sábado, 3 de noviembre de 2018

Las Dudas


A lo largo de mis experiencias y a medida que aprendí a tomar decisiones firmes, sin dudar y sin tener que acudir a otras personas requiriendo su aprobación, me di cuenta de una cosa: las personas que tenían la capacidad de tomar decisiones y sentirse muy seguras de sí mismas habían pasado su infancia en un entorno en el que se tomaban decisiones, o bien aprendieron a tomarlas posteriormente a lo largo de sus vidas. 

Esto confirmaba que a pesar de la genética heredada por el entorno, el cambio para mí era posible.

La duda y la confusión son factores que te impiden avanzar, estos son generados por el miedo que uno siente. Miedo al fracaso, al rechazo, a hacer el ridículoetc. 

Estos miedos proceden de creencias que uno mismo ha desarrollado debido a las experiencias vividas.  El fracaso constante puede dañar la imagen personal que uno conserva sobre sí mismo y hacer que la persona deje de ver sus puntos fuertes.  Por eso mismo tiran la toalla y dejan de buscar entre las infinitas posibilidades que podrían tener si descubrieran que todos somos capaces de tomar decisiones si nos hacemos conscientes de cuáles son los factores que nos lo impiden.

Analiza la situación en el presente, decide ahora

Piensa en una situación que te hace dudar y sobre la que te cuesta decidir.  Cuando hayas identificado la situación hazte las siguientes preguntas:

¿Qué es lo que sé?
¿Que es lo que aún no sé?
¿Qué es lo que necesito saber para avanzar? 

La clave consiste en decidir ahora mismo, desde el lugar donde te encuentras y con lo que tienes.  Si sigues demorando incrementaras tus dudas, la confusión y vivirás dominado por el miedo.  En el momento en el que tomas la decisión, hazte las preguntas arriba enunciadas y encontrarás tu respuesta. Quizás tengas que aprender algo, tengas que practicar algo, o incluso eliminar patrones que te limitan.


Para tu Libertad y tu Éxito,

Escoger Tu Destino


Si existe algo realmente serio en la vida, es la realización personal, todo aquello que haces para cumplir tus sueños, es una forma de alcanzar la felicidad. Cuando comienzas a perseguir con agallas lo que realmente te apasiona, sin duda las cosas comienzan a suceder.

La motivación, tu motor a la realización personal.

Es cierto que nuestro motor vital es el corazón, esto en la parte médica, pero la motivación, es el motor que te guía a tener grandiosas oportunidades para idear distintos proyectos y así generar nuevas metas que permitan alcanzar tu realización personal.

La realización personal,  es un proceso de autodescubrimiento, no importa cuales sean tus habilidades, mientras tengas claro tus deseos de crecer, podrás alcanzar el desarrollo de tu potencial.

A. Maslow, psicólogo humanista, define la realización personal o autorrealización, como una necesidad básica de los seres humanos, la cual motiva el comportamiento de cada uno de nosotros, y una vez que se ha realizado, podemos experimentar bienestar, armonía y felicidad, incrementando así nuestra autoestima.

Existe una importante relación entre lo que amas hacer y la realización personal. Al elegir una profesión no se trata sólo de escoger una manera de vivir, se trata de escoger tu propio destino. El trabajo, solo sería una herramienta para tu realización personal.

Es por eso, que no importa cuál sea la profesión que hayas elegido, siempre y cuando esta venga directo del corazón y que día a día te motive eso que tanto te gusta hacer, tienes todas las de ganar para realizarte en un mundo lleno de grandes éxitos.



viernes, 2 de noviembre de 2018

La Información Veraz Y Objetiva


Poco a poco muchos medios de información han ido perdiendo su objetivo principal que es informar. Los ciudadanos nos encontramos indefensos antes los grandes grupos mediáticos que utilizan periódicos, radios y cadenas de televisión para intentar torcer la voluntad de quienes ejercen la soberanía que es el pueblo.  Debemos exigir que los medios informativos se ciñan a contar la verdad y no a manipular.


Suele decirse que la nota definitoria del periodismo es la búsqueda de la “objetividad”, de la “verdad” por sobre todas las cosas. ¡Tamaña empresa! Tan difícil como lo es en las ciencias, o en la filosofía. ¡La búsqueda de la verdad! Pero… ¿será posible?

El oficio del periodismo es algo moderno, muy reciente en nuestra historia como especie. Tiene que ver con las sociedades masificadas, cuando los medios de comunicación hacen su entrada triunfal (imprenta ante todo; luego, mucho más tarde, la radio, después la televisión). La figura del periodista moderno, si desechamos todas las tradiciones orales de las distintas civilizaciones -que no podríamos equiparar al periodismo moderno en sentido estricto-, es algo intrínseco al capitalismo naciente, cuando las novedosas tecnologías permiten la difusión masiva de noticias e información y cuando una persona comienza a ocuparse regularmente de ese oficio. En ese sentido, el periodista y toda la parafernalia con que se guía en su práctica cotidiana (preparación académica, códigos técnicos de trabajo, axiología específica) pasan a tener un estatuto propio. Surge ahí, entonces, la ética periodística.

Hoy, ya con dos o tres siglos de ejercicio profesional de esta profesión, esa ética es parte cotidiana de la formación periodística, de su lenguaje habitual, de su ámbito propio, y también de la cultura general. Todos sabemos, en mayor o menor medida, que cuando hablamos de las características de un buen periodismo, hablamos de la objetividad.

Expectativas


Expectativa resulta ser el sentimiento de esperanza, ilusión, que experimenta un individuo ante la posibilidad de poder lograr un objetivo o cualquier otro tipo de conquista en su vida. “Puse muchísimas expectativas en nuestra relación y con tu engaño no hiciste más que destruir todo lo que juntos construimos. Tengo la expectativa que mañana me llamarán para la entrevista laboral en el empleo de mi hermano.

Esperanza e ilusión que siente alguien de cumplir un proyecto esperado
Casi siempre, el concepto de expectativa, aparece vinculado a una situación que es sumamente factible que se produzca, aunque, como la expectativa implica una certeza mayor que la esperanza, por ejemplo, es que normalmente la expectativa que se tiene respecto de algo se encontrará basada en otras situaciones que la convierten en una concreta posibilidad.

Cabe destacar, que la expectativa suele aparecer en aquellos casos rodeados de incertidumbre en los cuales no se puede todavía confirmar qué ocurrirá respecto de algo.

La incertidumbre implica un estado de duda, de ausencia de certeza sobre una situación, sobre las causas, las consecuencias, sentimientos e ideas, entre otros.

Y no podemos soslayar que este estado de cosas es predominante en la vida del ser humano, siendo lo menos corriente tener certidumbres sobre todo lo que acontece a nuestro alrededor.

