martes, 16 de mayo de 2017

Una Disyuntiva Impostergable


En una de las "subdisciplinas" de la psicología, a saber la psicología social, se había venido presentando en las tres últimas décadas una crisis en torno a su desarrollo y aplicación, a tal punto que en los actuales momentos la psicología social que se enseña y se practica avanza por nuevos caminos teóricos que la separan de aquella "psicología" en la cual tuvo sus comienzos, e incluso, la "nueva" psicología social ya no puede ser considerada como una "subdisciplina" de la psicología (o de la sociología, según sea el caso) sino como una disciplina en sí misma, con su propios paradigmas, teorías y campos de aplicación (donde inclusive puede rivalizar con la psicología tradicional).

Sin embargo, más allá de la psicología social, en otras áreas donde se hace y se aplica la psicología (ej. la clínica, el asesoramiento, la industria, el deporte, etc.) tal crisis no ha tenido efecto y si lo ha tenido ha sido muy poco. En dichas áreas la psicología que se practica, aun cuando se presenta en diferentes posiciones teóricas (psicoanalíticas, conductistas, cognitivistas, humanistas, etc.), posee un conjunto de nociones "metafísicas" (en el sentido de no ser comprobables) que han caracterizado a la cultura occidental, principalmente, en el transcurso de la época moderna o período histórico posterior a la edad media.

Esas nociones "metafísicas" han sido el sustento filosófico de la psicología tradicional y de todas las disciplinas científicas y áreas del conocimiento que surgieron en la época moderna.

Sin embargo, dichas nociones se han visto cuestionadas desde el siglo XX, siglo en el cual, al parecer, se inicia una nueva época de la historia humana: una época postmoderna. La nueva época, de cuyo surgimiento y consolidación somos protagonistas, requiere un discurso que la legitime como tal y unos "principios" que fundamenten la "lógica" de los conocimientos y saberes que en ella se generen y difundan.

Este discurso legitimador de la nueva época ha de tener muchas fuentes que argumenten en su favor – fuentes que acá no pretendo dilucidar– las cuales de seguro abarcarán las distintas áreas en que la acción humana ha tenido parte, desde la filosofía hasta la ciencia, desde la religión hasta las artes.
Una de tales fuentes posibles del discurso legitimador de la nueva época lo constituye, sin lugar a dudas, la psicología; no solo porque las acciones humanas (que generan las condiciones para que surja la nueva época) y el estudio mismo del ser humano constituye su esfera de interés sino, porque es una disciplina cuya "delimitación científica" aún no se ha consolidado y ya ha comenzado, desde la psicología social, a jugar un rol protagónico en la aceptación de las consecuencias que la nueva época traerá a la ciencia. Consecuencias que de momento apuntan a la construcción de un nuevo paradigma para la ciencia.

En efecto, el cuestionamiento de los supuestos o nociones "metafísicas" de la época moderna que permitieron el origen de las "ciencias" ya hoy consolidadas como tales (las ciencias naturales) debilita las bases de dichas ciencias, por lo que se requiere de unos nuevos "supuestos" o "nociones" que las legitimen y que sustenten a las disciplinas que no gozan, aún, del status de ser científicas.


lunes, 15 de mayo de 2017

Mefistófeles


Mefistófeles o Mefisto, son las formas más comunes por las cuales se conoce a uno de los príncipes del Infierno, subordinado a Satanás, como su capturador de almas para el infierno. En muchas ocasiones también se toma como sinónimo del Diablo mismo. Fue antaño un ángel que siguió a Lucifer en su rebelión. Cayó pronto en combate frente a los arcángeles de Dios, precipitándose a la tierra y transformándose en demonio.

Se le representa como un personaje de elegancia y ropas de noble, es extremadamente racional y lo utiliza a su favor para engañar las mentes de los pecadores. No obstante, al ser un demonio es de naturaleza espiritual y no tiene un cuerpo físico propiamente dicho. A pesar de no ser especialmente poderoso ni como ángel ni como demonio, destaca por su extraordinaria inteligencia, la cual le convierte en uno de los principales demonios mayores y lugartenientes de Satanás.

Cabe aclarar que este demonio nunca es mencionado en la Biblia, a pesar de ello algunos escritos apócrifos dicen que fue el segundo demonio que se unió a Lucifer durante la rebelión contra Dios y también el segundo en caer durante la batalla.

Durante el Renacimiento, era conocido por el nombre de Mefostófiles, forma de la cual se deriva una de sus posibles etimologías, según la cual el nombre procede de la combinación de la partícula negativa griega μή, φής (luz), φιλής (el que ama), o lo que es lo mismo: El que no ama la luz. Sin embargo, el significado de la palabra no se ha establecido por completo. Butler menciona que el nombre sugiere conjeturas en idiomas griego, persa o hebreo. Entre los nombres sugeridos, están Mefotofiles (enemigo de la luz), Mefaustofiles (enemigo de Fausto), o Mefiz-Tofel (destructor-mentiroso). Extendido por el Romanticismo y universalizado por el Fausto, simboliza el proceso de pérdida de fe y concreción a lo práctico según un sistema moral relativista propio de las sociedades avanzadas como consecuencia de la Revolución científica y la industrial.

Mefistófeles es presentado muchas veces como una figura tragicómica, atrapado entre su victoria al lograr que las grandes masas dejen de considerar a Dios en el centro de todas las cosas, y su derrota al perder él mismo relevancia por el mismo motivo. En muchas culturas y mitologías se compara a Mefistófeles con Satanás. Lo cierto es que Mefisto, un demonio proveniente del odio hacia las reglas establecidas por Dios, fue la primera estrella caída en la pelea del Dragón y  Miguel,  en jerarquía demoníaca tiene alto rango sobre Astaroth, Azazel, Behemoth entre otros, y es el mal encarnado.

En el aspecto gráfico, Mefistófeles ha sido representado como la representación más "refinada" del mal, utilizando ropas fastuosas dignas de un personaje de la nobleza. Se le suele representar como un ser racional, altamente frío y con un alto nivel de lógica, misma que utilizaría para poder atrapar mentalmente a las personas y hacer que sigan sus oscuros designios. Mefistofeles es considerado el átomo oscuro, la contraparte de Lucifer, pues es el enemigo de la luz, sus características difieren de muchos demonios pues él siente que los humanos no somos dignos de verlo por lo cual tiene muchos demonios a su servicio, simplemente uno de los demonios más poderosos y sin duda el más maligno.

