sábado, 1 de diciembre de 2018

No Puedes Hacerlo Todo A La Vez


El mundo está lleno de grandes cosas que hacer, conseguir o lograr. Tú puedes tener grandes dones y talentos, puedes tener muchas ilusiones y proyectos, y también tienes muchas obligaciones que cumplir. Pero no hay tiempo para todo. Intentar obviar esta realidad solo conduce a la desesperación y el desánimo.

Puede que pienses que no es justo, pero es así. Así, cuanto antes lo asumas antes empezarás a tomar las decisiones y establecer prioridades que te permitirán encaminarte al éxito. Porque intentar hacerlo todo implica no hacer nada, bien porque no consigues avanzar intentando mover varias cargas a la vez, bien porque te quedas paralizado en hacer planes y en soñar con lo que podrías hacer.

“Puedes hacer cualquier cosa, pero no puedes hacerlo todo”
-David Allen- 
                       
La cita anterior es un recordatorio para no olvidar  que lo importante es hacer en lugar de intentar hacerlo todo. Puedes hacer lo que quieras, pero el tiempo que tienes para lo que quieres es limitado. 

Esta es la razón por la que priorizar es tan importante.

Para ello es importante averiguar qué es lo más importante para ti y lo que en realidad puedes esperar. Esto puede ser una decisión difícil, pero es la línea que separa la eficacia y el agotamiento.
Para David Allen, autor del célebre método de gestión personal GTD(Getting Things Done), uno de los grandes problemas de nuestro tiempo es que no hay límite a la información potencial que puede ayudarnos a hacer mejor nuestro trabajo. Lo mismo puede aplicarse a todos los aspectos de nuestra vida.

De hecho, en un entorno competitivo que continuamente está siendo actualizado debido a la inmediatez web y las nuevas tecnologías, estamos tentados a reequilibrar nuestro trabajo sobre una base mensual, semanal, incluso cada hora. Allen advierte que, sin control, este enfoque frenético es una receta para la insatisfacción y desesperación.

Priorizar las cosas en función de los objetivos que se quieren obtener es la base para poder avanzar y no perderse por el camino. Sin embargo, es fácil que el fantasma de todas las demás cosas se pasee por nuestra mente de vez en cuando. La clave para sobrevivir a estos fantasmas es mantener el enfoque.

En el fondo, tener esto claro es un alivio. Muchas veces nos sentimos culpables por no hacer más de lo que hacemos, por no desarrollar una habilidad que puede hacernos sentir mejor o hacernos más competitivos o por no estudiar algo que nos gusta y para lo que tenemos talento.

El sentimiento de culpabilidad puede conducirnos incluso al victimismo. Este victimismo nos puede encerrar en un círculo de trabajo excesivo que en realidad va a comer gran parte de nuestro tiempo, quitándoselo a otros apartados, como la familia o el cuidado personal.

“La potenciación surge naturalmente en las personas cuando pasan de la modalidad de la queja y el victimismo a la de los resultados y las acciones definidas”

-David Allen-

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