Para
tener una mente dispuesta, considera en algún momento de la ocupada semana
hacer una pausa para pensar y sentir qué acciones sueles posponer o no
considerar llevar a cabo, que te harían sentir tener una vida con propósito y
sentido.
Todo tropiezo conlleva la oportunidad de fortalecer tu carácter.
Cuando tropieces en tu camino, confía y adopta inmediatamente la actitud
positiva de hallarte a ti mismo(a).
Convierte
todos tus momentos en oportunidades para que logres todo lo que quieres y para
que tengas una mente dispuesta. Esto, te ayudará conectarte con tus
sentimientos acerca de tu presente. Y cuando esos sentimientos te hagan sentir
vivo, alegre, con fe y lleno de energía, ocúpate de asumir la responsabilidad
de tomar acción y hacerlo.
Te
darás cuenta que al realizar esas pequeñas y grandes acciones te empezaras a
sentir autorealizado(a) y auténticamente feliz y tendrás una mente dispuesta.
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