viernes, 2 de agosto de 2019

Dialogando En Solitario


El Buey Solo Bien Se Lame
“Esta sentencia tradicional nos advierte, tal como indica otra famosa expresión popular, que es preferible estar sólo que mal acompañado, o bien que para muchas tareas es mejor prescindir de ciertos colaboradores que más que ayudar van a entorpecer la realización de las labores. Seguramente se buscó la figura del buey por tratarse de una bestia muy noble, emblemática a la hora de realizar faenas dificultosas y que, como tantos otros animales, apelan a su lengua para asearse o calmar un ardor.”

Cuando llega un nuevo fin de semana preparamos un buen mate amargo y lo degustamos a veces escuchando música o sintonizando, como sonido de fondo, un aparato de televisión, tanto da, ni a mí ni a mi querida amiga nos interesa, es tanto lo que nos decimos entre un mate y otro, son tantas las imágenes que acuden a nuestra mente, que nos sumimos e esa especie de letargo donde el tiempo y el espacio se nos unen para compartir con nosotros esta tan grata reflexión.

Hay, nos consta, muchas personas que sienten un verdadero pánico al escuchar la palabra soledad, o aquellas que el simple hecho de “sentirse solos” les deja a merced de sus angustias y temores y buscan “confundirse” por el medio que sea, digamos que se “mimetizan” entre el jolgorio de una efímera multitud o ahogan sus sentidos recurriendo al consumo de alcohol.

Pienso que “el estado de soledad” cuando la persona humana se deja atrapar por su “contra esencia” cuando su ser social no logra integrarse al contexto colectivo del cual es una parte indisoluble, entonces sí, amigos míos, su situación es digna de darnos lástima.  

Pero cuando uno construye, a través del tiempo, una relación de afecto con su “ser en soledad” encuentra en ese intercambio, una retrospectiva sobre los distintos aspectos de su vida, que permite observar estos sucesos desde la perspectiva de que todo lo que ha pasado, y por ende, todo lo que podrá suceder en el futuro, forman parte de esa dinámica tan particular que nos hacen comprender mucho mejor nuestra existencia.


Dimensiones



 Cuando se incursiona en un tema en el cual se menciona la dimensión desconocida es muy posible que se llegue a pensar en el desarrollo de una temática de índole esotérica, que podría ser abordada por personas debidamente autorizadas, (aclaro por las dudas que quien suscribe sí lo está,) que posean cierto grado de “iniciación” en el tratamiento y  análisis de algo que implica tanta trascendencia.

Pero en realidad cuando nos referimos “a la dimensión desconocida”  a lo que apuntamos es a nuestra propia dimensión, a la dimensión humana de cada uno, el término de “desconocida” se debe a que a la mayoría de los mortales, me refiero a mis congéneres humanos, camina por esta vida sin hacerse un cuestionamiento de que pudiese  siquiera existir tal dimensión.

Todo indica que es preferible “quedarse en la cortita” que es mucho mejor dejar este asunto “en manos de profesionales” preferentemente psiquiatras, que nos estudien y diagnostiquen el grado de “desviación” en el que podamos haber incurrido si es que alguien pudiese pensar que alguna vez hayamos incursionado aunque fuese siquiera cerca de “esa tal dimensión” que se menciona.

Lo que nos queda en evidencia es que no obstante ser testigos presenciales de los avances de nuestra civilización y contar con los medios informáticos como nunca antes imaginamos, incluyendo nuestras computadoras y la telefonía digital, continuemos considerando nuestra dimensión humana como algo, que si no lo vemos figurando en nuestros muros “en las redes sociales” simplemente esa dimensión, no existe.


Ser Congruentes



 Solemos escuchar algunas afirmaciones del más variado tenor que nos hacen pensar en aquella tan comentada frase de la niña genio Mafalda cuando nos dijo: ¡paren el mundo que me quiero bajar!

Vivimos rodeados de incongruencias como la del poeta que antes de ser internado por tiempo indefinido en un psiquiátrico declamaba a viva voz:
“la gallina esquizofrénica pone huevos
sicodélicos”

O las estrofas de aquel cantor que al compás de su guitarra entonaba:
“de las aves que vuelan me gusta el chancho, me gusta el chancho”

“En ocasiones afirmamos cosas que contradicen nuestras acciones. Si digo que soy una persona generosa pero no ayudo a los demás, estoy diciendo una incongruencia, pues lo que digo y lo que hago no coinciden.

