Hemos podido a lo largo de todos estos años,
algunos se dirán para sus adentros, demasiados años, que en lo que se refiere a
nuestra personalidad, vale decir aquella que nos distingue y nos hace
“diferentes”, adquiere, nos referimos a nuestra personalidad, ciertos rasgos
que se manifiestan en todo aquello que emprendamos realizar tal como si fuese
un ADN que se “impregna” y deja sus huellas en el 99,9% de todos aquellos casos
en que estemos involucrados.
Resulta que esto que decimos viene al caso por algo
que nos ha venido aconteciendo últimamente, como seguramente muchos me lo han
oído o mejor dicho, leído, mencionar, no nos consideramos como se dice
literalmente, escritores de oficio, escribir es algo que hacemos desde hace
mucho, digamos que “por cuenta propia” sin usurpar oficios ni funciones,
seguramente lo hacemos porque nos gusta y debe ser un medio “natural” por el
cual se canalice nuestra locura, creo que es algo entendible y no da lugar a
mayores explicaciones..
En esta oportunidad creo que vale la pena mencionar
que tal como hemos dicho al comienzo de este tema, parece ser, que cada uno de
los temas que han sido editados con la firma de quien suscribe, tiene vida
propia y por ende su “personalidad” por lo que hace totalmente innecesario el
hecho de que pongamos nuestro nombre al pie del mismo, todo parece indicar que
el ADN de cada artículo en cuestión, incluyendo claro está este que
suscribimos, existe por sí mismo y se reserva el derecho de aceptar o rechazar
cualquier tipo de vinculación con lo que pueda decir quien se dice ser su
autor.
Personalidad que le llaman
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