Pero en realidad cuando nos referimos “a la
dimensión desconocida” a lo que apuntamos es a nuestra propia dimensión,
a la dimensión humana de cada uno, el término de “desconocida” se debe a que a
la mayoría de los mortales, me refiero a mis congéneres humanos, camina por
esta vida sin hacerse un cuestionamiento de que pudiese siquiera existir
tal dimensión.
Todo indica que es preferible “quedarse en la
cortita” que es mucho mejor dejar este asunto “en manos de profesionales”
preferentemente psiquiatras, que nos estudien y diagnostiquen el grado de
“desviación” en el que podamos haber incurrido si es que alguien pudiese pensar
que alguna vez hayamos incursionado aunque fuese siquiera cerca de “esa tal
dimensión” que se menciona.
Lo que nos queda en evidencia es que no obstante
ser testigos presenciales de los avances de nuestra civilización y contar con
los medios informáticos como nunca antes imaginamos, incluyendo nuestras
computadoras y la telefonía digital, continuemos considerando nuestra dimensión
humana como algo, que si no lo vemos figurando en nuestros muros “en las redes
sociales” simplemente esa dimensión, no existe.
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