La incongruencia no es necesariamente una mentira, ya que alguien puede creer honestamente que dice la verdad aunque sus palabras no sean ciertas. La no correspondencia entre las palabras que decimos y nuestra conducta es la expresión de una contradicción interna.

Si alguien quiere lograr un objetivo pero no actúa en consecuencia nos encontramos con otra contradicción.

Así, si digo que quiero mejorar mi inglés pero no estudio más estoy siendo incongruente.

Mundos contradictorios

El mundo de los sueños no cumple con las reglas del sentido común. Cuando soñamos tenemos vivencias que pueden ser absolutamente incongruentes. Puedo soñar que estoy volando por encima del Sol o que un dragón sale de mi boca. En el mundo onírico la idea de incongruencia tiene un sentido muy diferente al mundo real.

Algunos fenómenos paranormales tienen una dimensión incongruente, ya que no se ajustan al sentido común y van más allá de la lógica y la racionalidad.”
Este es nuestro mundo y así somos, o así estamos, vaya uno a saber, si me pidieran una opinión, cosa que no me han hecho, lo que respondería es, que con la fama que nos hemos ganado, de ser depredadores natos de nuestro medio ambiente, no sería nada extraño que se nos diga que hicimos lo mismo con la poca cordura que nos quedaba.


El Sueño Posible


El pensamiento utópico, ese que de alguna forma todos tenemos y que eventualmente anhelamos como ideal de convivencia entre humanos y por qué no extender esa relación ideal entre todos los que compartimos el habitab natural que nos ofrece el planeta, es y ha sido desde siempre una de las mayores inquietudes en nuestro ideario de lo que “debería ser” en el hipotético caso de que cada uno se comportase de acuerdo con lo que la sociedad en su conjunto espera de él.
Las posibilidades de alcanzar una convivencia armónica y afectiva es una postura esencialmente humana, hemos sido los creadores de todo el ideario y de todas las posturas relacionadas con lo que entendemos se espera que alcancemos como corolario de nuestro constante avance, un tanto dispar, entre los logros de la ciencia y nuestro comportamiento social.
Avances tales como: libertad, democracia, derechos universales, humanos, compromisos con el planeta, preservación del medio ambiente., etc. etc. seguramente podremos observarlos en las constituciones de los países considerados desarrollados  pero el término utopía, es decir, lo que prevalece, es que aún no hemos podido, por mal que nos pese, alcanzar un desarrollo estable y por lo menos sustentable, en ese gran debe que todos, atravesando horizontalmente todos los estratos sociales,  aún mantenemos pendiente de saldar
En general, se puede definir una utopía como un Estado imaginario que reúne todas las perfecciones y que hace posible una existencia feliz porque en él reinan la paz y la justicia. En Utopía hay un importante componente ideal, surgen de los defectos de la sociedad y se basan en las posibilidades de cambio y transformación que ésta tiene en cada momento. Las utopías hunden las raíces en la realidad más auténtica y concreta, aunque sea para criticarlas e intentar transformarla en una cosa mejor. La palabra está ligada estrechamente a utopismo.

Todas las utopías tienen en común dos rasgos: describen sociedades que están fuera del mundo, en ningún lugar, y describen sociedades cerradas, sin contaminación exterior, inmóviles y férreamente ordenadas. La pretensión que las distingue a todas es la de dibujar las condiciones necesarias para conseguir lo que las sociedades reales jamás muestran: que todos los seres humanos son iguales. Pero en ese empeño se ignora el valor de la libertad individual, el valor que asoma con más fuerza precisamente con el humanismo renacentista.
Se ha criticado que las utopías tienen un carácter coercitivo. Pero también se suele añadir que las utopías le otorgan dinamismo a la modernidad, le permiten una ampliación de sus bases democráticas y han sido una especie de sistema reflexivo de la modernidad por la cual esta ha mejorado constantemente. Por ello no sería posible entender la modernidad sin su carácter utópico.”
Veamos hasta donde llegamos en este intento.


Amaneciendo


Luego de que el sol se oculte en el horizonte y las penumbras de la noche nos indiquen que ha caído el telón del día y que para muchos de nosotros ha terminado la función, nos recogemos al amparo de las sombras de la noche con la ilusión de poder contar con un nuevo amanecer.
Cuando amanece el nuevo día, como el del día de hoy, por ejemplo, tomamos nuestros bártulos y nos preparamos para recomenzar una nueva vida, la que comienza con las nuevas impresiones propias de algo que nunca antes habíamos tenido, pudimos haber pasado por muchos otros días anteriores, pero ninguno será como esta nueva oportunidad que nos ofrece la existencia.
“   Y con la resaca a cuestas
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.

