miércoles, 11 de abril de 2018

Identidad Cultural

En un mundo cada vez más globalizado las culturas se van aproximando unas a otras de manera progresiva, hasta casi hablar de una cultura global.

Parece que las fronteras desaparecen y las identidades culturales están en declive. 

La decisión consiste en si conviene defender nuestra identidad cultural propia en este era de globalización cultural o si es mejor dejarnos llevar por el contexto en el que nos encontramos.

En el mundo se está produciendo una globalización a una velocidad vertiginosa.

Las identidades culturales son un conjunto de valores, tradiciones, creencias, etc. de un grupo social, que actúan para que los individuos que lo forman puedan fundamentar su sentimiento de pertenencia a ese grupo, dentro de una cultura dominante.


Estas identidades culturales se enfrentan a una cultura global, de esta manera, hoy en día podemos hablar por ejemplo de una cultura europea o asiática que engloba a muchas otras culturas más pequeñas. 

Y de igual forma sucede a menor escala dentro de los distintos países.

Personalidad Creativa


Cuando pensamos en creatividad es común asociar el concepto con las artes plásticas. La creatividad no es sólo aplicable a la pintura o la música, entre otras

Estas serían más bien  algunos de los productos de una personalidad creativa. La creatividad es una capacidad cognitiva que impregna la personalidad, es una forma de ser y de pensar, una forma diferente de procesar la información y transformar la realidad.

También hay una creencia generalizada sobre que es un concepto que se tiene o no, es decir, uno es creativo o no lo es. Sin embargo, si bien es cierto que hay personas más creativas que otras, lo primero que me gustaría aclarar es que es una aptitud susceptible de ser desarrollada y también de ser inhibida. Por tanto, con la estimulación adecuada es una aptitud que puede favorecerse
.
Muchos autores hablan de que hay una serie de características que definen el estilo de personalidad creativo: la curiosidad, la asunción de riesgos, el gusto por la dificultad, la imaginación, la independencia del juicio externo, la flexibilidad, el cuestionamiento de la norma y de la autoridad, la alta tolerancia a la frustración y a la ambigüedad, el entusiasmo o pasión, la intuición, la iniciativa, el inconformismo, una alta sensibilidad y la apertura a nuevas formas e ideas definirían a grandes rasgos a la persona creativa.

Y de la misma manera que no existe una única inteligencia, sino múltiples siguiendo al psicólogo Howard Gardner:

“La creatividad no es una especie de fluido que pueda manar en cualquier dirección. La vida de la mente se divide en diferentes regiones, que yo denomino ‘inteligencias’, como la matemática, el lenguaje o la música. 
Y en una determinada persona puede ser muy original e inventiva, incluso imaginativa, en una de esas áreas sin ser particularmente creativa en ninguna de las demás”.

No es difícil darnos cuenta que la mayoría de los niños son esencialmente creativos si no nos empeñamos en lo contrario. Es decir, partimos de una muy buena base para favorecer aún más ese potencial y que llegue a traducirse en una herramienta eficaz para gestionar sus vidas, porque la creatividad es por encima de todo la capacidad de resolución de problemas y de innovación, ingredientes ambos imprescindibles para transitar una vida plena, dotada de sentido.

martes, 10 de abril de 2018

Alimentando El Intelecto


Quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación.
Si te caes siete veces, levántate ocho. 
La paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces. 
¿Qué sentido tiene correr cuando estamos en la carretera equivocada?
Cuando te inunde una enorme alegría, no prometas nada a nadie. Cuando te domine un gran enojo, no contestes ninguna carta. 
Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio. 
El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero sólo el necio se queda sentado en él. 
Añorar el pasado es correr tras el viento.
Cuando el carro se haya roto muchos os dirán por donde no se debía pasar. 
Si eres paciente en un momento de ira, escaparas a cien días de tristeza.
De lo sublime a lo ridículo no hay más que un paso.
Napoleón I
Las preguntas no son nunca indiscretas. Las respuestas, a veces sí. 
Oscar Wilde 
Es menos malo agitarse en la duda que descansar en el error. 
Alessandro Manzoni 
Las ideas no son responsables de lo que los hombres hacen de ellas.
Werner Karl Heisenberg 
Huye de los elogios pero trata de merecerlos. 
François Fénelon 
Si la juventud es un defecto, es un defecto del que nos curamos demasiado pronto. 
James Russell Lowell 
El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe adónde va. 
Antoine de Saint-Exupery 
Ganamos justicia más rápidamente si hacemos justicia a la parte contraria. 
Mahatma Gandhi 
En la vida no hay premios ni castigos, sino consecuencias. 
Robert Green Ingersoll 
Como no tenemos nada más precioso que el tiempo, no hay mayor generosidad que perderlo sin tenerlo en cuenta. 
Marcel Jouhandeau 
Deberíamos usar el pasado como trampolín y no como sofá. 
Harold MacMillan 


