lunes, 11 de junio de 2018

Aprender Cada Día


Nadie dice que aprender sea sencillo. Ni en la vida real, ni en un curso de reciclaje, ni en la Universidad para adultos. Todo aprendizaje debe encerrar un contenido y un método que facilite la asimilación. Cuando hacemos esto correctamente, disfrutar y asimilar pueden ir unidos de la mano.

Hoy en día parece que se nos ha olvidado lo que era aprender disfrutando. Cuando éramos niños aprendíamos día a día, sin gran esfuerzo y con la mente abierta. Poco a poco lo fuimos convirtiendo en una auténtica carrera de obstáculos, acompañado de un fuerte sentimiento de frustración o inseguridad. 

El aprendizaje, si fuera bien entendido y facilitado, debería ser, sin lugar a dudas sinónimo de auténtica experiencia y de constante crecimiento.

Si lo pensamos detenidamente nos damos cuenta de que todos los días tenemos la oportunidad de aprender, siempre y cuando lo acometamos desde la tranquilidad y el equilibrio. Uno de los derechos que tenemos es el derecho a disfrutar y muchas veces somos nosotros mismos quienes nos lo tenemos que permitir.

Por parte de los educadores lo que se pide es que con normas y seguridad aporten sensación de seguridad a los alumnos. Aquellos educadores que presumen de aprobar a una mínima parte de alumnos deberían replantearse las formas y técnicas que utilizan para la enseñanza. 

No debe ser una anarquía, pero tampoco debe convertirse en una fuente de estrés y nervios para los alumnos.

En el mundo laboral siempre o prácticamente siempre existe una persona que con frecuencia muestra una clara tendencia a actuar de una forma desagradable hacia los demás. Ya sea por no asumir las culpas y hacer creer que es culpa del compañero, por mirar por encima del hombro a todo el mundo o por quejarse constantemente de todo y de todos.

Ante este tipo de personas tenemos diferentes opciones de actuación para no permitir que nos amargue la existencia y por supuesto aprender: alejarnos de él y de la situación que está tratando de crear, iniciando una conversación con otra persona para restarle importancia, mirarle directamente con cara de extrañeza para hacerle ver que no tiene sentido lo que está diciendo o haciendo en ese momento, etc.

 Todos los días podemos aprender algo nuevo, los días que no lo hagamos podemos decir que son días vacíos. 

El aprendizaje constante debe ser una forma de vida.


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