Se despertó el bien y el mal
la zorra pobre vuelve al portal,
la zorra rica vuelve al rosal,
y el avaro a las divisas. …"
Joan Manuel Serrat
Es posible, como bien nos lo advierte el poeta,  que continuemos nuestra marcha con una mochila a cuestas, tan pesada que apenas podamos con ella, entonces yo me pregunto: ¿Qué está haciendo esa maleta cargada sobre tus hombros?  ¿Acaso no sabes que transitas por un nuevo día y que tu maleta tiene todo el peso de tus días pasados? No corresponde que pretendas continuar con esa mochila, déjala o la mochila te aplastará, debes despojarte de todo lo que traiga dentro, si tienes rencores, perdona, pide disculpas, si te persigue el pasado olvídate de él brinda nuevas oportunidades, considera este principio liberador: “deja que los muertos entierren a sus muertos”
"Señor, permíteme ir primero a enterrar a mi padre". Pero Jesús le respondió: "Tú, sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos".

Es así que podremos continuar nuestra marcha, subiendo la cuesta de nuestra existencia con nuestro ánimo renovado por las oportunidades que nos brinda este nuevo día.


jueves, 1 de agosto de 2019

Toda La Carne En El Asador



“Cuando empleamos esta frase nos estamos refiriendo a que estamos haciendo todo lo que podemos, utilizando todos los medios con los que contamos y esforzándonos al máximo para conseguir el fin deseado.”

“el que quiera llevar una vida cómoda seguramente va a conseguir pocas cosas valiosas. Pocas cosas de las que sentirse orgulloso. El que aspire a una vida cómoda, además de comodidad va a conseguir frustración. La frustración que da una vida sin sentido.”

“Con su permiso voy a entrar aunque no me hayan invitado pero en mi tierra un asado no es de nadie y es de todos.”   Jorge Cafrune

Como vemos este dicho, el de poner toda la carne en el asador, tiene, en nuestras latitudes un significado muy particular, sobre todo considerando la importancia de la carne asada en la mesa de casi todos los comensales que participan de un almuerzo, debe ser una característica de quien actúa como anfitrión en un asado el poseer la suficiente amplitud y generosidad como para demostrar que no ha escatimado en nada sus posibilidades de agasajar y para eso se hace necesario “el poner toda la  carne en el asador”.

En realidad a lo que apuntamos es a la actitud que suponemos tiene que tener todo aquel que pretenda sentirse útil en aquello que realice, sería un lamentable engaño que nos realizamos a nosotros mismos pretender ser mezquinos “en todo lo que ponemos en el asador” en aras de alcanzar aquello que pretendamos conquistar a través de nuestro esfuerzo y dedicación.

La Relación Constructiva

Hay personas que actúan en la vida conduciéndose por un derrotero preconcebido, lo que significa que han asumido cierta predisposición a adecuar su comportamiento tanto individual como colectivo, a los principios y valores con los cuales se siente consustanciado.

Ser consecuente nos permitirá establecer bases sólidas y confiables que nos allanen el camino, a través del cual compartir una relación que paulatinamente nos vaya abriendo los espacios necesarios para que podamos construir juntos sentimientos de mutuo acuerdo que converjan en el cultivo de una sólida amistad.

“Se denomina consecuentes a las personas que llevan a la práctica lo que dicen y creen,  aquéllos que son fieles a sus principios e ideas. Para lograrlo es necesario contar con libertad de conciencia, con respeto por uno mismo y por los otros,  y por sobre todo, aún convencido, aceptar que uno se puede equivocar.

Tener estas características implica responsabilizarse por lo que pueda ocurrir a partir de una decisión que se tome, pero quien está seguro de lo que quiere, lo hace pensando no solamente en él, sino en los demás. De lo contrario se convertiría en una persona egoísta y despótica.”


Que podamos ser capaces de irradiar por medio de nuestras acciones diarias la imagen de que poseemos los atributos necesarios como para que aquellos, que nos encuentran o detectan en los diversos medios en los cuales interactuamos, puedan, en el intercambio que eventualmente seamos capaces de establecer, elaborar una armónica y constructiva relación que nos restablezca la tan necesaria confianza que todos necesitamos.

