La frase “lo esencial es invisible a los ojos” se
encuentra en el capítulo 21. En este capítulo, el principito, que se
encuentra explorando la Tierra, se topa con un zorro.
Ambos, el zorro y el principito, trabarán amistad. El
zorro dará al principito lecciones sobre la vida y el amor. El principito le
contará sobre su rosa, a la cual ha dejado en su planeta para hacer su viaje
por el universo, le referirá que la ha cuidado y regado, y que ahora la
extraña.
El zorro, entonces, invitará al principito a ver una
multitud de rosas que hay un jardín. El principito se da cuenta de que ninguna
de ellas podría reemplazar a su rosa, aunque todas ellas sean idénticas a ella.
Entiende el principito que su rosa es única porque la ha domesticado, y lo que
la ha hecho importante para él ha sido todo el tiempo que ha pasado con ella.
El zorro, entonces, se da cuenta de que el principito
está listo para oír su secreto, una enseñanza muy importante que hará al
principito comprender lo que le ha pasado. Le dice el zorro: “solo con el
corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos”.
Esta frase es, pues, una reflexión sobre el
verdadero valor de las cosas, su verdadera esencia.
Los ojos pueden engañarnos, no así el corazón. El corazón
es capaz de diferenciar una rosa entre mil. En este sentido, la frase nos
invita a entender que debemos mirar más allá de las apariencias, a valorar las
cosas por aquello que en realidad son, y no por lo que parecen.
De allí la importancia de esta sentencia en el libro El
principito, porque es una obra que llama constantemente a ver más allá del
aspecto de las cosas. Recordemos el pasaje del astrólogo turco, cuyo
descubrimiento solo es celebrado por la comunidad científica cuando este lo
anuncia vestido con un atuendo occidental, pero que fue ignorado cuando lo hizo
con la vestimenta tradicional de su país.
Vea también Corazón.
Sobre Antoine de Saint-Exupéry
Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944). Aviador y escritor
francés. Autor de una de las más célebres narraciones para niños, El
principito (1943). Su experiencia como aviador le sirvió de inspiración
para su obra literaria, de la que podemos destacar la novela Vuelo
nocturno (1931).
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