Nos cabe agregar que cualquier semejanza que podamos encontrar con algunos personajes de ambos sexos, o de cualquier otra de las opciones sexuales propias de la diversidad de nuestros días, (con los cuales  mantengamos algún tipo de contacto) donde seguramente encontraremos en la forma de proceder de estas personas algunos rasgos muy característicos por no decir similares al personaje aludido deberemos atribuirlo a la frondosa imaginación de cada lector.

Aunque es conveniente recordar, de acuerdo a los antecedentes de nuestra tradición,  que todo indica que procedemos del mismo linaje y que transitamos por esta vida en condiciones bastante similares.

Para pensar y preocuparse.  Conste que no me estoy riendo


Hugo W Arostegui

Supersticiones


La superstición suele basarse en tradiciones populares que se transmiten de generación en generación. Esto quiere decir que, dentro de una comunidad, los ancestros que sostenían que algunas acciones (como contar con un amuleto o repetir ciertas palabras) favorecían la buena suerte o alejaban lo negativo, transmitieron dichas creencias a sus descendientes.

Muchas son las supersticiones que forman parte ya de nuestro acervo cultural o tradición. No obstante, entre las más significativas se encuentran las siguientes:

• Un gato negro que camina hacia una persona significa mala suerte. Esta es una superstición que emana de la idea establecida por la Santa Inquisición de que ese animal era una reencarnación del Diablo.

• Un cuadro que está colgado torcido que luego se cae supone mala suerte. En este caso, dicha idea es fruto de la creencia que existía en la Antigua Grecia y que decía que si sucedía eso con el retrato de un dirigente, este iba a morir en breve periodo de tiempo.

• Siete años de desgracias trae consigo romper un espejo. Esta superstición, por su parte, emana del hecho de que antiguamente se establecía a ese elemento como un elemento de adivinación y su rotura indicaba que algo iba a ir muy mal.

• Apagar las velas del cumpleaños de un soplido. Esta supone un presagio de buena suerte y tiene su origen en la Edad Media pues fue entonces se puso en vigor como una manera de dejar atrás el pasado.

La ciencia considera que ciertas disciplinas son supersticiones, como la astrología, el espiritismo o el tarot. La superstición, de todas formas, no siempre forma parte de un cuerpo mayor sino que puede ser una creencia aislada.

Al creer en la superstición, la persona atribuye una relación causal entre acontecimientos a una fuerza sobrenatural. Un supersticioso puede creer que un gato negro trae mala suerte y, si se cruza con un animal de este tipo en la calle, preferirá retroceder. Nada prueba, por supuesto, que los gatos negros tengan capacidad de incidir en el destino o en la fortuna.

Por otra parte, si el supersticioso ve un gato negro y luego tropieza, atribuirá la caída a la presencia del felino, por más que haya tropezado porque la vereda estaba rota.



domingo, 14 de mayo de 2017

La Condición Humana


“Hermano, la vida es en todas partes la vida; está en nosotros mismos y no en el exterior”
Quiero recoger hoy un pensamiento que encuentro en una de las tantas cartas que escribió Dostoievski a su hermano Misha. Era el 22 de diciembre de 1849 y le narraba ese último minuto, previo a la ejecución de la sentencia de muerte, condena que había recibido junto con otros compañeros.

Se trataba de un acto de trágico ceremonial. Como se condenaba a militares –Dostoievski lo era en ese momento– se comenzaba por leerles la sentencia de muerte y se les permitía luego besar la cruz; 

les rompieron enseguida las espadas sobre sus cabezas y los ataviaron con camisas blancas para recibir la muerte.

Terminada la ceremonia, separaron a los condenados de tres en tres, para atarlos al poste de ejecución. El primer grupo ya estaba en el poste y Dostoievski pertenecía al segundo. “No me quedaba de vida más que un minuto, querido hermano mío; solo entonces me di cuenta de cuánto te quiero”.

Sin rencor. De pronto, se oyó el toque de retirada. “Nos comunicaron a todos que su majestad imperial nos concedía la vida”.

Aquel hombre superior había vivido, sin morir, el último minuto de su vida; sintió que su cabeza, que creaba y vivía de la vida superior del arte, habituada a las exigencias más altas del espíritu, se la habían arrancado de los hombros; pero contra sus verdugos nunca tuvo rencor.

“Hermano, la vida es en todas partes la vida; está en nosotros mismos y no en el exterior. Pienso que cerca de mí habrá gente siempre y que ser un ser humano entre la gente y mantenerse como tal es cumplir con la vida y con su objetivo”.

En ese último minuto, comprendió mejor que había que defender los principios elementales de la humanidad no obstante las situaciones difíciles que pudieran presentarse.

“He conservado el corazón y la misma carne y la misma sangre, capaces de amar y de sufrir y desear y recordar como antes, y eso es, a pesar de todo, la vida”
.
Amar, sufrir, desear, recordar… y perdonar, para decir con certeza que hemos logrado mantener la condición humana.


Mamá Crea, Mamá Cría,… Mamá

Mientras algunos atribuyen la celebración del Día de la Madre a una estrategia mercadotécnica y comercial, la realidad es que su origen tuvo un sentido muy diferente.

Las celebraciones por el día de la madre se iniciaron en la Grecia antigua, en las festividades en honor a Rhea, la madre de Jupiter, Neptuno y Plutón.

El origen del actual Día de la Madre se remonta al siglo XVII, en Inglaterra. En ese tiempo, debido a la pobreza, una forma de trabajar era emplearse en las grandes casas o palacios, donde también se daba techo y comida.

Un domingo del año, denominado «Domingo de la Madre», a los siervos y empleados se les daba el día libre para que fueran a visitar a sus madres, y se les permitía hornear un pastel (conocido como «tarta de madres») para llevarlo como regalo.

Esta celebración se desarrollaba colectivamente, en bosques y praderas.

