miércoles, 1 de marzo de 2017

Imperativo: Aquello Que No Debe Obviarse



La palabra imperioso, procede del latín “imperiōsus” con el significado de mandato imperativo, a su vez derivado del latín “imperare” = mandar.

Algo imperioso es lo que resulta ineludible, urgente, que no puede soslayarse o dejarse de lado, pues de todos modos ocurrirá o de no hacerlo o no acontecer, las consecuencias serían muy graves.

Por ejemplo: “Es imperioso que le pongas límites a tu hijo, está convirtiéndose en un joven muy atrevido”, “La muerte ocurrirá imperiosamente aunque tratemos de evitarla”, “El tono imperioso de su voz, no dejaba dudas de que lo suyo era una exigencia y no un pedido”, “Es imperioso operarlo ya, dilatar la intervención podría resultar fatal” o “Es imperioso que me escuches, intento evitarte un grave riesgo contándote lo que sé sobre tu supuesto amigo”.

En algunos casos los seres humanos intentan que sus peticiones resulten imperiosas, pues son personas autoritarias, manipuladoras y despóticas, queriendo que los demás estén a su merced cuando en realidad sus necesidades no son urgentes:

“Mi vecino me llamó imperiosamente pero no acudí enseguida pues sabía que su condición no era grave” o “El gobierno aumentó los impuestos y bajó los salarios argumentando que eran medidas imperiosas, cuando en realidad había otras salidas posibles a la crisis; lo hicieron por puro autoritarismo”.

En otros casos lo imperioso resulta también ser subjetivo, no por autoritarismo, sino porque las necesidades no son las mismas para todos, por ejemplo: “Para mi madre es imperioso que yo estudie en la universidad, pero para a mí me resulta más gratificante buscar un empleo como dependiente” o “Para mi esposa es imperioso tener hijos, y para mí lo es no asumir tanta responsabilidad, al menos por el momento”

Se habla de imperativo de tipo moral, en cambio, para hacer referencia a la obligación que uno se auto impone en temas éticos. Para la ética kantiana, el imperativo categórico constituye el mandamiento autónomo y autosuficiente que regula el comportamiento de las personas en sus diversas manifestaciones.
En concreto de este citado imperativo categórico, su creador estableció que se sustentaba en tres principios básicos y fundamentales siendo el primero de ellos el que determinaba que un una persona debía obrar humanamente tanto para sí misma como para el resto y siempre teniendo un claro fin con ello.
El segundo pilar de aquel imperativo es el que dejaba patente que, de igual manera, aquella debía obrar intentando o deseando que su acción llegara a alcanzar cotas de máxima universal. 

Y la tercera y última “ley” de esta teoría de Kant era que ese individuo debía considerarse como un legislador en ese mundo de los fines universales a la hora de llevar a cabo sus distintas acciones.


De la misma forma tampoco podemos pasar por alto el término imperativo legal. Con él se viene a definir que una acción concreta es una obligación que no sólo está registrada como tal de manera legal sino que también es vinculante desde un punto de vista jurídico.

Insistir Sin Desistir



Dicen por ahí, año nuevo metas nuevas…
Este artículo es para todos nosotros que vivimos en el círculo vicioso de llegar el fin de cada año sin hacer ni un 50% de todo lo que dijimos que íbamos a hacer. No iniciamos el gym, no comimos más saludable, no ahorramos, no fuimos más productivos en el trabajo, y la lista pudiera no tener fin.
Pero eso termina hoy! Este año seremos más eficientes y lograremos nuestros objetivos. Cómo? Con un Plan Inteligente que sí funcione tanto para nuestra vida personal y/o laboral, y que nos garantice el logro de todos nuestros objetivos.
Muchos planes se han tirado por la borda porque quienes los proponen no han sido consistentes y perseverantes.

Todos hemos tenido alguna situación o experiencia en la vida, que nos ha puesto tremendamente a prueba en relación con nuestros objetivos y metas. Situaciones que parecían echar por tierra todo el esfuerzo realizado, y toda la convicción puesta en un sueño, sobre el cual, giraba toda nuestra existencia, pensamiento y foco. 

Sin embargo, ante estos acontecimientos, algunos decidieron rendirse y optar por dejar su sueño de lado, mientras que otros decidieron persistir de manera inquebrantable, hasta plasmar la visión excelsa de su sueño contenido en su mente.

