lunes, 3 de diciembre de 2018

Pensar Es Filosofar


 Filosofar es pensar. Pero ¿qué es pensar? Pensar es como decía el maestro de filosofía José Ortega y Gasset, una tarea, algo que el ser humano hace por algo y para algo, una ocupación y no sólo algo que en él pasa. La mente del ser humano intenta por distintos caminos saber a qué atenerse respecto al mundo y a sí mismo. Uno de esos caminos es el saber filosófico.

El pensar en forma filosófica, es como señala Gramsci, un método intelectual, que pretende formarse una concepción coherente del mundo, que no  sea fragmentaria, inconexa, acrítica, ocasional y dispersa, compuesta de fragmentos de diversas concepciones, con frecuencia contradictorias.

Pensar, razonar correctamente es una habilidad que suele llamarse “lógica como arte”, nos dice la filósofa Adela Cortina. Se trata de tener un razonamiento en que las personas establezcan relaciones lógicas de causa y efecto, que incorpore operaciones como la deducción, la inducción, la síntesis, que analice la interconexión dialéctica de los hechos.

 Pensar es una actividad que pretende desarrollar el sentido del razonamiento lógico, la capacidad crítica, el análisis, la curiosidad que no respeta dogmas ni ocultamiento. Pensar es fomentar el uso de la razón: para observar, abstraer, deducir, para obtener una visión de conjunto ante el panorama del saber. Así como sensibilizarse, para apreciar las más bellas realizaciones del espíritu humano; 
motivado por el entusiasmo, la pasión, el amor al conocimiento, como afirma F. Savater en su libro “El valor de educar”.

 Pensar es filosofar. La filosofía es en su origen histórico y etimológico: ”amor a la sabiduría”, “philos”- “sophia”.

Adela Cortina nos recuerda que la filosofía occidental nace en Grecia, concretamente en Mileto (Asia Menor), en el siglo VI a.C. En textos de Heródoto, Tucídides y Heráclito aparecen términos relacionados con el “filosofar”, (hos philosopheón) en conexión con otros como “sabiduría” (sophie).

El filósofo, el pensador, aspira al saber, gracias a esta actitud se pone en marcha un motor impulsado por el sentimiento de amor, admiración y gusto por el conocimiento. Como lo ilustra un historiador de la antigüedad con las siguientes palabras con las que Creso saluda a Solón: “Han llegado hasta nosotros muchas noticias tuyas, tanto de tu sabiduría como de tus viajes, y de que, movido por el gusto del saber, has recorrido muchos países para examinarlos”.

La admiración, el asombro, se produce ante un mundo que plantea toda suerte de interrogantes. Aristóteles dice que: ”los hombres comienzan y comenzaron siempre a filosofar movidos por la admiración, al principio admirados ante los fenómenos sorprendentes más comunes; luego, avanzando poco a poco y planteándose problemas mayores…”.

Adoptar ante el universo la actitud descrita da lugar al saber filosófico: la filosofía se caracteriza por ser un amor a la sabiduría, una aspiración al conocimiento motivada por la admiración.

La admiración era definida por el filósofo Descartes como asombro, descubrimiento, conocimiento emocionante: “la súbita sorpresa del alma que la lleva a considerar con atención los objetos que le parecen raros o extraordinarios”.

El filósofo Bertrand Russell nos dice que el conocimiento en sus inicios fue debido a hombres que tenían amor al universo. Percibían la belleza de las estrellas y del mar, de los vientos y de las montañas. Porque amaban todas esas cosas, sus pensamientos se ocupaban de ellas y deseaban entenderlas más íntimamente que lo que la mera contemplación exterior hacía posible. 

“El mundo- decía Heráclito- es un fuego siempre vivo”. Los filósofos griegos sintieron una gran inclinación hacía el conocimiento, percibían la extraña belleza del mundo, eran hombres de un intelecto titánico y de una intensa pasión.

La pasión por saber, por entender el mundo y el deseo de transformarlo para el mejoramiento de la humanidad, son grandes motores que impulsan el avance del conocimiento.


Los Adultos Mayores En La Educación


La incorporación de las personas adultos mayores a los diferentes sistemas de educación ayuda a disminuir la brecha y marginalización a la que son sometidos esta parte de la población después de su retiro.

A través de la educación se logra un reposicionamiento subjetivo del adulto mayor frente a los vínculos que establece en sus redes sociales y en el sistema social más amplio. Por medio del aprendizaje las personas pueden re cualificarse y reposicionarse frente a las demandas emergentes de la sociedad.

Durante el “Tercer Congreso Iberoamericano: Universidades para todas las edades, Costa Rica 2009”, el Dr. José Alberto Yuni, director del Programa Universidad de Mayores de la Universidad Nacional de Catamarca de Argentina, se refirió a los enfoques y modelos curriculares implementados para el trabajo con las personas adultas mayores.

Desde hace 25 años algunas universidades latinoamericanos crearon actividades que permiten la incorporación o reincorporación del adulto mayor al sistema educativo. Es difícil tratar de estandarizar un m modelo universal que indique la estrategia pedagógica a seguir; por eso, cada sociedad debe crear un método que atienda y satisfaga las necesidades específicas de la población, acorde a cada realidad.

El Dr. Yuni recomienda que para la elaboración de los modelos se tomen en cuenta ciertos aspectos para alcanzar el éxito. Primero, el envejecimiento no es algo homogéneo casa persona lo vive distinto, se deben pensar prácticas, situaciones y contextualización para sujetos y grupos heterogéneos y considerar las (des) articulaciones, continuidades y quiebres entre la educación, el curso de la vida y el envejecimiento.