Aprender Siempre



Adquirir nuevos conocimientos es parte de la superación personal y profesional. Además, es una responsabilidad.

Durante toda la vida siempre se aprende algo nuevo. De hecho los expertos en el comportamiento humano, educativo y médico a través de los años mediante sus investigaciones se han preocupado por entender los procesos fisiológicos, psicológicos y sociales que intervienen en el aprendizaje, así como demostrar los beneficios de mantenerse activos en continua preparación.

El que diga que no puede adquirir otros conocimientos o que está muy viejo para ello está equivocado. 

Todas las personas tienen la oportunidad de aprender a través de todo tipo de experiencias, sea porque han buscado conscientemente hacerlo o porque las circunstancias y oportunidades llegaron a sus vidas fácilmente.

Asimismo, a muchos individuos que no solo se cultivan de los aspectos positivos de la vida, también les ha tocado reconocer que de los errores se logran cambios favorables para el propio ser, e incluso para quienes les rodea.

Las personas que no se actualizan y que consideran que no es necesaria la capacitación están, metafóricamente, muertas.

Por eso, dice la psicóloga educativa Jenny Alvarado Pozo, el hombre no solo aprende con la experiencia, la lectura o la observación, sino con la práctica. Más aún si tiene una actitud de apertura para adquirir nuevos conocimientos que serán útiles para su vida e interacción, social y laboral.

Para la psicóloga clínica Verónica Villacís Plúa, todas las facetas de la vida son giros y resoluciones que implican modos de aprendizajes. A nivel profesional, sobre todo, es absolutamente indispensable nunca dejar de aprender, por eso hay que cultivarse, capacitarse, actualizarse, pero no solamente en el conocimiento específico de la profesión, sino en relación a otros saberes que le van a permitir a ese profesional tener una perspectiva interdisciplinaria o multidisciplinaria en lo que se ha denominado la sociedad del conocimiento.

Un profesional de cualquier carrera, dice Villacís, es un ciudadano y no está fuera de un contexto social e histórico determinado. “A mi juicio debe aprender a desarrollar lo que Delors en 1996 especificó como los ejes fundamentales de la educación: aprender a hacer, aprender a aprender, aprender a convivir y aprender a ser”.


Inclusión Social


Quizás la empatía social es la que más cuesta, porque estamos “programados” para activar nuestro mecanismo de alerta ante la diferencia por muy pequeña que sea ésta. Y es que somos frágiles a los cambios pero flexibles a la adaptación.

Esto último puede parecer un tanto contradictorio, ¿verdad? Pero si reflexionamos sobre ello mediante un hecho cotidiano adquirirá su lógica: llegamos al trabajo y nos han cambiado de compañero, ¡Alerta, diferencia! No sabemos cómo trabaja, ni su ritmo, ni sus habilidades, etc… Pero día a día lo vamos conociendo, vamos respetando su manera de trabajar y él la nuestra. Sucede lo que se denomina adaptación y se crea una empatía hacia la forma de trabajar de ambos.

En cambio, si éste nuevo compañero presenta una discapacidad la alerta ante la diferencia suele ser mayor. Lo primero que se piensa no es el modo en el que trabajará ni las costumbres que tendrá sino, por lo general, surgen prejuicios sociales incrustados en la sociedad como es: ¿será capaz de realizar el trabajo? ¿Cómo lo va hacer? Por lo que el proceso de adaptación mutuo se presenta más complicado y lento.

