viernes, 12 de mayo de 2017

Genialidades


En la historia de la ciencia hay algunas ideas geniales que impresionan por su sencillez y su estructura perfectamente límpida, que permitieron conseguir resultados que todavía hoy nos sorprenden. Por ejemplo, la medición de la circunferencia de la Tierra por Eratóstenes (276-174 a.C.), en el siglo III antes de nuestra era. 

Eratóstenes, que era bibliotecario del Museo y Biblioteca de Alejandría, se enteró de que en la ciudad de Siena, al sur de Egipto, durante el solsticio de verano, una varilla clavada en el cielo no proyectaba sombra alguna, mientras que en su ciudad sí lo hacía. Inmediatamente atribuyó esta diferencia a la curvatura de la Tierra y, mediante un ingenioso sistema, midió la distancia entre Alejandría y Siena, y teniendo en cuenta que la sombra de la varilla en Alejandría formaba un ángulo de siete grados, 

calculó a qué longitud debía corresponder un ángulo de 360 grados: el resultado le dio unos cuarenta mil kilómetros, cifra muy aproximada a la actual, obtenida mediante sofisticados satélites. 

Justamente lo que impresiona de Eratóstenes es lo simple de su razonamiento, y lo simple, también, de los elementos que usó: una varilla clavada en el suelo, un instrumento para medir el ángulo de la sombra y una caravana de camellos que le sirvieron para calcular la distancia desde Alejandría a Siena. 

El resultado muestra, de paso, que no sólo la esfericidad de la Tierra era conocida desde la Antigüedad sino que se tenía una idea aproximada de su tamaño (aunque la medición de Eratóstenes fue modificada por Tolomeo, que obtuvo un valor más bajo y más apartado del real). La leyenda, pues, de que Colón defendía la esfericidad de la Tierra ante un puñado de ignorantes que pensaban que era plana es absolutamente falsa: quienes se opusieron a Colón no discutían la forma de la Tierra sino su tamaño. Otra idea sensacional, en la misma cuerda, fue la de que por primera vez permitió medir la velocidad de la luz. 




Convicciones


Dentro de lo que sería la psicología es frecuente hablar de la convicción. En concreto, de ella se dice que es fundamental para encontrar la motivación a la hora de llevar a cabo determinadas acciones, para ser positivo y confiar en que las cosas que vamos a realizar se van a conseguir e incluso para convencerse de que uno mismo está y estará bien.

Pero en ese mismo campo también se hace referencia a todas esas personas que tienen convicción pero sobre aspectos pesimistas y negativos en todo momento. Son individuos que creen a pies juntillas que no valen nada, que no son capaces de afrontar el reto que tienen por delante o que la persona a la que aman no les va a corresponder porque no poseen nada para ofrecerle a esta.

Convicción también es una idea política, ética o religiosa a la que una persona se encuentra fuertemente adherida. Lo habitual es que el término se utilice en plural (convicciones): “Les aseguro que nunca traicionaré mis convicciones”, “Agradezco tu propuesta, pero va en contra de mis convicciones”, “Sin convicciones, es imposible triunfar en un mundo tan competitivo”.

La noción de convicción suele confundirse con la idea de creencia. Puede decirse que una convicción es una creencia de la que un sujeto considera que tiene evidencias suficientes para considerarla cierta. 

No importa si dichas evidencias son científicas, racionales o subjetivas: la persona cree que son suficientes para sostener su idea. La creencia, en cambio, es más bien una suposición o una cuestión de fe, ya que el individuo no puede justificar su veracidad.

Muchos sostienen que tanto la razón como la fe son distintas formas de convicción que pueden co-existir con distintos grados de conflicto. La fe es una convicción que no está basada en el raciocinio, mientras que la razón sí está fundada en la lógica.




jueves, 11 de mayo de 2017

Tu Puedes Conducirte


En ocasiones, la vida no está yendo por el sendero más positivo. Nos sentimos frustrados, desalentados, nada está bien y no sabemos cómo lograr que esta situación cambie.

Cuando nos sentimos tan perdidos, cuando la depresión o problemas peores nos abordan, acudir a un psicólogo es una opción. Pero, ¿qué nos garantiza que nos solucionará el problema?

Ir al psicólogo se convierte en nuestra vía de escape. Incluso a veces, acudimos porque pensamos que somos incapaces de lograr una solución por nosotros mismos. Pero, ¿estás seguro de ello?

Hoy descubrirás que en muchas ocasiones, acudimos al psicólogo por mera comodidad. 

Realmente, la solución está en nuestro interior. ¡Descúbrela! Conoce al psicólogo que llevas en tu interior.
Cuando acudimos a un psicólogo, este tiene que conocernos primero. A menos que sea una persona conocida o alguien de nuestra propia familia, el psicólogo no sabe absolutamente nada de nosotros.
A pesar de esta primera sensación incómoda por tener que contarle todo a la persona desconocida que tenemos delante, esto puede ser terapéutico.

Hablar de nosotros nos hará reflexionar sobre nuestra vida y recordar momentos que creíamos olvidados.

Todo esto será importante para solucionar los problemas que nos acaecen en este momento. Pero, a pesar de esto el psicólogo nunca llegará a conocerte tanto como te conoces tú mismo.
Es más, quizás te resistas a que esto suceda así. Son muy pocas las personas que lo saben absolutamente todo de nosotros. Y seguramente, ¡se nos escape algo!

Sentimientos, pensamientos, sueños… Es algo que nosotros vivimos solos y que no compartimos con nadie. Si estás pasando por un mal momento, tú mejor que nadie conocerás tus reacciones y los motivos.

“El que sabe conocerse a sí mismo es dueño de sí”
-Pierre de Ronsard-

Existen cosas que no queremos que nadie conozca. Quizás el problema que tenemos en este momento esté relacionado con alguna especie de culpabilidad que nos avergüenza. Tal vez, no le quieras contar esto a tu psicólogo. Un punto muy importante que afectará al éxito de la terapia.

Hay que ser totalmente sinceros, pero no hay mejor sinceridad que la que nos profesamos a nosotros mismos.
¿Quién dijo que podría ser fácil? Todo lo que merece la pena, ¡cuesta! Lo primero que debemos pensar es siempre en positivo.

