El mundo está lleno de personas superficiales, son demasiadas y cada vez más. Este tipo de persona es poco seria, en lo que dice o lo que hace, es frívola y solo le interesan las apariencias. No analiza la esencia de las cosas o personas y sólo ve su aspecto exterior.
Es insustancial,
trivial, caprichosa, inconstante, irresponsable, inestable emocionalmente,
dependiente, impaciente, inmadura, tiene poca personalidad, no le sobra
coherencia, equilibrio emocional, criterios éticos, valores o principios
sólidos. No admite sus fallos y limitaciones.
Cambia
frecuentemente en su estado de ánimo: pasa de la euforia a la depresión
rápidamente.
No le interesa
profundizar en el contenido, las emociones o los sentimientos.
Escapa de la
realidad con un mundo de fantasía, poco realista. No sabe afrontar las
dificultades ni controlar su frustración.
Sus relaciones
afectivas suelen ser frágiles, se prioriza a sí misma y le cuesta compartir. No
cumple lo que promete y prima la apariencia física sobre cualquier otra
cualidad.
Te puedes llevar
bien con ella o divertirte una temporada pero, no esperes nada más. En verdad,
no está bien terminada y tiene muchos flecos negativos, pero, si tienes un
interés personal en ayudarla, puede cambiar y, tal vez, mejorar.
Puedes intentarlo
potenciando el conocimiento de sí misma, su autoestima, que acepte su realidad
liberándola de temores y dudas; que olvide el qué dirán, que aprenda a ver lo
positivo y, sobre todo, el fondo de las cosas y las personas.
Si tú solo no
puedes, quien de verdad puede ayudarla es un profesional, pero, sinceramente,
es difícil.
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