¿Dónde está el límite del pasado y donde comienza el futuro?
En realidad, ni el pasado ni el futuro están sucediendo en el presente, porque
no son el presente, lo único real es el instante del ahora; como lo único que
corta de la espada es el filo.
El pasado lo fue y el futuro aún no está
aconteciendo; por tanto, el pasado y el futuro no están existiendo.
Necesitamos coraje para vivir el presente y limpiar el
pasado, necesitamos coraje para enfrentarnos –desde lo que realmente somos– al
futuro; a un futuro recolector de una cosecha fructífera. También debemos
preparar el terreno para el último destino después de la muerte, ya que hay que
vivir como si fuésemos a morir hoy mismo y aprender a morir como si fuésemos a
vivir eternamente.
Somos seres de paso, sí, pero de paso para vivir el Aquí y
el Ahora, disfrutando de la vida, mirando a un futuro prometedor.
Se puede conocer el pasado y liberarse del sufrimiento conociendo
las intenciones o actitudes más profundas que pulsan dentro de cada uno; para
ello tendremos que bucear en el Inconsciente. Somos el resultado de la calidad
de nuestras intenciones, cosechando según la calidad de la siembra. La
intención sincera es semilla que fructifica.
Soy responsable de lo que he hecho o no he querido hacer en mi vida. De todas las vivencias que he tenido, todas ellas dejaron grabaciones en mi memoria y en mi cuerpo, condicionando el presente el modo en que me relaciono conmigo mismo y con el mundo. Estas pautas de comportamiento, con sus aciertos y errores, son rutas habituales que condicionan mi modo de ser en el mundo. Son los comportamientos automáticos, condicionamientos, huellas que he grabado en mi memoria y que voy repitiendo a cada paso.
Mi pasado personal está actuando en el Aquí y Ahora al repetir los programas del ayer. Pero el objetivo es vivir el instante para no ser afectado por la programación de los conflictos de un pasado.
Vivir el momento, el eterno presente; es retornar a uno
mismo, a la esencia
Vivir el presente es estar en una dimensión fuera del pasado y del futuro, vivir el instante es puro conocimiento y sabiduría.
Vivir el presente es estar en una dimensión fuera del pasado y del futuro, vivir el instante es puro conocimiento y sabiduría.
Viviendo el instante, es cuando adquirimos conocimiento; no lo adquirimos viviendo el pasado, porque el pasado ya sucedió, ni tampoco adquirimos conocimiento en el futuro, porque el futuro aún no se ha dado.
Si te preguntas, ¿qué hago en este momento? Nada en especial, simplemente hacer lo que ha sido decretado para ti en ese mismo momento.
Aceptar lo que viene en cada momento es aceptar el destino; aceptación es amor. Si aceptamos, las cosas se facilitan y nuestras capacidades se despiertan.
Nuestra actitud en el momento es un estado de alerta, sin juzgar, simplemente observando desde la consciencia. Viviendo el momento, la armonía se manifiesta y se dispersa el sufrimiento
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