Hay una situación negativa que nos está haciendo la vida muy difícil y complicada. Algo inesperado, que se escapa de nuestro control. ¿Qué hacer ante una situación como esta?

Nuestra vida ha cambiado y con positivismo debemos intentar superar y cambiar esta situación por la que estamos pasando. Para ello, es necesario que seamos conscientes de lo que nos está pasando.
Solo la persona que tiene el problema deberá sacar las fuerzas necesarias para salir de su problema.
Pues nadie más que ella tomará la iniciativa de poder cambiar.

“Un poco más de persistencia, un poco más de esfuerzo
y lo que parecía un fracaso sin esperanza puede convertirse en un glorioso éxito”
-Elbert Hubbard-

Como has podido ver, tú puedes llegar a ser tu mejor psicólogo. Estos pueden orientarnos, abrirnos los ojos, ayudarnos… Pero no harán ningún milagro. La fuerza del cambio, el esfuerzo, recae solo en nosotros.


Ser Considerado


La palabra considerado es habitual que la usemos en nuestro idioma para dar cuenta de aquel individuo que presenta un comportamiento eminentemente respetuoso para con los otros y asimismo en su desenvolvimiento en diversas situaciones.
Entre los sinónimos que más usamos para esta referencia se destacan sin dudas los de respetuoso y cortés. El concepto opuesto a considerado en esta referencia es el de descortés, que implica la ausencia de cortesía y de amabilidad en el trato y en el comportamiento.

Cabe destacarse que el respeto resulta ser una condición intrínseca del individuo considerado. En tanto, en nuestra cultura, al respeto se lo considera como un valor que es el que le permite a la persona considerar las situaciones y a las personas en particular y actuar en consecuencia de ello.
Por ejemplo, el considerado, al ver a una persona mayor en la fila de un transporte público la dejará pasar primero, y si asiste a una boda, luego de la ceremonia se acercará a saludar a los novios y les manifestará su agrado de participar en la celebración y les deseará muchas felicidades.

Por otra parte, la palabra considerado también la usamos para hablar de aquel que recurrentemente recibe por parte de los demás congratulaciones por sus acciones y asimismo respeto por aquello que hace o dice.

También es frecuente que a la persona considerada se la denomine como apreciado o estimado. En tanto, el concepto que se opone a este sentido de la palabra es el de despreciado porque refiere la poca estima y aprecio que se le dispensa a alguien que demuestre en su accionar la ausencia absoluta de estos valores.

Hugo W Arostegui

Sociedad Creativa


Cada tanto recurrimos a este medio para manifestar nuestras apreciaciones sobre determinados tópicos que hacen a la realidad social en la cual estamos insertos.
Nos resulta muy claro que en temas relacionados con nuestro quehacer de todos los días contamos con el privilegio de estar situados en lo que bien podríamos definir como “un mirador social” por donde transcurren acontecimientos que por su heterogeneidad nos permite que podamos “tomarle el pulso” a los acontecimientos que son propios de nuestra tan particular convivencia.
Nuestra postura no sobrepasa los límites que deparan la absoluta libertad de acción de cada uno en todo lo referente a la forma y sentido de sus acciones así como el grado de civilidad, vale decir, la responsabilidad social, que se manifieste en su accionar colectivo.
Hechas tales salvedades corresponde señalar el alto aprecio que nos motiva el poder ser parte de este singular intercambio, desde el cual se pueden observar, en el amplio espectro de este escenario colectivo,  todos los rasgos que nos distinguen como individuos, donde somos capaces de demostrar en las acciones cotidianas las cualidades humanas que cada uno posee y desarrolla.


Hugo W Arostegui

Desde Dónde Estamos


Más de una vez hemos visto y oído que cuando se mencionan situaciones que implican a personajes que por distintas razones esgrimidas resultaría mucho más conveniente mantener en esa “zona de indiferencia” que alimenta a la “desinformación y al olvido” en las cuales suelen “intentar sepultarlos” el más simple intento de rememorarles en el “obligado recuerdo” de sus inocultables antecedentes, motivan en los circunstanciales participantes de este comentario una muy variada gama de reacciones.

Es por esta circunstancia que en muchas ocasiones hemos preferido guardar silencio ante determinadas situaciones que por distintas razones nos involucraban, en realidad, pienso que no es necesario que digamos nada, quizás, de vez en cuando, resulte conveniente hacer saber de qué “continuamos aquí” en el “mundo de los vivos” aunque se corra el riesgo de que “se abran los panteones” de todos aquellos, en dónde incluimos a algunos parientes y amigos, y nos convirtamos en “espectros de un pasado” dónde la sola mención de su nombre revive “ciertas situaciones” sepultadas por el tiempo, la omisión y la indiferencia.

Así las cosas.

Hugo W Arostegui


miércoles, 10 de mayo de 2017

Aspiraciones


Una persona tiene aspiraciones en su vida, es decir, tiene objetivos que cumplir, metas que se marca de acuerdo a sus inquietudes personales y su modo de ser. Las aspiraciones son totalmente subjetivas, cada ser humano es único e irrepetible. De ahí que personas de la misma edad puedan diferenciarse porque cada uno se encuentra en una etapa vital diferente.

Las aspiraciones conectan con el deseo de realización personal de aquel que quiere aportar un valor añadido a su vida a través del sentido concreto que aporta el cumplimiento de una misión. Una aspiración es una motivación importante. En este este sentido, a modo de coaching, una persona puede tener aspiraciones distintas en el ámbito profesional y en el ámbito personal. Las aspiraciones personales conectan también con las cualidades personales de cada uno.

La vida, como un proceso de evolución constante, también tiene matices distintos en función de cada etapa. Una persona también varía en sus aspiraciones en función del momento de la vida en el que se encuentre. Una persona adolescente tiene unas aspiraciones distintas a la de una persona de sesenta años, simplemente, porque su grado de experiencia, el conocimiento que tiene de sí misma y la fase de la vida en la que está también es diferente.