¿Cuál es el mecanismo o visión que marca la diferencia en la elección de un camino u otro? ¿Cuáles son los parámetros y estándares que llevan a cabo las personas que no se rinden jamás? Las personas altamente persistentes y que no se rinden nunca aplican lo que yo llamo la “mentalidad inexpugnable”
Una mentalidad de esta índole es aquella que no puede ser conquistada ni seducida por ningún tipo de idea, beneficio, suceso o acción. Su característica principal es la fidelidad total e incondicional a su particular visión de grandeza y el sueño que lo contiene. Esta mentalidad hace todo lo posiblemente imaginable para alcanzar su objetivo, no importa lo duro o difícil que pueda parecer. La dificultad es un aliciente para este tipo de mentalidad, en el que solo cuenta el PARA QUÉ y el propósito que sustenta el sueño. 

Esta es la perspectiva y el cimiento que posibilita la solidez de esta mentalidad. En palabras del célebre Martin Luther King: 

“Si no puedes volar entonces corre, si no puedes correr entonces camina, si no puedes caminar entonces arrástrate, pero sea lo que hagas, sigue moviéndote hacia adelante”.

Actualmente en nuestra sociedad, este tipo de mentalidad está casi en total desuso. 

Las personas deambulan de un lado a otro, sin saber realmente por qué hacen lo que hacen, es decir, cuál es el motivo subyacente que da sentido a las acciones emprendidas. Si no tenemos un propósito firme que guíe de manera coherente nuestras acciones, estamos construyendo nuestra casa sobre arenas movedizas, al mínimo traspié, dificultad u obstáculo, la casa se vendrá abajo.


Hugo  W Arostegui

Una Forma De Aportar


Si partimos de la premisa que la mejor política de responsabilidad social de una organización es asegurar que los procesos se realicen de manera eficiente contemplando los impactos sociales, económicos y ambientales a lo largo de la cadena de valor, qué mejor manera de contribuir que estando en las áreas del núcleo del negocio y generando el cambio allí, desde dentro.

Aún hoy, la responsabilidad social es un concepto que necesita abrirse camino en las organizaciones; ante muchos actores, se requiere justificarla, validarla, convencer, demostrar, evangelizar. Por lo tanto, lo que más cuesta es justamente “vender” el tema a los gerentes de cada área para que incorporen dicha mirada a su quehacer cotidiano, no como un trabajo adicional, sino como una acción natural de lo que hacen.

Pensemos en un gerente de logística que tiene el “chip” ya incorporado y entonces gestione la relación de proveedores, no sólo desde la perspectiva del que ofrece el producto más barato, sino incorporando el paradigma más amplio, y contemplando el desempeño global de dicho socio, 

acompañándolo, buscando aquellos más vulnerables para apalancar, promoviendo la innovación, involucrándose en una relación transparente, entre otros. 

Sería un golazo. Porque entonces la responsabilidad social no será un departamento más, un proyecto o un programa, sino una estrategia del modelo de negocio que se constituye en un elemento transversal a toda la organización y que nace de cada área en su gestión diaria con la parte interesada.
Por eso, cuánto más ganaría la responsabilidad social teniendo socios activos en cada área de una organización, que tengan en la agenda los impactos reales y potenciales de sus acciones, decisiones, productos y actividades, buscando ponerles candado y logrando así una relación ganar ganar. 

Seguro mucho más que encapsulándola en un área que no puede gestionar la cotidianeidad de la parte interesada, sino que normalmente busca ganar aliados allí donde se toman las decisiones. 

¿Para pensarlo verdad?.

“Un grano de arena... No es nada pero millones y millones de granos, de arena forman un desierto... Una gota de agua no es nada... Pero millones y millones de gotas de agua forman un mar inmenso, y un desierto aislado, y un mar inmenso forman una playa. Y si todos nos juntamos podemos conseguirlo... ”




Historias De Vida


Una historia que nos enseña a trabajar unidos por la felicidad de todos

En cierta ocasión, un reportero le preguntó a un agricultor si podía divulgar el secreto de su maíz, el cual ganaba el concurso al mejor producto año tras año. El agricultor confesó que se debía a que compartía su semilla con los vecinos. 

- "¿Por qué comparte su mejor semilla de maíz con sus vecinos, si usted también entra al mismo concurso año tras año?" preguntó el reportero. 

- "Verá usted, señor," dijo el agricultor, el viento lleva el polen del maíz maduro, de un sembrío a otro. Si mis vecinos cultivaran un maíz de calidad inferior, la polinización cruzada degradaría constantemente la calidad del mío. Si voy a sembrar buen maíz, debo ayudar a que mi vecino también lo haga". 

