar en condiciones de aplicarla en forma adecuada en las distintas circunstancias que así se requiera. Para que ello ocurra, los aprendizajes que se realizan deben ser verdaderamente significativos, es decir deben ser "procesos de desarrollo de estructuras cognitivas, donde se identifica conocer como interpretación del significado".

Es indudable que todo buen docente se esmera para que sus alumnos desarrollen de la mejor manera todas sus potencialidades. Para ello recurre a distintas estrategias de aprendizaje, orienta el trabajo del alumno estimulando su autonomía, su autoestima y la construcción de estructuras mentales, de ser posible y si corresponde, de mayor nivel de abstracción. Se esmera por lograr que la nueva información se incorpore adecuadamente con las estructuras significativas existentes en el aprendiz, relacionándose en forma semánticamente correcta con los conocimientos adquiridos previamente.

Se ha comprobado que el aprendizaje significativo es más resistente al olvido, porque no se encuentra aislado sino integrado dentro del conjunto jerárquico que representa una determinada área temática. Tiene además, una capacidad de transferencia muy favorecida por ese tipo de estructuración, tanto lateral (aplicación a situaciones concretas) como vertical (solución de problemas y formulación de nuevos principios a partir de los ya poseídos). 

Como contrapartida, "el aprendizaje mecánico, al establecerse en base a relaciones arbitrarias, sólo podrá ser transferido a situaciones similares y se olvidará con facilidad, al requerir de la memoria mecánica."  Además, "cuanto mayor sea la significatividad del aprendizaje realizado, tanto mayor será también su funcionalidad".

El logro de aprendizajes significativos presupone que los materiales para aprender deben ser potencialmente significativos, que los estudiantes estén adecuadamente motivados, con interés para aprender, con una actitud activa y con los conocimientos previos necesarios para realizar ese aprendizaje.

En el aprendizaje significativo, lo fundamental es lograr la relación de los nuevos conocimientos con los conocimientos ya existentes. Este proceso de aprendizaje es activo, ya que depende de la predisposición del receptor, y personal, pues la asimilación que se logre está en función del grado en que se hayan desarrollado los conceptos relevantes en la estructura cognitiva.

Si bien este modelo de aprendizaje presenta algunas limitaciones al momento de explicar la adquisición de habilidades para la investigación y solución de problemas, es de gran valor para la comprensión de la organización de los conocimientos adquiridos significativamente.

Además es importante destacar que transitamos una era donde el individuo debe estar preparado para realizar una formación continua, viéndose obligado a abordar grandes volúmenes de información que cambian rápidamente y que debe poder seleccionar y procesar en corto tiempo. Ante esto es obvio que la educación debe enfatizar más los meta aprendizajes y los meta conocimientos que los aprendizajes y los conocimientos mismos.

Es sabido que el mundo en general y la tecnología en particular están cambiando demasiado rápido. Esto obliga a los estudiosos de las ciencias de la educación a adaptarse a nuevas realidades: no es fácil enseñar hoy lo que será útil en el futuro. En la actualidad, una solución más adecuada para la enseñanza parecen ser las teorías de meta aprendizaje y de aprendizaje significativo.



lunes, 11 de junio de 2018

Sin Duda Tu Puedes


Muchas veces te sientes emocionalmente como si trajeras una piedrita en el zapato, estás irritable, intolerante, y vas echándole la culpa a toda persona que se te atraviesa sin saber por qué.

Cuando esto te sucede, quiere decir que estás intoxicado de situaciones, emociones, sentimientos, resentimientos y comportamientos que ya no tienen cabida ni en tu mente, ni en tu corazón y ha llegado el momento para hacerte plenamente responsable de todo lo que haces, dices y piensas. Ya no puedes permitirte dejar de disfrutar de esta vida como realmente te lo mereces.

 Solo quiero recordarte que la poderosa y mágica llave para lograr todo lo que quieres, sueñas y deseas está dentro de ti, y esa llave es la de la actitud.

