No podemos negar la
importancia que el pensamiento tiene en nuestra vida. Sin embargo, pocas veces
estamos conscientes de que somos nosotros quienes tenemos el control sobre lo
que pensamos.
Una parte
importante de nuestros pensamientos determinan la intensidad y duración de
nuestras emociones. Lo mismo sucede en relación a nuestras conductas y
actitudes y es precisamente por eso, por lo que es tan importante
aprender a detectarlos y a modificarlos.
Cuando aprendemos a
cambiar los pensamientos negativos, exagerados, pesimistas y en general, todos
aquellos que nos causan problemas innecesarios, la vida no sólo se vuelve más
sencilla, sino que podemos disfrutarla mucho más.
No es fácil
aprender a modificar dichos pensamientos, porque no siempre nos damos cuenta de
qué es lo que estamos pensando.
Con frecuencia los pensamientos son tan rápidos
y automáticos, que ni siquiera los percibimos, por lo tanto, el primer paso es
aprender a detectarlos y esto podemos hacerlo a partir de nuestras emociones.
Sí. La manera más
fácil de ver qué estamos pensando es preguntarnos: ¿Qué podría pensar una
persona que estuviera sintiendo...(La misma emoción que tenemos nosotros). Si
escribimos todos los pensamientos que podría tener esa persona, seguramente
vamos a encontrar aquellos que nosotros tenemos en esos momentos.
Cuando hablamos de
manejar nuestros pensamientos, debemos tener en cuenta que no podemos pensar en
dos cosas al mismo tiempo. El cerebro trabaja a tal rapidez que puede dar la
impresión de que si se puede hacer, pero es imposible. Así como es
imposible que dos personas ocupen exactamente el mismo espacio.
Esto es importante
porque una manera de dejar de pensar en algo que nos afecta, es pensar en otra
cosa diferente.
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