Quienes decidan vivir bien, deben ayudar a que los demás vivan bien, porque el valor de una vida se mide por las vidas que toca. Y quienes optan por ser felices, deben ayudar a que otros encuentren la felicidad, porque el bienestar de cada uno se halla unido al bienestar de todos.
Asimismo, y ello es de vital importancia en la mayoría de las experiencias, combinan sus actividades económicas con acciones de índole educativa y cultural, revalorizando el sentido de la comunidad de trabajo y el compromiso con la comunidad en la cual producen y trabajan.

De esta manera, las prácticas específicas de dichas experiencias se inscriben en una nueva racionalidad económica, en la cual la solidaridad se convierte en el sostén de las iniciativas, que generan resultados materiales efectivos y ganancias económicas, pero sobre todo se encuentran enmarcadas en otra lógica donde los principios y valores orientan la actividad económica y no viceversa

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Hugo W Arostegui



Las Orbitas De Nuestros Mundos


“El ejercicio mental de darse cuenta de la realidad permite distintos grados, desde el más superficial al más hondo.

El primero consiste en entender el sentido de las cosas, captar la idea de las mismas.
Digamos que se corresponde con el que sea la realidad.

El segundo grado consistiría en explicar las relaciones entre los fenómenos observados.
Suele ser la actitud típica del científico, ávido de conocer el cómo de la realidad. Hay un tercer escalón más difícil de ejercitar. Es el que se ocupa del porqué de los fenómenos observados. Se trata, pues, de comprender la realidad, esto es, abrazarla con razones.

En la lengua común las tres acciones indicadas pueden llegar a confundirse: entender, explicar y comprender.
Pero ahora sabemos que sería un error confiar en que son perfectamente intercambiables. No hay palabras estrictamente equivalentes. Cada sinónimo es un nuevo matiz. Hablar es matizar, y no digamos si se trata de escribir. La exigencia es todavía mayor en el lenguaje científico o profesional”
La  percepción es el proceso que tiene nuestro cerebro para entender el mundo externo.

Nuestro sistema nervioso organiza la información que llega a través de los sentidos, la identifica y la relaciona para conseguir una interpretación razonada de nuestro medio ambiente.

La percepción puede parecer un proceso pasivo pero en realidad está modulada por el aprendizaje, la memoria, las expectativas y la atención.

La mayor parte de la percepción sucede fuera de la consciencia y solo en ocasiones nuestra corteza cerebral toma el control, se centra en un objeto de interés y nos damos cuenta de lo que estamos percibiendo.

Desde los ventanales de nuestro propio mundo interior percibimos los “mundos circundantes” de todos aquellos orbitan a nuestro alrededor, de la independencia de su accionar depende la convivencia armónica de cada uno, formamos una constelación en dónde nos desplazamos de acuerdo a como nos percibimos los unos y los otros, nuestras vidas conforman el accionar de todo un sistema de mundos paralelos que se interconexionan en el infinito.

Hugo W Arostegui



martes, 28 de febrero de 2017

Puedes Contar Conmigo


“Cuando sientas que la noche te atrapa en su inmensa obscuridad y que de ella ya no puedes escapar... Puedes contar conmigo.
Cuando pienses que nadie en este mundo te comprende y ni siquiera se preocupan si tu corazón sigue latente... Puedes contar conmigo.
Cuando estés tan deprimida por razones de la vida y te sientas de ella cada día más aburrida... Puedes contar conmigo.
Cuando ya no te importe viajar en los sueños porque tu alma ha perdido poco a poco el anhelo... Puedes contar conmigo.
Y aun cuando a mí también todo esto me atormente fingiré que nunca lo he vivido... Para que confíes en mí y puedas contar conmigo”
                                                           Jorge Soto