Una aspiración puede ser tan importante que en el caso de no realizarse, una persona puede experimentar una enorme frustración en su interior al sentir que tiene una asignatura pendiente de llevar a cabo. Por suerte, la vida es un aprendizaje constante, siempre existen momentos de luchar por los verdaderos sueños del corazón. Lo importante es que tú te des la oportunidad a ti mismo de ser feliz.

En la medida en que una persona realiza sus aspiraciones también crece como persona, es más madura y tiene más experiencia. Pero además, también aumenta su autoestima personal y el concepto que tiene de sí misma. Para llevar a cabo las aspiraciones personales es fundamental ser constante, definir de forma asertiva los objetivos, buscar un plan de acción para alcanzar una meta y tener confianza en uno mismo.

Pero lo más importante es que después de un fracaso, una persona no se dé por vencida y sea constante porque la verdadera clave del éxito existencial es la perseverancia.


Respuestas Sin Preguntar


Buscar respuestas con desesperación, se traduce en un pensamiento al que atendemos constantemente, y se convierte en el centro de nuestra vida, dejando a un lado todo aquello que podría ayudarnos a desviar nuestra atención hacia otras actividades que nos permitan focalizarnos en algo diferente. Si lo conseguimos – y se puede -, podremos entrenarnos poco a poco y sin olvidar el objetivo; en la calma y la tranquilidad.

Algo así como darnos permiso para pensar y actuar bajo un prisma diferente que no implique necesariamente y a priori, un entendimiento de lo que nos está pasando.

Y ahí es donde podemos hacer usos de nuestros recursos – esos recursos que todos los seres humanos tenemos – para darnos la oportunidad de cambiar hábitos o introducir actividades diferentes que nos permitan experimentar o canalicen nuestra atención hacia un lugar diferente al de “buscar respuestas”.

Cuando el buscar deja de ser una prioridad, entramos en un estado diferente de aceptación, y vuelve a repetirse la historia del objeto perdido, porque en ese nuevo estado, las respuestas fluyen solas y podemos ir entendiendo y asumiendo desde la serenidad y la calma.

Este empeño que tenemos a veces en forzar cosas que sólo pueden ocurrir de un modo espontáneo, nos mantiene en el problema. A veces creo que tenemos una cierta tendencia a profundizar demasiado, a excavar buscando cofres, sin darnos cuenta que el mayor tesoro es cambiar de táctica.

Entrenarnos en técnicas diferentes para conseguir resultados diferentes es el principio de un nuevo proceso que puede llevarnos a un planteamiento diferente de lo que nos está pasando, o al menos, puede cambiar nuestra perspectiva ante un misma situación. 

Un excelente punto de partida que puede propiciar el entendimiento, ese entendimiento que desesperadamente buscamos, puede, de repente, encontrarnos y saludarnos en el camino.

Estaría bien confiar en nosotros, ya que al fin y al cabo somos los únicos responsables de nuestros actos. Todo tiene un porqué, pero mejor si lo encaramos con un para qué.

¡Un desafío a ti mismo, no te hundas en sentimientos idealizados y pasa a la acción!

¡Paradójicamente la acción te brindará el conocimiento y las respuestas!

¡Un abrazo!


Siempre Adelante


Frases:
1. “Nunca te rindas tratando de hacer lo que realmente deseas hacer. Donde hay amor e inspiración, nada te puede salir mal”- Ella Fitzgerald

2. “En dos palabras puedo resumir cuanto he aprendido acerca de la vida: Sigue adelante“- Robert Frost

3. “Yo creo bastante en la suerte. Y he constatado que, cuanto más duro trabajo, más suerte tengo”- Thomas Jefferson

4. “Si te caes siete veces, levántate ocho“- Proverbio japonés

5. “La diferencia entre ganar y perder, frecuentemente, es no rendirse“- Walt Disney

6. “Nunca tires la toalla. Úsala para limpiarte la frente y sigue avanzando“- Desconocido

7. “Sigue tus sueños, trabaja duro, practica y persevera”- Sasha Cohen.

8. “Incluso la noche más oscura terminará con la salida del sol“- Víctor Hugo

9. “Nuestra gloria más grande no consiste en no haberse caído nunca, sino en haberse levantado después de cada caída”– Confucio

10. “El único lugar en el cual ‘éxito’ viene antes de ‘trabajo’ es en el diccionario– Vincent Lombardi

11. “El secreto de salir adelante es comenzar”-Mark Twain

12. “Es duro fracasar, pero es peor nunca haber intentado triunfar“- Theodore Roosevelt.

13. “Siempre parece imposible hasta que se hace”- Nelson Mandela.

14. “Es difícil superar a una persona que nunca se rinde”- Babe Ruth.


Hugo W Arostegui

martes, 9 de mayo de 2017

Necedades



El término necio resulta ser una palabra de uso muy frecuente en las lenguas de habla hispana, en tanto, de acuerdo al lugar o la región hispanoparlante en la cual se la utilice puede presentar algunas variaciones en su significado y referir diversas cuestiones.

La palabra Necio se emplea frecuentemente cuando se quiere decir de alguien o a alguien que es un ignorante. “El muy necio le contestó a la maestra que la capital de Francia es Madrid”.
También, la palabra se aplica cuando alguien despliega una acción imprudente. No seas necio, con esta neblina no puedes salir a la ruta.

Por otro lado, a quien se lo observa como terco u obstinado también se lo suele calificar como un necio, es decir, cuando ante los reiterados consejos y la presentación de las negativas consecuencias que puede tener su accionar, la persona insiste en sus propósitos, ideas o actitudes. Por más que insistas no vas a poder convencer a Laura que lo deje, está muy necia al respecto.

Asimismo, aquella acción que se lleva a cabo con imprudencia, dominada por la ignorancia o por alguna presunción incorrecta que no guarda coherencia con la realidad será considerada como necia.

