sábado, 25 de febrero de 2017

Dicen Que No Ocupa Lugar


 Se conoce que la etimología del vocablo Saber proviene del latín “sapere” que significa “tener inteligencia o conocimiento sobre algo”.

La acción, hecho o efecto de saber algo no se puede encerrar con un concepto definido, ya que depende la perspectiva de cada quien.

Sin embargo esta palabra es usada cotidianamente para indicar que una persona es notificada o adquirió un conocimiento acerca de un tema en específico, o también para referirse a la sabiduría que posee un individuo sobre algo, por lo tanto el saber algo alude al conocimiento que cada quien tiene con respecto a una materia definida y particular, entonces podemos concluir que saber, sabiduría y conocimientos son sinónimos.

Se puede llegar a saber o conocer sobre un tema o materia bien sea por medios propios y experiencias vividas, o porque alguien más te hace partícipe de sus conocimientos, es decir, por medio de la educación bien sea de manera práctica o teórica que alguien más puede implementar sobre ti. El saber puede tomarse como una representación objetiva de una realidad vivida o que otra persona te cuente.

El saber no puede reducirse únicamente a un tipo de aprendizaje como tal, bien sea que este sea implementado en una escuela o venga desde la educación adquirida en casa, el saber es un conjunto de todo lo que vemos, oímos, sentimos, olemos, estudiamos, practicamos, etc. 

Es decir, es todo lo que permanece en nuestra memoria y tenemos el conocimiento que está en ella.

Depende también del mundo en que nos rodea, la civilización, tradición, autoridad y cultura de la comunidad en la que vivimos, pues el saber evoluciona de persona en persona dependiendo de las experiencias y situaciones que se presentan en su día a día, es decir el saber no se hereda, se adquiere con el tiempo.

El saber engloba entonces toda esa información sobre conocimientos desarrollados y acumulados sobre distintos temas y que dependen del interés de cada individuo, pero que conjuntamente se complementan para explicar el proceso del desarrollo intelectual de cada quien, percibiéndolo además como un instrumento personal de evolución pero particular y único.

Se aduce utilizando una muy trillada frase “que el saber no ocupa lugar” pero cuando nos referimos al grado de conocimiento que una determinada persona ha logrado desarrollar, debemos citar que todo aquello que pudiera haber aprendido le ha demandado un esfuerzo constante donde ha dejado de lado muchas cosas que seguramente ha sabido sacrificar con la finalidad de alcanzar sus objetivos, ese saber, el adquirido, sin duda ocupará siempre un lugar preponderante en su vida, no habiendo nada igual o comparable que pudiese llegar a compensar ni mucho menos sustituir .

Hugo W Arostegui


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