Nadie sabe más de sus problemas que uno mismo. Es bueno compartirlos, porque nos ayuda a tomar conciencia, pero ¡ojo!, aunque alguien comparta contigo lo que le ocurre, la solución es cosa suya.
Cuando un amigo te habla acerca de las dificultades por las que está pasando en su relación, no lo hace para que le digas si tiene o no tiene que romper con su pareja, ¿qué sabrás tú?.
No te está pidiendo consejo, te está pidiendo que le entiendas, que le escuches y, en el mejor de los casos, si eres realmente un amigo, que le digas "¡cuenta conmigo!"
Cuando un amigo te habla sobre su enfermedad, no lo hace para que le cuentes una tuya, cómo alguien lo supero, lo que te ha dicho una prima que estudia medicina o lo que has visto en Facebook o por televisión. No.
Él vive con esa enfermedad y posiblemente ha visitado más médicos en un año de los que llegarás a conocer en toda tu vida. Cuando te habla de su enfermedad no te está pidiendo consejo, te está pidiendo que le entiendas, que le escuches y en el mejor de los casos, si eres realmente un amigo, que le digas "¡cuenta conmigo!"
Si un amigo te dice que le han despedido, no lo hace para que le expliques cómo hacer un currículum vitae, cómo ser el rey de las entrevistas o para que le cuentes lo bien que le va a tu vecino en su nuevo empleo. No te lo explica para que le digas lo que tiene que hacer. No te está pidiendo consejo.
Te está pidiendo que le entiendas, que le escuches y en el mejor de los casos, si eres realmente un amigo, que le digas "¡cuenta conmigo!"
Cuando un amigo te dice "¿tienes un rato? por qué te quiero contar..." debes ser una oreja no una boca.
“Si le quieres ayudar, le puedes preguntar:
¿Cómo te encuentras?
¿Has pensado qué hacer?
Si de verdad eres un amigo, pregunta:
¿En qué te puedo ayudar?
Y dile: "¡Cuenta conmigo!"

Hugo W Arostegui


lunes, 27 de febrero de 2017

La Codicia



Debemos destacar que la codicia es una inclinación absolutamente negativa y desordenada ya que tiene como finalidad el beneficio personal y normalmente en contra del prójimo, es decir, en ese deseo desmedido por lograr más y más bienes materiales no importa si se está lastimando o afectando a otro, lo que manda es conseguir el dinero o el bien material en cuestión, no pensar en el resto de los seres humanos, ni siquiera en la forma en que se los obtenga, si hay perjuicio y daño a un tercero lo habrá, porque la finalidad así lo impone

En aquella persona que hay codicia hay una absoluta falta de solidaridad y de interés por las necesidades que pueden tener los otros, especialmente los pobres. No existe ningún tipo de sensibilidad por ellos, por saber que la pasan mal y necesitan de una ayuda caritativa.

Al codicioso no le importa en lo más mínimo que su riqueza se construya sobre la base de la pobreza y la desventura de otros, porque no tiene ni un mínimo de caridad o sentir social.

Por caso, cuando una persona con este perfil se encuentra ocupando un cargo político importante del que depende el bienestar de una nación es un flagelo, porque el codicioso no repara jamás en procurar que quienes lo rodean estén bien y no pasen necesidades.

Íntimamente vinculado al término de avaricia, que es el afán o deseo desordenado y excesivo de poseer riquezas para atesorarlas, la codicia, se diferenciará de ésta ya que la codicia si bien supone como la avaricia el afán excesivo de riquezas no presenta la voluntad de atesorar a las mismas como sí ocurre con la avaricia.

Porque quien es avaro pretenderá acumular bienes y riquezas de todo tipo y jamás estará dispuesto a gastarlas o compartirlas con otro, en cambio, puede darse que el codicioso que se desvive por lograr mucho dinero, una vez que lo obtenga sí lo comparta con aquellos seres más queridos, por ejemplo, sus padres, su esposa, sus hijos, entre otros, o se dedique a gastarlo para sí.

Por codicia, un individuo puede cometer diversos delitos: desde estafas hasta robos e incluso asesinatos, si es que el accionar le permite obtener beneficios.

Sin llegar a ese extremo, una persona puede descuidar a sus seres queridos o actuar con egoísmo por codicia.

La codicia deriva del miedo básico a no tener, por lo que sin darnos cuenta cuanto más codicioso seamos más nos estaremos auto destruyendo.

Llenar el vacío interior con cosas materiales sólo agravará el problema y hará que la persona se sienta peor con ella y con el mundo que la rodea. La codicia es impulsada por el sentido fundamental de la privación, una necesidad de algo que está ausente o no disponible para nosotros.

Cuando el sentimiento de carencia (sobre todo emocional) es particularmente fuerte, una persona puede llegar a obsesionarse con la búsqueda de cosas que “necesita”, tratando de buscar posesiones potenciales que le hagan eliminar esa dolorosa sensación de vacío que tiene arraigada en el corazón.