Con La Misma Piedra


Cuando se trata de asuntos relacionados con la intención de introducir cambios en el rumbo por el cual nos conducimos, es necesario que prestemos una adecuada atención a los factores que creemos intervienen y que nos obstaculizan una adecuada visión de nuestro horizonte.

Lo que resulta claro es que por el rumbo en el cual transitamos no nos satisface, es decir que nuestra tendencia a continuar haciendo las mismas cosas que hemos hecho siempre necesita que demos un vuelco en el timón y por más agradable y placentera que nos resulte la senda a la que siempre recurrimos vamos inevitablemente a cumplir con esa ley, no escrita pero siempre vigente, “de volver a tropezar nuevamente con la misma piedra”

Entiendo que hay algunas decisiones que no son nada fáciles de tomar, por alguna razón hemos dejado nuestras huellas adentrarse en lo profundo del camino, esa ha sido nuestra tendencia y resulta más que evidente que contiene a lo largo de su recorrido muchas situaciones que nos causan placer y a las cuales nos resultarían dolorosas  el tener que renunciar.

Es al tenor de estas “tendencias” a las cuales nos referimos, todo cambio que debamos realizar indefectiblemente se darán de frente con “nuestras tendencias” y es muy probable que la decisión que tomemos nos obligue al sacrificio personal de desprendernos de todo aquello cuya apariencia agradable nos conduzca nuevamente a “enterrarnos” en lo profundo de la huella que nos marcan nuestra tendencia.

Los Zapatos Del Otro


Hay ciertas ocasiones en las cuales nos sentimos inclinados por asumir una postura que nos permita el trazado de líneas de acercamiento con aquellas personas que por una razón u otra se encuentren atravesando situaciones a las que consideramos que necesitan de nuestra aproximación solidaria.

Ahora, cuando nos referimos concretamente al hecho de pretender adoptar una “aptitud condescendiente” sería muy bueno tener en cuenta ciertas consideraciones pues la condescendencia no debería ser utilizada, digamos, livianamente, quien recurra a tal procedimiento, el de ser condescendiente, deberá contar con un sólido criterio, pues no se trata de “ver lo que le pueda estar pasando a este” la aplicación de la condescendencia nos puede resultar como una “espada de doble filo” si lo que nos induce es una forma indirecta de mostrar “cuan superiores podemos ser con tales personas, estaríamos muy lejos de demostrar el grado de empatía que nos embarga.

“Condescendiente es la persona que condesciende o que lleva acabo un acto de condescendencia. Tal como lo dice su nombre, la idea de condescendiente supone que la persona efectúa una acción de ponerse al nivel del otro, tratando de empatizar con sus conflictos y sentir de manera honesta y real la pena o el sufrimiento que el otro siente para poder acompañarlo en tal situación. La condescendencia puede hacerse por gusto, es decir, en situaciones en las que el que actúa como condescendiente también se ve beneficiado, pero también por bondad o por altruismo, a modo de hacer sentir al ser querido que se lo acompaña y entiende. Así, la condescendencia tiene mucho que ver con la empatía, otro sentimiento muy similar.

Sin embargo, en muchos casos la idea de condescendiente también puede tener un aspecto negativo que tiene que ver con la idea de que actúa a partir de la lástima hacia el otro, lo cual nos habla de una cierta sensación de superioridad del que lleva a cabo la condescendencia hacia aquel que sufre. En este sentido, la frase "no seas condescendiente conmigo" significa justamente esto, es decir, una persona que siente que el otro se está tratando de poner en su lugar pero desde un lugar artificial, desde la lástima y desde la superioridad que lo puede caracterizar en ese momento o circunstancia específica.

En nuestro fuero íntimo residen los atributos que nos habilitan para ejercer con total eficacia el debido tratamiento que nuestro espíritu solidario nos indique y confiamos de que podamos aplicarlos en beneficio de toda la comunidad.


La Opinión Digerible



Tenemos incorporado a nuestro comportamiento social una especie de filtro por el cual intentamos encauzar nuestras reacciones públicas tratando de esta manera que nuestras opiniones puedan ser fácilmente “digeribles” para aquellos a quienes dirigimos nuestras expresiones.

Lo que puede suceder es que esta preocupación por lo que manifestemos a través de la emisión de nuestras opiniones, el recurso en exceso del filtrado de nuestros sentimientos primarios, nos incline por priorizar el comportamiento aceptado como “socialmente correcto” al que debería emanar “naturalmente”  del caudal humano que nos identifica.