Citas Sobre Necios
"Aquel a quien no le gusta el vino, la mujer ni el canto, será un necio toda su vida."
Martín Lutero
"Decimos una necedad y a fuerza de repetirla acabamos creyéndola."
Voltaire
"El malvado descansa algunas veces; el necio jamás."
José Ortega y Gasset
"El sabio puede cambiar de opinión. El necio, nunca."
Immanuel Kant
"Nunca una obra se acredita tanto de mala, como cuando la aplauden los necios"
Tomás de Iriarte
"Por desgracia, la mitad nunca superará la media."
Anónimo
"Propio de todo hombre es el errar. Pero de nadie, sino del necio, el mantenerse en el error."
Juan Luis Vives
"Si el sabio no aprueba, ¡malo!, si el necio aplaude, ¡peor!"
Tomás de Iriarte
"Todo necio confunde valor y precio."
Antonio Machado
"Un necio encuentra siempre otro necio aún mayor que le admira."
Nicholas Boileau - Despréaux
"Una necedad, aunque la repitan millones de bocas, no deja de ser una necedad."
Anatole France
"No es necio el que hace la necedad, sino el que, hecha, no la sabe encubrir."
Baltasar Gracián
"La necedad es la madre de todos los males."
Cicerón
"Se conocen infinitas clases de necios; la más deplorable es la de los parlanchines empeñados en demostrar que tienen talento."
Santiago Ramón y Cajal
"No hay cosa más difícil, bien mirado, que conocer a un necio si es callado."
Alonso de Ercilla


Desesperanza


El estilo atribucional propio de la desesperanza se caracteriza por una tendencia a explicar los sucesos negativos a partir de causas internas, estables y globales, así como a presentir consecuencias negativas y concluir que, si dichos sucesos negativos han tenido lugar, eso significa que algo falla en uno mismo. 

Esto es, las personas con este estilo hacen una interpretación "fatalista" de los problemas que les ocurren, pensando que "no tienen solución", que "no hay nada que puedan hacer para mejorar la situación" y que las consecuencias "son inevitables, permanentes y que afectarán a todos los ámbitos de la vida". Además, se "echan la culpa" de lo que les sucede y piensan que les "seguirá pasando en el futuro".

La Teoría de la Desesperanza de la Depresión propone que el estilo atribucional descrito actúa como factor de vulnerabilidad al interactuar con acontecimientos estresantes. De esta manera, cuando un adolescente experimenta circunstancias vitales adversas, tales como un suspenso o un rechazo por parte del grupo, interpretará causas y consecuencias muy negativas para dichas circunstancias, poniéndose en riesgo de desarrollar depresión. Además, el modelo establece que el riesgo es sobre todo para un tipo de depresión denominada Depresión por Desesperanza, que incluye síntomas tales como baja autoestima, falta de energía, tristeza, etc.

Este modelo de la desesperanza permite explicar el aumento de prevalencia de depresión en la adolescencia, ya que algunas de las características claves de esta teoría, tales como la vulnerabilidad cognitiva y los sucesos estresantes, experimentan un considerable aumento en esta etapa evolutiva.

Así mismo, se ha propuesto que el estilo atribucional de la desesperanza podría ser útil para entender el hecho de que las mujeres muestren un mayor número de síntomas depresivos que los hombres, ya que las mujeres tienden a mostrar en mayor medida dicho estilo cognitivo y, por tanto, serían más vulnerables ante ciertas circunstancias estresantes (Hankin y Abramson, 2001).

La teoría de la Desesperanza de la Depresión ha generado muchas investigaciones a nivel internacional, con resultados muy variados. Algunas de las limitaciones que han obstaculizado estos estudios se refieren a la necesidad de contar con instrumentos de medida adecuados para evaluar el estilo cognitivo de desesperanza. En el estudio publicado en Ansiedad y Estrés, en el que han participado casi 1.000 adolescentes, se ha adaptado con buenas propiedades psicométricas un test para evaluar el estilo atribucional (Cuestionario de Estilo Atribucional para Adolescentes). Los resultados muestran que la desesperanza y los acontecimientos estresantes se asocian significativamente a la depresión y que las chicas muestran más síntomas de depresión, particularmente aquellos más consistentes con el modelo de la desesperanza.

Además, el estudio sugiere que la vulnerabilidad cognitiva al estrés se da particularmente entre las chicas. Por un lado, las chicas muestran una mayor tendencia al estilo atribucional de desesperanza, ya que atribuyen en mayor medida los acontecimientos negativos a causas globales; y perciben un mayor número de consecuencias negativas para sí mismas y el futuro. 

Por otro lado, si bien el estilo de desesperanza se asocia a más síntomas de depresión tanto en chicos como en chicas, es solamente en estas últimas en quienes actúa como factor de vulnerabilidad, haciendo que el impacto de los estresores en los síntomas depresivos sea mayor entre las chicas caracterizadas por este estilo cognitivo.

Los resultados de esta investigación contribuyen a conocer mejor la etiología de la depresión, especialmente el trastorno del estado del ánimo vinculado a la desesperanza, así como las diferencias de género en la prevalencia de esta patología. Las conclusiones a las que se llega tienen aplicación en la práctica clínica, tanto en el ámbito de la prevención como del tratamiento. En concreto, las estrategias de reestructuración cognitiva dirigidas a modificar los estilos atribucionales negativos que los adolescentes aplican cuando se enfrentan a acontecimientos estresantes pueden ser de gran valor en este contexto.

El modelo de la desesperanza, como otras teorías de vulnerabilidad al estrés, nos lleva a reflexionar sobre el papel de nuestros pensamientos como elemento que matiza el impacto de los acontecimientos negativos en nuestro bienestar emocional, y sobre la necesidad de educar y fomentar el desarrollo de estilos cognitivos saludables entre los adolescentes.


Necesidades Básicas Insatisfechas


Los enfoques básicos empleados para la identificación empírica de la pobreza han sido el Método del Ingreso o de la Línea de Pobreza (método indirecto) y el Método de la Necesidades Básicas Insatisfechas (método directo). Ambos suponen una definición de la pobreza, de sus causas y del tipo de políticas que se consideran más adecuadas para combatirlas.

La pobreza según los ingresos:

El método de la Línea de Pobreza, método indirecto ya que lo que identifica es la satisfacción potencial de las necesidades, identifica a los pobres como aquellas personas con un ingreso deficiente. Este método se relaciona con la definición de pobreza como estándar de vida ya que considera pobres a las personas cuyo ingreso no es suficiente para mantener un nivel de vida considerado mínimo. Tras el método de la línea de pobreza subyace la idea de que la pobreza es el resultado de la distribución desigual del ingreso, producto de un desarrollo insuficiente de la región o de la concentración de ingresos en ciertos sectores de la sociedad.

