Los que tenemos la costumbre de comentar, siempre
que es posible, algún tema en realidad no necesitamos de un asunto preexistente
para decir lo que decimos, más bien, nos parece que la elaboración de cualquier
tema pueda ser considerado una excusa que nos haga algo más viable una
comunicación que cada vez se parece más a “una agenda abierta” por la cual
canalizamos nuestras impresiones a los amigos lectores.
Así vamos, cuando me siento frente al teclado de mi
notebook muchas veces lo hago con una idea preconcebida a la cual pretendo
compartir, otras tantas, como esta vez, por ejemplo, simplemente dejo que los
dedos vayan tecleando mis impresiones las cuales vienen a mi mente sin
convocatoria alguna, vienen y vienen nomás y mi pobre intelecto que se las
arregle en todo lo que tenga que ver con la redacción.
Entonces este es el tema el que no existe ni
siquiera en una hipotética “sala de redacción” todo indica que sea lo que sea
se encuentra en pleno proceso de elaboración y mientras ustedes se encuentren
“del otro lado” y nosotros “de este lado” contaremos con una “agenda abierta”
para decirnos lo que nos venga en ganas y ojalá que lo que digamos pueda contar
con nuestra mutua aceptación.
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