En Saco Roto



“Concepto sencillo que, sin embargo, grafica con sabiduría las situaciones en las que se hacen o se dicen cosas en vano, tal vez valiosas, pero que no son tenidas en cuenta. La comparación es muy directa y de fácil interpretación. El saco  al que se alude es una bolsa (y no la prenda de vestir como algunos imaginan), rota por cierto, razón por la cual lo que se ingresa por la boca de la misma se pierde por el tajo o el agujero.”

Imaginemos que tenemos un saco que tiene un gran agujero (es decir, que está roto). Imaginad ahora que vais introduciendo cosas dentro. Esas cosas se irán cayendo al suelo, ¿verdad? Pues bien, una vez visualizado el efecto gráfico de la expresión española de hoy, pasemos a ver cómo se usa.

Se dice que algo cae en saco roto cuando es obviado, no se le hace caso, no va a ninguna parte. Es hacer un esfuerzo de forma inútil porque quien se supone que tiene que hacerte caso, no lo hace, pasa de ti. En este caso, nuestras palabras o acciones serían las cosas que introducimos en el saco y la persona que se supone que tiene que hacernos caso, sería el saco (que como está roto, no retiene nada de lo que introducimos en él).

“Ustedes siembran mucho, pero cosechan poco; comen, pero no se sienten satisfechos; beben, pero se quedan con sed; se abrigan, pero no entran en calor; y el que trabaja a jornal, echa su salario en saco roto” Hageo 1:6

“No eches en saco roto estas cosas y en nombre de Dios ordena que nadie se enzarce en disputas que no sirven para nada, sino únicamente para ruina de quienes participan en ellas” 2do. Timoteo 2:14

Opinión de un profesional de la salud:

El Síndrome del saco roto.
“Con todos estos enfermos utilizo la parábola que da nombre al Síndrome:
"Pero Luis... así no avanzaremos... Es como si Ud. viniese aquí cada día con un saco, pretendiendo que yo se lo llene... Yo deposito soluciones (fármacos, consejos, pautas...) en su saco pero... en tanto en cuanto Ud. no ponga algo de su parte... ¡será como si su saco tuviese un enorme agujero en el fondo!...".

Entenderlo, ¡ya lo creo que lo entienden!... Pero, aun así, una excesiva mayoría sigue acudiendo a la consulta con su saco... ¡Y éste sigue roto!”

Reparemos o cambiemos nuestro saco

Hugo W Arostegui



El Proceso De Aprender

El Proceso De Aprender

El vocablo aprender proviene del latínapprehendere, esta palabra era relacionada con la acción de perseguir y atrapar algo; y en efecto el hecho de aprender es adquirir conocimientos diversos.
Esta acción se da mediante el proceso de aprendizaje dichos conocimientos son obtenidos mediante el estudio o la experiencia de distintas situaciones vividas.

La conducta del ser humano es adquirida mediante el aprendizaje al igual que sus valores, destrezas y habilidades ya que estos son hábitos obtenidos a través de la educación y la evolución de cada persona.

El poder aprender siempre cosas nuevas es una de las funciones más importantes de nuestro cerebro, ya que en él podemos fijar información nueva de manera constante la cual permanecerá en nuestra memoria y así podremos recordar siempre lo que hemos aprendido.

Mientras nos enseñan acerca de cualquier tema adoptamos la actitud de imitar o repetir para poder aprender, los seres humanos estamos sometidos a cambios constantes que nos llevan a una etapa de adaptación para poder subsistir en sociedad, dicha adaptación la obtenemos imitando la actuación de aquellos que están a nuestro alrededor, o de aquellos a quienes nos gustaría parecernos.

Siempre debemos prestar atención a todo lo que nos rodea, pues día a día se presenta distintas situaciones de las cuales obtenemos experiencia y de las mismas aprendemos habilidades o destrezas que podemos moldear a nuestra conveniencia con el propósito de avanzar en los distintos escenarios de nuestra vida.

La acción de aprender está acompañada de tres situaciones distintas para poder lograr su fin las cuales son: observar, (todas las acciones y hechos que podemos percibir mediante la observación son materia para el aprendizaje) estudiar, (bien sea por medios propios o a través
ya que ejecutar las acciones observadas y estudiadas nos llevan a obtener mayor destreza de aquello que se desea aprender y así aplicarlo en la vida cotidiana).

