No se trata de
imponerse privaciones ni practicar la ascesis.
Pero si deseamos
disfrutar durante mucho tiempo y con plenitud de cuanto nos brinda la vida no
nos queda más remedio que modificar nuestra forma de comportarnos. No para
mermar nuestra paleta de sensaciones, sino, antes bien, para ampliarla, para
enriquecerla, para buscar otras satisfacciones que podrían resultar
intensas.
¿No distinguimos,
acaso, en lo referente a las fuentes de energía, entre la energía fósil, que se
agota y contamina, y las energías renovables, como las olas, la energía eólica
o la geotérmica, que no se agotan? Podrían hacerse distinciones así al hablar
de nuestro modo de vida. Podemos intentar satisfacer las necesidades y gozar de
los placeres de la existencia consumiendo más, lo que supondrá una carga para
los recursos del planeta y acarreará tensiones destructivas.
Pero también
podríamos hacerlo de otra manera, haciendo prevalecer el aprendizaje en todas
las edades de la vida, animando a todos nuestros contemporáneos a que estudien
lenguas, a que se apasionen por las disciplinas artísticas, a que se
familiaricen con las diversas ciencias, para que así sean capaces de valorar lo
que significa un descubrimiento en biología o en astrofísica. El saber es un
universo inconmensurable; todos podríamos pasarnos la vida tomando cosas de él
sin tasa y no lo agotaríamos.
Y no se trata solo de
proponer el consumo de conocimiento en vez del consumo material: ampliar el
conocimiento en cualquiera de sus formas, elaborar productos culturales,
contribuir a concebir y resolver problemas, junto a otros, puede dar
satisfacciones aún mayores que el simple consumo. La producción cultural y el
acceso a su disfrute pueden, pues, constituir un eficaz instrumento para la
transición a la Sostenibilidad.
Así debe de reconocerse en los Objetivos de
Desarrollo Sostenible, con metas precisas de promoción cultural, que
constituyan, además, ocasión de creación de puestos de trabajo en áreas
creativas: medios de comunicación públicos y de calidad, bibliotecas,
videotecas, museos, salas de conciertos, teatros, cines, educación artística y
musical, etc., etc.
Una Sostenibilidad satisfactoria para todas y todos precisa
de la Cultura, de la riqueza plural de las diversas manifestaciones culturales
que constituyen un Patrimonio de la humanidad que es preciso proteger e
impulsar.
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