“La inclusión social significa integrar a la vida comunitaria a todos los miembros de la sociedad, independientemente de su origen, condición social o actividad. En definitiva, acercarlo a una vida más digna, donde pueda tener los servicios básicos para un desarrollo personal y familiar adecuado y sostenible”, dice.

Bajo esta premisa resalta la importancia de distinguir la inclusión social del asistencialismo. “Ciertamente, son necesarios algunos programas de reducción de pobreza o de asistencia directa, pero estos solo paliarán problemas, y deben ser temporales y rápidos, ya que tienen el riesgo, si se eternizan, de institucionalizar la mendicidad, atrofiando las capacidades de emprender de los ciudadanos”.


Esgrimiendo Valores


Los valores son los presupuestos, ideas principales o fundamentales de:
-Las creencias religiosas (valores del Cristianismo, Budismo, Judaísmo, Islamismo, Hinduismo).
-Las ideologías políticas.                
-Las normas jurídicas.             
-Las concepciones filosóficas.  

Por tanto hay diversidad de valores aplicables en distintos contextos, geográficos, cronológicos e históricos.

En los países democráticos hay pluralidad de creencias que coexisten y conviven dentro del mutuo respeto, distintas opciones políticas que pueden alternarse, diferentes normas jurídicas que con el tiempo se modifican o derogan y existen diversas interpretaciones filosóficas sobre la realidad.

En cambio en algunos Estados no democráticos y teocráticos los valores forman un bloque pétreo que partiendo de las creencias se imponen como una ideología político-jurídica-filosófica invadiendo y regulando todos los ámbitos. 

A lo largo del tiempo los valores se han intentado exportar también mas allá de las propias fronteras, y cuando han chocado con los del país vecino han dado lugar a diversas guerras, incluidas las de religión. Es decir, durante siglos los distintos valores se han impuesto bélica y letalmente, ahora deben coexistir en paz.

Basta un paseo por la Historia para comprobar que ha habido valores que han estado en contra de la vida, del conocimiento y del placer. A esa pulsión de muerte Freud la llamó Thanatos.
 
Interesa destacar la relación del poder con los valores, pues cada poder tiende a crear su propio sistema de valores. Hay valores que emergen de la sociedad y los termina asumiendo el poder, y valores que parten del poder político y se imponen a la sociedad. En cuanto a los valores sociales los hay transformadores, y otros que propenden a mantener todo siempre como está, es decir, inmovilista.
 
Hay pluralidad de valores que pueden predicarse de distintas circunstancias. Se habla así de los valores de la filosofía kantiana, o los del cuerpo de bomberos (altruismo, abnegación, sacrificio, entrega a los demás) o de los boy scout (compañerismo, ayuda mutua, respeto a la naturaleza). 

El problema de los valores es delicado porque afecta a sistemas estructurales del aparato psíquico. Por eso las opiniones pueden estar sesgadas emocionalmente por un sistema de preferencias estimativas, o de imprenta, que uno no se atreve a revisar o verificar. En el fondo los valores responden a juicios de valor, y para Ferrater Mora son "productos de valoraciones humanas y, por tanto, relativos".

Para el iusfilósofo Alf Ross (realismo jurídico escandinavo y emotivismo jurídico) invocar en una discusión a la justicia es como "dar un puñetazo encima de la mesa". Algo parecido puede suceder al esgrimir los valores con excesivo furor sanan di.
 
Pues bien, la gran lección que nos ofrece la psicología es que podemos cambiar. Cambiar de punto de vista, de manera de pensar, o incluso de valores si estos fuesen desadaptativos o antisociales (por ejemplo: la violencia). También podemos, ciertamente, mantener los valores adquiridos en su integridad, o enriquecerlos, o compatibilizarlos con otros nuevos. Finalmente, cabe reinterpretarlos a la luz de los nuevos tiempos o de la valiosa información que nos brinda la ciencia.
 
Como puede verse el asunto de los valores es muy complejo, por eso G. Marx decía:
 "-Señora yo tengo unos valores pero si no le gustan tengo otros".

El problema es que los criterios personales, por bienintencionados que sean, no pueden tener la consideración de valores generales (salvo en los regímenes personalistas autocráticos), pero tampoco un grupo social puede imponer sus valores a la totalidad de la población (conjunto de la sociedad) si esta no los acepta ni comparte. 