Para el investigador, América Latina debe trabajar en la alfabetización de los adultos mayores, pues, el analfabetismo sigue siendo uno de los principales problemas de educación. Además, los nuevos formatos de la información agravan la exclusión y la brecha por lo que hay que enseñarles a los adultos estos nuevos lenguajes.


Además, de brindarles conocimientos especializados que estimulen la capacidad para seguir aprendiendo, promover el desarrollo del pensamiento crítico y ampliar el repertorio cultural.

Tu Tiempo Más Valioso


Quizá alguna vez has notado como, cada vez que empiezas un libro de un tema en concreto, no puedes leer más de las cinco primeras páginas o que cuando quieres aprovechar el tiempo libre en los días de fiesta acabas haciendo otras cosas que nada tienen que ver con tus deseos e inquietudes. Son algunas las señales que te pueden mostrar si estás donde quieres estar en este preciso instante.

Todo el mundo tiene fantasías acerca de cómo quiere que sea su vida, pero solo los que caminan por el lado correcto del sendero serán los que logren lo que desean. Pero, ¿cómo puedes saber si realmente estás dónde quieres estar?, ¿Cómo ser consciente de si ese camino es realmente el tuyo o de si te has equivocado? NO encontrar las respuestas para estas preguntas suele conllevar un peaje demasiado caro.

Hay personas que empiezan a andar por un camino sin darse cuenta de que no están haciendo lo que realmente quieren hacer en la vida. Casi las mismas personas que, cuando se dan cuenta, piensan que es demasiado tarde y prefieren quedarse dentro de una jaula, mientras tienen la llave en la mano para poder liberarse.

Para que te des cuenta de que tienes esa llave liberadora en tu mano, tendrás que identificar algunas señales que apuntan a que el lugar en el que habitas no se adapta a ti. Estas señales son una advertencia para que puedas cambiar el rumbo y empezar a sentirte bien… y una de ellas es cuando te quejas por todo.

Si no estás satisfecho con tu trabajo, con tu sueldo, con tu familia, con las personas que tienes a tu alrededor, con la vida o simplemente contigo mismo, entonces lo más probable es que te pases el día quejándote hasta del aire que respiras. Si eres de esas personas que solo sabe decir la parte negativa de las cosas, entonces es muy probable que en tu mente solo habiten pensamientos oscuros y catastróficos.

Cuando en la mente solo hay oscuridad, tus propios pensamientos estarán actuando en tu contra porque empezarás a construir la realidad de la que te quejas y de la que te pasas el día huyendo. Para empezar a cambiar las cosas, es mejor que practiques el buen hábito de ser agradecido por lo que tienes en tu vida y tener una actitud positiva ante aquello que no queda más remedio que afrontar.
No estás disfrutando de la vida

En estos casos la vida puede ser un jersey, que a la vista es chulo, pero que cuando te lo pones te pica por todos los lados. De alguna manera te gusta, porque desde cierto punto de vista te atrae el lugar en el que estás, sin embargo desde el resto de facetas es algo que te causa ansiedad y, a largo plazo, dolor.

Porque cuando estás en el lugar inadecuado, cuando vives en un continuo anhelo, tu cuerpo -como lugar en el que funciona nuestra mente- también sufre. Está probado que un bajo estado de ánimo debilita nuestras defensas y, junto a la falta de cuidados, nos hace mucho más vulnerable a contraer determinadas enfermedades o a que estás se desarrollen más rápido y aumenten su gravedad.
Por otro lado, acumular y trabajar está muy bien. Tener recursos nunca es algo despreciable, sin embargo, entiende la historia de aquel hombre que se pasó años y años ahorrando para poder hacer frente a cualquier imprevisto imaginable y el primer imprevisto que le apareció fue la muerte, a la que no le valieron de nada las monedas ni los papeles coloreados. No olvidemos que el mejor trabajo para conquistar el éxito es hacerlo cada día.

“La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.”
-Benjamin Franklin-

Cuando se pierde el tiempo en cosas que no son necesarias es otra señal clara de que algo no marcha bien. Navegar por Internet durante horas sin hacer nada productivo, ver series de televisión para pasar las tardes, jugar a los videojuegos, fumar o beber demasiado también pueden ser indicadores a tener en cuenta para evaluar si realmente es esa realidad la que quieres en tu vida.
¿Disfrutarás del éxito y de la plenitud haciendo lo que estás haciendo cada día? ¿Crees que realmente te aporta bienestar o es la causa de que poco a poco te apagues por dentro? No permitas que tu luz quede opacada y busca las cosas que realmente te hagan sentir bien.

“Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas.”
Pablo Neruda


domingo, 2 de diciembre de 2018

EL Aquí Y El Ahora


Vivir aquí y ahora. Estar presente parece obvio, y aunque debería serlo, en realidad es la excepción. ¿Por qué? Porque la verdadera presencia es más que estar físicamente en un lugar: es estar conectados con nuestra esencia, que es hermosa e imperturbable.

Lamentablemente, esa paz interior se ve perturbada, a veces violentamente, por nuestros pensamientos y emociones, que nos alejan del momento presente, del aquí y ahora.
“El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He ahí por qué se nos escapa el presente”.
-Gustave Flauvert

Descartes, el famoso filósofo francés del siglo XVII dijo: “Pienso, luego existo”. Esta frase define la forma como el ser humano moderno se identifica a sí mismo: a través de sus ideas y pensamientos. Sin embargo, en la actualidad existen otras visiones que se permiten disentir de tan respetable y erudito pensador.