Aunque algunos colonos ingleses en América conservaron la tradición del británico Domingo de las Madres, en Estados Unidos la primera celebración pública del Día de la Madre se realizó en el otoño de 1872, en Boston, por iniciativa de la escritora Julia Ward Howe (creadora del «Himno a la república»). Organizó una gran manifestación pacífica y una celebración religiosa, invitando a todas las madres de familia que resultaron víctimas de la guerra por ceder a sus hijos para la milicia.

Tras varias fiestas bostonianas organizadas por Ward Howe, ese pacifista Día de la Madre cayó en el olvido. Fue hasta la primavera de 1907, en Grafton, al oeste de Virginia, cuando se reinstauró con nueva fuerza el Día de la Madre en Estados Unidos, siendo Ana Jarvis, ama de casa, quien comenzó una campaña a escala nacional para establecer un día dedicado íntegramente a las madres estadounidenses.

En memoria de una madre

Luego de la muerte de su madre en 1905, Jarvis decidió escribir a maestros, religiosos, políticos, abogados y otras personalidades para que la apoyaran en su proyecto de celebrar el Día de la Madre, en el aniversario de la muerte de su propia progenitora, el segundo domingo de mayo.

Tuvo muchas respuestas, y en 1910 esta fecha ya era celebrada en casi todo Estados Unidos.
En 1914, el Presidente Woodrow Wilson firmó la proclamación del Día de la Madre como fiesta nacional, que debía ser celebrada el segundo domingo del mes de mayo.
La primera celebración oficial tuvo lugar un día 10 de mayo, por lo que este día fue adoptado por muchos otros países del mundo como la fecha del «Día de las Madres».

En México, los aztecas ya honraban la maternidad

A la madre de Huitzilopochtli

Honrar la maternidad también fue característica de las culturas que poblaron Mesoamérica antes de la Conquista. Una de ellas, la azteca, rendía culto a la madre de su dios Huitzilopochtli, la diosa Coyolxauhqui o Maztli, que según era representada por la luna.

La mitología cuenta que durante la creación del mundo fue muerta a manos de las estrellas, que celosas, le quitaron la vida para que no diera a luz a su hijo Huitzilopochtli, quien representaba al sol, sin embargo, éste sí pudo nacer, venciendo a las tinieblas.

Los indígenas rendían especial tributo a esta diosa y dedicaron a ella hermosas esculturas en oro y plata, que no sólo revelan profundo sentido artístico sino la importancia tan grande que ellos concedían a la maternidad.

La peregrinación al Tepeyac

El más representativo de estos rituales era el celebrado a mediados de la primavera, en el cerro del Tepeyac, con el fin de honrar a la madre de los dioses, Tonantzin, cuyo nombre significa «nuestra madre venerable».
Los festejos a la maternidad entre los aztecas eran de carácter sacro. Peregrinar desde distintos puntos del antiguo México para honrar a Tonatzin, era un acto de comunión cósmica y una ceremonia de reconocimiento a la propia madre.

Tonatzin, como dice la historiadora Bibiana Dueñas, «era “la Madrecita”, y tenía por mayor atributo la vida; ella la daba. De allí su importancia y su fuerza más grande. Era el elemento vital de la sangre y, por lo tanto, también la guerra y la muerte eran sus atributos». En las fiestas se le invocaba como «madre de las divinidades, de los rostros y los corazones humanos». Tonatzin aparecía muchas veces, según cuentan, como una señora vestida elegantemente de blanco; de noche gritaba y pregonaba.

También cuentan que traía una cuna a cuestas, como quien trae a su hijo en ella; iba al mercado y se acomodaba entre las otras mujeres; más tarde desaparecía, abandonando la cuna por ahí. Cuando las otras mujeres advertían la cuna estaba olvidada, se asomaban a ella y encontraban un pedernal, con el cual se hacían sacrificios en su honor.

sábado, 13 de mayo de 2017

El Presente Con Perspectiva De Futuro


Si solo miramos hacia el horizonte, podemos pisar los brotes germinales y destruir las bases, el fundamento de lo que será nuestro futuro. Muchas veces vamos por la vida con tanto deseo de llegar al futuro que queremos, que destruimos los brotes germinales, que son la base de ese futuro, que está por llegar… Cuando solo vemos el futuro, encontramos que los obstáculos del día a día entorpecen nuestro camino y no nos dejan avanzar, esto pasa por no comprender que ese día a día es lo que sentará las bases de lo que esta porvenir.

Por otro lado pasarnos la vida envueltos en lo cotidiano y no sacar tiempo para pensar en la utopía, en el sueño, en lo que vendrá, tampoco es lo ideal, podemos dormirnos y quedarnos en el aquí, en el ahora, en lo cotidianos, y perdernos de ese futuro que se presenta.

¿Cómo transmitir eso? Hay que creerlo, y vivirlo… pero ¿Cómo transmitirlo? Vivir el presente pero nunca perder la perspectiva del futuro.

Las personas que viven en el futuro tienen un grave problema: no son capaces de aceptar la incertidumbre. La imposibilidad de saber a ciencia cierta qué puede pasar les atormenta, por eso intentan realizar todo tipo de hipótesis que les ayude a estar preparados para lo que pueda ocurrir. El futuro tiene un gran componente de incertidumbre, y cuanto antes lo aceptemos, mejor.

Abrazar la incertidumbre, asumirla como una sorpresa o un desafío nos permitirá liberarnos de esa ansiedad que suele generar lo desconocido y nos ayudará a vivir plenamente el aquí y ahora.

Por supuesto, no se trata de dejar de pensar en el futuro porque siempre tendremos que hacer planes y pensar en las posibles consecuencias de nuestras decisiones, sino de aprender a lidiar con esta perspectiva asumiendo una actitud menos rígida.

Cuando nos liberamos de las ataduras del futuro obtenemos una gran recompensa: el presente.

El presente es con lo único que contamos para cambiar el futuro, por tanto, es nuestra posesión más preciada. Nuestro deber es aprovechar cada minuto porque no tendremos una segunda oportunidad para hacerlo.