El riesgo es que a veces pueden llamarse valores a lo que no pasan de ser opiniones personales solemnizadas. En este supuesto, "los valores dependen de los sentimientos de agrado o desagrado, del hecho de ser o no deseados, de la subjetividad humana individual o colectiva" -Ferrater Mora-.
 
La pregunta fundamental es: ¿Qué valores?

A mi juicio hay una serie de valores esenciales que confluyen (previa elaboración consensuada por Naciones Unidas después de larguísimos periodos de guerras y de sufrimientos y para evitarlas) y se encuentran en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre de 1948. Esos son los valores que fundamentan nuestra vigente Constitución Española y las de todas las naciones civilizadas y democráticas, y que han de aplicarse con independencia de las creencias y de las ideologías políticas. En tal sentido, la actual Constitución sustituye un sistema monista de valores por otro pluralista (pluralismo político, art.6, libertad ideológica y de culto, art.16).    
En una sociedad plural, sin un código axiológico único, todos pueden defender sus valores, pero nadie puede imponer sus valores al otro. 
 
En el Estado de Derecho, los únicos valores susceptibles de imposición son los valores jurídicos normativizados, es decir, positivizados en las leyes (todo ello como consecuencia de las características normativas de generalidad, imperatividad y coactividad, del  contrato social, y de los principios de soberanía y seguridad jurídica). 
 
De los derechos recogidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos los dos más importantes son el derecho a la vida (art. 3) y a la dignidad de la persona (art. 1), contra los que se atenta cada día con la guerras y las hambrunas. Según estimaciones de la FAO, con 80.000 millones de dólares por año se acabaría con el hambre; actualmente se gastan cerca de dos billones de dólares anuales en armas y gastos militares...
 
Por eso el objetivo es defender esos valores hasta lograr acabar con la guerra, con la pena de muerte y erradicar la pobreza, la ignorancia y todas las formas de fanatismo.        




Discriminación E Intolerancia


Discriminación, en todas sus formas y expresiones, es uno de los modos más comunes de abuso y de violaciones de los derechos humanos. Afecta a millones de personas cada día y es una de las más difíciles de reconocer. 

La discriminación y la intolerancia son conceptos estrechamente relacionados.

La intolerancia es una falta de respeto a las prácticas o creencias distintas de la propia. También implica el rechazo de las personas a quienes consideramos diferentes, por ejemplo los miembros de un grupo social o étnico distinto al nuestro, o las personas que son diferentes en su orientación política o sexual. 

La intolerancia puede manifestarse en una amplia gama de acciones a través de discursos de odio, causar lesiones físicas o incluso el asesinato.

Discriminación se produce cuando las personas reciben un trato menos favorable que el dispensado a las demás que se encuentran en una situación comparable solo porque forman parte, o se considera que pertenecen, a un determinado grupo o categoría de personas. Las personas pueden ser discriminadas debido a su edad, discapacidad, etnia, origen, creencias, raza, religión, sexo o género, orientación sexual, idioma, cultura y por muchos otros factores. 

La discriminación, que a menudo es el resultado de los prejuicios que tienen las personas, hace que la gente se sienta impotente, impide que se conviertan en ciudadanos activos y que participen en el desarrollo de sus habilidades y, en muchos casos, de acceder al trabajo, a los servicios de salud, educación o vivienda.

La discriminación tiene consecuencias directas sobre las personas y los grupos discriminados, pero también tiene profundas consecuencias indirectas en la sociedad en su conjunto. Una sociedad donde la discriminación se permite o tolera es una comunidad donde las personas se ven privadas de ejercer libremente su potencial para ellos mismos y para la sociedad.

Esta sección describe los diferentes rostros de la discriminación, la forma en que afecta a los derechos humanos, así como las medidas e iniciativas que se están realizando o se presentan para combatir la intolerancia y la discriminación y contribuir a una cultura de la paz y de derechos humanos. Algunas de las formas más generalizadas de discriminación, como la que ocurre por motivos de discapacidad, sexo o religión, 

Los principios de igualdad y no discriminación son establecidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos” (artículo 1). Este concepto de igualdad está incrustado en la democracia contemporánea, de modo que los estados están obligados a proteger de un trato desigual a las diversas minorías y grupos vulnerables. El artículo 2 consagra la no discriminación: “toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción de ningún tipo”.