En tanto, la incertidumbre va de la mano de la inseguridad, quien no tiene certezas se siente inseguro, indefenso, y por eso es que naturalmente las personas vamos en busca todo el tiempo de las certezas y en ese camino aparecen las expectativas.

Entonces, en ese contexto, la expectativa será entre el abanico de posibilidades a sucederse la suposición más realista y la que más se ajuste a lo que sucederá finalmente.

Por esta situación, de hallarse asociada a predicciones y suposiciones, es que a mayor cantidad de certezas, mayores posibilidades existirán de poder cumplirse las expectativas en cuestión.

Las personas tenemos una tendencia natural a crearnos expectativas sobre cualquier tipo de cuestión que nos atañe en nuestra vida cotidiana, en el plano personal, familiar, laboral, académico; siempre habrá algo que esperamos con mucha ilusión y esperanza que se produzca.

Cuando una persona que estaba esperando con gran expectativa la concreción de un proyecto o plan, y ello finalmente no se produce, la tristeza y lamento será proporcional al sentimiento de expectación que tenía, y así es que claro, invariablemente, se sentirá triste, fracasado, y en los casos más extremos, hasta puede desarrollarse un cuadro depresivo.

Hay personas que disponen de una fuerza interior tremenda y que ante la no concreción de una expectativa se reponen y siguen adelante peleando por cumplir sus sueños y objetivos, pero también hay otros que no tienen este afán y entonces pueden desencadenarse estos estados de depresión que requerirán de la realización de algún tratamiento médico para superar el cuadro.

Pero si por el contrario, la realidad termina superando amplia y positivamente las expectativas que se tenían, primará la alegría. “El nuevo disco de Bob Dylan realmente no cumplió mis expectativas, esperaba mucho más de él.”

A la expectativa: a la espera que algo suceda
Por su lado, asociado al término aparece una expresión: a la expectativa, la cual es sumamente empleada en el lenguaje corriente cuando se quiere dar cuenta que alguien se halla a la espera de algo, aunque, no actúa. “Todavía no nació mi sobrino, pero estoy a la expectativa que el nacimiento se produzca en cualquier momento.”

Filosofía De Las Emociones




Tradicionalmente, hemos tratado las emociones como buenas y malas. Dentro de las primeras hemos puesto la alegría, el miedo, la sorpresa, porque da la impresión que ayudan proporcionar seguridad dentro del núcleo social. Mientras que hay otras consideradas como negativas: la ira, el asco, y sobre todo la tristeza, en contraposición con la alegría. Ésta última se ha considerado como un valor a potenciar, incluso desde la pedagogía, y el resto de las emociones, como aspectos del carácter a controlar y dominar con “templanza”.

Este tratamiento de las emociones es emitir un juicio moral sobre algo que está dentro de nosotros y que da forma y consolida nuestro carácter. Moralmente no hay emociones buenas ni malas, ya que todas tienen una función importante en el desarrollo del ser humano como PERSONA.

Alguien podrá pensar en cuál es el valor de la tristeza. Los momentos de tristeza son algo que tenemos que “sufrir” todos alguna vez en la vida. La sentimos en los momentos de pérdida (material, espiritual o emocional) para reflexionar y obtener energías que nos “catapulten” en pos de siguientes objetivos. También nos permite reconocer el valor de lo que poseemos, promover sentimientos de empatía social y recordar lo positivo de las personas.

Puede ser que con la tristeza os haya convencido, pero ¿y la ira?, ¿el enfado? Pues casi, si me esfuerzo un poco, diría que la emoción con más valor moral de todas es la ira.

Voy a explicarlo. No quiero decir que estar siempre enfadado sea bueno. NADA DE ESO. Estar en permanente enfado es muy malo para la salud propia y ajena, de los que nos rodean, a los que convertimos en “mártires” sin pretenderlo. Pero este es un extremo.

En conclusión. Las emociones nos relacionan con los demás al ser una forma de comunicación interpersonal, nos introducen en el mundo. Pero, sobre todo, nos relacionan con nosotros mismos. 

Una relación de nuestro YO con nuestras emociones (que siguen siendo parte de ese yo), nos hace crecer como personas, querernos un poco más a nosotros mismos, comprendernos un poco más y ser más válidos de cara a una sociedad a la que pertenecemos y que pretendemos mejorar.


Ignorar La Ignorancia

En ocasiones, quien guarda silencio ante la crítica, la envidia o la provocación no es por falta de argumentos ni valentía. Lo que ocurre es que cuando la ignorancia habla, la inteligencia calla, ríe y se aleja.

Ahora bien, todos sabemos que conservar la calma y la templanza ante una crítica o un reproche no es precisamente fácil. Según un estudio publicado en la revista “USA Today“, un 70% de las personas se sienten heridas ante una crítica, un 20% la encara y la rechaza con ira y solo un 10% reflexiona sobre ella y la deja ir cuando no responde más que a la ignorancia.

Cuando la ignorancia envidia y critica, la inteligencia calla, escucha y se ríe. Porque al fin y al cabo, la enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia.

Una de las razones por las que nos cuesta tanto aceptar las críticas es porque las personas necesitamos sentirnos aceptados y reafirmados. Un reproche es la pérdida de ese sutil equilibrio personal hilado por el orgullo.

Ahora bien, cuando una crítica tiene como sustrato la más profunda de las ignorancias, no hay riesgo alguno para nuestro autoconcepto. Todos deberíamos asumir que hay discusiones que no valen la pena. Cuando hay oídos que no escuchan y mentes pequeñas donde no caben las explicaciones, es mejor callar, reír y dejar ir.

Empecemos en primer lugar concretando a qué nos referimos con ignorancia. No estamos hablando de falta de cultura o de conocimientos. La ignorancia más perniciosa es aquella que carece de cercanía, de empatía y sensibilidad para ponerse en la piel del otro y donde, además, gusta de emitir juicios de valor cargados de desprecio.

El nivel más elevado de ignorancia se practica cuando rechazamos algo de lo que no sabemos nada. Cuando aún sabiendo que nos faltan datos o información, preferimos dedicar esfuerzos a mantenernos en nuestra posición que a obtenerlos.

Todas estas actitudes no son más que la semilla de la intolerancia, de la falta de civismo, algo que muchos de nosotros hemos experimentado alguna vez en piel propia.

Lo más complejo es que a veces la ignorancia se practica en nuestras esferas más cercanas. En esos padres, en esas madres y otros familiares cercanos, que juzgan al resto sin saber, sin molestarse siquiera en conocer qué intereses o necesidades tienen los demás. En estos casos esta intolerancia sí duele, la crítica duele y la ofensa sangra.

Sin embargo, con el tiempo las heridas se curten, uno madura y entiende por fin muchas cosas. Entiende que las personas no cambian, y que quien no ha querido dar el paso de la ignorancia al conocimiento es porque no quiere.