Y es que, aunque los pensamientos e ideas son poderosos e importantes, no dejan de ser relativos y pasajeros. Es decir, si nos definiéramos a nosotros mismos por lo que pensamos, estaríamos asentando nuestra identidad sobre arenas movedizas.

Así, lo que los demás o incluso nosotros pensamos de nosotros mismos, no nos define, sino que son solo conceptos que no logran abarcar nuestra verdadera esencia. Además, la perorata interminable de pensamientos que constituye nuestro diálogo interno produce un ruido que nos impide escuchar la hermosa melodía que proviene de nuestra presencia y nos mantiene desconectados del momento actual.

Desde que Freud destapó la olla del inconsciente y comenzó a interpretarlo, la psicología comenzó a moldear la forma como percibimos nuestra vida mental y emocional. Como ciencia al fin, está basada en un modelo mecanicista y racional, con énfasis en la patología o enfermedad.

Por lo tanto, si tenemos ciertos síntomas y conductas que se ajustan a ciertos patrones, somos etiquetados, medicados y hasta condenados a “cargar” con una “enfermedad mental” de por vida.

Aunque es innegable que las emociones son parte de nuestra humanidad, estas son igualmente pasajeras y no constituyen la parte más profunda ni real de nuestro ser.

Las emociones son fenómenos temporales como lo son las tormentas. Siempre pasan, y el imperturbable firmamento reaparece porque en realidad siempre estuvo allí, a pesar de lo escandaloso que haya podido haber sido el fenómeno meteorológico (o psicológico).

Por lo tanto, como diría Eckhart Tolle, autor de El poder del ahora, “no te tomes tus emociones demasiado en serio”. Estas solo se instalan si nos identificamos con ellas y dejamos que se posesionen de nosotros.


No te engañes, tu presencia está por encima de las emociones y es imperturbable. Desde las alturas de la presencia puedes observar la tormenta de tus emociones pasar; acéptalas, siéntelas, pero sin sufrimiento innecesario. Ten la certeza de que la presencia que eres tú es fuente inagotable y permanente de paz y felicidad.

La Opinión De Los Demás

Que nada te importe, que nada te afecte, que todo te valga no es algo que haces a propósito, sino es una manera libre y despreocupada de Ser. Es un estado en donde estás totalmente a gusto contigo mism@, te diviertes en cualquier situación, no reaccionas ante cualquier cosa que pase y sobre todo sabes quién eres (te sientes cómodo con que eres, dices o haces) por tanto lo que sea que digan de vos en determinado momento no tendrá ningún tipo de efecto dentro tuyo.

...¿Te importa mucho la opinión de los demás?
¿Te has preguntado alguna vez por qué te afecta mucho lo que dicen o piensan de ti? Cuando las cosas externas te afectan y alteran mucho significa que internamente estás muy incómodo con lo que eres o haces. 

Todos nosotros en algún momento de nuestras vidas nos hemos encontrado ante la situación de lidiar con otras personas que molestaban ya sea por lo que decían o pensaban de nosotros. Si eres como el 90% de personas en el mundo, después de estas situaciones seguro te quedas muy molesto(a), incómodo(a) y desconcertado(a) por lo que se te ha dicho y por lo que pudiste haber dicho/hecho como reacción a la mención o ataque, pero te quedaste quieto(a) y en silencio. (o hiciste algún berrinche)

Pero la cosa no acaba ahí. Como resultado de este tipo de situaciones, has empezado a experimentar una creciente incomodidad interna, ansiedad, y miedo a decir o hacer cosas por no exponerte a situaciones en donde puedan juzgarte y no te sientas como te hacen sentir.

¿Te suena familiar?
Incluso hay veces en que no tiene que suceder afuera nada! Uno en su mente se arma perfectamente la escena y bastará para sentirse jodido sin siquiera haber escuchado algo. Piensas que otras simples charlas que nada que ver con vos son ataques y te das por aludido cuando se tocan ciertas “palabras incómodas.” 

Crees que evitando gente y situaciones en donde puedes ser vulnerable es la solución. Pero no. Esa cosa está ahí siguiéndote a donde sea que vayas. Estés solo o acompañado.

Para llenar ese vacío muchos buscan aprobación desesperadamente de otras personas para que les recuerden constantemente lo que valen o lo que son.

Es como mendigar amor y valía.

Tal vez no lo ves ahora, pero lo que te afecta de algo está relacionado directamente en por qué haces ese algo.
Haces ese algo para tener ese algo.
Es como ser adicto a todo lo que digan o piensen de ti.
Es alimentar a tus demonios con más de las cosas que les gusta escuchar o “comer” y se perpetúe la charla negativa interna con la idea que tienes de ti mismo.
El ciclo se repite.

Los demonios son unos bichos muy hambrientos y constantemente quieren más y más. Por tanto hay que seguir alimentándolos con más…

Más aprobación, más opiniones, más insultos, más ataques, más críticas…
Te sientes mal, odias a la gente por hacer eso contigo.

¿Pero qué esperabas? Es lo que te gusta. Es lo que buscas. Es lo que provocas.

Cuando actúas de esta manera, dependes de todo lo que digan o hagan los demás para obtener cierta sensación de valor o aprobación para ti.

En otras palabras, no confías en tu propio valor, y das más importancia a la opinión de los demás. Alimentas tu propia inseguridad y constantemente necesitas de los otros que te digan lo bien o mal que estás haciendo algo y lo mucho o poco que vales.

Los otros te definen.
Cuando alguien por fin te dice lo bien que lo estás haciendo o lo grandioso que eres, NO es suficiente para ti. A tus demonios no les gusta comer ese tipo de cosas. Lo rechazan, lo vomitan.