Cada paso que des para crecer tanto en lo personal como en lo espiritual, por muy pequeño que sea, es un GRAN paso y eso debes aplaudírtelo porque todo en esta vida comienza con algo pequeño, y con dejar atrás todo lo que te ha anclado, incluyendo todos aquellos aprendizajes que te costaron mucho dolor.


Tú eres quien ha decidido estar consciente e inconscientemente en el lugar donde te encuentras y la buena noticia es que tú eres quien puede cambiar el rumbo de tu vida, solo que hay que hacerlo paso a paso.



Aprender Cada Día


Nadie dice que aprender sea sencillo. Ni en la vida real, ni en un curso de reciclaje, ni en la Universidad para adultos. Todo aprendizaje debe encerrar un contenido y un método que facilite la asimilación. Cuando hacemos esto correctamente, disfrutar y asimilar pueden ir unidos de la mano.

Hoy en día parece que se nos ha olvidado lo que era aprender disfrutando. Cuando éramos niños aprendíamos día a día, sin gran esfuerzo y con la mente abierta. Poco a poco lo fuimos convirtiendo en una auténtica carrera de obstáculos, acompañado de un fuerte sentimiento de frustración o inseguridad. 

El aprendizaje, si fuera bien entendido y facilitado, debería ser, sin lugar a dudas sinónimo de auténtica experiencia y de constante crecimiento.

Si lo pensamos detenidamente nos damos cuenta de que todos los días tenemos la oportunidad de aprender, siempre y cuando lo acometamos desde la tranquilidad y el equilibrio. Uno de los derechos que tenemos es el derecho a disfrutar y muchas veces somos nosotros mismos quienes nos lo tenemos que permitir.

Por parte de los educadores lo que se pide es que con normas y seguridad aporten sensación de seguridad a los alumnos. Aquellos educadores que presumen de aprobar a una mínima parte de alumnos deberían replantearse las formas y técnicas que utilizan para la enseñanza. 

No debe ser una anarquía, pero tampoco debe convertirse en una fuente de estrés y nervios para los alumnos.

En el mundo laboral siempre o prácticamente siempre existe una persona que con frecuencia muestra una clara tendencia a actuar de una forma desagradable hacia los demás. Ya sea por no asumir las culpas y hacer creer que es culpa del compañero, por mirar por encima del hombro a todo el mundo o por quejarse constantemente de todo y de todos.

Ante este tipo de personas tenemos diferentes opciones de actuación para no permitir que nos amargue la existencia y por supuesto aprender: alejarnos de él y de la situación que está tratando de crear, iniciando una conversación con otra persona para restarle importancia, mirarle directamente con cara de extrañeza para hacerle ver que no tiene sentido lo que está diciendo o haciendo en ese momento, etc.

 Todos los días podemos aprender algo nuevo, los días que no lo hagamos podemos decir que son días vacíos. 

El aprendizaje constante debe ser una forma de vida.


Nuestro Deber Ser


Yo creo que libramos una lucha interior entre el deber ser y el querer ser. Es claro que el “deber ser” lo impone la cultura, la moral o la ética y que está dado desde el exterior. Como algo que hay que seguir muchas veces sin que medie la razón o la conciencia racional. Y del otro lado está el querer ser, como algo que opto desde mi interior, que parte del deseo y que algunas veces va en contra vía de lo esperado por el grupo social y que por supuesto el colectivo condena por salirse de lo ordenado por la norma.

Sin embargo hay ciertas cosas que naciendo desde el querer ser, pertenece a la propia capacidad de discernimiento y que hacen parte del libre albedrío. Y es ahí cuando se plantea la posibilidad y la capacidad de optar que tiene el ser humano, por ejemplo, por aquello que le hace más persona aunque no sea una decisión popular.

Lo ideal es encontrar un equilibrio entre el deber ser y el querer ser. Para que esta armonía nos permita vivir entre semejantes, respetando las normas y las reglas de juego, sin faltar a nuestro deseo e interés personal; sin sentir que nuestra dignidad está siendo vulnerada o peor aún confirmar que nuestros derechos o los de otros, están siendo pisoteados.