Hugo W Arostegui

Goya Y El Racionalismo



Este, es un grabado de Goya, de su serie “Los caprichos”, publicado en 1799. Goya en su grabado habla del  pensamiento racionalista que ha ido ascendiendo en Europa en ese momento mediante un proceso muy brusco respecto a la  estructuración de la cultura y del pensamiento medieval, 

cambiando por completo las formas de percibir el mundo y de desenvolverse en este. En su grabado, él plantea el conflicto que hay entre la razón y  la tradicional forma de pensar. Habla también de las “tinieblas” de la humanidad (la ignorancia, la superstición, la tiranía) que no permiten dejar ver la luz, la luz de la razón.

Por todo lo que implicó la ilustración con respecto al uso de la razón y al surgimiento de un sujeto histórico consciente, lo que Goya expresa es ese despertar, ya no todo lo que lo rodea es divinidad, ni armonía, sino justo lo contrario, el horror porque el hombre se hace consciente de su realidad.

Mi primera  impresión al contemplar esta imagen fue vincularla con nuestra realidad y ver cómo,  al anteponer la razón a las emociones  humanas, como lo dice Goya, puede producir monstruos.

La ciencia  y sus avances por ejemplo, le han  traído grandes beneficios a nuestra calidad de vida, pero a pesar de todos estos beneficios también acarrea  grandes problemas a la humanidad, pues muchas veces sobrepasan los límites de la ética y la moral. 

La cuestión es si estamos como seres humanos, o más bien como sociedad, pagando un precio muy alto,  a cambio de este racionalismo.

Hugo W Arostegui


Lo Que Percibimos


Todos los días, cuando abrimos los ojos en la mañana, nos invade una gran cantidad de estímulos visuales. Los colores y las luces fluyen desde nuestra retina hasta el cerebro, donde los decodificamos. Así podemos saber si hay un día soleado, vemos el color de las cortinas y encontramos la puerta. Sin embargo, dentro de este inmenso cúmulo de información, hay muchos detalles que ignoramos, detalles que no nos resultan significativos.
De hecho, ¿en alguna ocasión te has preguntado cuántas cosas ve tu cerebro que pasan desapercibidas para tu conciencia?

Esta pregunta se la plantearon investigadores de la Universidad de Arizona, quienes monitorizaron las ondas cerebrales de una serie de personas mientras procesaban unas siluetas que se mostraban en el centro de una pantalla y otra serie de formas paralelas que eran perceptibles solo para la visión periférica.

Los investigadores pudieron apreciar que, tal y como afirmaba la teoría, las personas se focalizaban en lo que veían en el centro de la pantalla haciendo caso omiso a las imágenes paralelas. Sin embargo, la actividad cerebral indicó que en realidad sus cerebros estaban procesando esas imágenes paralelas para buscarles un significado, incluso desde el punto de vista semántico.

¿Qué implica esto?

Nuestra visión central abarca poco más de 30 grados mientras que la visión periférica abarca casi unos 180 grados. Por ejemplo, cuando estamos ante un paisaje, barremos rápidamente con la vista toda la zona y buscamos los puntos más importantes para centrarnos en estos. Sin embargo, en realidad estamos viendo mucho más ya que nuestra visión periférica está abarcando un radio más amplio y nuestro cerebro lo está procesando, por debajo del nivel de conciencia. De esta manera, si se detecta algún estímulo que puede llegar a ser peligroso para nuestra integridad, esta información salta a nuestra conciencia y nos da la voz de alarma.
La percepción es no solo nuestro proceso de “asimilar” los estímulos sino es además la manera cómo reaccionamos ante ellos, cómo cada uno de nosotros nos manejamos o conducimos en el entorno que nos rodea y, además, es el mecanismo a través del cual realmente convivimos en sociedad. Entonces, más específicamente, debemos hablar sobre  la semiótica de la percepción.

Todos estamos expuestos a una inmensa cantidad de estímulos a cada momento del día, partiendo por cosas cotidianas y domésticas como el sonido de un despertador o el “ringtone” que asignamos a una persona específica y significativa de nuestra libreta de contactos, las luces de un semáforo, el aroma del primer café de la mañana, el sabor de un postre, el contacto con la textura de una superficie y hasta los más complejos sistemas de signos, por ejemplo, un mapa, un manual constructivo, las letras de un libro, los diagramas informáticos, los datos que refleja un equipo médico para controlar los valores de la respiración durante una cirugía, etc. No podríamos reaccionar ante toda esta avalancha de sensaciones sin la herramienta de la percepción.

Hay que recordar o aclarar que percibir no es sinónimo de “ver”; vemos con los ojos y a través de un mecanismo también maravilloso que es la vista, pero no es suficiente. Percibimos a través de los cinco sentidos y por medio de estímulos que pueden ser visuales, auditivos, gustativos, olfativos y táctiles, y que tienen muchas más categorías dentro de sí mismos, volviendo el proceso de percibir algo muy complejo, específico y detallado.

Estos signos estímulos generan en nosotros sensaciones, las cuales duran únicamente fracciones de segundos para que, al ser asimiladas, nuestro cerebro las convierta en percepciones, involucrando  procesos cognitivos y otorgándoles  significados.

Este proceso continuo e ilimitado es la “semiosis”: la capacidad humana de asignar significado a todo lo que le rodea. De esta manera es como realmente nos comunicamos y es así como la fragancia de un perfume significa para nosotros el recuerdo de una persona en particular, la música y la letra de una canción nos remonta a un momento importante de nuestra vida… un color nos puede hacer pensar en una marca específica y un símbolo nos puede comunicar un concepto.

No podemos hablar de semiosis sin aclarar que la semiótica es el estudio de los signos dentro de un contexto social, por lo tanto ese proceso perceptivo estará siempre condicionado por las características y particularidades de cada uno de nosotros.

Percibimos de acuerdo a quienes somos, a nuestra sensibilidad,  carácter y temperamento,  a nuestro nivel de estudios, nuestra identidad cultural, creencias religiosas, ideologías políticas, tendencias sexuales, género, edad, status social y capacidad adquisitiva, a nuestras experiencias de vida, sean éstas agradables o no.

Es por eso que un diseño no funcionará de la misma manera para un público oriental que para Latinoamérica, tenemos un simbolismo diferente para ciertos colores, palabras y lugares… percibimos diferente.