No te crees los elogios que te dicen porque tú mismo no crees eso dentro de ti. Eso que te dicen no va acorde a lo que hay adentro, por tanto lo repelas y no lo aceptas.

Oxímoros


Oxímoron es una figura literaria que consiste en combinar dos expresiones de significado opuesto en una misma estructura, con el objetivo de generar un tercer concepto con un nuevo sentido. El estudio de su etimología demuestra que se trata de una palabra compuesta de dos términos griegos, cuyos significados aproximados son “agudo” y “tonto“, dos términos tan opuestos como un oxímoron en sí mismo.

El oxímoron funciona en un sentido metafórico ya que su significado literal resulta absurdo o incoherente. Por ejemplo: Su obra está cubierta de una luminosa oscuridad es un oxímoron que podría hacer referencia a un estilo artístico revelador. La frase La droga ofrece un placer doloroso, por otro lado, expresa a la vez la momentánea sensación agradable y los serios problemas a largo plazo que provocan cierto tipo de sustancias químicas, también conocidas como estupefacientes.

Esta figura retórica permite ocultar una intención sarcástica bajo una expresión que, en apariencia, es absurda: “Un silencio atronador descendió desde las galerías hasta el escenario y desconcertó a los actores”.

De forma opuesta al oxímoron, que espera un esfuerzo por parte del receptor para dar con su significado, el pleonasmo es un recurso expresivo que se vale de una redundancia de variada extensión para reforzar el sentido de una idea. 

Su presencia, a diferencia del oxímoron, es muy común en el habla cotidiana, como se puede apreciar en los siguientes casos: “Debes subir para arriba“, “No te lo vuelvo a repetir“, “Lo vio con sus propios ojos“. El pleonasmo también aparece en diversas obras literarias, entorno en el cual goza de una profundidad que lo aleja de una mera repetición de conceptos.

Una figura del pensamiento que se suele confundir con el oxímoron es la antítesis, que se construye con la contraposición de frases o palabras que posean un significado contrario. El poema titulado “Es tan corto el amor, y tan largo el olvido” es un claro ejemplo de este recurso, que no expresa una idea contradictoria, sino que refuerza el peso de una haciendo uso de otra, que tenga un sentido opuesto. 

Fuera del ámbito literario, es común hablar de antítesis cuando se desea comparar a dos personas o dos situaciones, generalmente enfocándose en las características negativas de una de ellas.

La paradoja, por otro lado, se usa para afirmar una contradicción en sí misma, algo que en una determinada cultura parece carecer de sentido. Esto se ve muy frecuentemente en el lenguaje místico, que sugiere la existencia de un plano que no ha sido explorado o aceptado por la ciencia. En un soneto de Pablo Neruda encontramos una estrofa que comienza diciendo “Yo te amo para comenzar a amarte” y culmina con el verso “por eso no te amo todavía“. En un poema de Machado, por otra parte, se da como consejo que nunca se siga su consejo.

En ocasiones, se dice que ciertas expresiones son oxímoron por una cuestión de juicio subjetivo. Ese es el caso de frases como “inteligencia militar” o “armas inteligentes”; hay quienes creen que no debería hablarse de inteligencia en el ámbito militar ya que no resultan racionales las técnicas o disciplinas que buscan la destrucción de otros seres vivos.

Algunos oxímorones forman parte del lenguaje cotidiano como “casi siempre”, “apuesta segura”, “accidente afortunado” o “aldea global”. La imprecisión de dichas expresiones puede pasar desapercibida para muchas personas, pero es en parte responsable de la pobreza con la que nos expresamos, de lo desprotegidos que nos encontramos frente a las situaciones formales y a las definiciones técnicas.


Cabe destacar que, de acuerdo a la Real Academia Española (RAE), el término oxímoron debe permanecer sin cambios en plural, aunque también es válido utilizar la palabra oxímoros.

Antípodas

Comúnmente, el lenguaje filosófico suele incorporar a su terminología palabras de otras ciencias más exactas, como las matemáticas, la física o la química, para establecer metáforas que sean efectivas para hacer entender sus planteamientos.

De la misma manera, nuestros políticos utilizan estas frases o vocablos frecuentemente, ya no solo con intenciones figuradas o metafóricas sino como una forma de embellecer el discurso, que por lo general adolece de profundas limitaciones en cuanto a riqueza de vocabulario, capacidad de elaboración de ideas complejas y que tengan, además, sentido práctico.

Una de las más populares es, sin duda, la palabra “antípodas”, que ha llegado hasta el lenguaje de nuestra política cotidiana -es acertado decirlo- sin perder su sentido original, aunque no se pueda garantizar que todos aquellos personajes que la usan estén plenamente conscientes de su procedencia y utilidad real. En esta nota les contamos de dónde proviene este término.

Cuando un político habla de que tal o cual planteamiento está en “las antípodas” de lo que dicta el buen criterio, la legalidad o la razón; lo que está tratando de hacer es descalificar esa idea -que evidentemente no comparte- considerándola inaceptable y, por ende, que no vale la pena ni siquiera para ser tomada en cuenta. Sin embargo, ubicar una opinión o un conjunto de opiniones en el extremo opuesto de lo que uno piensa no le da, de manera directa, la categoría de “idea equivocada” sino que, simple y llanamente, está ubicada al otro lado del espectro de planteamientos.

Este error surge de un entendimiento parcial del significado recto del término “antípodas”, que habría sido utilizado originalmente por los antiguos filósofos griegos -Platón, Aristóteles- o romanos -Plinio el Viejo- para denominar aquello que se encontraba diametralmente opuesto al punto de vista de una persona. La palabra se compone de “anti” (“opuesto”) y “pous” o “podós” (“pies”). Como indican algunos analistas, esta palabra compuesta contiene, en su etimología y posterior uso en las ágoras, la noción aun no conocida de la redondez de la tierra, dado que implica la existencia de un “lugar” en el que se ubicarían aquellos observadores que lo ven todo desde “el otro lado”.