Ante estas conductas no queda otra más que asumir la batalla perdida y mantener la dignidad que propicia que nuestra alma esté tranquila. 

Esa que entiende que al final es mejor callar, sonreír con inteligencia y poner distancia.



Frases Sobre EL Trabajo

Algo malo debe tener el trabajo, o los ricos ya lo habrían acaparado. Mario Moreno 'Cantinflas'
Amar a la vida a través del trabajo, es intimar con el más recóndito secreto de la vida. Khalil Gibran
¡Ay de quien trabaje esperando la alabanza del mundo!: el mundo es un mal pagador y paga siempre con la ingratitud. San Juan Bosco
Con ánimo rebosante y alegre entreguémonos a nuestro trabajo, aun cuando éste parezca insuperable. Adolfo Kolping
Convéncete de que Dios trabaja siempre en el interior de tus deseos. Autor desconocido
Cuando contratas gente más lista que tú, demuestras ser más listo que ellos. R. H. Grant
Cuando he estado trabajando todo el día, un buen atardecer me sale al encuentro. Johann Wolfgang von Goethe
Cuando la meta es importante los obstáculos se vuelven pequeños. Autor desconocido
Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen, pierden el respeto. Georg Christoph Lichtenberg
Cuando el trabajo no constituye una diversión, hay que trabajar lo indecible para divertirse. Enrique Jardiel Poncela
Cuando trabajas bien eres responsable y custodio de tu hermano. Prof. José Roberto Cosio
Dadme una tarea en la que pueda poner algo de mí mismo y ya no será una tarea; será gozo; es arte. Bliss Carman
Debes estar dispuesto a trabajar sin descanso si quieres servir a los que sufren. Madre Teresa de Calcuta
Dichoso el que tiene una profesión que coincide con su afición. George Bernard Shaw
Dios provee a cada pájaro con un alimento, pero no se lo echa al nido. George Herbert 
El arte de dirigir consiste en saber cuándo se debe abandonar la batuta para no molestar a la orquesta. Herbert Von Karajan
El descanso pertenece al trabajo como los párpados a los ojos. Rabindranath Tagore 
El espíritu de grupo es lo que da a muchas empresas una ventaja sobre sus competidores. George L. Clements
El genio comienza las grandes obras, pero sólo el trabajo las acaba. Joseph Joubert
El hambre espía en la casa de los pobres, pero si la habitan personas trabajadoras, no se atreve a entrar. Benjamin Franklin
El hecho de que des a otro la posibilidad de trabajar no te da derecho a que te abuses de él, que lo instrumentalices o rebajes su dignidad. Prof. José Roberto Cosio
El hombre ha nacido para trabajar, y sólo quien trabaja con amor y asiduidad encuentra leve la fatiga. San Juan Bosco
El hombre que me da trabajo, al que tengo que sufrir, este hombre es mi dueño, llámelo como lo llame. Henry George
El laborioso gana su vida; el perezoso la roba. Focilides
El mejor ejecutivo es aquél que tiene suficiente criterio para escoger hombres buenos que hagan lo que él quiere, y suficiente autocontrol para no entrometerse en lo que hacen. Theodore Roosevelt
El modo de dar una vez en el clavo es dar cien veces en la herradura.  Miguel de Unamuno
El Paraíso no está hecho para los vagos. San Juan Bosco
El placer que acompaña al trabajo pone en olvido a la fatiga. Horacio
El trabajo ayuda siempre, puesto que trabajar no es realizar lo que uno imaginaba, sino descubrir lo que uno tiene dentro. Boris Pasternak 
El trabajo es el padre de la gloria y de la felicidad. Eurípides
El trabajo es un don de Dios y por eso es digno. El trabajador es imagen de Dios y por eso es digno. Tanto uno como el otro son dignos. Demos gracias a Dios. Prof. José Roberto Cosio
El trabajo es una gran defensa de la moralidad. San Juan Bosco
“El trabajo forma parte del plan del amor de Dios y otorga dignidad a la persona”. SS. Francisco

El trabajo hecho con gusto y con amor, siempre es una creación original y única. Roberto Sapriza

Vivir Conscientes


Cuando actuamos para lograr las cosas que nos importan de corazón, cuando nos lanzamos en una dirección que valoramos y que para nosotros merece la pena, cuando tenemos conciencia de donde estamos y que queremos y actuamos en consonancia, experimentamos una gran sensación de vitalidad. Se trata de una sensación de una vida bien vivida.

Lo cierto es que a lo largo de la vida aparecen muchos momentos en los que nos sentimos atascados. La vida supone dolor y tarde o temprano sufrimos. Y aunque no podamos evitar el dolor, si podemos aprender a lidiar con él de modo tal de construir una vida que valga la pena ser vivida. Mediante acciones con conciencia podemos crear una vida con sentido.

Mientras intentamos esa vida, nos encontramos con distintas barreras internas que pueden manifestarse como emociones, pensamientos o sensaciones. Muchas veces nos encontramos enredados con pensamientos y emociones dolorosas que parecen continuar sin posibilidad de cambio. 

Nuestra opción de vivir una vida más plena y significativa se ve bloqueada por este constante fluir, 
nos encontramos sin poder elegir y encontrar valor en lo que hacemos. A pesar de que creemos que estamos en control de nuestras decisiones, son nuestros pensamientos limitantes o las emociones que no nos gustan los que toman el volante de nuestra vida resultando en que nos sentimos desconectados y perdidos.

Para mí, una persona vive de forma consciente cuando ve y se da perfecta cuenta de lo que ocurre en su vida. Es decir, no niega ni maquilla la realidad, ni tampoco se escapa de ella a través de los viajes o la literatura. Simplemente ve las cosas como son… con su lado bueno, su lado malo y su lado regular.

Vivir conscientemente es tomar nota tanto las oportunidades como las amenazas que nos rodean, de nuestros aciertos y nuestros errores.


Y sobre todo: vivir con conciencia es escapar de la tiranía de las acciones y los pensamientos automáticos, esos que “nos salen sin querer y sin que podamos evitarlo”.

El Ser Confiable


Considero que ser confiable es una de las virtudes más importantes que puedes tener, ya que si lo eres, significa que los demás te ven como una persona:

Leal, sin dobles discursos, honesta y de buena predisposición. Dices lo que piensas aunque no sea, precisamente, lo que tu interlocutor quiera escuchar;

A quien pueden contar sus problemas y sus secretos, sabiendo que no los defraudarás y que guardarás la confidencialidad de lo que escuches;

Con la que pueden contar cuando lo necesitan, ya que estás presente (de la manera que dispones) para acercar palabras reconfortantes o un gesto de cariño a quien lo requiere, tanto en las buenas como en las malas;

Que mantiene su palabra y no cambia de opinión por conveniencia o porque se modifiquen las circunstancias: ser confiable también implica ser fiel a tus convicciones y a tu forma de ver la vida, y esto es algo que tiene un enorme valor. 

