Por
ello, la comunicación y el respeto entre todos los ciudadanos, conjugando
adecuadamente la igualdad y la diferencia, deben ser referentes básicos para la
configuración de las normas sociales y la consolidación de relaciones
personales.
En este
estudio sobre La cultura para la convivencia se reflexiona sobre la realidad
compleja de la vida humana y, desde una perspectiva intercultural y crítica, se
exponen los modelos de interpretación más relevantes de la existencia del ser
humano.
Se pone
de manifiesto el carácter esencialmente relacional del ser humano y se destaca
la importancia de la educación y de las actitudes basadas en el reconocimiento
recíproco como condición para el desarrollo personal y social, atendiendo a su
vez a la influencia que la dimensión afectiva ejerce en la vida humana.
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