Posteriormente, y con la aceptación científica de la forma esférica de nuestro mundo, el término “antípodas” fue adoptado por la Geografía, ya de manera específica, para definir los puntos de la tierra que están al otro extremo del globo terráqueo. Como es fácil de entender, el desarrollo de la ciencia y la tecnología, así como el profundo conocimiento que ahora tenemos de las dimensiones y coordenadas del planeta en que vivimos, nos permite ahora saber con sorprendente exactitud, qué hay debajo de nuestros pies o, para ser más precisos, al otro lado del mundo.

Uno de los ejercicios de cálculo para navegación marítima y aérea -capitanes de barcos y aviones- es la ubicación de los antípodas de diversos puntos del planeta, a través de una fórmula matemática. 

Como la forma de la Tierra se aproxima a una esfera o a un esferoide, la posición antípoda de un punto situado puede establecerse a 180° según sus coordenadas geográficas (latitud y longitud). La línea recta que une ambos puntos atraviesa el centro del planeta. El recorrido más corto posible entre ambos, sobre la superficie, es de aproximadamente unos 20,000 kilómetros
.
En el lenguaje coloquial de nuestro país, es costumbre decir que los países del Lejano Oriente -llámese China, Japón, Corea, entre otros- están “al otro lado del mundo”. Incluso múltiples representaciones gráficas -dibujos o caricaturas- suelen ubicar, en el extremo opuesto de nuestras ciudades, a seres humanos con rasgos orientales (como el dibujo que ilustra este post). Y no es una aseveración muy alejada de la realidad: la ubicación antípoda del Perú es Vietnam. Según últimas consideraciones geográficas, nuestro país tiene hasta 6 antípodas en territorios de Vietnam, Camboya, Laos, Tailandia, Indonesia, Malasia y China.


Un dato curioso: el 96% de los lugares del mundo tienen su antípoda en el mar y solo el 4% de la superficie restante del planeta tiene su antípoda en tierra firme.

Camaradería


Uno de los activos más importantes de las empresas es, sin duda, el capital humano, por lo que cuidar, proteger y entregar un clima favorable para que los trabajadores se desempeñen eficientemente, hoy es una necesidad. Incluso, un estudio de la consultora Gallup, demostró que tener amistades cercanas en el trabajo aumenta la satisfacción de las personas en un 50%.

Considerando este contexto, surge la pregunta ¿qué pueden hacer las empresas para potenciar las relaciones de compañerismo en sus equipos de trabajo? De acuerdo a Sodexo Servicios de Beneficios e Incentivos, lo primero que deben hacer las áreas de gestión de personas es generar espacios y actividades que permitan el desarrollo de estos lazos afectivos.

Al respecto, Marcela del Barrio, directora de Gestión de Personas de Sodexo Servicios de Beneficios e Incentivos, destaca que “si los colaboradores se sienten bien tanto en la empresa como con quienes trabajan, los beneficios redundan en ambos; de hecho, los compañeros y la camaradería es la verdadera motivación que alienta a las personas a superar las expectativas. Ahora, hay que pensar que no se puede obligar a nadie a tener amigos, por lo que construir una cultura basada en la camaradería es un primer gran paso, ya que la unión de los equipos en torno a un objetivo es un gran motor del compromiso”.

1. Organizar celebraciones: establecer una política de compensaciones que reconozca el buen desempeño de los colaboradores, celebrar los cumpleaños y hacer actividades que incorporen a la familia, como el aniversario de la compañía, genera espacios positivos y gratos y, por ende, contribuye a estrechar vínculos amistosos.
2. Actividades en equipo: potenciar actividades de equipo como paintball, campeonatos de fútbol, y cursos de desarrollo humano, ayudan a manejar el estrés acumulado. Es importante considerar que estas actividades resulten interesantes para todos los asistentes y no sólo para unos pocos.
3. Espacios para “break”: habilitar un espacio físico donde los colaboradores puedan tomar un café y compartir un momento de distensión con los compañeros les permite relacionarse y conocer las necesidades de otras áreas dentro de la compañía.
4. Interacción “cara a cara”: planificar instancias donde se puedan hacer interacciones "cara a cara" entre distintas áreas es fundamental para fomentar la pertenencia. Por ejemplo, encuentros de 10 personas donde participen colaboradores de distintos cargos y edades es muy útil para fomentar la camaradería y el trabajo en equipo.
5. Reuniones de evaluación: estas son necesarias para el buen desarrollo de la compañía en su conjunto, ya que ayudan a dar cuenta de las debilidades internas, tanto profesionales como personales, y permiten vislumbrar las diferentes perspectivas y opiniones que coexisten dentro del grupo.
6. Capacitaciones: deben ser diseñadas para todos los niveles dentro de la empresa. Estas instancias, además de permitir la interacción colaboradores de diversas áreas de la compañía, entregan valor propio a cada trabajador.

“Claramente la colaboración es necesaria para alcanzar la innovación. Compañías alrededor del mundo están reduciendo el espacio personal y aumentando los espacios de colaboración. Igual de importante es crear una cultura de camaradería”.



Amigos


Amistad es la palabra más grande que he escuchado nunca, la más cara, la más corta pero a la vez importante.

Es una palabra que no habría que usar a la ligera nunca jamás en la vida.