Resulta claro y evidente que este filtrado previo seguramente nos será de provecho en el marco de nuestra inserción social, pero es posible que en muchas ocasiones dejemos de lado ese calor único, espontáneo e insustituible de nuestra propia humanidad, cuando esto nos pueda suceder estaremos demostrando en los hechos que "nos puede salir más caro el remedio que la propia enfermedad”.

“Tanto los brotes espontáneos de ira como las personalidades formadas en torno a la sinceridad extrema escapan de los modelos de conducta que la sociedad espera encontrar. Por lo general, se nos educa con una serie de estructuras que nos impiden expresar lo que sentimos constantemente; se nos entrena para reservar este grado de apertura para ciertos momentos muy particulares, muy íntimos. Para atravesar el día a día, las personas consideradas normales deben hacer uso de la mentira y de la falsedad para (según hemos aprendido) evitar herir a quienes nos rodean.

Estamos programados para dejar la sinceridad como último recurso, y esto lo justificamos de muchas maneras: si nuestros empleadores nos explotan y se abusan psicológicamente de nosotros, no los enfrentamos porque la crisis económica vuelve difícil encontrar trabajo; si nuestros amigos no nos apoyan cuando más los necesitamos, a pesar de exigirnos que estemos para ellos el cien por ciento del tiempo, decimos que cada uno es como es y que lo compensan con sus rasgos positivos.”

Entiendo que debemos incentivar el cultivo de nuestros valores, ahondar “en las entrañas de los “valores humanos” para que podamos recoger natural y espontáneamente, todo aquello que nos enriquece en nuestro concepto de lo que debe ser una persona socialmente comprometida e integrada.


Mal De Muchos

Es algo así como si estuviésemos todos con nuestras piernas hacia arriba con una bolsa de hielo y un fuerte analgésico entre pecho y espalda tratando de mitigar el dolor causado por haber tropezado, no una, sino varias veces, por qué no, contra la misma piedra.

El sentimiento que nos embarga cuando nos encontramos en tal situación, con el agregado de intentar en vano disimular nuestra ridiculez ante la tan evidente torpeza, es el de hecho de saber, que esto que nos pasa, no es solamente privativo de nuestra obsecuencia, sino que ¡aleluya! Es lo que le ocurre o le ha ocurrido a un sinnúmero de nuestros semejantes.

“Las abuelas nos decían que "mal de muchos" era el  consuelo de los tontos, con lo cual las viejitas querían decirnos que en la vida uno debe luchar por lo propio sin importar cómo le va a otro o a la mayoría.

“Cuando en una comunidad ocurren calamidades, o tragedias, o  situaciones dolorosas que tocan  a gran cantidad de personas, algunas gentes se dirían "bueno, al menos no soy sólo yo" y no tratan de buscar una solución al problema, ni se acercan a dar la ayuda necesaria a quienes las necesitan. 
Si te encuentras en una situación insatisfactoria, busca alguna posible solución, no te quedes como piedra sin hacer nada. Y si ves que  puedes dar ayuda a quienes estén sufriendo ofréceles tu mano generosa”

Ahora no nos engañemos a nosotros mismos ni le agreguemos a la torpeza cometida una inaceptable falta de reconocimiento de culpa, lo que ocurre cuando sabemos que pueden ser muchos los que padecemos el mismo mal, es que encontramos un lugar donde nos podamos escabullir e intentar minimizar en algo los efectos negativos de lo que hemos hecho.

El fracaso cuando es colectivo no disminuye sus efectos y mucho menos  es capaz de transmutarse en solidaridad a lo sumo lo que encontraremos es la oportunidad de sumarnos a una larga lista de perdedores.

Trascender Lo Verbal



Los que nos hemos adjudicado la tarea de expresar por escrito todo cuánto entendamos que debe ser transmitido lo hacemos en el entendido de que estamos utilizando un medio de comunicación del pensamiento que apunta a la capacidad intelectual y a la comprensión lectora de sus eventuales receptores.

