sábado, 11 de febrero de 2017

Monotonía


Los que recurrimos asiduamente a la comunicación escrita para expresar nuestro pensamiento corremos el serio riesgo de caer en manos de la monotonía, dar vueltas y vueltas en alrededor de algún tema en cuestión antes de concentrarnos en su contenido, o lo que puede resultar demasiado frecuente, que nos manejemos con un bagaje de recursos muy escaso en cuánto al lenguaje que utilicemos o que tracemos surcos cada vez más profundos en nuestros recorridos expresivos constituyéndonos en “discos rayados” de tanto intentar decir lo mismo utilizando las mismas palabras.

Por ejemplo: “Yo intento prestar atención, pero la monotonía de su voz hace que me duerma”“Acabo de escuchar el nuevo disco de esta banda: es pura monotonía, todos los temas parecen iguales”.

De la misma forma, en el ámbito del lenguaje, tanto escrito como hablado, se suele emplear el término monotonía para referirse a aquella persona que constantemente utiliza las mismas palabras, expresiones o giros. Con ello queda claro que el individuo en cuestión es pobre en cuanto a vocabulario y que no tiene recursos necesarios para poder utilizar el idioma.

En la esfera de la vida personal, la monotonía está relacionada a la regularidad, la rutina, el aburrimiento y el tedio. En una vida monótona, todos los días transcurren de manera similar, con las mismas obligaciones, idénticos horarios, etc.: “Me gustaría hacer algo para cambiar la monotonía de mi vida”“Me levanto, voy al trabajo y después a la facultad. Cuando llego a mi casa, me voy a dormir: ya estoy harto de esa monotonía”.

Esto que mencionamos bien puede considerarse un hábito o un vicio recurrente, por no decir que también puede ser un indicador de “pobreza expresiva” agotamiento mental y por qué no, una flagrante falta de consideración para los potenciales lectores, fuese lo que fuese, es notorio que todo aquel que pretenda usar un medio de comunicación tanto oral como escrito, deberá cultivarse sembrando en su intelecto el conocimiento que le permita recurrir a un lenguaje expresivo rico en nutrientes idiomáticos.

Hugo W Arostegui

 

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