Claro que tienes dudas y también aciertos y desaciertos como cualquier otro ser humano, pero se ve una línea de conducta y de pensamiento en ti que permite que los demás se acerquen con seguridad;

En quien te puedes apoyar, sabiendo que hará lo mejor para ti en todo momento;

Que demuestra congruencia entre sus hechos y sus palabras;

Que apoya a los demás sin esperar obtener ventajas por ello.


¿Te consideras una persona confiable? ¿Qué haces para generar confianza en los demás?

La Mentira

Mentir está en contra de los cánones morales de muchas personas y está específicamente prohibido como pecado en muchas religiones. La tradición ética y los filósofos están divididos sobre si se puede permitir a veces una mentira (pero generalmente se posicionan en contra): Platón decía que sí, mientras que Aristóteles, san Agustín y Kant decían que nunca se puede permitir.

En función de las circunstancias, se entiende que mentir para proteger a personas de un opresor inmoral suele ser permisible. Es el caso, por ejemplo, de las víctimas de una guerra.

Mentir de una forma que intensifica un conflicto, en vez de atenuarlo, generalmente se considera el peor pecado.

Un mentiroso es una persona que tiene cierta tendencia a decir mentiras. La tolerancia de la gente con los mentirosos habitualmente es muy pequeña, y a menudo sólo se necesita que se sorprenda a alguien en una mentira para que se le asigne la etiqueta de mentiroso y se le pierda para siempre la confianza. Esto, por supuesto, es moderado por la importancia del hecho al que se refiera la mentira.

Una mentira graciosa, más comúnmente como bromear, engaño con propósito humorístico, cuando la falsedad se entiende, no se considera inmoral y es una práctica utilizada ampliamente por comediantes y humoristas.

El filósofo Leo Strauss acentuó la necesidad de mentir para ocultar una posición estratégica, o para ayudar a la diplomacia. Así lo hicieron también los representantes de la filosofía política, desde Maquiavelo hasta la "mentira noble" de Platón. 

Que las mentiras desaparezcan completamente del ámbito de la política, de la justicia, de la diplomacia, del periodismo y de otros muchos ámbitos de la vida social es algo virtualmente imposible, tal y como no pueden ser excluidas de las guerras que éstas mismas actividades, supuestamente, deberían prevenir.

Tipos de mentira
Pese a que las mentiras estén mal vistas, se ve como algo normal considerar que hay mentiras peores que otras.
San Agustín distingue ocho tipos de mentiras: las mentiras en la enseñanza religiosa; las mentiras que hacen daño y no ayudan a nadie; las que hacen daño y sí ayudan a alguien; las mentiras que surgen por el mero placer de mentir; las mentiras dichas para complacer a los demás en un discurso; las mentiras que no hacen daño y ayudan a alguien; las mentiras que no hacen daño y pueden salvar la vida de alguien, y las mentiras que no hacen daño y protegen la "pureza" de alguien. Por otra parte, san Agustín aclara que las "mentirijillas" no son en realidad mentiras.

Tomás de Aquino, por su parte, distingue tres tipos de mentiras: la útil, la humorística y la maliciosa. Según Tomás de Aquino, los tres tipos de mentira son pecado. Las mentiras útiles y humorísticas son pecados veniales, mientras que la mentira maliciosa es pecado mortal.

El tipo más grave de mentira es la calumnia, ya que con esto se imputa siempre a algún inocente una falta no cometida en provecho malicioso.

Paradojas relacionadas con la mentira

Dentro de cualquier situación en la que se dan siempre respuestas duales (por ejemplo, sí/no, blanco/negro), una persona de la que sabemos que está mintiendo consistentemente sería, de forma paradójica, una fuente de verdad. Hay muchas paradojas de esta clase, siendo la más famosa la que se conoce como la paradoja del mentiroso, comúnmente expresada como «esta proposición es mentira» o «esta proposición es falsa». La denominada paradoja de Epiménides —«todos los cretenses mienten», declara Epiménides el cretense— fue una precursora de la paradoja del mentiroso, aunque el hecho de que sea o no una paradoja también está en discusión. 

Hay una clase de acertijos lógicos relacionados con este asunto que, en inglés, se conocen con el nombre de «knights and knaves» (usualmente "caballeros y escuderos", frecuentemente "caballeros y bellacos", de vez en cuando "caballeros y villanos" o rara vez "caballeros y sirvientes", en español), en los que el objetivo es determinar, de un grupo de personas, quién miente y quién dice la verdad.

Emocionalmente Estables


La inestabilidad emocional se produce como consecuencia de diversos factores, por lo general, puede deberse a un desequilibrio químico en el cerebro, como la disminución de la serotonina, en los casos de depresión, o la variación del nivel de dopamina y serotonina en casos como el trastorno bipolar, o causas como el estrés, el abuso, la baja autoestima, el dolor, el abandono o la pérdida pueden producir inestabilidad emocional.

“Nuestras emociones pueden ser nuestra mayor fortaleza o nuestra peor debilidad. Todo depende de cómo las manejamos.”

Por lo tanto, hay muchas causas de inestabilidad emocional y podemos destacar las siguientes:

Estrés de la vida diaria
El estrés que puede llegar a producir la rutina del día a día, con momentos de tensión en el trabajo o en la familia, falta de tiempo para hacer las cosas, ir corriendo de un lado a otro, puede llegar a afectar a nuestras emociones y derivar en inestabilidad emocional si no aprendemos a gestionar lo que sentimos.

Baja autoestima
Hay personas que tienen baja autoestima, no gestionan bien sus emociones y pasan de la risa al llanto en dos segundos, no son capaces de tener una continuidad en nada y achacan lo que les ocurre a causas externas. En estos casos es preciso hacer una reflexión profunda sobre lo que sentimos y darnos cuenta de que proviene de nosotros mismos.

Ruptura de una relación de pareja
Cuando se rompe con una pareja se atraviesa por un proceso durante el cual podemos sentir rabia, enfado, rencor, nostalgia, alegría, tristeza. Son procesos complicados y que lleva tiempo superar.
“Las dificultades preparan a personas comunes para destinos extraordinarios.”
-C.S. Lewis-

No es tan fácil olvidar a una persona a la que hemos querido y con la que hemos compartido nuestra vida. La inestabilidad emocional que pueden suponer estos procesos, se supera día a día, con el tiempo y con el apoyo de las personas que nos quieren.