Los Estados miembros del Consejo de Europa se han comprometido también a la no discriminación en el artículo 14 de la Convención Europea de Derechos Humanos. Este artículo solo brinda protección contra la discriminación en relación con el disfrute de los demás derechos enunciados en la Convención. 

El protocolo nº 12 de la Convención Europea fue elaborado para facilitar el derecho a una posición en pie de igualdad y la prohibición general de la discriminación: “el disfrute de cualquier derecho establecido por la ley debe ser garantizado sin discriminación de ningún tipo …”1 Por lo tanto, este protocolo amplía el alcance de la Convención Europea de Derechos Humanos puesto que abarca la discriminación en cualquier derecho legal, incluso cuando este no esté específicamente cubierto por la Convención.

lunes, 9 de abril de 2018

Un Valor Incalculable


La lectura supone uno de los mejores recursos y disciplinas para alcanzar la excelencia y crecimiento personales. Nos permite mantenernos intelectualmente sanos y vigorosos, así como la oportunidad de expandir nuestra mente hacia nuevas posibilidades y horizontes. En este artículo, quisiera desglosar las enormes ventajas que trae consigo convertirse en un lector asiduo y comprometido.

¿Por qué desde tantos estratos, organismos y culturas se hace hincapié en la importancia de la lectura? Por una razón muy simple, la lectura ofrece y satisface la necesidad y el deseo del ser humano de crecer y contemplar la realidad desde otro punto de vista o perspectiva. 

En cierta manera, la lectura nos ofrece un mundo nuevo, lleno de ricos y constructivos matices, desde los cuales, apreciar e interiorizar nuevas experiencias que nos ayuden a ver la realidad con otros ojos.

Leer un buen libro es tener una conversación profunda con su autor. 

Es adentrarnos en la forma específica, según el cual, el autor concibe el mundo en el que vive. Cada libro tiene el potencial de virtualmente cambiar nuestra vida, ya que el poder de una gran idea es incalculable

Si lees de manera profunda y atenta la biografía de Martin Luther King, Malcolm X, el Dalai Lama o cualquier figura relevante que haya influido en los estándares de este mundo, te percatarás que puedes mirar el mundo a través de sus ojos y saber qué era exactamente lo que les hacía vibrar. 
Te conviertes en ellos y sus ideas pasan a ser tuyas. Se genera una tremenda empatía y apreciación por sus conocimientos y valores. Es aquí donde se abre la ventana del crecimiento intelectual e interior.


En palabras de Oliver Wendell Holmes: “Una mente que se ha expandido con una nueva idea nunca puede volver a sus dimensiones originales”. 

En efecto, cada lectura aporta una nueva visión a nuestro catálogo de principios propios. En cada libro que pasa por nuestras manos queda un poso de incalculable valor y trascendencia. La mano que cierra un buen libro nunca será la misma que lo abrió. 

Las grandes cosmovisiones, revoluciones, filosofías y grandes pensamientos han sido plasmados en libros, que posteriormente han sido aplicados, sistematizados o mejorados por otros lectores, y así sucesivamente.

El Lenguaje Expresivo

Dar información, cualquier información que es requerida o alguna que se sienta necesidad de ofrecer. Identificar artículos, objetos diversos, nombres de personas.

La habilidad de comunicarse es más difícil que el lenguaje receptivo, requiere recordar la palabra y poseer la habilidad de expresarla.

Los tipos de lenguaje expresivo son variados; el lenguaje se expresa al hablar, escribir, seleccionar elementos o señalar diseños en cuadros. Hablando en señas, con gestos y utilizando comunicación alternativa aumentativa o aparatos.

Los alumnos con buenas habilidades de lenguaje expresivo utilizan un amplio vocabulario, poseen una amplia gama de palabras. Cuentan historias u otros sucesos usando un orden apropiado y una secuencia adecuada.

Usan la gramática apropiada a su edad, en sus oraciones expresadas estructuran las oraciones en el orden correcto.