Porque tendemos a decir muchas veces cosas como que necesitamos tener muchos amigos, o que "esta es mi amiga" o que tenemos muchos amigos, cuando en verdad son conocidos. Hay que hablar de amigos como segundos hermanos, segundas hermanas.

Me alegro de estar así contigo, de que seamos una de esas personas que comparten una amistad verdadera, el estar ahí siempre pase lo que pase.

Me encantas y tenía que decírtelo, por eso comparto esta foto de la amistad contigo.

Gracias por todo.

Hugo W. Arostegui

sábado, 1 de diciembre de 2018

No Puedes Hacerlo Todo A La Vez


El mundo está lleno de grandes cosas que hacer, conseguir o lograr. Tú puedes tener grandes dones y talentos, puedes tener muchas ilusiones y proyectos, y también tienes muchas obligaciones que cumplir. Pero no hay tiempo para todo. Intentar obviar esta realidad solo conduce a la desesperación y el desánimo.

Puede que pienses que no es justo, pero es así. Así, cuanto antes lo asumas antes empezarás a tomar las decisiones y establecer prioridades que te permitirán encaminarte al éxito. Porque intentar hacerlo todo implica no hacer nada, bien porque no consigues avanzar intentando mover varias cargas a la vez, bien porque te quedas paralizado en hacer planes y en soñar con lo que podrías hacer.

“Puedes hacer cualquier cosa, pero no puedes hacerlo todo”
-David Allen- 
                       
La cita anterior es un recordatorio para no olvidar  que lo importante es hacer en lugar de intentar hacerlo todo. Puedes hacer lo que quieras, pero el tiempo que tienes para lo que quieres es limitado. 

Esta es la razón por la que priorizar es tan importante.

Para ello es importante averiguar qué es lo más importante para ti y lo que en realidad puedes esperar. Esto puede ser una decisión difícil, pero es la línea que separa la eficacia y el agotamiento.
Para David Allen, autor del célebre método de gestión personal GTD(Getting Things Done), uno de los grandes problemas de nuestro tiempo es que no hay límite a la información potencial que puede ayudarnos a hacer mejor nuestro trabajo. Lo mismo puede aplicarse a todos los aspectos de nuestra vida.

De hecho, en un entorno competitivo que continuamente está siendo actualizado debido a la inmediatez web y las nuevas tecnologías, estamos tentados a reequilibrar nuestro trabajo sobre una base mensual, semanal, incluso cada hora. Allen advierte que, sin control, este enfoque frenético es una receta para la insatisfacción y desesperación.

Priorizar las cosas en función de los objetivos que se quieren obtener es la base para poder avanzar y no perderse por el camino. Sin embargo, es fácil que el fantasma de todas las demás cosas se pasee por nuestra mente de vez en cuando. La clave para sobrevivir a estos fantasmas es mantener el enfoque.

En el fondo, tener esto claro es un alivio. Muchas veces nos sentimos culpables por no hacer más de lo que hacemos, por no desarrollar una habilidad que puede hacernos sentir mejor o hacernos más competitivos o por no estudiar algo que nos gusta y para lo que tenemos talento.

El sentimiento de culpabilidad puede conducirnos incluso al victimismo. Este victimismo nos puede encerrar en un círculo de trabajo excesivo que en realidad va a comer gran parte de nuestro tiempo, quitándoselo a otros apartados, como la familia o el cuidado personal.

“La potenciación surge naturalmente en las personas cuando pasan de la modalidad de la queja y el victimismo a la de los resultados y las acciones definidas”

-David Allen-

La Crítica Constructiva

El concepto de crítica puede referirse al juicio que se pronuncia sobre una obra o un asunto. Constructivo, por su parte, es aquello que resulta útil para construir.

Una crítica constructiva, en este marco, es una expresión valorativa que se comparte con el objetivo de ayudar a otra persona. La intención es lograr que el otro realice un cambio positivo, obteniendo beneficios de dicha modificación.

Por ejemplo: “¿Te puedo hacer una crítica constructiva? Estás usando la pintura equivocada, es mejor emplear esmalte sintético para pintar este tipo de superficies ya que tiene mayor durabilidad”, “El jugador manifestó que valora las críticas constructivas”, “Cuando era joven no prestaba atención a las críticas constructivas, pero con el tiempo me di cuenta de que estaba equivocado”.

El ser humano tiene una tendencia natural a expresar sus opiniones y pensamientos para influir en los demás. Cuando se realiza una crítica, es posible tener en cuenta los intereses y las necesidades del prójimo o, por el contrario, querer imponer la visión personal y derribar el parecer del otro. En el primer caso, se habla de crítica constructiva, mientras que en el segundo suele aludirse a una crítica destructiva.

Un editor le puede indicar a un escritor que no desarrolle párrafos muy extensos ya que son difíciles de seguir. Además le recomienda apelar a oraciones breves para que sus textos tengan un mayor impacto. Estos comentarios pueden considerarse como una crítica constructiva. En cambio, si un editor le dice a un autor que debería cambiar de oficio porque su material es muy pobre y a nadie le genera interés, se trata de una crítica destructiva.

Día a día nos enfrentamos a las opiniones ajenas desde que leemos las noticias por la mañana hasta que las revisamos nuevamente antes de acostarnos, pasando por todos los momentos en los que tratamos directamente con otras personas o interactuamos con los diferentes canales de información disponibles a través de Internet. La crítica es una herramienta muy común en la comunicación actual, sino la más común de todas.


Lejos de ser un intento vanidoso de invadir el espacio ajeno, la crítica es un mecanismo casi natural, que nos permite poner en palabras nuestras sensaciones y nuestros sentimientos con respecto al mundo que nos rodea, a los estímulos externos. 