Individualmente cada sujeto tiene su modo o manera de aprender cada cosa, para algunos es más fácil o difícil que para otros, todo depende de la disposición y la experiencia de cada quien, lo cierto es que todos aquellos conocimientos adquiridos en nuestro pasado y presente serán el fundamento de nuestras futuras actuaciones.
conceptodefinicion.de/aprender/


Hugo W Arostegui

domingo, 26 de febrero de 2017

Aquellos Momentos En Que No Te Encuentras

Siempre, aunque intentemos evitarlos, surgirán en nuestra vida momentos en los cuales quisiéramos desaparecer, pedirle a la tierra, de ser posible, que nos tragase.
Cuando tales sentimientos nos embargan estamos recibiendo una muy clara señal de que nos encontramos perdidos, sin un rumbo en el cual nos identifiquemos, sumidos en la vaguedad y el contrasentido de una existencia que se tambalea y vacila, como un beodo, en medio de la soledad y el desamparo.
“La vida es complicada, pues siempre estará llena de retos y descubrimientos que tendrás que conocer día a día. En ocasiones nos encontramos con cosas que nos llenan de alegría y vitalidad y nos inspiran a vivir nuevas experiencias. 
Sin embargo, también existen ocasiones en las que simplemente queremos dejar de experimentar y bajamos los brazos. Nos sentimos perdidos, no logramos pensar bien y pensamos que no habrá nada que podamos hacer para solucionar eso que estamos viviendo
Todos hemos pasado por esos momentos, pero lo que debes tener claro es que eso son: momentos. No estarás toda tu vida sin saber qué hacer o dónde ir.
Pasará, y lo mejor de todo es que aprenderás de ello.

Probablemente ahora no sepas qué hacer, pero créeme que las formas más enriquecedoras de encontrarte a ti misma nuevamente son más simples de lo que crees.

Recuerda quién eres y de dónde vienes. Vuelve a conectarte contigo mismo y analiza.
Piensa en todo eso que amas y haz las cosas que te gustan, esas que te llenan de alegría y te hacen sonreír siempre, pues así tendrás más fuerza para seguir adelante. 

Reflexiona, dedícate a pensar y ofrécete un tiempo a solas en el que puedas sentir tu corazón y escuchar tus pensamientos, siempre teniendo presente que no existe nadie mejor que tú para hacer las cosas que quieras y tomar las decisiones que influyan en tu vida y, sobre todo, no hay nadie más preciso que tú para perseguir y luchar por tus sueños

Siempre recuerda eso.

Y si sientes que las cosas salen de control, jamás dudes en pedir ayuda si es necesario, pues a veces una mano amiga puede ser una gran fuerza de empuje para volver a conectarte contigo y volver a pisar ese camino que habías dejado porque te perdiste.

Siempre está la solución, pero lo que debes tener claro es que siempre estará dentro de ti.
Reflexiona y encuéntrala. Todo será mejor.
www.upsocl.com/mujer/como-encontrarte-a-ti-mismo-cuando-no-sabes-que-hacer/


Hugo W Arostegui

La Impronta De Cada Día


Todo lo que hacemos o dejamos de hacer deja una huella que muy pocos humanos tenemos la capacidad de captar en nuestros receptores individuales, tal es lo que constituye nuestra impronta, esa señal que subyace imperceptible como una marca indeleble de generación en generación.

“Señal o carácter peculiar: huella. Conjunto de característica cultural o característica humana que son consecuencia del contacto con una persona o grupo social: la profesora ha dejado su impronta en los alumnos. En biología, tipo de aprendizaje propio de animal pequeño, por lo general durante un período crítico y receptivo de su vida”.

Durante este período, el animal joven aprende a dirigir su respuesta social hacia un objeto concreto, normalmente uno de los padres: proceso de aprendizaje para el que solamente se está sensibilizado durante la etapa juvenil y que tiene carácter irreversible.