"Mientras a los seres humanos les bastó la destreza práctica, mientras su acervo conceptual fue limitado y mientras la memoria podía reconstruir un saber u otro producto cultural cualquiera, la lengua oral fue suficiente... Pero, cuando la memoria no alcanzo; cuando la profundización de los conceptos o del trabajo cultural produjo sistemas complejos y extensos cuando se necesitó hacer efectiva la universal comunicabilidad de la experiencia y la razón válidas, la humanidad se vio en la necesidad de superar radicalmente la fugacidad del contexto inmediato, propias del lenguaje oral... Gracias a la escritura, se puede: trascender las condiciones inmediatas; prefigurar y modificar la acción; evitar que la discusión racional comience cada vez de cero; proseguir, más allá de las generaciones, discusiones abiertas; ir decantando el conocimiento; facilitar, tanto el cuestionamiento, como la universalización de las condiciones de validez, rectitud y sinceridad de lo que se dice; construir una identidad cultural menos deleble."

Somos conscientes de que estamos utilizando un medio de comunicación que trasciende lo meramente verbal e incluso todo cuanto podamos manifestar ha de permanecer indefinidamente en el tiempo aún mucho después de que quienes hayamos dado vida a la palabra escrita nos encontremos transitando por la vida.

Todo lo que se expresa a través de la escritura es cultura e ingresa desde su nacimiento a ser parte de nuestra historia escrita y por ende se constituye en el soporte vital de todo cuanto logremos transmitir a las generaciones que nos sucedan.


Se Dice Y Escuchamos


En el ámbito del intercambio comunicacional que entablamos con nuestros “nuevos amigos" que comparten espacio en “las redes sociales” es proclive a que nuestras manifestaciones, las que se tornan cada vez más frecuentes, ultrapasen los límites del mero formalismo de “las primeras veces” estableciendo  “relaciones de confianza” que se van haciendo cada vez más estrechas y espontáneas creando un ambiente expresivo donde es probable que caigamos en la tentación de confundir “familiaridad con vulgaridad”

Es entonces que entren  en escena sin necesidad de mediar invitación alguna los mentados exabruptos, los mismos que generalmente suelen aparecer en ambientes reducidos como lo pueden ser, el ámbito familiar, incluyendo amigos, parientes y vecinos cercanos, lugares de trabajo, de estudio, etc.

Todo parece indicar que tenemos la convicción de que no debe haber una mejor forma de “sentirnos amigos y colegas” que el introducir la mayor cantidad posible de “puteadas” entre palabra y palabra, llegando a extremos de “alto contenido” a medida en que vamos estrechando los “lazos de familiaridad” con todos aquellos a quienes lleguen nuestros comentarios

“Se entiende dentro del lenguaje común y corriente que un exabrupto es cualquier cosa que se exceda a lo que es socialmente aceptado para el espacio en el que uno se maneja. Así, lo que es un exabrupto en un ámbito laboral y/o profesional, puede no serlo en el ámbito deportivo o informal cuando uno se encuentra reunido con amigos o familiares. De todos modos, si bien hay una cuestión subjetiva que depende de cada uno y de cada situación en particular, el exabrupto es siempre una forma de violencia que puede ser más comprendido y tolerado en algunos ámbitos pero que siempre genera algún tipo de malestar en la persona que se ubica como receptora del mismo.

Lo más común del exabrupto es que se base no sólo en palabras o términos agresivos, insultantes y despectivos sino que además a esto debemos agregarle una tonalidad específica que se caracteriza por el aumento de la voz, por gritos, por gestos, por actitudes iracundas o violentas, etc. Esto, en conjunto, hace que el exabrupto sea ya más característico de una situación de violencia explícita a diferencia de otros insultos que pueden pasar como más disimulados por la forma en la que se dicen. El exabrupto puede ser muy característico de algunas personalidades aunque es claro que situaciones de tensión, de malestar o de bronca también pueden hacer que personas tranquilas y pacíficas recurran a él para expresarse.

Decir Lo Que Decimos


Los que tenemos la costumbre de comentar, siempre que es posible, algún tema en realidad no necesitamos de un asunto preexistente para decir lo que decimos, más bien, nos parece que la elaboración de cualquier tema pueda ser considerado una excusa que nos haga algo más viable una comunicación que cada vez se parece más a “una agenda abierta” por la cual canalizamos nuestras impresiones a los amigos lectores.

Así vamos, cuando me siento frente al teclado de mi notebook muchas veces lo hago con una idea preconcebida a la cual pretendo compartir, otras tantas, como esta vez, por ejemplo, simplemente dejo que los dedos vayan tecleando mis impresiones las cuales vienen a mi mente sin convocatoria alguna, vienen y vienen nomás y mi pobre intelecto que se las arregle en todo lo que tenga que ver con la redacción.