Pérdida de un ser querido
Perder a una persona a la que queremos es un dolor muy grande. También es un proceso en el que pasamos por varias fases como la negación, la tristeza, la nostalgia, la rabia. Todo ese cúmulo de emociones puede llegar a ser la causa de una estabilidad emocional.
El dolor solo se cura con el tiempo y debemos luchar día a día contra ese dolor para evitar que la tristeza nos invada y forme parte de nuestra vida. Llora si tienes ganas de llorar, no reprimas tus emociones y deja que la vida siga.


“Eres un universo único, lleno de emociones, pensamientos, sensaciones, deseos, sueños, aspiraciones, que solo esperan tu permiso para liberarse.”

Estar Al Acecho


Concebir el presente como una carrera de obstáculos parece inevitable, pero cuando todo se enreda, es preferible romper el hilo para recuperar el ovillo.

Estos días me ha tocado opinar públicamente sobre actuaciones gubernamentales y asuntos a los que creía no estar prestando demasiada atención, como la “reforma laboral”, pero las palabras salieron solas, no se trata de cuestionar o debatir sobre las vendas y la morfina sino de pensar de forma diferente y construir.

No capto el sentido de hablar de brechas que se agrandan en un barco que apenas flota y que no define destino.  El “más vale malo conocido” sólo nos lleva a un pasado que, supuestamente, ya no gustaba… y que nos trajo hasta aquí. No se trata de explicar sino de buscar la pregunta adecuada para avanzar y eso quiere decir debatir, desechar tópicos y trabajar para encontrar las respuestas en el lugar y forma adecuadas.

Ahora toca rasgarse las vestiduras por la fuga de talento pero tan estúpido resulta enredarse en el pesimismo como tratar de convencer con argumentaciones peregrinas:

“Cuando la gente se va del país debido al paro, derrotada, hay riesgo de que nunca regrese; eso es una gran pérdida para todos”

“aunque se marchen porque no hay trabajo, deberían verlo como una oportunidad, una etapa formativa, y tener confianza en su propio país, en que mejorará la situación y podrá repatriarles”
 “La clave es mantener abiertas las puertas para el regreso”
 “Es bueno para el país que se marchen porque cuando se recupere la actividad económica tendrán una experiencia enriquecedora y podrán volver”
“Me preocuparía más que se fueran personas con talento si no hubiese esa tasa (de paro)”

La oportunidad existe pero no en ese hipotético regreso que ocurrirá cuando “las cosas mejoren” sino que pasa por superar la economía posibilista, asumir riesgos y plantear un relevo generacional serio para evitar los “Peter Pan obligados”. ¿Habremos aprendido que hay técnicas que no funcionan?

Pero tampoco podemos olvidar que aunque el problema de fondo apunta a la educación no se soluciona legislando, que también, sino prestando atención al discurso del aprendizaje y al tipo de conocimiento que el futuro demanda. Estar al acecho buscando rastros de lo conocido supone un atentado al futuro, es hora de conducir con las largas y de dejar de alumbrar a quienes distancian para localizar a la gente que aproxima.

Podemos seguir con la queja  o empezar a mirar-nos, tenemos más capacidad de elegir de lo que queremos reconocer. Nos gusta decir que para construir algo nuevo hay que poner a las personas en el centro, pero no sé yo porque recuperando palabras de hace un tiempo…

Mucho parecido tienen los hologramas con nuestras acciones diarias en el trabajo y en cualquier lugar donde nos encontremos. Nuestra percepción de la gente depende, en gran manera, de la posición en que nos encontremos, y somos poco capaces de darnos cuenta de que esas percepciones son producto de nuestra forma de ver el mundo, de nuestras actitudes y no reflejan realmente la realidad exterior.

Lo esperanzador es cada vez hay más personas rompiendo hilos para establecer nuevas conexiones. Algunas ya se van sintiendo. Sigamos…



Inescrupulosos


Inescrupuloso es un adjetivo que se usa para calificar al individuo que no tiene escrúpulos. También se utiliza para aludir a lo realizado o expresado sin escrúpulos.

Para saber a qué refiere la noción de inescrupuloso, por lo tanto, resulta imprescindible conocer la definición de escrúpulo. Así se denomina al recelo o a la vacilación para la conciencia respecto a si algo es positivo desde una perspectiva moral.

Quien actúa sin escrúpulos, pues, no tiene esas reservas. De esta manera incurre en faltas morales ya que no contempla ningún límite en su accionar.

Por lo general alguien inescrupuloso se concentra en alcanzar sus metas, sin importarle los medios utilizados o los recursos empleados. Tomemos el caso de un empresario inescrupuloso que solo quiere ganar dinero. Este hombre es capaz de contaminar el medio ambiente y de explotar a sus empleados para maximizar sus ganancias: no le interesan las consecuencias de sus acciones.

Los delincuentes siempre son inescrupulosos debido a que cometer delitos es inmoral. Pero hay determinados tipos de delitos que generan mayor indignación en la sociedad. Un ladrón que se aprovecha de un anciano para engañarlo y robarle todos sus ahorros es probable que sea definido como un ser inescrupuloso. Una persona con escrúpulos no hubiera atacado a una víctima que, por su edad avanzada, resulta muy vulnerable.


Es posible, de todos modos, que alguien sea inescrupuloso sin violar la ley. Un sujeto puede progresar a nivel laboral delatando a sus compañeros, adulando a sus jefes y fomentando divisiones y conflictos internos con mentiras: este trabajador es inescrupuloso, pero no un criminal.

La Falsedad


Si hay algo que resulta verdaderamente lamentable es la mentira y la falsedad. Ambas cosas son capaces de destruir todo a su paso, de devastar los bosques más poblados y de hacer caer a las torres más altas.

Lo más triste de la hipocresía y del engaño es que nunca provienen de nuestros enemigos ni de las personas desconocidas. Como es de esperar, todo eso duele. Y mucho. Cuando nos engañan lo peor no son las mentiras en sí, sino lo que se llevan con ellas.

Cuando un sentimiento tan importante como la confianza se quiebra, algo en nuestro interior fallece. Esto ocurre porque la mentira y la falsedad pone en duda mil verdades, haciendo que nos cuestionemos incluso las experiencias que creíamos más francas

Una sola mentira lo cambia todo

Tanto la mentira como la falsedad son, en gran medida, una cuestión de hábito. Hay muchas personas que son hábiles en este “arte” y que nos mantienen a todos engañados de una manera verdaderamente asombrosa.

Como ya sabemos, la mentira habitual puede llegar constituir un problema psicológico serio. Estas personas suelen vender humo a cualquier precio con tal de salirse con la suya o, lo que es más grave, sin ningún otro aliciente más que engañar.

Otras veces, la mentira puede estar “justificada” como un error en la acción pero no en la intención. Es lo que solemos llamar mentiras piadosas, pues consideramos que la verdad hará más daño que la mentira.

Hay quien sostiene que cualquier tipo de mentira está basada en relaciones de mala calidad, pero lo cierto es que al ser humano, en ocasiones, no se le da bien aquello de valorar más colores que el blanco y el negro.

