Cada vez somos más personas las que intentamos “vivir el
presente”. Cada vez somos más conscientes de que nuestra vida está pasando
ahora, y de que es en el ahora donde tenemos que estar centrados.
Esta idea es muy acertada y poderosa, pero lo cierto es que
hay un pequeño problema con ella: normalmente interpretamos “vivir el presente”
como sinónimo de “vivir centrados en el momento actual”. Es decir, si estás
bebiendo agua, céntrate en esto y nada más; si estás andando, fíjate en tus
pasos y olvida lo demás.
Y esto no es vivir el presente. El presente es algo mucho
más grande que el momento actual.
En realidad, el presente lo es todo. No hay nada fuera del
presente.
Vivir el presente es vivir conectado con todo. Es vivir en
la eternidad.
Para poder entender bien cómo vivir el presente, primer
tenemos que tener claro qué es el presente exactamente.
Como te decía, normalmente interpretamos el presente como lo
que está sucediendo en el momento actual. Es decir, si estamos en casa sentados
en el sofá, el presente es esto y solo esto. Todo lo que nos ha sucedido antes
y todo lo que vendrá después lo llamamos “pasado” y “futuro”, y lo consideramos
fuera del presente.
Sin embargo, en realidad no es exactamente así. Tu
pasado está vivo dentro de ti ahora mismo, y tu futuro también. Los dos forman
parte de tu presente.
Para comprobarlo, te propongo un ejercicio muy sencillo. Se
trata simplemente de elegir un evento cualquiera de tu pasado (da igual si es
reciente o lejano), y luego decir la siguiente frase:
Yo soy la persona que en tal momento vivió tal situación.
Una vez lo hayas hecho, medita un momento sobre esta frase.
Es una frase que es cierta, ¿verdad? Y fíjate bien que el verbo principal de la
frase está en presente: “yo soy la
persona que…” No dices “yo era la persona que vivió tal situación”. Lo eres en
presente. Sigues siendo esa persona.
Esto significa que tu pasado está aquí ahora mismo contigo.
Otra manera de verlo es darte cuenta de que tu personalidad
y tu manera de ver el mundo dependen en gran parte de tus experiencias pasadas.
Por ejemplo, si de pequeño tuviste un trauma que no has superado, esa situación
está a tu lado ahora mismo. Todo lo que ha sucedido en el pasado ha contribuido
a forjar tu personalidad, y está aquí ahora mismo interaccionando con lo que
estás viviendo en el momento actual.
Con el futuro pasa exactamente lo mismo, aunque quizás
cuesta un poco más verlo. Si quieres, podemos hacer un ejercicio parecido al
anterior: elegir un evento de tu futuro y luego decir: yo
soy la persona que más adelante viviré tal situación.
Además, tampoco es del todo cierto decir que no sabes qué
experiencias vivirás en el futuro. Tú sabes algunas cosas que te gustaría
conseguir, y también otras que te gustaría evitar. No sabes exactamente qué
pasará, pero sí tienes algunas ideas de hacia dónde tienes intención de dirigir
tus pasos. Y estas ideas están aquí, ahora mismo, haciéndote compañía.
Así que tu presente no es únicamente el momento actual que
estás viviendo, sino algo mucho más amplio, que incluye eso que llamamos pasado
y futuro:
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