Podríamos escribir muchísimo más acerca de la maravilla de la percepción pero quizás el punto medular sea que es parte de nuestra esencia, que está directamente relacionada a nuestro ser individual y que constantemente está siendo modificada por todos los acontecimientos, pequeños o grandes, afortunados o no, que marcan nuestra vida. Que con cada nueva experiencia o cambio al que nos enfrentamos modificamos nuestra manera de percibir y que, como dije al principio, la percepción es una herramienta evolutiva que nos ayuda a seguir viviendo y nos permite adaptarnos a nuestro entorno actual, sin duda no es igual al de ayer y será totalmente distinto al de mañana.

La vida cambia y con ella nuestra situación laboral, familiar y emocional, por lo tanto, percibimos siempre de acuerdo a nuestra propia historia.


Hugo W Arostegui

Concentración



La concentración de carácter mental, por otra parte, es el proceso de la mente que consiste en centrar voluntariamente la atención sobre un objetivo. A través de la concentración, la persona deja momentáneamente de lado todo aquello que puede interferir en su capacidad de atención.

En este caso, por ejemplo, hay que decir que muchos son los profesionales que requieren desarrollar la concentración para poder llevar a cabo su trabajo. Así, en el caso del mundo de espectáculo hay artistas como magos, mentalistas o trapecistas que necesitan de la citada concentración para realizar sus números y de esta manera conseguir que ellos salgan tal y como desean, lo que hará que el público asistente quede gratamente sorprendido.

Cabe resaltar que la concentración resulta vital para el aprendizaje (la adquisición de nuevos conocimientos), la precisión en la ejecución de movimiento y la puesta en marcha de una estrategia. Los deportistas, por ejemplo, deben estar concentrados para enfocarse en sus acciones.

Nos encontramos rodeados de información y nuestros recursos son limitados, por lo que debemos seleccionar aquellos estímulos considerados relevantes. Para ello, está especialmente diseñado el mecanismo cognitivo de la atención (atención y concentración). Esta capacidad de selección permite la adaptación a un entorno complejo y cambiante, al mismo tiempo que posibilita la interacción con el mismo.

La concentración está muy relacionada con otros procesos psicológicos en los que influye o por los que se ve afectada (percepción, aprendizaje, memoria, emoción, etc.). De forma general, la concentración tiende a conceptualizarse de dos maneras:

Como un estado de concentración o focalización de la conciencia. Es decir, entendida como habilidad compuesta por estrategias para la optimización del funcionamiento del sistema cognitivo.

Como capacidad de procesamiento. Es decir, la concentración entendida como mecanismo de activación de procesos.

Ambas perspectivas pueden considerarse complementarias.

Otra de las funciones de la concentración, una vez procesada la información, es la de garantizar una respuesta, reducir el tiempo de la misma o mantener el estado de alerta durante la ejecución de una tarea. Aunque el control de la atención depende, en gran medida, de nuestra voluntad, en ocasiones, escapa a nuestro control. Esto depende de las características de los estímulos o del estado motivacional. Incluso la dirección o intensidad de la concentración puede cambiar rápidamente.

Hugo W Arostegui


viernes, 12 de mayo de 2017

La Superación


La superación puede ser entendida como el vencimiento de un obstáculo o dificultad, o también como la mejora que haya tenido lugar en la actividad que cada persona desarrolla, esto en cuanto a lo profesional y metiéndonos más en el plano personal, la superación, también, es la mejora que una persona puede experimentar en sus cualidades personales.

Como se puede vislumbrar a través de las definiciones, la superación es una parte de la vida interna de un ser humano que tiene que ver con aquellas situaciones o cuestiones que este vaya sorteando, para bien claro está, en lo que respecta a sus aspiraciones, o las metas que se haya propuesto en la vida.

Muchas veces se entiende o se concibe a las cosas materiales como la superación a la cual puede llegar una persona; sin embargo, los que crean esto incurren en un error de interpretación, ya que las buenas rachas económicas, que permiten que se cambie de auto por un modelo un poco mejor, de casa, por una más grande, sólo se deberán a las buenas estrategias o los planes que una persona haya trazado en su negocio y que luego al tiempo dieron excelentes resultados que se traducen en todas estas cosas materiales que les comentaba. 

Vale destacar que el concepto de superación discurre en muchas ocasiones sobre fenómenos que no son materiales; así, uno de los ejemplos históricos que se refieren al tema tienen que ver con la independencia de la India, la caída del muro de Berlín en Alemania o con el fin del apartheid en Sudáfrica, casos en los cuales grandes barreras en la historia de una nación han sido vencidas en virtud de la superación.

Asimismo, decíamos más arriba, que la superación también es vencer un obstáculo, en este caso, por ejemplo, podríamos ubicar a aquellas personas que a pesar de observar una discapacidad física no se quedan en su casa sentados en una silla de ruedas, sino que por el contrario, siguen su vida, a pesar de este obstáculo que es la falta de movilidad y lo superan estudiando, recibiéndose y luego peleando por un lugar laboral. 

En este aspecto, la superación consiste en la capacidad de explotar todo el potencial de una persona, que suele en ocasiones verse limitados por prejuicios y obstáculos psicosociales. Así, el mayor acceso de las personas con capacidades diferentes a los ámbitos académicos y laborales representa uno de los mejores ejemplos de superación que pueden describirse en la actualidad. 

Se reconoce que la legislación vigente ha favorecido esta posibilidad, lo que no reduce méritos a la excelente tarea de los individuos afectados y su gran crecimiento en la esfera del trabajo, la educación y el desempeño físico, social, afectivo y cultural.


Genialidades


En la historia de la ciencia hay algunas ideas geniales que impresionan por su sencillez y su estructura perfectamente límpida, que permitieron conseguir resultados que todavía hoy nos sorprenden. Por ejemplo, la medición de la circunferencia de la Tierra por Eratóstenes (276-174 a.C.), en el siglo III antes de nuestra era. 

Eratóstenes, que era bibliotecario del Museo y Biblioteca de Alejandría, se enteró de que en la ciudad de Siena, al sur de Egipto, durante el solsticio de verano, una varilla clavada en el cielo no proyectaba sombra alguna, mientras que en su ciudad sí lo hacía. Inmediatamente atribuyó esta diferencia a la curvatura de la Tierra y, mediante un ingenioso sistema, midió la distancia entre Alejandría y Siena, y teniendo en cuenta que la sombra de la varilla en Alejandría formaba un ángulo de siete grados, 

calculó a qué longitud debía corresponder un ángulo de 360 grados: el resultado le dio unos cuarenta mil kilómetros, cifra muy aproximada a la actual, obtenida mediante sofisticados satélites. 