Con el tiempo todo se descubre

La mentira y la falsedad tienen siempre fecha de vencimiento, pues necesitan de muchas circunstancias para sostenerse. Esto acaba convirtiéndose en una espiral de enormes dimensiones que el mentiroso no puede manejar.

O sea que en cuanto una mentira sale de su boca, deja de controlar gran parte de ella. Como se suele decir en el argot popular: se pilla antes a un mentiroso que a un cojo

Traicionar a las personas que te quieren es uno de los actos más detestables que puede llevar a cabo el ser humano. Es difícil sobreponerse a su descubrimiento, pues en sí mismo el engaño alberga la capacidad de destruir por completo nuestro mundo.

Una persona traicionada es más que una persona dolida. Es alguien que se ha quedado sin norte, que ha perdido su brújula, que no comprende, que siente una angustiosa confusión, que tiene que derruir su hogar, que no sabe dónde guardar sus sentimientos y que se cree profundamente estúpido.

Es alguien que se pone un cartel, que se descalza y se desnuda, que se siente en ridículo. Alguien que tiene que empezar de cero, reconstruir sus muros, desandar un duro camino y tapar los hoyos. Es alguien que con heridas de muerte tiene que reanimarse y no sabe cómo.

Con el paso del tiempo es muy probable que la rabia y la impotencia que sentíamos al principio se conviertan en cierta lástima por todo aquello que se esfumó, se rompió o se marchitó. Es en estos momentos en los que podremos comenzar a sanar nuestras heridas y valorar con fuerza la lealtad.

Superar esto lleva un tiempo, pero para lograrlo hace falta perdonarnos a nosotros mismos y dejar de torturarnos por aquello que pensamos que podíamos haber evitado, por la mentira y la falsedad que nos ha rodeado. De esta forma lograremos hacer las paces con el mundo y volver a confiar.

Si en algún momento te hicieron daño, si en alguna ocasión la mentira y la falsedad parecía ser la carta de presentación de todas las personas que estaban a tu alrededor, no te castigues pensando que todo el mundo es igual, hacerlo sería como creer que porque te haya tocado la lotería un día te va a tocar cada vez que la compres.

A partir de ahí, valora tanto la lealtad como desvaloras la traición. No te culpabilices y perdona, pues la deshonestidad es una oportunidad buenísima para crecer y elegir mejor a quienes te rodean.

jueves, 1 de noviembre de 2018

En Sintonía Con Lo Que Queremos


Como seres humanos, tenemos con nosotros todo una gama de potencialidades y talentos que nos hacen grandes para conquistar nuestros sueños y metas. Lograr traspasar de un estado de insatisfacción o no deseado porque nos causa malestar, frustración a uno, que nos proporciona satisfacción y nos hace sentir plenos.

Todo lo que somos como personas es el resultado de lo que pensamos, sentimos, comunicamos y hacemos. De allí, que los objetivos, sueños y metas que deseamos alcanzar, deben estar precedidos de un cambio en nuestros esquemas o mapas mentales, de esas creencias que nos limitan o frenan, para dar paso a caminos, vías y rutas que nos lleven a donde queremos llegar.

La única manera de llegar a donde queremos llegar, es teniendo muy claro lo que queremos lograr, tener claridad y certeza de nuestros propósitos y acordes con nuestras expectativas.

Hay diversas maneras o vías que nos facilitan llegar a ese destino deseado. Sin embargo, el principal, es tener los objetivos deseados enfocados permanentemente, de manera que evitemos desviarnos de él, aún y cuando se presenten obstáculos o estemos rodeados de incertidumbre.

Si tenemos formas de pensar y de actuar más efectivas desde las que hasta ahora hemos tenido, saldremos adelante y podremos alcanzar niveles de crecimiento, expansión y desarrollo, con una visión ampliada para crear a voluntad los resultados que queremos alcanzar.

Cada uno de nosotros es merecedor de grandes cosas y grandes realizaciones, si somos capaces de emprender nuestro proyecto de vida, es decir, el por qué hacemos lo que hacemos y las razones para emprender la lucha diaria y movilizar todos nuestros recursos vitales para lograr ese bienestar y satisfacción personal.

Lo que queremos y deseamos debe cumplir con unas condiciones: estar muy claro y comprensible para nosotros mismos; debe ser muy específico en cuanto a lo que queremos lograr, de forma que no haya confusión con otros objetivos. Tiene que haber coherencia, es decir, estar en sintonía con una misión y visión personal. Además hay que precisar tiempo de alcance y consecución para que nos motive a su realización;  los objetivos deben ser posibles de alcanzar para que sean percibidos como estimulantes. 

También deben ser medibles, de forma tal que se sepa cuáles se han logrado o saber cuánto falta para hacerlo. Es beneficioso, establecer una jerarquía de ellos para determinar la importancia o urgencia que tienen de ser conseguidos y por último, debemos darles flexibilidad, de manera  de poderlos redefinir o adaptarlos a las circunstancias o condiciones inesperadas que puedan presentarse o por si hay que tomar nuevas decisiones.

Los éxitos y realizaciones no suceden por casualidad, ellos son resultados de una interacción sistemática de causas y condiciones, es decir, cuando distintos factores y agentes se concretan y combinan para permitir que lo que queremos, ocurra, “para que demos a luz” a nuevas ideas, propósitos y sueños.


En este sentido, es necesario tener claridad de las interrelaciones y conexiones existentes para hacer posibles dichos objetivos, es decir, los resultados y efectos que pueden generar en el entorno en el que nos desempeñamos y en nosotros mismos. Es conectarnos con las razones de por qué hacemos lo que hacemos, con lo trascendente de nuestra existencia. Es descubrir la misión y vocación específica y concreta que exige su cumplimiento.

Tu Eres La Persona


Cada vez somos más personas las que intentamos “vivir el presente”. Cada vez somos más conscientes de que nuestra vida está pasando ahora, y de que es en el ahora donde tenemos que estar centrados.

Esta idea es muy acertada y poderosa, pero lo cierto es que hay un pequeño problema con ella: normalmente interpretamos “vivir el presente” como sinónimo de “vivir centrados en el momento actual”. Es decir, si estás bebiendo agua, céntrate en esto y nada más; si estás andando, fíjate en tus pasos y olvida lo demás.

Y esto no es vivir el presente. El presente es algo mucho más grande que el momento actual.

En realidad, el presente lo es todo. No hay nada fuera del presente.

Vivir el presente es vivir conectado con todo. Es vivir en la eternidad.

Para poder entender bien cómo vivir el presente, primer tenemos que tener claro qué es el presente exactamente.

