Si solo miramos hacia el horizonte, podemos pisar los brotes
germinales y destruir las bases, el fundamento de lo que será nuestro futuro.
Muchas veces vamos por la vida con tanto deseo de llegar al futuro que
queremos, que destruimos los brotes germinales, que son la base de ese futuro,
que está por llegar… Cuando solo vemos el futuro, encontramos que los
obstáculos del día a día entorpecen nuestro camino y no nos dejan avanzar, esto
pasa por no comprender que ese día a día es lo que sentará las bases de lo que
esta porvenir.
Por otro lado pasarnos la vida envueltos en lo cotidiano y
no sacar tiempo para pensar en la utopía, en el sueño, en lo que vendrá,
tampoco es lo ideal, podemos dormirnos y quedarnos en el aquí, en el ahora, en
lo cotidianos, y perdernos de ese futuro que se presenta.
¿Cómo transmitir eso? Hay que creerlo, y vivirlo… pero ¿Cómo
transmitirlo? Vivir el presente pero nunca perder la perspectiva del futuro.
Las personas que
viven en el futuro tienen un grave problema: no son capaces de aceptar la
incertidumbre. La imposibilidad de saber a ciencia cierta qué puede pasar les
atormenta, por eso intentan realizar todo tipo de hipótesis que les ayude a
estar preparados para lo que pueda ocurrir. El futuro tiene un gran componente
de incertidumbre, y cuanto antes lo aceptemos, mejor.
Abrazar la
incertidumbre, asumirla como una sorpresa o un desafío nos permitirá liberarnos
de esa ansiedad que suele generar lo desconocido y nos ayudará a vivir
plenamente el aquí y ahora.
Por supuesto, no se
trata de dejar de pensar en el futuro porque siempre tendremos que hacer planes
y pensar en las posibles consecuencias de nuestras decisiones, sino de aprender
a lidiar con esta perspectiva asumiendo una actitud menos rígida.
Cuando nos
liberamos de las ataduras del futuro obtenemos una gran recompensa: el
presente.
El presente es con
lo único que contamos para cambiar el futuro, por tanto, es nuestra posesión
más preciada. Nuestro deber es aprovechar cada minuto porque no tendremos una
segunda oportunidad para hacerlo.
Hugo W Arostegui
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