Justamente lo que impresiona de Eratóstenes es lo simple de su razonamiento, y lo simple, también, de los elementos que usó: una varilla clavada en el suelo, un instrumento para medir el ángulo de la sombra y una caravana de camellos que le sirvieron para calcular la distancia desde Alejandría a Siena. 

El resultado muestra, de paso, que no sólo la esfericidad de la Tierra era conocida desde la Antigüedad sino que se tenía una idea aproximada de su tamaño (aunque la medición de Eratóstenes fue modificada por Tolomeo, que obtuvo un valor más bajo y más apartado del real). La leyenda, pues, de que Colón defendía la esfericidad de la Tierra ante un puñado de ignorantes que pensaban que era plana es absolutamente falsa: quienes se opusieron a Colón no discutían la forma de la Tierra sino su tamaño. Otra idea sensacional, en la misma cuerda, fue la de que por primera vez permitió medir la velocidad de la luz. 




Convicciones


Dentro de lo que sería la psicología es frecuente hablar de la convicción. En concreto, de ella se dice que es fundamental para encontrar la motivación a la hora de llevar a cabo determinadas acciones, para ser positivo y confiar en que las cosas que vamos a realizar se van a conseguir e incluso para convencerse de que uno mismo está y estará bien.

Pero en ese mismo campo también se hace referencia a todas esas personas que tienen convicción pero sobre aspectos pesimistas y negativos en todo momento. Son individuos que creen a pies juntillas que no valen nada, que no son capaces de afrontar el reto que tienen por delante o que la persona a la que aman no les va a corresponder porque no poseen nada para ofrecerle a esta.

Convicción también es una idea política, ética o religiosa a la que una persona se encuentra fuertemente adherida. Lo habitual es que el término se utilice en plural (convicciones): “Les aseguro que nunca traicionaré mis convicciones”, “Agradezco tu propuesta, pero va en contra de mis convicciones”, “Sin convicciones, es imposible triunfar en un mundo tan competitivo”.

La noción de convicción suele confundirse con la idea de creencia. Puede decirse que una convicción es una creencia de la que un sujeto considera que tiene evidencias suficientes para considerarla cierta. 

No importa si dichas evidencias son científicas, racionales o subjetivas: la persona cree que son suficientes para sostener su idea. La creencia, en cambio, es más bien una suposición o una cuestión de fe, ya que el individuo no puede justificar su veracidad.

Muchos sostienen que tanto la razón como la fe son distintas formas de convicción que pueden co-existir con distintos grados de conflicto. La fe es una convicción que no está basada en el raciocinio, mientras que la razón sí está fundada en la lógica.




jueves, 11 de mayo de 2017

Tu Puedes Conducirte


En ocasiones, la vida no está yendo por el sendero más positivo. Nos sentimos frustrados, desalentados, nada está bien y no sabemos cómo lograr que esta situación cambie.

Cuando nos sentimos tan perdidos, cuando la depresión o problemas peores nos abordan, acudir a un psicólogo es una opción. Pero, ¿qué nos garantiza que nos solucionará el problema?

Ir al psicólogo se convierte en nuestra vía de escape. Incluso a veces, acudimos porque pensamos que somos incapaces de lograr una solución por nosotros mismos. Pero, ¿estás seguro de ello?

Hoy descubrirás que en muchas ocasiones, acudimos al psicólogo por mera comodidad. 

Realmente, la solución está en nuestro interior. ¡Descúbrela! Conoce al psicólogo que llevas en tu interior.
Cuando acudimos a un psicólogo, este tiene que conocernos primero. A menos que sea una persona conocida o alguien de nuestra propia familia, el psicólogo no sabe absolutamente nada de nosotros.
A pesar de esta primera sensación incómoda por tener que contarle todo a la persona desconocida que tenemos delante, esto puede ser terapéutico.

Hablar de nosotros nos hará reflexionar sobre nuestra vida y recordar momentos que creíamos olvidados.

Todo esto será importante para solucionar los problemas que nos acaecen en este momento. Pero, a pesar de esto el psicólogo nunca llegará a conocerte tanto como te conoces tú mismo.
Es más, quizás te resistas a que esto suceda así. Son muy pocas las personas que lo saben absolutamente todo de nosotros. Y seguramente, ¡se nos escape algo!

Sentimientos, pensamientos, sueños… Es algo que nosotros vivimos solos y que no compartimos con nadie. Si estás pasando por un mal momento, tú mejor que nadie conocerás tus reacciones y los motivos.

“El que sabe conocerse a sí mismo es dueño de sí”
-Pierre de Ronsard-

Existen cosas que no queremos que nadie conozca. Quizás el problema que tenemos en este momento esté relacionado con alguna especie de culpabilidad que nos avergüenza. Tal vez, no le quieras contar esto a tu psicólogo. Un punto muy importante que afectará al éxito de la terapia.

Hay que ser totalmente sinceros, pero no hay mejor sinceridad que la que nos profesamos a nosotros mismos.
¿Quién dijo que podría ser fácil? Todo lo que merece la pena, ¡cuesta! Lo primero que debemos pensar es siempre en positivo.

Hay una situación negativa que nos está haciendo la vida muy difícil y complicada. Algo inesperado, que se escapa de nuestro control. ¿Qué hacer ante una situación como esta?

Nuestra vida ha cambiado y con positivismo debemos intentar superar y cambiar esta situación por la que estamos pasando. Para ello, es necesario que seamos conscientes de lo que nos está pasando.
Solo la persona que tiene el problema deberá sacar las fuerzas necesarias para salir de su problema.
Pues nadie más que ella tomará la iniciativa de poder cambiar.

“Un poco más de persistencia, un poco más de esfuerzo
y lo que parecía un fracaso sin esperanza puede convertirse en un glorioso éxito”
-Elbert Hubbard-

Como has podido ver, tú puedes llegar a ser tu mejor psicólogo. Estos pueden orientarnos, abrirnos los ojos, ayudarnos… Pero no harán ningún milagro. La fuerza del cambio, el esfuerzo, recae solo en nosotros.