La propuesta consiste en desarrollar “nuestro buen gusto moral”, para de esta forma fortalecer nuestra capacidad de discernimiento y resolver los dilemas que plantea la vida, frente a decisiones morales, desde el deber ser versus el querer ser.

En nuestra vida cotidiana, con frecuencia nos vemos atrapados en medio de las siguientes afirmaciones: “yo debo llegar temprano a casa”, “yo debo pagar la tarjeta de crédito”, “yo debo estudiar inglés”, “yo debo llamar a…” “yo debo respetar la reputación de…” y este tipo de expresiones terminan por bloquear la acción, consiguiendo que no hagamos nada de lo dicho. 

Si lo explicáramos de manera psicológica, encontraríamos que el bloqueo se encuentra precisamente en la utilización de la palabra “debo”, como una orden que viene desde afuera.

Qué pasaría si empleáramos la expresión: “yo opto por estudiar”, “yo elijo llamar a”, “yo decido pagar la tarjeta de crédito”, “es mi decisión, llegar temprano a casa”; “yo respeto la reputación de…”esto automáticamente ubica el poder dentro de nosotros mismos.

Somos responsables de nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestros actos y cada acción humana puede ser filtrada por el tamiz maravilloso de la sensatez, que nos permite ser justos en la manera como nos relacionamos; entonces utilicemos sabiamente, este poder.



La Mente Alerta


Debemos estar informados de todos los peligros y tragedias, porque “ese es el mundo que vivimos”. Pero yo les diría que el mundo no se reduce a eso, que eso es un estado de alerta perpetuo y que no se puede vivir así. 

El placer por hacer ciertas cosas, sin ningún fin más que el gusto de hacerlas, debe tener una cabida en este planeta y si se está siempre alerta cuesta trabajo encontrarle siquiera un rincón. 

No se puede crear bajo una presión así, es indispensable poder salir de esa burbuja de precauciones, terrores y temores temporalmente para poder escucharse e incluso para poder escuchar al otro.

Escribir, en mi caso, me provoca un gran placer. Hoy es mi única arma para deshacerme de todo el ruido en mi interior o darle orden. Es cierto que hay que seguir adelante, estar conscientes de las consecuencias de nuestras acciones y buscar mejorar o afectar lo menos posible a nuestro entorno. 

Pero eso no debe evitarnos tener momentos de placer ni hacernos sentir culpables por buscarlos.
Necesitamos ser críticos con nosotros mismos en cada aspecto de nuestras vidas, pero tenemos también que saber meditar y divertirnos. 

De lo contrario tendríamos que admitir que somos incapaces de crear, de dar vida y compartir felicidad, y admitir eso sería trágico.


Superficiales


El mundo está lleno de personas superficiales, son demasiadas y cada vez más. Este tipo de persona es poco seria, en lo que dice o lo que hace, es frívola y solo le interesan las apariencias. No analiza la esencia de las cosas o personas y sólo ve su aspecto exterior.

Es insustancial, trivial, caprichosa, inconstante, irresponsable, inestable emocionalmente, dependiente, impaciente, inmadura, tiene poca personalidad, no le sobra coherencia, equilibrio emocional, criterios éticos, valores o principios sólidos. No admite sus fallos y limitaciones.

Cambia frecuentemente en su estado de ánimo: pasa de la euforia a la depresión rápidamente.

No le interesa profundizar en el contenido, las emociones o los sentimientos. 

Escapa de la realidad con un mundo de fantasía, poco realista. No sabe afrontar las dificultades ni controlar su frustración.

Sus relaciones afectivas suelen ser frágiles, se prioriza a sí misma y le cuesta compartir. No cumple lo que promete y prima la apariencia física sobre cualquier otra cualidad.

Te puedes llevar bien con ella o divertirte una temporada pero, no esperes nada más. En verdad, no está bien terminada y tiene muchos flecos negativos, pero, si tienes un interés personal en ayudarla, puede cambiar y, tal vez, mejorar.

