Quisiera trasladar la comunicación
al ámbito de persona a persona, enfocada desde dos puntos. El primero
hablar y escuchar desde el corazón: Tenemos
necesidades de contar, de abrir nuestro corazón, necesitamos sentirnos bien, y
eso nos lo da la confianza de tener cerca a las personas que queremos y en las
cuales confiamos. Queremos sentirnos escuchados, que nos arropen con palabras,
con la mirada, con estar a nuestro lado. Eso requiere, como en toda
comunicación, unos pasos y una manera de comportamiento. Ese es el camino para
mí, de escuchar con el corazón.
El segundo desde la reflexión,
poniendo una actitud positiva en la comunicación: Todos
necesitamos amar y ser amados. Por falta de conocimiento experimentamos dolor,
malentendidos y nos herimos unos a otros. En las relaciones de pareja, en las
relaciones con nuestros hijos, con nuestros compañeros del trabajo, con
nuestros empleados y jefes.
Es posible crear y
mantener relaciones armónicas en las que todos nos podamos sentir satisfechos
y profundamente acompañados.
Debemos evitar muros,
incomprensiones, para ello debemos hacerlo desde una actitud positiva a
la hora de escuchar y hablar, ponernos en el lugar del otro y tener la
oportunidad de explicar nuestro punto de vista.
Se hace notar la
diferencia entre oír y escuchar. Oír es sólo usar ese maravilloso sentido que
nos hace situarnos en el mundo que nos rodea. Escuchar tiene un especial
sentido de prestar atención, de atender. Puede ser que oigamos, pero que no
estemos escuchando. Escuchar implica un compromiso con el que nos habla.
Escuchar significa
estar ahí, percibir lo que el otro dice y lo que no dice, y lo que quiere decir.
La atención es la
clave de una verdadera escucha, no analizamos ni manipulamos.
Escuchar atentamente
es dejar terminar de hablar y hacer pausas las cuales ayudan a no hacer juicios
precipitados y a no reaccionar antes de tiempo o de una manera brusca.
Escuchar es el
fundamento de toda relación humana y es una prueba de estima y de respeto hacia
alguien. Sin hablar de que el hecho de escuchar también permite desactivar
muchos sufrimientos psicológicos
.
No
sabemos y no queremos escuchar. A nuestro alrededor está toda esa gente que
tiene necesidad de ser escuchada. Todos necesitamos ser escuchados.
La escucha consciente
implica que cuerpo y mente trabajan juntos para comunicarse. Es más, no se
trata solo de escuchar atentamente, sino de ver, oír y sentir con todo tu ser.
Prestar atención al mensaje, ya sea verbal o no verbal, implica percibir con la
mayor claridad posible la experiencia de
quien te habla.
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