Sin embargo, mucha gente siente una profunda dificultad para aceptar las opiniones ajenas, en gran parte por un miedo a enfrentarse a sus propios defectos y carencias, o quizás por creer que no tienen la capacidad de mejorar.

Medios Y Opinión Pública


Los estudios sobre la comunicación de masas constatan que los medios tienen efectos significativos en la sociedad, aunque apenas hay un consenso sobre la naturaleza y alcance de tales efectos. El problema del grado de influencia de los media en los individuos y en la sociedad ha tenido diferentes respuestas.

Como observa Wolf, "toda la historia de la investigación comunicativa se ha visto determinada de varias maneras por la oscilación entre la actitud que detecta en los medios una fuente de peligrosa influencia social, y la actitud que mitiga este poder, reconstruyendo la complejidad de las relaciones en las que los media actúan" (Wolf 2001: 9). No obstante,, hay que reconocer que se trata de una cuestión que pertenece al sector más amplio de las teorías más generales sobre los medios de comunicación y que, como afirma McQuail, "el poder de los medios puede variar con el tiempo" (McQuail 2000: 501).

No hay que descartar que la mayor o menor posibilidad de influencias de los medios depende también de los momentos más o menos críticos de la sociedad. Parece que en los tiempos de crisis los medios tienden a ser más influyentes, por ejemplo en la caída del comunismo en Europa, la guerra del Golfo y de Irak y actualmente la crisis financiera a nivel mundial.

También se ha demostrado que los medios tienen más influencia cuando se trata de noticias que no se conocen ni se pueden conocer directamente, sino únicamente por la información que dan los medios. El poder o los efectos potenciales de los medios pueden variar en función de las circunstancias históricas y sociales. Lo cual no significa que el problema pierda interés.

Todo lo contrario. Es difícil, por no decir imposible, infravalorar la importancia y el papel dominante que ha tenido y sigue teniendo el problema de los efectos, a pesar de que haya tenido en los diferentes períodos significativos cambios de matices y de planteamientos y de respuestas, más o menos conductistas o funcionales.


Entre las investigaciones sobre los efectos socioculturales de los medios destacan actualmente los estudios empíricos que confirman el nexo que existe entre los medios y la opinión pública.

Lo Que La Mente Refleja


La vida continuamente nos da la oportunidad de conocernos, entendernos y crecer; ya sea por medio de situaciones, experiencias y personas; o por medio de nuestro cuerpo. Todas nuestras vivencias nos ofrecen la oportunidad de interiorizarlas. Desafortunadamente, lejos de tomar dicha oportunidad para nuestro desarrollo personal, nos pasamos la vida huyendo al enfrentamiento de lo que acontece en nuestras vidas.

Sabemos por experiencia que los hechos mentales se suscitan conjuntamente con hechos físicos, es decir, hay un determinado paralelismo entre unos y otros. Nuestra mente tiene el poder de materializar todo aquello que en ella se genera. Cada idea que pensamos, nos da la posibilidad de moldear cada aspecto de nuestra vida.

Sin lugar a dudas, nuestras emociones son parte integral de nuestro pensamiento, y por ello, repercuten en nuestra “vida física”. Estas emociones y sus consecuencias pueden ser positivas o negativas, según nuestra perspectiva y el manejo que de ellas hagamos. Las emociones positivas como el amor, la alegría, la amistad, etc. son las que ayudan a tener buena salud. En contraste, las emociones negativas como el resentimiento, la culpa, el enojo, etc. producirán malestares y nos harán más propensos a las enfermedades.

Por otro lado, nuestros pensamientos, creencias y actitudes rigen nuestro devenir, y con frecuencia no alcanzamos a entender ni imaginar las dimensiones de esto. Todo lo que hay en nuestra vida, es y será consecuencia de nuestras acciones pasadas o presentes, de lo que hacemos o dejamos de hacer.

Como ya hemos mencionado, una de las acciones que muy comúnmente tendemos a realizar es, huir del dolor, no sólo del emocional, sino también del físico. La medicina actual ofrece un remedio para todo y para todos; pastillas para el dolor de cabeza, para el insomnio, el control de peso, etc. 

Diariamente se anuncian en televisión los “productos milagro”, que prometen acabar con todos nuestros males sin hacer esfuerzo alguno. Pero, ¿acaso sentir es malo? Sentir nos dice que estamos vivos, que hay algo (bueno o malo) que atender. El problema es que estamos sumergidos en el estrés cotidiano y buscamos la solución más rápida, acabar con el síntoma para poder continuar.

Vemos el síntoma y no la razón por la cual aparece, sin darnos cuenta que este viene por una serie de consecuencias y circunstancias. No nos tomamos un tiempo para averiguar qué está provocando esa sensación.

Sabemos que el individuo es un todo. Un conjunto que no se puede separar en partes distintas. Las enfermedades causan dolor físico y fuertes reajustes importantes en la vida, de modo que producen estrés, y por tanto ansiedad, angustia y depresión.


Sería muy bueno que la próxima vez que algo nos duela, busquemos la causa profunda y no sólo la solución inmediata y superficial.

Asertivos


A muchos nos educaron en la idea de que siempre debíamos intentar satisfacer y priorizar a los demás, que no era correcto anteponer nuestras propias necesidades por encima de las de los otros,  y que cuando alguien decía algo que no nos gustaba debíamos callar.

Pero junto a la educación recibida, existen también otros factores que determinan que no te comportes habitualmente de forma asertiva.

La falta de asertividad es un círculo vicioso: cuando no eres asertivo probablemente te sientas menos valioso al ver como pisotean constantemente tus derechos, lo que te convertirá en una persona todavía menos asertiva en el futuro.

