martes, 26 de junio de 2018

Innovación Solidaria


Para efectuar un cambio con innovación, se requiere de mucha educación y perseverancia en el tiempo, para ello debemos desarrollar modelos y concepciones de desarrollo de acorde a nuestras necesidades y particularidades; la amplitud en la concepción del nuevo orden universal del pensamiento, debe estar fundamentado en la diversidad y capacidad de reconocimiento al ser humano como eje fundamental en esta estructuración de este nuevo orden mundial, el mismo que debe estar acuñado por concepciones políticas, económicas, filosóficas, etc, con poder de demostración y argumentaciones a partir del análisis crítico del desarrollo histórico de nuestros pueblos y naciones, no sólo debe ser este un ejercicio empírico técnico, sino que debe derramarse y contrastarse con la realidad específica en la que se viene desarrollando la gente en sus pueblos, villas, juntas, barrios, etc.

Lo cierto es que esta bipolaridad, no ha dado soluciones adecuadas a las necesidades de la gente, y siguen habiendo millones de pobres, sigue habiendo mucha hambre en todo el planeta y seguimos temiendo a manifestarnos y decir ! basta ¡, necesitamos de nuevas alternativas; y dentro de la estructuración de nuevas alternativas de desarrollo, debemos involucrarnos todos, no esperar a los "iluminatis" que van a solucionarnos nuestros problemas, debemos de despojarnos del pensamiento provinciano ó retrógrado que todo nos va a llegar en su momento, que si no es Dios, ó el papá estado el que va a solucionar nuestros grandes problemas de desarrollo humano; debemos de empezar a ejercitar nuestras neuronas y producir alternativas.

Dentro de las alternativas que se viene desarrollando, como unas de las vías extraordinarias dentro del pensamiento (no es la única), está el de la Economía Solidaria, introducida como pensamiento filosófico, y desgarrado de la concepción de economía social, se presenta como una alternativa democrática y con bases consistentes en su capacidad de convertirse en un sólido concepto integrador no sólo social, sino también político, que genere el norte preciso para lograr un desarrollo más armónico y equitativo. 

En nuestras sociedades sudamericanas, el concepto de Economía Solidaria, está en pleno desarrollo y consustanciación, a pesar que desde la década de los ochentas se encuentra flotando en el ambiente; esperemos que este pequeño ensayo, aporte un grano de arena, para que pueda desarrollarse este pensamiento en nuestro país, en beneficio del hombre, de la gente, de esas personas que hoy día miran hacia el horizonte sin esperanza, sin perspectivas, sin certidumbre, sin ilusión.


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