Puedes intentarlo potenciando el conocimiento de sí misma, su autoestima, que acepte su realidad liberándola de temores y dudas; que olvide el qué dirán, que aprenda a ver lo positivo y, sobre todo, el fondo de las cosas y las personas.

Si tú solo no puedes, quien de verdad puede ayudarla es un profesional, pero, sinceramente, es difícil.


El Mundo Que Compartimos


No nos engañemos, el mundo no es ni de los más ricos, ni de los más guapos, ni de los más inteligentes. El mundo es de aquel que pasa a la acción, del que la saca a bailar y del que hace la llamada. De aquel que no se encoge ante el primer “no”, de quien se niega a vivir de prestado lo que por derecho le pertenece y de quien se ama lo suficiente como para poner sus sueños por encima de su ego.

Digámoslo de una vez: El mundo es de quien se la juega.

He visto a personas de talentos envidiables dejar tras su muerte fallecer sus ilusiones. Personas que teniendo mucho han conseguido poco y personas que con poco han logrado muncho. He visto a personas de extraordinaria belleza esperar a ser elegidas en lo alto de su torre y a personas de – digamos – dudoso atractivo dejar a un lado la carcasa y asaltar un corazón. 

Por todo eso, he llegado a una conclusión: el mundo no es de quien más tiene o más anhela, sino de aquel que es capaz de quererse sin medida, apartar de un golpe lo superfluo y lanzarse sin reserva tras aquello que desea.

El principal motivo por el que no sacamos el máximo partido a la existencia no es que no dispongamos de las capacidades adecuadas, sino que vivimos esperando a que el contexto o el entorno nos den su OK para actuar. Inundados de miedos, observamos la vida a través de un embudo por el orificio equivocado: En lugar de mirar desde el agujero pequeño para verlo todo grande, miramos desde el grande y lo vemos todo pequeño. Nos invade el sentimiento de que, como acabamos de llegar, el mundo es propiedad de otros y que debemos pedirles permiso para que alguno se apiade de nosotros y nos entregue una porción.

No te ofendas, pero no eres tan importante. Nadie lo es. Nuestra importancia solo cobra sentido a corto alcance. Es decir, con nuestras personas queridas y, por supuesto, con nosotros mismos. 


Consumir Con Criterio


Descubrir las causas, conocer las consecuencias y situarnos a nosotros mismos en el camino que une los dos extremos; comprender nuestro modelo de consumo, entender que todo está interrelacionado e indagar en las formas de cambiarlo sin perdernos en los ‘falsos remedios’ que se nos proponen en muchas ocasiones. 

A veces nos topamos con ‘los falsos remedios’, la ayuda pervertida: propuestas de solución que no atacan las causas del problema; puertas ficticias, 
bienintencionadas o no, que no tienen capacidad de influir en las causas de la desigualdad, que no pretenden cambiar las cosas sino permitir que todo siga igual: manteniendo los privilegios de unos pocos evitándonos la mala conciencia.

Sin embargo, sí hay alternativas. Sería un error creer lo contrario. Se puede vivir, consumir y progresar de otra manera. Y para ello hay que dejar de lado la resignación y pasar a la acción.

Esto es lo que muestra la última parte de la exposición, denominada ‘Mundos Posibles’. Esta última sección es un canto a la esperanza basada en el hecho de que muchos de los cambios positivos que ha vivido nuestro mundo han tenido su origen en un pequeño grupo de personas obstinadas en cambiar las cosas, por difíciles que parecieran sus objetivos.

Así, se repasan de manera visual ejemplos de movilizaciones ciudadanas cuyas reivindicaciones han acabado alcanzando, cambiando la vida de mucha gente, que no se vayan a casa con la sensación de que todo está perdido. “Ese es precisamente el juego; conseguir que la ciudadanía crea que la situación es injusta y negativa, pero que no tiene remedio”.


Contra esa sensación de impotencia, emergen las pequeñas semillas del cambio: ejemplos de iniciativas concretas o de acciones que cada uno puede desarrollar de forma individual y que, al contrario de lo que muchas veces se transmite, poco a poco contribuyen a forzar un cambio global en lo que a consumo se refiere.