Manifestaciones de problemas con lenguaje expresivo
El alumno posee un vocabulario limitado en comparación a otros de la misma edad.
Frecuentemente utiliza sonidos y substituye palabras generales y expresiones como «cosas» por palabras o nombres precisos o concretos.
Tiene problema en aprender las nuevas palabras o incluirlas en su vocabulario.
Confunde el tiempo verbal y no recuerda palabras claves en las expresiones utilizadas.
Repite algunas frases una y otra vez al hablar.
Se lo percibe frustrado por la incapacidad de comunicar sus pensamientos.
Aunque no habla mucho a menudo, entiende lo que otras personas dicen.
Puede pronunciar palabras y sonidos, pero frecuentemente las frases no tienen sentido. Algunos alumnos no hablan en absoluto.

La existencia de dificultades en el lenguaje expresivo no significa que el niño no tenga nada que decir, que no entiende ni que no pueda aprender.


El Pensamiento Creativo


La palabra pensamiento proviene del verbo latino "pensare" que es sinónimo de "pensar" o "reflexionar", mientras que creativo procede de "creare", también un verbo latino que puede traducirse como "engendrar" o "producir". La creatividad es la facultad de crear. Supone establecer o introducir por primera vez algo; hacerlo nacer o producir algo de la nada. 

El pensamiento por su parte, se define como todo aquello que es traído a existencia mediante la actividad del intelecto. El pensamiento creativo, por lo tanto, consiste en el desarrollo de nuevas ideas y conceptos. Se trata de la habilidad de formar nuevas combinaciones de ideas para llenar una necesidad. 

Por lo tanto, el resultado o producto del pensamiento creativo tiende a ser original.

Se puede entender entonces, por pensamiento creativo en la adquisición del conocimiento un modo particular de abordaje cognitivo que presenta características de originalidadflexibilidadplasticidad y fluidez, y funciona como estrategia o herramienta cognitiva en la formulación, construcción y resolución de situaciones problemáticas en el contexto de aprendizaje, dando lugar a la apropiación del saber.

Los elementos que conforman la creatividad serían:

Producir una forma de pensar nueva
El propósito de esta idea es darle solución a una problemática
La idea original deberá desarrollarse al 100% de sus capacidades
Tener previstas las consecuencias que la nueva idea traerá consigo.

Ejemplo del pensamiento creativo podría ser el escribir un libro, pintar, dibujar, construir algún objeto, entre otras cosas... Es necesario poner en práctica este actuar en el día a día porque de este modo el cerebro se desarrollará y se mantendrá activo; y de este modo podremos resolver las necesidades de forma rápida y eficaz.

La creatividad no es una sola habilidad que una persona pueda emplear en cualquier actividad. Según Gardner, la creatividad no es una especie de fluido que pueda manar en cualquier dirección sino que una persona puede ser muy original e inventiva en un áreas, sin ser particularmente creativa en otras. 

Esto lleva a Gardner a considerar al individuo creativo como alguien que regularmente es capaz de resolver un problema, o una idea que se pueda convertir en un producto valorado en un ámbito dado. 

La definición de creatividad dada por Gardner es diferente de las que se encuentran en la mayoría de libros de texto de psicología. En dichos libros se describe la creatividad como una suerte de talento global, y esta visión suele ir acompañada por la noción popular de las pruebas prácticas destinadas a establecer, en pocos minutos, la medida de la creatividad de una persona.

De acuerdo con Howard Gardner, la visión de la creatividad según los libros de texto carece de sentido; lo que se debe observar es a una persona trabajando durante un tiempo en un ámbito particular ante problemas que surjan, y cómo esta persona se dispone a solucionar los problemas para saber si es creativa o no. 

“Ahora bien, la persona creativa –continúa Gardner- tiene que poder hacer ese tipo de cosa con regularidad. No es algo fugaz, que ocurra una sola vez. Es un estilo de vida. Las personas creativas están siempre pensando en los ámbitos en que trabajan. Viven sondeando. Viven diciendo: “¿Qué es lo que tiene sentido aquí, y qué es lo que no tiene sentido?”. Y si no tiene sentido: “¿Puedo hacer algo para cambiarlo?”.