El estrés y el desamor en el hogar suponen a los niños un daño evidente durante su crianza. Decenios de investigación han permitido documentar, además, las consecuencias psicológicas en la edad adulta de tales experiencias (entre ellas, depresiones latentes y dificultades para mantener relaciones afectivas). Estudios actuales confirman que una vida familiar conflictiva provoca efectos fisiológicos graves en el desarrollo neural.
El cerebro infantil posee una exquisita sensibilidad. Las discusiones acaloradas afectan a los pequeños incluso cuando duermen. Investigadores de la Universidad de Oregón han hallado, mediante imágenes por resonancia magnética funcional, que los niños de familias que informaban sobre fuertes conflictos hogareños (superiores a los habituales), se mostraban más sensibles a voces agresivas o airadas. De hecho, manifestaban un repunte de actividad cerebral en respuesta a frases leídas en tono agrio mientras dormían. La excitación cerebral se concentraba en las áreas responsables de la regulación de las emociones y del estrés.
Ni la negligencia afectiva ni las disputas familiares dejan señales externas, pero sí afectan de forma notable la arquitectura cerebral. Un estudio sobre adolescentes desarrollado por la Universidad de Yale halló, mediante resonancia magnética funcional, que el desamor y el abuso emotivo en la infancia reducen la densidad celular posterior de las regiones cerebrales que regulan las emociones. Según el artículo, publicado en Journal of the American Medical Association en 2011, aunque los adolescentes del estudio no llegaban a cumplir los criterios definitorios de trastornos psiquiátricos por completo, muchos de ellos sí experimentaban problemas emocionales (conductas irreflexivas o arriesgadas).
Aunque el descuido afectivo o el estrés en el hogar familiar parezcan lesionar fácilmente el cerebro juvenil, resulta improbable que tales daños se tornen permanentes si se tratan a tiempo, asegura Hilary Blumberg, profesora de psiquiatría en Yale y autora del estudio con adolescentes.
Asimismo, reconoce que si la falta de control de estos sujetos sobre sus impulsos pudiera corresponder a un síntoma de alteraciones cerebrales inducidas por la falta de cariño, tal fenómeno facilitaría a los asistentes sociales o a los profesionales de la salud la aplicación de los tratamientos apropiados.
En el futuro, algunas terapias podrían orientarse directamente hacia las alteraciones neuro­lógicas. Si bien se ha probado que el ejercicio regular frena la pérdida por envejecimiento de materia gris en el cerebro, tal vez pudiera proteger también contra pérdidas asociadas al desamor.
Se confía en que la investigación de los cambios cerebrales inducidos por una vida familiar tormentosa acabará proporcionando formas de deshacer tales daños en cualquier momento de la vida.
Hugo W Arostegui

sábado, 25 de febrero de 2017

El Pensamiento Libre


“Solemos defender la libertad de expresión, aunque no tenemos costumbre de pararnos a pensar si tenemos libertad de pensamiento. Entendiendo a esta como la oportunidad de tomar una decisión libre y meditada con la que elijamos nuestros valores sin condicionamiento cultural, político, social ni económico.

Desde que nacemos, lo habitual es que las personas que nos cuidan traten de hacernos partícipes de su manera de pensar. Pueden hacer esto de una manera abierta, manifestándolo directamente, o indirecta, solo permitiéndonos contacto social con las personas que siguen su misma línea de pensamiento y no hablando demasiado bien de las que se oponen”

Es difícil saber si somos libres para pensar. Lo cierto es que estamos condicionados por lo que hemos vivido y habitualmente lo tomamos como punto de partida para construir el resto del mapa que configuran nuestros pensamientos. Así, este condicionante ha penetrado tan hondo en nosotros que puede costarnos una gran cantidad de esfuerzo y tiempo determinar cuánta y cómo ha sido su influencia.

Esto significa que es difícil opinar o pensar de una manera distinta a la que estamos acostumbrados.

Hacerlo probablemente supondría poner en cuestión otros aspectos que van más allá de la parcela que nos ha elicitado ese pensamiento. Sería como arriesgarnos a que ocurriera un pequeño o gran terremoto.

Sin embargo, pensar libremente sería “salirse” de cualquier opinión o forma de vida conocida cuando en realidad, estamos acostumbrados a coincidir y agruparnos en semejanza de opiniones. 

Bien mostrando acuerdo hacia lo que piensan “los nuestros” o bien mostrando desacuerdo hacia lo que piensan “los otros”.

Sin duda, nuestros progenitores fueron un referente -bueno o malo- en algún momento.
Así aunque más tarde, nos desmarquemos de lo que nos enseñaron, siempre quedará en nosotros esa forma particular de ver la vida nuestros padres nos enseñaron
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Podemos diferenciarnos mucho de ellos respecto a tendencias o matices, pero si buscamos en nosotros mismos, encontraremos valores, opiniones, sentimientos y actitudes, que reconoceremos en ellos también.

Esto también nos condiciona para no ser “libres” pensando. No partimos de “cero”, sino desde una educación y de unas vivencias de la infancia que nos predisponen para enfrentar el resto de acontecimientos que se nos presenten.

Por otro lado, desde la infancia, todo nuestro contexto social, cultural, político y familiar, nos transmite claramente lo que se espera de nosotros. Es decir, nos van indicando cual es nuestro sitio, o lo que es lo mismo, el lugar que la vida espera que nosotros ocupemos.