Como te decía, normalmente interpretamos el presente como lo que está sucediendo en el momento actual. Es decir, si estamos en casa sentados en el sofá, el presente es esto y solo esto. Todo lo que nos ha sucedido antes y todo lo que vendrá después lo llamamos “pasado” y “futuro”, y lo consideramos fuera del presente.

Sin embargo, en realidad no es exactamente así. Tu pasado está vivo dentro de ti ahora mismo, y tu futuro también. Los dos forman parte de tu presente.

Para comprobarlo, te propongo un ejercicio muy sencillo. Se trata simplemente de elegir un evento cualquiera de tu pasado (da igual si es reciente o lejano), y luego decir la siguiente frase:
Yo soy la persona que en tal momento vivió tal situación.

Una vez lo hayas hecho, medita un momento sobre esta frase. Es una frase que es cierta, ¿verdad? Y fíjate bien que el verbo principal de la frase está en presente: “yo soy la persona que…” No dices “yo era la persona que vivió tal situación”. Lo eres en presente. Sigues siendo esa persona.

Esto significa que tu pasado está aquí ahora mismo contigo.

Otra manera de verlo es darte cuenta de que tu personalidad y tu manera de ver el mundo dependen en gran parte de tus experiencias pasadas. Por ejemplo, si de pequeño tuviste un trauma que no has superado, esa situación está a tu lado ahora mismo. Todo lo que ha sucedido en el pasado ha contribuido a forjar tu personalidad, y está aquí ahora mismo interaccionando con lo que estás viviendo en el momento actual.

Con el futuro pasa exactamente lo mismo, aunque quizás cuesta un poco más verlo. Si quieres, podemos hacer un ejercicio parecido al anterior: elegir un evento de tu futuro y luego decir: yo soy la persona que más adelante viviré tal situación.

La única diferencia es que ahora no sabemos cuál es esa situación, porque el futuro es desconocido para nosotros, pero esto no cambia gran cosa. Tú seguirás existiendo más tiempo, eso sí lo sabemos, y harás más cosas en el “futuro”. Y ahora, en este mismo instante, tú eres la persona que hará esas cosas. Da igual que no sepas qué cosas son. Ya eres esa persona.

Además, tampoco es del todo cierto decir que no sabes qué experiencias vivirás en el futuro. Tú sabes algunas cosas que te gustaría conseguir, y también otras que te gustaría evitar. No sabes exactamente qué pasará, pero sí tienes algunas ideas de hacia dónde tienes intención de dirigir tus pasos. Y estas ideas están aquí, ahora mismo, haciéndote compañía.


Así que tu presente no es únicamente el momento actual que estás viviendo, sino algo mucho más amplio, que incluye eso que llamamos pasado y futuro:

Compartir Lo Bueno


En ocasiones cuando charlamos con otras personas acostumbramos a tener conversaciones en las que hablamos de nuestros problemas personales, familiares, laborales, etc. Es común que los seres humanos nos inclinemos a hablar de lo malo que nos sucede en lugar de centrarnos en todo lo bueno que puede estar sucediendo a nuestro alrededor. Simplemente pongámonos a pensar ¿de qué hable con las personas que conviví hoy? ¿acaso compartí con ellos experiencias positivas o ellos compartieron conmigo visiones optimistas?; si nos ponemos a pensar, charlamos más sobre cuestiones negativas y de esta forma, vamos compartiendo una cadena de pesimismo con cada persona que nos encontramos.

En una investigación realizada en la que varias universidades norteamericanas participaron, dirigida por el psicólogo Nathaniel Lambert, se llegó a la conclusión de que una manera de contrarrestar la tendencia a la negatividad es comentar con amigos, familiares y personas en general, acerca de las cosas buenas que nos pasan o los recuerdos felices que tenemos. Esto genera un aumento de bienestar no sólo en nosotros mismos sino también en las personas con las que compartimos las experiencias positivas.

Por lo general, las personas positivas suelen ser agradecidas con todo lo que les rodea, por lo que tienden a mantener una visión más optimista tanto de sí mismo como de los demás.


El reto se encuentra en lograr enfocarnos en los aspectos buenos de nuestra vida y dejar a un lado los negativos, esto no quiere decir que los neguemos o evadamos, sino que dejemos de centrarnos en lo malo que nos sucede para lograr enfocarnos en los aspectos más optimistas de nosotros mismos y de los que nos rodean. Por lo cual te invito a que a partir de hoy hablemos en positivo y propositivo.

Madurez Y Coherencia


La madurez es la coherencia de vida entre lo que se es y lo que se profesa. Una persona madura es la que actúa de acuerdo a la etapa de vida que está viviendo.

Por tanto, un niño que no se interesa en juegos de niño, no se le puede llamar “maduro” nada más por este hecho. Así como un adulto que no es fiel a sus compromisos con toda razón puede ser tildado de inmaduro.

Es importante reconocer que la madurez no es algo que se alcance de una vez por todas en la vida, sino una conquista de todos los días.

La persona madura sabrá vivir serenamente lo que le toque vivir; ejercerá una sana independencia, de acuerdo al momento y situación que le corresponda; tendrá metas desafiantes, pero alcanzables; poseerá la flexibilidad para adaptarse a las diversas circunstancias; sabrá diferenciar lo importante de lo menudo, evitando hacer dramas por nimiedades.

Hay cuatro áreas que una persona madura deberá de tener bien trabajadas:

1. ª Madurez intelectual
La persona madura a nivel intelectual habrá formado a lo largo de su vida una serie de convicciones y opiniones propias, sustentadas no en sus caprichos, sino en razones conocidas, experimentadas y probadas.
A la vez, se mantendrá abierta a las opiniones de los demás. Sabrá buscar consejo y orientación ante los problemas de la vida. Pero, finalmente, será consciente de que la responsabilidad de tomar una decisión personal recae únicamente en ella.

2. ª Madurez emocional
Alguien emocionalmente maduro no ignorará sus emociones, pero tampoco se dejará controlar exclusivamente por ellas. Sabrá expresarlas a quien tenga que hacerlo, en el momento adecuado y de la manera correcta.
Esto no significa que será fría en la expresión de las mismas, ¡todo lo contrario! Pero no dejará que ellas tomen las riendas de su vida.
Una persona madura, igualmente, puede recibir de otros alguna crítica, agresión o maltrato, sin que esto le lleve a la depresión. Sabrá colocar cada cosa donde corresponda.
Superará sus miedos y temores, y si alguna vez necesita ayuda para lograrlo, no dudará en pedirla a quien le pueda asistir.