Entonces este es el tema el que no existe ni siquiera en una hipotética “sala de redacción” todo indica que sea lo que sea se encuentra en pleno proceso de elaboración y mientras ustedes se encuentren “del otro lado” y nosotros “de este lado” contaremos con una “agenda abierta” para decirnos lo que nos venga en ganas y ojalá que lo que digamos pueda contar con nuestra mutua aceptación.


La Esencia De Persona


El mayor descubrimiento que la persona humana realiza sobre sí misma es que su esencia, lo que le define como persona, lo que le sitúa en su verdadera dimensión es aquello que se adquiere fuera de la órbita de lo meramente finito, vale decir, lo que trasciende el tiempo y el espacio y conjuga su “ser y estar” en plena consciencia con el mundo que le rodea.

Cuando el ser humano “despierta y descubre” los valores esenciales de su propia humanidad y logra situarse en su condición de ser social intrínsecamente constituido para desarrollar su  existencia en el marco de la complementariedad con aquellos que constituyen su especie y con los cuales construirse, con el aporte de todos, una civilidad acorde con sus expectativas podemos entonces decir que ha alcanzado su verdadera dimensión.

No es posible disociar al ser humano de sus valores como tampoco es posible  imaginar que los valores humanos signifiquen nada más que un enunciado exento de compromiso y plena vigencia en todo lo relacionado con la convivencia humana.

El valor humano es un valor intrínseco.

“Es el que tiene valor en sí o por sí mismo. Moore encontró un modo muy simple de identificarlos; se trata de pensar en un mundo en el que una determinada cualidad faltase, y ver si nos parecería que habíamos perdido algo importante. Podemos pensar en un mundo en el que desaparecieran la belleza, o la justicia, o la amistad, o el amor, o la salud, o la paz, o la vida, etc. Pues bien, si todas esas cosas nos parecen imprescindibles en un mundo de seres humanos bien ordenado, esos son valores en sí, valores intrínsecos.

Por más que no existan completamente realizados, esos valores son los que dan sentido a nuestras vidas y los que definen nuestras obligaciones morales.

La ética no consiste en otra cosa que en la realización de esos valores, de todos ellos, del mundo entero de los valores que es el mundo humano. 

valores, realizar la verdad, la justicia, la paz, la fraternidad, el amor, la amistad; en el caso de los médicos, la salud, la vida, el bienestar. Quien no sepa deliberar sobre los valores intrínsecos e incluirlos correcta o prudentemente en sus decisiones, no será nunca un buen profesional, por mucha técnica que sepa, mucho dinero que gane o mucho éxito que tenga en la vida.
George Edward Moore (1873-1958), filósofo británico


La Personalidad Humana



 “Conjunto de rasgos y cualidades que configuran la manera de ser de una persona y la diferencian de las demás.

Hemos podido a lo largo de todos estos años, algunos se dirán para sus adentros, demasiados años, que en lo que se refiere a nuestra personalidad, vale decir aquella que nos distingue y nos hace “diferentes”, adquiere, nos referimos a nuestra personalidad, ciertos rasgos que se manifiestan en todo aquello que emprendamos realizar tal como si fuese un ADN que se “impregna” y deja sus huellas en el 99,9% de todos aquellos casos en que estemos involucrados.

Resulta que esto que decimos viene al caso por algo que nos ha venido aconteciendo últimamente, como seguramente muchos me lo han oído o mejor dicho, leído, mencionar, no nos consideramos como se dice literalmente, escritores de oficio, escribir es algo que hacemos desde hace mucho, digamos que “por cuenta propia” sin usurpar oficios ni funciones, seguramente lo hacemos porque nos gusta y debe ser un medio “natural” por el cual se canalice nuestra locura, creo que es algo entendible y no da lugar a mayores explicaciones..

En esta oportunidad creo que vale la pena mencionar que tal como hemos dicho al comienzo de este tema, parece ser, que cada uno de los temas que han sido editados con la firma de quien suscribe, tiene vida propia y por ende su “personalidad” por lo que hace totalmente innecesario el hecho de que pongamos nuestro nombre al pie del mismo, todo parece indicar que el ADN de cada artículo en cuestión, incluyendo claro está este que suscribimos, existe por sí mismo y se reserva el derecho de aceptar o rechazar cualquier tipo de vinculación con lo que pueda decir quien se dice ser su autor.