Si bien, también puede ser que sintamos un gran rechazo y oposición por lo que nos enseñaron y que en contra de esto nuestras decisiones intenten oponerse de manera sistemática a lo que nos intentaron trasmitir. 

A pesar de la muestra de desacuerdo hacia ello, seguimos influenciados por esos mensajes ya que vamos a tomar una predisposición positiva a todo lo que se oponga a ello antes de valorarlo, hasta el punto de ir al extremo opuesto, en algunas ocasiones.

“No existe la libertad, sino la búsqueda de la libertad, y esa búsqueda es la que nos hace libres.”
-Carlos Fuentes-

Por otro lado, crecemos inmersos en una cultura, con sus ideales y formas particulares de vivir.
Sin duda, esto es lo que en gran medida nos aporta cierta seguridad y bienestar, ya que lo hemos hecho así durante muchos años y al final hemos creado una manera particular de identificación.

En muchos casos, no nos atrevemos a romper la “zona de confort” en la que hemos crecido, ya que nos aporta protección y comodidad.

Nos quedamos quietos a pesar, de que a veces no nos sintamos dueños de nuestra vida, sino parte de una tradición o forma de vivir “que siempre fue así”.

Sé creativo, atrévete a inventar tu propia forma de vivir.


Seguir Siempre Adelante

Seguir Siempre Adelante

“Nunca te rindas tratando de hacer lo que realmente deseas hacer. Donde hay amor e inspiración, nada te puede salir mal”- Ella Fitzgerald


“En dos palabras puedo resumir cuanto he aprendido acerca de la vida:  Sigue adelante“- Robert Frost


 Yo creo bastante en la suerte. Y he constatado que, cuanto más duro trabajo, más suerte tengo”- Thomas Jefferson


Si te caes siete veces, levántate ocho“- Proverbio japonés


“La diferencia entre ganar y perder, frecuentemente, es no rendirse“- Walt Disney




Dicen Que No Ocupa Lugar


 Se conoce que la etimología del vocablo Saber proviene del latín “sapere” que significa “tener inteligencia o conocimiento sobre algo”.

La acción, hecho o efecto de saber algo no se puede encerrar con un concepto definido, ya que depende la perspectiva de cada quien.

Sin embargo esta palabra es usada cotidianamente para indicar que una persona es notificada o adquirió un conocimiento acerca de un tema en específico, o también para referirse a la sabiduría que posee un individuo sobre algo, por lo tanto el saber algo alude al conocimiento que cada quien tiene con respecto a una materia definida y particular, entonces podemos concluir que saber, sabiduría y conocimientos son sinónimos.

Se puede llegar a saber o conocer sobre un tema o materia bien sea por medios propios y experiencias vividas, o porque alguien más te hace partícipe de sus conocimientos, es decir, por medio de la educación bien sea de manera práctica o teórica que alguien más puede implementar sobre ti. El saber puede tomarse como una representación objetiva de una realidad vivida o que otra persona te cuente.

El saber no puede reducirse únicamente a un tipo de aprendizaje como tal, bien sea que este sea implementado en una escuela o venga desde la educación adquirida en casa, el saber es un conjunto de todo lo que vemos, oímos, sentimos, olemos, estudiamos, practicamos, etc. 

Es decir, es todo lo que permanece en nuestra memoria y tenemos el conocimiento que está en ella.

Depende también del mundo en que nos rodea, la civilización, tradición, autoridad y cultura de la comunidad en la que vivimos, pues el saber evoluciona de persona en persona dependiendo de las experiencias y situaciones que se presentan en su día a día, es decir el saber no se hereda, se adquiere con el tiempo.

El saber engloba entonces toda esa información sobre conocimientos desarrollados y acumulados sobre distintos temas y que dependen del interés de cada individuo, pero que conjuntamente se complementan para explicar el proceso del desarrollo intelectual de cada quien, percibiéndolo además como un instrumento personal de evolución pero particular y único.

Se aduce utilizando una muy trillada frase “que el saber no ocupa lugar” pero cuando nos referimos al grado de conocimiento que una determinada persona ha logrado desarrollar, debemos citar que todo aquello que pudiera haber aprendido le ha demandado un esfuerzo constante donde ha dejado de lado muchas cosas que seguramente ha sabido sacrificar con la finalidad de alcanzar sus objetivos, ese saber, el adquirido, sin duda ocupará siempre un lugar preponderante en su vida, no habiendo nada igual o comparable que pudiese llegar a compensar ni mucho menos sustituir .

Hugo W Arostegui