En América Latina se aplica el Método de la Línea de la Pobreza en su variante alimentaria, el cual consiste en establecer, a partir de los ingresos de los hogares, si éstos tienen capacidad de satisfacer un conjunto de necesidades alimentarias y no alimentarias consideradas esenciales. La fuente de información son las Encuestas Permanentes de Hogares.

Para calcular la Línea de Pobreza es necesario contar con el valor de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y ampliarlo con la inclusión de bienes y servicios no alimentarios (vestimentas, transporte, educación, salud, etc.) con el fin de obtener la Canasta Básica Total (CBT). La CBT es el resultado de la multiplicación de la CBA por la inversa del Coeficiente de Engel (se define como la relación entre los gastos alimentarios y los gastos totales derivados e la población de referencia: Coef. de Engel = Gastos alimentarios / Gastos totales).

En cada período se actualiza tanto el numerador como el denominador del coeficiente de Engel con la variación relativa al Índice de Precios al Consumo. En función de la variación relativa de los precios, se determina para cada período de medición de la pobreza, el valor del coeficiente.

Para expandir el valor de la CBA, de hecho lo que se hace es multiplicar su valor por la inversa del Coeficiente de Engel: CBT = CBA * inversa del Coeficiente de Engel.
Por último, se compara el valor de la CBT de cada hogar con el ingreso total familiar de dicho hogar. Si el ingreso es inferior al valor de la CBT se considera que el hogar y los individuos que lo componen se hallan por debajo de la Línea de Pobreza.

La pobreza según el método de las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI):

Es el método directo más extendido en América Latina. Este método define a los pobres como aquellas personas que tienen carencias, privaciones o necesidades básicas insatisfechas, sobre todo en materia de servicios públicos: vivienda, agua, drenaje, educación. Considera que la pobreza es producto de la desigualdad en el consumo, en el acceso de los servicios públicos, etc. Este método utiliza como base informativa a los Censos y a la Encuesta Permanente de Hogares. Parte de seleccionar las necesidades que se consideran básicas y luego fijar los umbrales mínimos de satisfacción en términos de mercancías. Serán pobres los hogares o individuos que no disponen o consumen todos o una combinación de los bienes y servicios.

Se selecciona un conjunto de necesidades que se consideran básicas para la vida en sociedad. Entre ellas se cuentan necesidades habitacionales, educacionales y ocupacionales y para medir estas necesidades se construyen una serie de indicadores, como por ejemplo: hacinamiento (hogares con más de tres personas por cuarto); vivienda (hogares que habitan en una vivienda de tipo inconveniente: pieza de inquilinato, vivienda precaria, etc.); condiciones sanitarias (hogares que no tuvieran ningún tipo de retrete); asistencia escolar (hogares que tuvieran algún niño en edad escolar que no asista a la escuela); capacidad de subsistencia (hogares que tuvieran una tasa de dependencia económica de tres inactivos por miembro ocupado y jefe con nivel educativo bajo).


Se consideran hogares con NBI a aquellos que reúnen al menos una de estas condiciones. Esto se debe a que, al considerar básicas todas las necesidades deben ser cumplidas simultáneamente.

Necesidades Básicas


Se ha creído tradicionalmente, que las necesidades humanas tienden a ser infinitas; que están constantemente cambiando; que varían de una cultura a otra, y que son diferentes en cada período histórico. Pero tales suposiciones son incorrectas, puesto que son producto de un error conceptual, que consiste en confundir las necesidades con los satisfactores de esas necesidades.

Las necesidades humanas fundamentales son finitas, pocas y clasificables. Además las necesidades humanas fundamentales son las mismas en todas las culturas y en todos los períodos históricos. Lo que cambia, a través del tiempo y de las culturas, son la manera o los medios utilizados para la satisfacción de las necesidades.

Las necesidades fundamentales son: subsistencia (salud, alimentación, etc.), protección (sistemas de seguridad y prevención, vivienda, etc.), afecto (familia, amistades, privacidad, etc.) entendimiento (educación , comunicación, etc.), participación  (derechos, responsabilidades, trabajo, etc.), ocio (juegos, espectáculos) creación (habilidades, destrezas), identidad (grupos de referencia, sexualidad, valores), libertad (igualdad de derechos).

Concebir las necesidades tan sólo como carencia implica restringir su espectro a lo puramente fisiológico, que es precisamente el ámbito en que una necesidad asume con mayor fuerza y claridad la sensación de “falta de algo”. Sin embargo, en la medida en que las necesidades comprometen, motivan y movilizan a las personas, son también potencialidad y, más aún, pueden llegar a ser recursos. La necesidad de participar es potencial de participación, tal como la necesidad de afecto es potencial de afecto.

Integrar la realización armónica de las necesidades humanas en el proceso de desarrollo, significa la oportunidad de que las personas puedan vivir ese desarrollo desde sus comienzos; dando origen así a un desarrollo sano, autodependiente y participativo, capaz de crear los fundamentos para un orden en el que se pueda conciliar el crecimiento económico, la solidaridad social, el crecimiento de las personas y la protección del ambiente.


Las necesidades humanas básicas referidas, deben constituirse en derechos inalienables del ser humano, ya que su posesión y práctica hacen a la dignidad del individuo y las comunidades. 

La satisfacción de estas necesidades implica un marco ambiental sano. La degradación del ambiente, provocada por los procesos de contaminación y  “explotación”  irracional de los recursos, atenta gravemente contra ellas. Actualmente y a nivel mundial, los modelos de desarrollo económico y tecnológicos han provocado que millones de seres humanos no hayan tenido posibilidad de acceder a la satisfacción de estas necesidades básicas.

Confianza


¿Qué es la confianza en uno mismo?