Ser Considerado


La palabra considerado es habitual que la usemos en nuestro idioma para dar cuenta de aquel individuo que presenta un comportamiento eminentemente respetuoso para con los otros y asimismo en su desenvolvimiento en diversas situaciones.
Entre los sinónimos que más usamos para esta referencia se destacan sin dudas los de respetuoso y cortés. El concepto opuesto a considerado en esta referencia es el de descortés, que implica la ausencia de cortesía y de amabilidad en el trato y en el comportamiento.

Cabe destacarse que el respeto resulta ser una condición intrínseca del individuo considerado. En tanto, en nuestra cultura, al respeto se lo considera como un valor que es el que le permite a la persona considerar las situaciones y a las personas en particular y actuar en consecuencia de ello.
Por ejemplo, el considerado, al ver a una persona mayor en la fila de un transporte público la dejará pasar primero, y si asiste a una boda, luego de la ceremonia se acercará a saludar a los novios y les manifestará su agrado de participar en la celebración y les deseará muchas felicidades.

Por otra parte, la palabra considerado también la usamos para hablar de aquel que recurrentemente recibe por parte de los demás congratulaciones por sus acciones y asimismo respeto por aquello que hace o dice.

También es frecuente que a la persona considerada se la denomine como apreciado o estimado. En tanto, el concepto que se opone a este sentido de la palabra es el de despreciado porque refiere la poca estima y aprecio que se le dispensa a alguien que demuestre en su accionar la ausencia absoluta de estos valores.

Hugo W Arostegui

Sociedad Creativa


Cada tanto recurrimos a este medio para manifestar nuestras apreciaciones sobre determinados tópicos que hacen a la realidad social en la cual estamos insertos.
Nos resulta muy claro que en temas relacionados con nuestro quehacer de todos los días contamos con el privilegio de estar situados en lo que bien podríamos definir como “un mirador social” por donde transcurren acontecimientos que por su heterogeneidad nos permite que podamos “tomarle el pulso” a los acontecimientos que son propios de nuestra tan particular convivencia.
Nuestra postura no sobrepasa los límites que deparan la absoluta libertad de acción de cada uno en todo lo referente a la forma y sentido de sus acciones así como el grado de civilidad, vale decir, la responsabilidad social, que se manifieste en su accionar colectivo.
Hechas tales salvedades corresponde señalar el alto aprecio que nos motiva el poder ser parte de este singular intercambio, desde el cual se pueden observar, en el amplio espectro de este escenario colectivo,  todos los rasgos que nos distinguen como individuos, donde somos capaces de demostrar en las acciones cotidianas las cualidades humanas que cada uno posee y desarrolla.


Hugo W Arostegui

Desde Dónde Estamos


Más de una vez hemos visto y oído que cuando se mencionan situaciones que implican a personajes que por distintas razones esgrimidas resultaría mucho más conveniente mantener en esa “zona de indiferencia” que alimenta a la “desinformación y al olvido” en las cuales suelen “intentar sepultarlos” el más simple intento de rememorarles en el “obligado recuerdo” de sus inocultables antecedentes, motivan en los circunstanciales participantes de este comentario una muy variada gama de reacciones.

Es por esta circunstancia que en muchas ocasiones hemos preferido guardar silencio ante determinadas situaciones que por distintas razones nos involucraban, en realidad, pienso que no es necesario que digamos nada, quizás, de vez en cuando, resulte conveniente hacer saber de qué “continuamos aquí” en el “mundo de los vivos” aunque se corra el riesgo de que “se abran los panteones” de todos aquellos, en dónde incluimos a algunos parientes y amigos, y nos convirtamos en “espectros de un pasado” dónde la sola mención de su nombre revive “ciertas situaciones” sepultadas por el tiempo, la omisión y la indiferencia.

Así las cosas.

Hugo W Arostegui


miércoles, 10 de mayo de 2017

Aspiraciones


Una persona tiene aspiraciones en su vida, es decir, tiene objetivos que cumplir, metas que se marca de acuerdo a sus inquietudes personales y su modo de ser. Las aspiraciones son totalmente subjetivas, cada ser humano es único e irrepetible. De ahí que personas de la misma edad puedan diferenciarse porque cada uno se encuentra en una etapa vital diferente.

Las aspiraciones conectan con el deseo de realización personal de aquel que quiere aportar un valor añadido a su vida a través del sentido concreto que aporta el cumplimiento de una misión. Una aspiración es una motivación importante. En este este sentido, a modo de coaching, una persona puede tener aspiraciones distintas en el ámbito profesional y en el ámbito personal. Las aspiraciones personales conectan también con las cualidades personales de cada uno.

La vida, como un proceso de evolución constante, también tiene matices distintos en función de cada etapa. Una persona también varía en sus aspiraciones en función del momento de la vida en el que se encuentre. Una persona adolescente tiene unas aspiraciones distintas a la de una persona de sesenta años, simplemente, porque su grado de experiencia, el conocimiento que tiene de sí misma y la fase de la vida en la que está también es diferente.


Una aspiración puede ser tan importante que en el caso de no realizarse, una persona puede experimentar una enorme frustración en su interior al sentir que tiene una asignatura pendiente de llevar a cabo. Por suerte, la vida es un aprendizaje constante, siempre existen momentos de luchar por los verdaderos sueños del corazón. Lo importante es que tú te des la oportunidad a ti mismo de ser feliz.

En la medida en que una persona realiza sus aspiraciones también crece como persona, es más madura y tiene más experiencia. Pero además, también aumenta su autoestima personal y el concepto que tiene de sí misma. Para llevar a cabo las aspiraciones personales es fundamental ser constante, definir de forma asertiva los objetivos, buscar un plan de acción para alcanzar una meta y tener confianza en uno mismo.

Pero lo más importante es que después de un fracaso, una persona no se dé por vencida y sea constante porque la verdadera clave del éxito existencial es la perseverancia.


Respuestas Sin Preguntar


Buscar respuestas con desesperación, se traduce en un pensamiento al que atendemos constantemente, y se convierte en el centro de nuestra vida, dejando a un lado todo aquello que podría ayudarnos a desviar nuestra atención hacia otras actividades que nos permitan focalizarnos en algo diferente. Si lo conseguimos – y se puede -, podremos entrenarnos poco a poco y sin olvidar el objetivo; en la calma y la tranquilidad.