Recuerda que cuando no defiendes tus derechos o expresas tus emociones, estás invitando a los demás a que te traten de esa misma forma.

Algunos roles están directamente relacionados con conductas no asertivas, como por ejemplo ciertos puestos de trabajo de bajo nivel o el rol tradicional de las mujeres en algunas culturas. Todavía en muchos lugares existe el estereotipo de que las mujeres deben ser sumisas mientras que los hombres deben ser agresivos.

La paradoja es que nosotros mismos nos presionamos para actuar conforme el rol que se supone que debemos desempeñar en cada momento: casi todos somos más pasivos y menos asertivos delante del director general que frente el compañero de trabajo con el que compartimos mesa.

Cuando estás estresado es habitual sentir que estás perdiendo el control de tu vida. En esas situaciones puedes actuar sin pensar y terminar expresando las emociones de forma muy agresiva o incluso extremadamente pasiva, como si nada tuviera ya importancia.

Este comportamiento, de nuevo, alimentará la sensación de ansiedad y probablemente provoque rechazo en los demás, con lo que el círculo vicioso vuelve a alimentarse.

Mucha gente cree que han nacido más agresivos o más pasivos y que no hay nada que puedan hacer para cambiarlo.

Esta afirmación no es correcta del todo. A pesar de que es probable que exista una tendencia natural a reaccionar de una manera u otra, todo el mundo puede aprender a ser más asertivo.

Es clave que sustituyas los pensamientos negativos que te surgen cuando haces valer tus derechos.
Evita pensar cosas como Soy un mal amigo por no dejarle dinero a mi colega y cámbialo por una visión más positiva y personal como Merezco que me respeten y no puedo dejarle dinero a alguien que nunca me lo ha devuelto”.

No puedes cambiar tus emociones, pero sí la forma en que las interpretas.


Integración Sensorial


La utilización terapéutica de las salas de estimulación multisensoriales abarca diferentes dimensiones de intervención, que se adaptan específicamente a las necesidades de cada usuario y en las cuales se utilizan distintas metodologías

En ocasiones, y sobre todo al tratar de usuarios con trastornos del neurodesarrollo, el término integración sensorial puede confundirse. Por un lado, se trata de un proceso neurobiológico de orden superior que permite interpretar y organizar las sensaciones que percibimos, de nuestro propio cuerpo y del entorno, con el fin de responder de forma eficaz en relación a los datos sensoriales recibidos.

Por otro lado, la Integración Sensorial es un marco de referencia específico en Terapia Ocupacional. Su autora, Jean Ayres analizó las bases neurofisiológicas del proceso sensorial y su relación con algunas disfunciones en la actividad humana, sobre todo desde el ámbito infantil, considerando la integración sensorial como el punto de partida para el posterior desarrollo a nivel emocional, cognitivo, motor y comunicativo. Este proceso combina los datos sensoriales recibidos en una sola función cerebral que posibilita la formación de percepciones, comportamientos y aprendizajes. 

Se centra en tres sentidos básicos: el táctil, el propioceptivo y el vestibular, muy conectados entre ellos y claves en la interpretación y respuesta de los estímulos del medio.


El cerebro es un órgano que trabaja como un todo, por lo que el aprendizaje será mayor cuanto más se relacionen y confluyan los sistemas sensoriales entre sí. Al trabajar con población infantil, Ayres comprobó mediante actividades lúdicas, la influencia de la integración sensorial en la participación del niño en sus actividades diarias. 

En las sesiones, el objetivo es controlar el input sensorial en los espacios de vestibulación y de estimulación propioceptiva a través del juego, de manera que se adquieran espontáneamente respuestas adaptativas que integren esas sensaciones.

Aspiraciones


Una persona tiene aspiraciones en su vida, es decir, tiene objetivos que cumplir, metas que se marca de acuerdo a sus inquietudes personales y su modo de ser. Las aspiraciones son totalmente subjetivas, cada ser humano es único e irrepetible. De ahí que personas de la misma edad puedan diferenciarse porque cada uno se encuentra en una etapa vital diferente.

Las aspiraciones conectan con el deseo de realización personal de aquel que quiere aportar un valor añadido a su vida a través del sentido concreto que aporta el cumplimiento de una misión. Una aspiración es una motivación importante. En este este sentido, a modo de coaching, una persona puede tener aspiraciones distintas en el ámbito profesional y en el ámbito personal. Las aspiraciones personales conectan también con las cualidades personales de cada uno.

La vida, como un proceso de evolución constante, también tiene matices distintos en función de cada etapa. Una persona también varía en sus aspiraciones en función del momento de la vida en el que se encuentre. Una persona adolescente tiene unas aspiraciones distintas a la de una persona de sesenta años, simplemente, porque su grado de experiencia, el conocimiento que tiene de sí misma y la fase de la vida en la que está también es diferente.

Una aspiración puede ser tan importante que en el caso de no realizarse, una persona puede experimentar una enorme frustración en su interior al sentir que tiene una asignatura pendiente de llevar a cabo. Por suerte, la vida es un aprendizaje constante, siempre existen momentos de luchar por los verdaderos sueños del corazón. Lo importante es que tú te des la oportunidad a ti mismo de ser feliz.

En la medida en que una persona realiza sus aspiraciones también crece como persona, es más madura y tiene más experiencia. Pero además, también aumenta su autoestima personal y el concepto que tiene de sí misma. 


Para llevar a cabo las aspiraciones personales es fundamental ser constante, definir de forma asertiva los objetivos, buscar un plan de acción para alcanzar una meta y tener confianza en uno mismo.