La confianza en uno mismo es una manera sana de comunicarse. Es la capacidad de defenderse de forma honesta y respetuosa. Todos los días, nos enfrentamos a situaciones en las que tener confianza y seguridad en nosotros puede ser de gran ayuda; por ejemplo al invitar a alguien a una cita, al acercarse a una maestra para hacerle una pregunta o presentarse a una entrevista para la universidad o un trabajo.

No todos tienen confianza en sí mismos naturalmente. Algunas personas se comunican de manera demasiado pasiva. Otras personas tienen un estilo demasiado agresivo. Un estilo seguro es el equilibrio ideal entre estos dos extremos.

Ser seguro significa lo siguiente:
Puedes expresar una opinión o decir cómo te sientes.
Puedes pedir lo que deseas o necesitas.
Puedes expresar tu desacuerdo de manera respetuosa.
Puedes hacer sugerencias o dar a conocer tus ideas.
Puedes decir "no" sin sentirte culpable.
Puedes defender a otra persona.

¿Por qué es importante?

Un estilo de comunicación seguro puede ayudarnos a hacer los que deseamos, pero es mucho más que eso. Cuando nos sentimos seguros de nosotros mismos, nos respetamos y respetamos a otros.
Las personas que hablan con seguridad y confianza demuestran que creen en sí mismas. No son demasiado tímidas ni demasiado avasalladoras. Saben que sus ideas y sus sentimientos son importantes. Tienen confianza.

Las personas seguras de sí suelen hacer amigos con más facilidad. Se comunican con respeto hacia las necesidades de las otras personas y a sus propias necesidades. Suelen ser buenas para resolver conflictos y desacuerdos. Las personas que respetan son respetadas.

Hugo W Arostegui


lunes, 8 de mayo de 2017

La Coherencia


Una simple filosofía de vida, tan sencilla que en ocasiones nos olvidamos de aplicarla: sé coherente, que lo que piensas coincida con lo que dices y con lo que haces

Cuando esto no sucede, nos encontramos con problemas, malentendidos, falta de motivación, errores, y un sinfín de situaciones que podríamos evitar con una simple palabra: coherencia. Las personas en las que más confías la tienen. Las personas a las que admiras la muestran. Y créenos, es lo que quieres en tu vida. Existen muchísimos malentendidos entre las personas porque dicen unas cosas y hacen otras, o porque las hacen a regañadientes porque lo que han dicho que querían no coincide con lo que pensaban. Muchas personas acuden a consultas psicológicas porque quieren entender por qué hicieron esto o aquello, y se pasan (y pagan) semanas y meses tratando de comprender cómo han llegado a situaciones en las que no querían estar
.
¿Quieres algunos ejemplos?

Javier está sentado en un sofá, pensando en que está en baja forma, que debería ponerse a hacer deporte tarde o temprano, mientras se come otra galleta con chocolate delante de una reposición de un episodio en la tele.

Sonia necesita aprender idiomas, se lo está diciendo a todo el mundo, en la cafetería, en el bar, en la fiesta, el inglés es importantísimo para su trabajo, prácticamente imprescindible, y sin embargo, lleva tres meses en su puesto y ni siquiera ha buscado una academia.

Magda le dice a su novio que está harta de fumar, que lo deja, lo deja y lo deja, todo esto con un cigarro en la mano. Él lleva oyendo lo mismo tres años y medio, y le devuelve una sonrisa. Ella se enfada con él porque no la apoya.

Héctor ha decidido tras su separación que no quiere una relación. Sin embargo lleva cuatro semanas durmiendo en casa (y cama) de Elena. Cuando lo hablan, ella se enfada y él no la entiende.

Luz se pasa horas en una manifestación para reducir la pobreza en el mundo. Llega a casa, se quita sus sandalias de marca, su camiseta de marca, sus pantalones de marca, se sienta a leer el correo electrónico y el primer mensaje que elimina es el de una ONG que le pide una donación mensual para apadrinar a un niño.

Estos son sólo unos pocos ejemplos en los que el problema es siempre el mismo: falta la línea que une tus pensamientos, tus palabras y tus acciones. Si lo que sale de tu pensamiento lo verbalizas tal como lo quieres, y te pones en camino hacia ello, es mucho más probable que consigas tus objetivos, que seas una persona más sencilla, más libre, que te resulte mucho más fácil entenderte a tí mismo y comunicarte con los demás, pues habrás ganado en credibilidad y fuerza de voluntad. Además, es el tipo de personas que queremos tener a nuestro lado.

¿Cómo nos convertimos en una persona coherente? No es tan sencillo. Es más fácil decir que hacer. Como todo, a caminar se empieza andando, poquito a poco. Escucha tu diálogo interior, ¿qué piensas realmente? Escucha tu diálogo exterior, tu lenguaje verbal, observa tu lenguaje no verbal. ¿Quieres estar en este sitio? ¿Qué quieres hacer? ¿Qué quieres cambiar? Y luego piensa en las cosas que haces, en las situaciones y en las personas con las que las haces, ¿Son las que quieres hacer? ¿Quieres cambiar algún hábito? ¿Lo piensas realmente? Practica este ejercicio de escucha interior y observación para ver si vives una vida coherente contigo, con tus valores, con tus necesidades, con tus aspiraciones… 

¡Puedes hacerlo! Comienza el viaje, y disfruta la transformación a cada paso.


Hugo W Arostegui

Reflexionando


Para encontrarnos a nosotros mismos y tener un momento de reflexión, no es necesario que nos alejemos de todo, ya que podemos decidir hacerlo en donde estemos. Cuando estamos reflexionando, es como si nos pusiéramos un espejo hacia lo que tenemos adentro y es así como podemos identificar las áreas preocupantes que nos acechan o quizás lo que nos hace realmente felices y queremos continuar haciendo.

Es un proceso muy rico, porque nos ayuda a mejorar y a conocernos realmente, lo que facilita la toma de decisiones y nuestra interrelación con las demás personas. En esta ocasión, se nos ocurrió traerte una serie de hermosas frases, las cuales contienen un toque realista que nos hará reflexionar.

Reflexiones Como:

La idea es que puedas compartirlas con quienes quieras, de manera que este mensaje llegue cada vez más lejos y más personas puedan sentirse inspiradas al leerlos. Recuerda, es cuestión de perspectiva y del punto de vista que tengamos, dependerá la felicidad que experimentemos.