Algo así como darnos permiso para pensar y actuar bajo un prisma diferente que no implique necesariamente y a priori, un entendimiento de lo que nos está pasando.

Y ahí es donde podemos hacer usos de nuestros recursos – esos recursos que todos los seres humanos tenemos – para darnos la oportunidad de cambiar hábitos o introducir actividades diferentes que nos permitan experimentar o canalicen nuestra atención hacia un lugar diferente al de “buscar respuestas”.

Cuando el buscar deja de ser una prioridad, entramos en un estado diferente de aceptación, y vuelve a repetirse la historia del objeto perdido, porque en ese nuevo estado, las respuestas fluyen solas y podemos ir entendiendo y asumiendo desde la serenidad y la calma.

Este empeño que tenemos a veces en forzar cosas que sólo pueden ocurrir de un modo espontáneo, nos mantiene en el problema. A veces creo que tenemos una cierta tendencia a profundizar demasiado, a excavar buscando cofres, sin darnos cuenta que el mayor tesoro es cambiar de táctica.

Entrenarnos en técnicas diferentes para conseguir resultados diferentes es el principio de un nuevo proceso que puede llevarnos a un planteamiento diferente de lo que nos está pasando, o al menos, puede cambiar nuestra perspectiva ante un misma situación. 

Un excelente punto de partida que puede propiciar el entendimiento, ese entendimiento que desesperadamente buscamos, puede, de repente, encontrarnos y saludarnos en el camino.

Estaría bien confiar en nosotros, ya que al fin y al cabo somos los únicos responsables de nuestros actos. Todo tiene un porqué, pero mejor si lo encaramos con un para qué.

¡Un desafío a ti mismo, no te hundas en sentimientos idealizados y pasa a la acción!

¡Paradójicamente la acción te brindará el conocimiento y las respuestas!

¡Un abrazo!


Siempre Adelante


Frases:
1. “Nunca te rindas tratando de hacer lo que realmente deseas hacer. Donde hay amor e inspiración, nada te puede salir mal”- Ella Fitzgerald

2. “En dos palabras puedo resumir cuanto he aprendido acerca de la vida: Sigue adelante“- Robert Frost

3. “Yo creo bastante en la suerte. Y he constatado que, cuanto más duro trabajo, más suerte tengo”- Thomas Jefferson

4. “Si te caes siete veces, levántate ocho“- Proverbio japonés

5. “La diferencia entre ganar y perder, frecuentemente, es no rendirse“- Walt Disney

6. “Nunca tires la toalla. Úsala para limpiarte la frente y sigue avanzando“- Desconocido

7. “Sigue tus sueños, trabaja duro, practica y persevera”- Sasha Cohen.

8. “Incluso la noche más oscura terminará con la salida del sol“- Víctor Hugo

9. “Nuestra gloria más grande no consiste en no haberse caído nunca, sino en haberse levantado después de cada caída”– Confucio

10. “El único lugar en el cual ‘éxito’ viene antes de ‘trabajo’ es en el diccionario– Vincent Lombardi

11. “El secreto de salir adelante es comenzar”-Mark Twain

12. “Es duro fracasar, pero es peor nunca haber intentado triunfar“- Theodore Roosevelt.

13. “Siempre parece imposible hasta que se hace”- Nelson Mandela.

14. “Es difícil superar a una persona que nunca se rinde”- Babe Ruth.


Hugo W Arostegui

martes, 9 de mayo de 2017

Necedades



El término necio resulta ser una palabra de uso muy frecuente en las lenguas de habla hispana, en tanto, de acuerdo al lugar o la región hispanoparlante en la cual se la utilice puede presentar algunas variaciones en su significado y referir diversas cuestiones.

La palabra Necio se emplea frecuentemente cuando se quiere decir de alguien o a alguien que es un ignorante. “El muy necio le contestó a la maestra que la capital de Francia es Madrid”.
También, la palabra se aplica cuando alguien despliega una acción imprudente. No seas necio, con esta neblina no puedes salir a la ruta.

Por otro lado, a quien se lo observa como terco u obstinado también se lo suele calificar como un necio, es decir, cuando ante los reiterados consejos y la presentación de las negativas consecuencias que puede tener su accionar, la persona insiste en sus propósitos, ideas o actitudes. Por más que insistas no vas a poder convencer a Laura que lo deje, está muy necia al respecto.

Asimismo, aquella acción que se lleva a cabo con imprudencia, dominada por la ignorancia o por alguna presunción incorrecta que no guarda coherencia con la realidad será considerada como necia.

Citas Sobre Necios
"Aquel a quien no le gusta el vino, la mujer ni el canto, será un necio toda su vida."
Martín Lutero
"Decimos una necedad y a fuerza de repetirla acabamos creyéndola."
Voltaire
"El malvado descansa algunas veces; el necio jamás."
José Ortega y Gasset
"El sabio puede cambiar de opinión. El necio, nunca."
Immanuel Kant
"Nunca una obra se acredita tanto de mala, como cuando la aplauden los necios"
Tomás de Iriarte
"Por desgracia, la mitad nunca superará la media."
Anónimo
"Propio de todo hombre es el errar. Pero de nadie, sino del necio, el mantenerse en el error."
Juan Luis Vives
"Si el sabio no aprueba, ¡malo!, si el necio aplaude, ¡peor!"
Tomás de Iriarte
"Todo necio confunde valor y precio."
Antonio Machado
"Un necio encuentra siempre otro necio aún mayor que le admira."
Nicholas Boileau - Despréaux
"Una necedad, aunque la repitan millones de bocas, no deja de ser una necedad."
Anatole France
"No es necio el que hace la necedad, sino el que, hecha, no la sabe encubrir."
Baltasar Gracián
"La necedad es la madre de todos los males."
Cicerón
"Se conocen infinitas clases de necios; la más deplorable es la de los parlanchines empeñados en demostrar que tienen talento."
Santiago Ramón y Cajal
"No hay cosa más difícil, bien mirado, que conocer a un necio si es callado."
Alonso de Ercilla