Dejar de lado lo que se ha
sido para reinventarse no es una tarea fácil, entre otras cosas, porque se
deben derrotar temores, replantear ideas, transformar objetivos y tomar la
decisión de volar hacia mundos desconocidos.
Hay personas que están anquilosadas en el tiempo. Como
prefieren permanecer en terrenos ya trajinados no avanzan y, lo que es peor, no
tienen la más mínima posibilidad de cruzar los trayectos que les corresponden.
Son seres que no han aprendido a manejar bien la
cotidianidad, ni han asumido el vuelo hacia destinos mejores o más
gratificantes.
¿Es su caso?
Haga una sencilla reflexión sobre estas aseveraciones y
pregúntese qué tanto de estas palabras retratan su estado actual.
De pronto detecta que todavía hay circunstancias de su
realidad que necesitan de una intervención más franca y decidida de su parte.
Es probable que tenga pensamientos negativos que ha dejado
anidar en su cabeza y que, en el fondo, lo único que han logrado es cultivar su
inseguridad.
Suele ser muy fácil acomodarse a las viejas rutinas diarias
lo que, de alguna forma, hace que sus días y los años pasen sin pena ni gloria.
Usted, como todo ser humano, debe apuntarles a nuevas emociones como una manera
de crecer. No puede abrir los brazos al tedio, porque él lo envolverá y le hará
desperdiciar su vida.
Puede ser ‘aterrador’ ver el calendario y comprobar que los
años están pasando sin lograr ‘nada de nada’.
Hacer cosas nuevas le ayudará a entender la importancia de
correr ciertos riesgos. No tiene que tomar salidas radicales, pero sí deben ser
acciones distintas a lo normal.
Empiece con pequeños cambios, pues ellos le abrirán la mente
y le permitirán alimentar su espíritu.
Además, esas pequeñas cosas que emprenda le devolverán la
confianza a usted mismo y le permitirán estar más abierto a opciones diferentes
o a proyectos valiosos.
Yo creo que, de alguna forma, le hace falta poner los pies
sobre la tierra y situarse en el camino que lo lleve a la renovación.
Lo que tiene que hacer es cambiar su forma de pensar y
aprovechar las oportunidades que tiene a su alrededor.
Si se organiza mejor, si visualiza un mejor futuro, si tiene
voluntad y si decide alzar el vuelo, luego de ese ‘plan de ajustes’ verá que
las cosas empezarán a marchar mejor.
Está a tiempo de realizar modificaciones en su vida que, de
alguna manera, le permitirán enfocar su existencia hacia mejores propósitos.
Ahora bien, incluir a Dios en estos planes de renovación le
permitirá aumentar su fe y tener la certeza de que él le bendecirá. No le quepa
la menor duda de que el Señor le enseñará a mirar con ojos nuevos y su corazón
se expandirá.
Lo que quiero decir es que, en cada cosa nueva que emprenda
podrá notar las manos de Dios, pues el encuentro con Él garantizará una
continuidad entre su vida espiritual y su cotidianidad.
La experiencia de la fe se va haciendo más creíble en lo
cotidiano y en nuestro estilo de vida, siempre y cuando decidamos renovarnos.
Solo me resta recordarle que la vida empieza todos los días
y que, si lo analiza bien, hoy es un buen momento para comenzar a disfrutarla.
¡Adelante!
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