“Se me hace difícil ver lo ensimismados que vivimos en estos tiempos. Es una pena que ya no disfrutemos las cosas como antes, porque la verdad es que yo veía a los niños más contentos, a la gente más unida. En estos días la tecnología, bajo la excusa de conectarnos, nos separa físicamente, entre nosotros y de la naturaleza también. Démonos unas horas al día sin todo esto, respiremos más, seamos más felices y entremos en contacto con nosotros mismos, la naturaleza y los demás. Recuerda que no hay nada como sentir aire fresco en la cara, el olor de las flores o la sensación que deja el sol sobre la piel. Piensa en eso, te invito a reflexionar”.

“A veces creemos que la familia incomoda más de lo que ayuda, pero no nos damos cuenta del apoyo incondicional que representan realmente. Hay muchísimas formas de ser familia, ya no es como antes, no tienen que ser un papá, una mamá y un par de hijos, ahora la familia son aquellos que quieren estar juntos, que se aman y que encuentran los unos en los otros un apoyo hermoso. No te sentirás solo mientras le des a tu familia el espacio que le corresponde, agradéceles y quiérelos siempre”


Aprender de Los Errores


A través de nuestros errores tenemos la oportunidad de reflexionar y aprender algo nuevo. Cuando revisamos las consecuencias de una acción que acabamos de realizar, es cuando podemos reconocer el error que cometimos. Debido a esto, nos resulta tan difícil prevenir algunos errores, porque sólo podemos reconocerlos una vez que los hemos cometido.

 Desarrollar la capacidad de reconocer y aceptar nuestras equivocaciones amplía nuestra visión de la realidad, nos impulsa a asumir nuestra responsabilidad y nos enseña, además, a reconocer la presencia de personas afectadas por las consecuencias de nuestras equivocaciones.

 Oímos a diario frases como: "Cometer errores es humano", "Un error lo comete cualquiera", etc. pero, lo más importante, es que tengamos la disposición de asumir el compromiso de hacer cuanto sea necesario para corregirlos. Algunos padres, por ejemplo, temen reconocer un error frente a sus hijos por miedo a perder su autoridad o el respeto por parte de ellos, cuando, en realidad, hacerlo sería una señal de sabiduría, humildad y amor.

 Desde luego que no es sencillo aceptar nuestras equivocaciones, pues hiere nuestra autoestima. A veces nos da pena que otros descubran que hemos cometido un error; otras, quedamos paralizados por el miedo de volvernos a equivocar, o también puede suceder que en vez de asumir nuestra responsabilidad y reparar nuestros errores, busquemos culpar a alguien de ellos. En realidad, saber que tenemos derecho a equivocarnos y estar dispuestos a aprender de ello, nos da la libertad de ser auténticos, de tomar decisiones más acertadas y nos concede el permiso para atrevernos a realizar actividades nuevas con más seguridad y confianza.

 En algún momento, nos llegará el día en que hemos cometido un error grave, pero, a pesar de la vergüenza que podamos sentir, no debemos huir de la responsabilidad ni ponernos agresivos o defensivos cuando otros nos hagan una observación al respecto; nuestra meta deberá ser, en ese momento, tratar de reparar el daño de la forma más digna posible. Muchas personas creen que reconocer un error puede ser una señal de debilidad y que, además, puede representar la posibilidad de perder el respeto por parte de los seres queridos… ¡No es así! Definitivamente, el admitir que nos equivocamos nos merece el aprecio y la estima de ellos, especialmente si nos ven hacer el esfuerzo para superarlo y no repetirlo. 

Asumir nuestros errores nos permite crecer y madurar internamente. Además, todas las equivocaciones son una oportunidad para aprender algo nuevo acerca de nosotros mismos, de los demás y de la vida.

 Hay dos maneras simples de aprender y madurar: lo hacemos por error y acierto, reconociendo y asumiendo las consecuencias que se generan de nuestras elecciones. Si tienes hijos, la próxima vez que uno de ellos cometa un error pídele que asuma su responsabilidad sin presionarlo o castigarlo inmediatamente por la equivocación cometida. En su lugar, explícale las posibles consecuencias e invítale para que participe en el proceso de encontrar la solución y el medio para que no vuelva a suceder.


Pensamos, con frecuencia, que los errores son un fracaso, pero, en realidad, podemos verlos como una herramienta valiosa que nos permite aprender, crecer, hacer cambios y superar las limitaciones.

El Pensamiento


Somos seres pensantes y sintientes.
“Según nos hablemos a nosotros mismos, nos viviremos de una marera u otra y el mundo que percibamos será uno u otro.”
-Óscar González-

Nuestra manera de pensar determina lo que sentimos y, a raíz de lo que nos provoca tomamos como prueba de verdad aquello que pensamos. Esto es una capacidad increíble, pero también puede jugarnos malas pasadas.

Es delgada la línea que separa nuestra capacidad de pensar, y de sentir, en la que la emoción se encuentra a medio camino entre ellas.

En nuestro día a día y debido al uso que hacemos de nuestro lenguaje, en muchas ocasiones utilizamos estos tres conceptos como si fueran sinónimos, pero lo cierto es que pensar, emocionarse y sentir son cosas muy diferentes.

Somos seres racionales. Esto no implica que las emociones y los sentimientos sean ajenos y no intervengan en nuestra personalidad, nuestra manera de interpretar el mundo, la toma de decisiones y la forma en que fijamos nuestras ideas.

Hacemos caso a nuestras emociones y es una capacidad humana que no debemos alejar de nuestra vida. La razón sin emoción ni sentimiento no tiene sentido.

Aprender cómo funcionan en nosotros esa relación es fundamental para fomentar nuestra inteligencia emocional, nuestra manera de relacionarnos con nosotros y con los demás y, en definitiva, para mejorar nuestra salud mental.

La emoción está asociada con la personalidad y con la motivación de las personas. Las emociones son de menor duración que los sentimientos y son las que nos motivan a que actuemos. Son más intensas que los sentimientos, pero duran menos.

