La educación cívica se centra en el estudio y comprensión de lo que se considera socialmente aceptado; todas esas pautas que contribuyen a la convivencia social y que tienen que ver con el respeto de los diferentes derechos humanos así como también con el cumplimiento de las obligaciones sociales que cada ciudadano tiene.
Es un tipo de educación que permite un conocimiento
de la manera de entender y asumir el papel de cada persona en su calidad de
ciudadano de un país, al asumir responsabilidades y derechos sociales y
políticos. La educación cívica también fomenta el respeto por los valores
nacionales y fortalece el conocimiento de los iconos de una nación.
La educación cívica incluye también, la preparación
de las personas en conceptos teóricos de política y derecho. Esto se entiende
porque está planteada para ser utilizada en gobiernos democráticos en donde las
personas necesariamente deben participar y aportar. Es por ello que es mejor
contar con ciudadanos conocedores de conceptos políticos y legales para que en
sí mismos sean soluciones ante problemas que surgen en un país y puedan estar
listos para cumplir con sus derechos de sufragio y lo hagan con decisiones
fundamentadas.
La educación cívica, prepara a las personas para
ser ciudadanos responsables, capaces y autosuficientes, preparados para tener
una participación activa en un gobierno democrático. Por toda esta importancia,
se está buscando con fuerza que en el sistema de educación se incluya la
educación cívica.
La gran tarea de la educación
cívica es buscar que los alumnos y personas en general comprendan y asuman los
valores que la humanidad ha creado y consagrado como producto de su historia:
respeto y aprecio por la dignidad humana, libertad, justicia, igualdad, solidaridad,
tolerancia y honestidad.
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