Personalidad que le llaman


Las Diferencias Que Nos Igualan

En un ámbito donde coexisten y se interrelacionan seres humanos, que como sabemos y aceptamos, somos seres únicos e irrepetibles, suena entendible que la convivencia entre humanos. La cual resulta vital e irrenunciable, deba admitir la convergencia y las oportunidades de realización personal de todos y cada uno sin exclusiones de ningún tipo.


No es posible pretender “cortar con la misma tijera” ni forzar “unanimidades” porque la sola mención de humanidad implica aceptar que “todos somos diferentes” de forma tal que nuestras posibilidades de realización personal sólo puede entenderse en un escenario donde podamos garantizar el pleno desarrollo de “nuestras diferencias”

“Nuestras diferencias nada tienen que ver con una fosa que separe, sino que se asemejan más bien a los guiones que unen y complementan. ¿Qué sería del rojo sin el verde, del amarillo sin el azul…? Cada tonalidad completa el mosaico de la humanidad y le confiere toda su belleza. Nada es más bello que una persona asentada en la autenticidad, sin máscara ni artificio, a la vez fuerte y vulnerable. Toda diferencia es un regalo para quien sabe apreciarlo en su justo valor.

La diferencia implica, pues, respeto, tolerancia y no-juicio. Para que pueda iluminarnos, no necesita ser comprendida ni analizada, sino solo acogida cual semilla, a fin de que pueda germinar. Relacionarnos con la diferencia es ponerse a sí mismo en entredicho permanentemente, la mejor forma de no atascarse en la rutina y en los tópicos que llueven por doquier. Nuestras diferencias nos recuerdan, a cada instante, que ninguna verdad es absoluta.

Si bien no puedo adherirme a la noción de partidos políticos y religiosos, me divierto escuchando sus discursos. Aun cuando tengan que ver a menudo con la manipulación o la toma de poder, sus palabras me enriquecen con una mirada distinta, que me permite percibir mejor el engranaje que mueve a la humanidad. Nunca desestimo tajantemente las palabras de un líder político o espiritual porque su etiqueta no me atraiga. Intento, al contrario, captar lo que se oculta detrás del discurso. De esta forma, sus palabras me esclarecen, en lugar de exasperarme o contrariarme.

Allí donde algunos solo ven sombra, yo disfruto buscando la luz que la sombra disimula. Cuando nos preocupamos por mirar con el corazón, todas nuestras diferencias se borran, puesto que estas solo son apariencias. Detrás de nuestro color de piel, de nuestras costumbres, de nuestros condicionamientos y de nuestras heridas brilla una misma luz: la de la vida. Ver más allá de las apariencias equivale a desactivar cualquier posible conflicto o lucha que pueda dividir a la humanidad.

Nuestras diferencias son todos los puentes que franquean la vida ilusoria que nos separa de la unidad.” https://a-baechler.net/es

Sean pues nuestras aparentes diferencias la motivación que nos impulse a dejar un rastro bien visible de nuestro paso por la vida marcando un horizonte al cual orientar a las futuras generaciones de humanos que sepan complementarse en sus singulares diferencias.


miércoles, 31 de julio de 2019

El Cultivo Conjunto


El cultivo de los valores que utilizamos a lo largo de nuestra vida, si bien hacemos uso de sus cualidades de altruismo, solamente pueden adquirir su condición efectiva de valor cuando se transforman en una acción que efectivamente es prodigada a un semejante, sin la presencia de nuestro prójimo los valores aludidos pierden su razón de ser.

Esto quiere decir, ni más ni menos, que todo lo que podamos argumentar como eventuales poseedores de ciertos valores humanos, estos valores deberán indefectiblemente ser parte integral, en toda su extensión, de un beneficio directo recibido en usufructo por alguien cuya condición de necesidad pueda ser atendida por nuestro aporte solidario.

Nuestras cualidades humanas adquieren tal condición cuando las ejercemos en la única forma en las que pueden materializarse, como bien dicen los boxeadores “más vale dar que recibir” lo que significa que toda buena acción que podamos prodigar necesita para su cultivo que trabajemos con ahínco procurando mejorar las condiciones de vida de nuestra comunidad.

Como integrantes de la sociedad necesitamos del cultivo colectivo de nuestros valores y a una atención adecuada al derecho de recibir una buena educación ciudadana la cual pasa por ayudar a mitigar las necesidades que como sociedad necesitamos atender, a saber: salud, educación, necesidades básicas, seguridad, trabajo, etc. etc.