3. ª Madurez social
Las verdaderas amistades de una persona madura serán siempre significativas. No se hará la ilusión de tener amigos por todas partes, porque sabe que eso no es posible. Sin embargo, con todos será amable, les dará su lugar y sabrá congeniar y divertirse en cualquier parte.
La persona emocionalmente madura se adapta a las circunstancias, sin por ello perder sus propias convicciones. Respeta a la autoridad, pero no depende exclusivamente de ésta para desarrollarse.
4. ª Madurez moral

Sus convicciones en el campo moral también son sólidas. Porque ya no dependen del ambiente o de la propia educación, sino de la búsqueda que ella misma ha realizado.
No actúa por conveniencia, sino porque sabe qué es lo que debe ser. Por ello será fiel a sus compromisos. Tiene ideales claros, y hace todo para conquistarlos. Jamás dejará de alimentarlos e ilustrarlos con lecturas y conversaciones inteligentes.
Su moral será altruista, buscando el bien común, no egocéntrica. Pues sabe que en la soledad no se puede vivir. Siempre estará atenta a ayudar a aquellos que lo necesiten, porque ella misma es consciente de que todos necesitamos de todos.



La Capacidad De Pensar

El término hebreo mezim·máh se usa para designar la capacidad de pensar, es decir, la capacidad de dar consideración seria y juiciosa a un asunto con conocimiento de causa (Pr 5:2; 8:12); los ardides, estratagemas e ideas insensatas de hombres inicuos (Sl 10:2, 4; 21:11; 37:7; 139:19, 20; Pr 12:2; 24:8; Jer 11:15), o las “ideas” que Jehová Dios o su “corazón” se proponen realizar. (Job 42:2; Jer 23:20; 30:24; 51:11.)

Uno de los objetivos de los proverbios es dar al joven conocimiento y capacidad de pensar. (Pr 1:1-4.) La información que se halla en los proverbios es una ayuda valiosa para orientar el pensamiento y la vida de la persona. La capacidad de pensar salvaguarda de seguir un proceder incorrecto y de asociarse con quienes pueden ejercer una influencia hacia el mal, pues ayuda a discernir el resultado final de tal proceder. Todo ello resulta en bendición.

La sabiduría y la capacidad de pensar protegen a la persona de actividades que conducen a calamidad y así resultan ser vida para el alma. Tal persona disfruta de seguridad y no tiene por qué temer que le alcance la justicia por haber llegado a ser culpable de una mala acción. (Pr 3:21-25.)


Sin embargo, aquel que verdaderamente ejerce la capacidad de pensar también puede llegar a ser objeto de odio. Es posible que esta sea la idea expresada en Proverbios 14:17: “El hombre de capacidades de pensar es odiado”. A menudo las personas que no son reflexivas ven con desaprobación a quienes utilizan sus facultades mentales. Además, los que ocupan sus facultades mentales en hacer la voluntad de Dios pueden esperar que se les odie. Jesús dijo a este respecto: “Porque ustedes no son parte del mundo, sino que yo los he escogido del mundo, a causa de esto el mundo los odia”. (Jn 15:19.) Por supuesto, el término utilizado en el lenguaje original para “capacidades de pensar” en Proverbios 14:17 puede implicar también pensamiento maligno. 

Por lo tanto, otro significado de ese texto pudiera ser que se odia al hombre que trama el mal, y así es como lo vierten muchas traducciones: “El hombre de inicuas intrigas será odiado” (DK, Mod; véase BAS, BJ, MK y otras).

Intentar Siempre


La determinación, la decisión, el compromiso que aceptamos con nosotros mismos es la más fácil y a la vez la más peligrosa de todas las decisiones que podemos tomar…peligrosa por el hecho de las mil excusas y razones que pueden aparecer en nuestro camino y que pueden tentarnos y llevarnos a la deserción en medio de nuestro proceso, en medio de nuestro pacto con el mejor y el peor de los socios que podemos encontrarnos: nosotros mismos…

Por eso hoy me aventuro a hablar de la Coherencia y el Enfoque  como las claves fundamentales del éxito en cualquier proceso, en este caso hablando de los procesos de cambios físicos y de estilos de vida de nocivos a saludables, todo el mundo anda en la “ONDA” en la “MODA” pero estas palabras suenan efímeras y vacías… lo suficiente como que para que cualquiera te pueda decir: no caigas son modas que pasan…

La coherencia nos define, es lo que demuestra que no perdemos nuestra esencia que podemos cambiar de opinión, pero que siempre debemos ser consecuentes y files a nuestros principios y pensamientos… abiertos a un mundo de posibilidades de enseñanzas y de innovación pero conservando nuestro norte, que puede sufrir matices pero nunca dejar de definirnos como quienes somos realmente, como diría el recién fallecido García Márquez “Se puede ser infiel pero nunca desleal” nunca podemos ser desleales a lo que realmente somos, y en este mundo donde todos queremos ser “Gurús del Fitness” y motivadores debemos revisar si lo que predicamos o los lineamientos que estamos siguiendo nos están permitiendo convertirnos en una versión mejorada de nosotros mismos o en seres irreconocibles tanto física como mentalmente, recordemos que estos cambios hacia lo fitness, hacia lo saludable ya hemos conversado que son tanto físicos como mentales, ya que durante el proceso logramos comprobar y tomar conciencia de que es lo que realmente beneficia a nuestro organismo…en resumen que la coherencia en este aspecto nos llevara al éxito, si siempre evaluamos y repasamos que continuamos siendo nosotros mismos, que simplemente estamos haciendo ajustes para sentirnos mejor pero que no debemos cambiar nuestra esencia, siempre y cuando nos sintamos a gusto con ella y sean positiva…


El enfoque la otra palabra clave para el éxito, si bien tenemos que ser coherentes, ser nosotros mismos, estamos claros que estamos buscando cambios así que debemos hacer varios ajustes, no pretendas que veras cambios y lograras tus objetivos si permaneces estático y negado a lo nuevo, “innovar” no significa cambiar quien eres significa reinventarte y renovarte para ello necesitas estar muy enfocado, conocer quién eres conocer tus limitaciones para de esta manera trazarte metas…en este proceso de vida saludable es muy importante siempre tener una meta, la clave es mantenerse no llegar ni ganar la carrera, vale más mantenerse y disfrutar del éxito reinventarse y trazarse cada día nuevas metas que llegar a la meta y que el éxito sea efímero, llegando a un fracaso del que nos costara un poco salir (ojo en caso de que pase esto saldrás bien y victorioso igualmente, recuerda que rendirse nunca es una opción)…resumiendo el enfoque… creo que parte de lograrlo está en la motivación convirtiéndose esto en un espiral de energía positiva que generas tú mismo y que refuerzas según con quien te rodees…inspirate, motívate a continuar, vas a tener días buenos y días malos esto es universal y le pasa a todo el mundo lo que marca la diferencia entre exitosos y fracasados es que los exitosos siempre se levantan, los fracasados con la primera caída deciden no levantarse más…forma parte del grupo de los exitosos archivando los fracasos que siempre aparecerán de vez en cuando pero que TU sabrás vencer…