El concepto
de crítica puede referirse al juicio que se pronuncia sobre
una obra o un asunto. Constructivo, por su
parte, es aquello que resulta útil para construir.
Una crítica constructiva, en
este marco, es una expresión valorativa que se comparte con el objetivo de
ayudar a otra persona. La
intención es lograr que el otro realice un cambio positivo,
obteniendo beneficios de dicha modificación.
Por ejemplo: “¿Te puedo
hacer una crítica constructiva? Estás usando la pintura equivocada, es mejor
emplear esmalte sintético para pintar este tipo de superficies ya que tiene
mayor durabilidad”, “El jugador manifestó que valora las críticas constructivas”, “Cuando era
joven no prestaba atención a las críticas constructivas, pero con el tiempo me
di cuenta de que estaba equivocado”.
El ser humano tiene una tendencia
natural a expresar sus opiniones y pensamientos para influir en los demás. Cuando
se realiza una crítica, es posible tener en cuenta los intereses y las
necesidades del prójimo o, por el contrario, querer imponer la visión personal
y derribar el parecer del otro. En el primer caso, se habla de crítica constructiva,
mientras que en el segundo suele aludirse a una crítica destructiva.
Un editor le puede indicar a un escritor que no desarrolle
párrafos muy extensos ya que son difíciles de seguir. Además le recomienda
apelar a oraciones breves para que sus
textos tengan un mayor impacto. Estos comentarios pueden considerarse como una
crítica constructiva. En cambio, si un editor le dice a un autor que debería
cambiar de oficio porque su material es muy pobre y a nadie le genera interés,
se trata de una crítica destructiva.
Día a día nos enfrentamos a las opiniones ajenas desde que
leemos las noticias por la mañana hasta que las revisamos nuevamente antes de
acostarnos, pasando por todos los momentos en los que tratamos directamente con
otras personas o interactuamos con los diferentes canales de información
disponibles a través de Internet. La crítica es una herramienta muy común en la
comunicación actual, sino la más común de todas.
Lejos de ser un intento vanidoso de invadir el espacio
ajeno, la crítica es un mecanismo casi natural, que nos permite poner en
palabras nuestras sensaciones y nuestros sentimientos con respecto al mundo
que nos rodea, a los estímulos externos.
Sin embargo, mucha gente siente una
profunda dificultad para aceptar las opiniones ajenas, en gran parte por un
miedo a enfrentarse a sus propios defectos y carencias, o quizás por creer que
no tienen la capacidad de mejorar.
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