El sentimiento viene del verbo “sentir” y hace referencia a un estado de ánimo afectivo, por lo general de larga duración, que se presenta en el sujeto como producto de las emociones. Los sentimientos son el resultado de las emociones.

Valorarse a uno mismo y tener congruencia interna es donde realmente se enfrenta la batalla, ganar sobre tu propio corazón y mente, no el de los otros, es lo que verdaderamente hace la diferencia entre una vida sin logros y una con propósito y plena. Pero muy seguido hacemos justamente lo opuesto de lo que realmente queremos, tenemos hábitos o adicciones que nos retienen de avanzar. 

Tenemos patrones de pensamientos negativos atorados en la repetición en automático. Desafortunadamente no tenemos diseñado un  botón de “STOP” en el pizarrón de nuestra mente, y no contamos con un manual, así que tenemos que hacer lo mejor que podamos para encontrar nuestro propio camino.


Hugo W Arostegui

domingo, 7 de mayo de 2017

El Accionar De La Voluntad


La voluntad nos hace realizar cosas por encima de las dificultades, los contratiempos y el estado de ánimo.

Todo nuestro actuar se orienta por todo aquello que aparece bueno ante nosotros, desde las actividades recreativas hasta el empeño por mejorar en nuestro trabajo, sacar adelante a la familia y ser cada vez más productivos y eficientes. En base a este punto, podemos decir que nuestra voluntad opera principalmente en dos sentidos:

- De manera espontánea cuando nos sentimos motivados y convencidos a realizar algo, como salir a pasear con alguien, iniciar una afición o pasatiempo, organizar una reunión, asistir al entrenamiento... 

- De forma consciente cada vez que debemos esforzarnos a realizar las cosas: terminar el informe a pesar del cansancio, estudiar la materia que no nos gusta o dificulta, recoger las cosas que están fuera de su lugar, levantarnos a pesar de la falta de sueño, etc. Todo esto representa la forma más pura del ejercicio de la voluntad, porque llegamos a la decisión de actuar contando con los inconvenientes.

No es de sorprenderse que en muchas ocasiones algo que iniciamos con gusto, al poco tiempo -sea por dificultades o rutina- se convierta en un verdadero reto. En este punto nos enfrentamos a la disyuntiva: abandonar o continuar.

Con relativa facilidad podemos dejarnos llevar por el gusto dejando de hacer cosas importantes; esto se aprecia fácilmente cuando vemos a un joven que dedica horas y horas a practicar un deporte, cultivar una afición o a salir con sus amigos, por supuesto, abandonando su estudio; en los muchos arreglos del hogar o en la oficina que tienen varios días o semanas esperando atención: el desperfecto en el contacto de luz; el pasto crecido; ordenar el archivero, los cajones del escritorio, o los objetos y papeles sobre el mismo...

Como podemos ver la intención no basta, como tampoco el saber lo que debemos hacer. La voluntad se manifiesta "haciendo". No por nada se ha dicho que "obras son amores y no buenas razones".

Se nota claramente una falta de voluntad cada vez que retrasamos el inicio de una labor; en nuestras actividades, cuando damos prioridad a aquellas que son más fáciles en lugar de las importantes y urgentes o siempre que esperamos a tener el ánimo suficiente para actuar. La falta de voluntad tiene varios síntomas y nadie escapamos al influjo de la pereza o la comodidad, dos verdaderos enemigos que constantemente obstruyen nuestro actuar.

Podríamos comparar a la voluntad con cualquiera de los músculos de nuestro cuerpo, estos últimos se hacen más débiles en la medida que dejan de moverse. Lo mismo ocurre con la voluntad: cada situación que requiere esfuerzo es una magnífica oportunidad para robustecerla, de otra forma, se adormece y se traduce en falta de carácter, irresponsabilidad, pereza, inconstancia...

Todos conocemos -al menos- a una persona que se distingue por su fuerza de voluntad: el padre de familia que cada día se levanta a la misma hora para acudir a su trabajo; la repetición de las labores domésticas de la madre; el empresario que llega antes y se va después que todos sus empleados; quienes dedican un poco más de tiempo a su trabajo y así no dejar pendientes; el deportista que practica horas extras... Cada uno de ellos no sólo asume su responsabilidad, lucha una y otra vez todos los días por cumplir y perfeccionar su quehacer cotidiano, lo distinto en ellos es la continuidad y la perseverancia, su voluntad está capacitada para hacer grandes esfuerzos por períodos te tiempo más largos.

Esta decisión que se requiere para hacer las cosas debe ser realista, inmediata y en algunos casos programados, de nada sirve esperar "el lunes", "el próximo mes" o el "inicio de año", generalmente son buenos propósitos que se quedan para cuando tengamos mejor disposición o se presenten circunstancias más favorables.

Tu Oportunidad De Opinar


Tú puedes decidir...

Mayra Fiorella Grández Flores

Cuando hablamos de estilos de vida nos referimos a la manera general de vivir, es decir, los comportamientos que tiene las personas en su vida cotidiana. A lo largo de los años, las personas vamos construyendo estas formas de vivir con las acciones que realizamos cotidianamente y que con el tiempo se convierten en patrones de conducta.

Por ejemplo: cuando se es pequeño, por lo general, nos mandan a lavarnos los dientes; mas adelante, lo hacemos automáticamente al levantarnos, luego de cada comida y al acostarnos; posteriormente, este y otros hábitos similares puedes ser parte de un estilo personal de cuidado por el cuerpo y la salud.”

Algunos estilos de vida pueden ser saludables y otros no .Serán saludables, en tanto contribuyan al bienestar de todos los aspectos del ser humano, es decir, promuevan la salud física, mental, emocional y espiritual, todo lo cual favorece al desarrollo de mejores niveles de vida
.
Las personas mayores las que tiene que preocuparse por mantener un estilo de vida saludable, ya que erróneamente solo se asocia al cuidado de la salud física. 

Sin embargo, un estilo de vida de este tipo va más allá pues considera el desarrollo de todas las dimensiones de la persona y su equilibrio, orientado a mejorar la calidad de nuestra existencia.

“Nunca sopla viento favorable para el marino que no sabe en que puerto echar anclas.”
Proverbio americano


Hugo W Arostegui