martes, 26 de junio de 2018

Todos Nosotros


Algunos interrogantes. ¿Existe una historia de todos Nosotros? ¿Puede haber una historia que integre a todas las culturas o se trata de una ilusión etnocéntrica denominada habitualmente Historia Universal? ¿Qué excepciones pueden presentarse al “todos Nosotros”? ¿No albergan las distintas culturas encrucijadas históricas absolutamente incomparables y heterogéneas entre sí? ¿No existen temporalidades diferentes, imposibles de unificar en un sentido último y cuya diferencia es relativa a las distintas geopolíticas a tener en cuenta?

Sin embargo, estas preguntas, que como se puede apreciar, intentan relativizar la posible consistencia de una Historia Universal encuentran una respuesta contundente en esta Pequeña Historia de Todos Nosotros. Tanto la extensión planetaria del Capitalismo, que sin duda atraviesa con su orden a las culturas más diversas, así como también el dispositivo científico técnico, que domina el campo del saber y sus distintas competencias en todo el orbe, nos revelan que, sean cuales sean las diferencias culturales, la historia ha desembocado en una estructura donde se combinan y se articulan Mercancías y Saberes, y donde independientemente de los centros privilegiados de dichas estructuras, sus efectos se padecen e intervienen a escala mundial. ¿Qué ha sucedido a lo largo de la historia humana para que esta convergencia entre Capital y Técnica, se fuese preparando a través de los siglos y lograra conquistar una potencia de expansión, transmisión y emplazamiento de las cosas, de los hombres y las mujeres y de los pueblos, realizándose como una Voluntad de dominación inédita? 

Una Voluntad de poder que problematiza seriamente el proyecto de emancipación humana. ¿Qué condujo al ser parlante, sexuado y mortal al orden del Capital y la Técnica?

Esta pregunta obtiene su verdadero alcance si se tiene en cuenta que ya no puede haber un paso atrás, una vuelta a otro origen a un momento anterior al del Capital y la Técnica. Esos retornos no son más que espejismos narcisistas de salvación que eluden la cuestión política de nuestro tiempo, a saber: ¿puede el ser humano encontrar otra forma de habitar el mundo, otro modo de construir la realidad que las concebidas por las estructuras del Capital y la Técnica? 

¿Cómo deben pensar los pueblos la historia acontecida para poder vislumbrar un nuevo lugar para la experiencia de la Verdad que no sea el producido por la circulación de la mercancía y su espectáculo actual.

¿Qué es el trabajo humano cuando no rinde utilidad alguna, cuando no genera plusvalía, cuando se hace a pura “pérdida”? En definitiva, ¿qué actividad humana se puede concebir que no esté gobernada por la lógica del Capital? ¿Y cuál sería el discurso capaz de presentar una experiencia semejante? ¿Qué legados, herencias simbólicas permitirán aunque sea, conjeturar dichos discursos? 

Tal vez, esta “Pequeña historia de todos nosotros” pueda ser una invitación a afrontar este desafío.


No hay comentarios:

Publicar un comentario