Descansar La Mente


Ya sea por estudios o por trabajo, la mente necesita que le demos un descanso si queremos mantener nuestro cerebro sano y funcionando a pleno rendimiento. Cada vez hay más estudios que lo atestiguan: salir de la rutina de trabajo o estudio, irse de vacaciones, meditar, salir a pasear al aire libre, echarse una siesta... todo ello nos ayuda a agudizar nuestra mente. Pero, ¿por qué desconectar del trabajo o del estudio es bueno para nosotros? ¿Qué beneficios nos aporta?

Meditación: Las personas que meditan tienen aproximadamente un 30% más de actividad de una enzima llamada telomerasa, denominada la fuente de la eterna juventud, ya que permite el alargamiento de los telómeros (los extremos de los cromosomas de las células).

Desconectar de los dispositivos electrónicos: Descansar del email, el móvil, la tableta, la televisión, el reloj... nos vuelve a conectar con la realidad, ya que, a pesar de todo, la tecnología cambia la forma en la que nos comportamos habitualmente.

 Dar un paseo por una zona relajante: Dar un paseo por un parque, playa o bosque, reduce el nivel de estrés y frustración. Además, estar en comunión con la naturaleza hace que el cuerpo y la mente se sientan rejuvenecidos y nuestro estado de ánimo mejora. Por si esto fuera poco, también nos hace valorar más nuestras relaciones cercanas y ser más generosos con los demás.


Si lo que necesitas es salir de la saturación mental por el trabajo, los estudios o la rutina, estos tres remedios redundarán en una mejora de la memoria a corto plazo, así como todos los beneficios citados anteriormente.

domingo, 8 de abril de 2018

Hagámoslo Diferente

Nos han enseñado muy mal. Desde niños han tratado de empujarnos a ser los mejores, a compararnos con el líder e intentar superarlo. Esas enseñanzas nos acompañan toda la vida, e impregnan nuestra forma de entender el mundo o nuestro sitio en él, ya sea en la esfera de los negocios o en la personal. Siempre intentando ser mejores.

Y eso per se es bueno, intentar mejorar es algo muy positivo que nos ayuda a sacar lo mejor de nosotros mismos y esforzarnos día a día en crecer. Pero el problema es que habitualmente no nos utilizamos como referencia a nosotros mismos, sino al líder. En el plano personal intentamos ser mejores  y parecernos al más fuerte, al más guapo o al más popular… e inevitablemente eso acaba conduciéndonos a reproducir los mismos comportamientos en nuestra vida empresarial.

Porque medimos el progreso de nuestra empresa en función de lo lejos o cerca que estamos del líder de nuestro mercado, obsesionados por todos y cada uno de los movimientos que él hace. Si saca una nueva línea de producto, y tiene buena acogida en el mercado, nosotros hacemos lo propio… pero intentando hacerlo “mejor”.
Nuestro producto siempre lava “más” blanco, es “mejor”, tiene “más” funcionalidades o es “más” barato: más y mejor. El problema es que esos insidiosos adverbios son los que inadvertidamente nos están llevando lentamente al desastre, y perpetuando nuestro papel de “seguidores”. El reaccionar ante lo que hace el líder del segmento no sólo nos hace llegar al mercado con meses de retraso sino que nos empuja a introducir artificialmente mejoras que justifiquen que hagamos más de lo mismo… sin pararnos a pensar si el cliente realmente necesita dichas mejoras. Y claro, los resultados suelen ser pobres.
Esta forma de entender la vida era aceptable hace unos años, en los que el principal problema de las empresas era satisfacer la demanda y donde prácticamente daba igual lo que produjeras, los clientes lo compraban… pero los buenos viejos tiempos acabaron.
“Y hoy en día esa manera de competir es la forma más rápida y segura de acabar en el cementerio de los elefantes

Nuestro producto siempre lava “más” blanco, es “mejor”, tiene “más” funcionalidades o es “más” barato: más y mejor. El problema es que esos insidiosos adverbios son los que inadvertidamente nos están llevando lentamente al desastre, y perpetuando nuestro papel de “seguidores”. El reaccionar ante lo que hace el líder del segmento no sólo nos hace llegar al mercado con meses de retraso sino que nos empuja a introducir artificialmente mejoras que justifiquen que hagamos más de lo mismo… sin pararnos a pensar si el cliente realmente necesita dichas mejoras. Y claro, los resultados suelen ser pobres.

Esta forma de entender la vida era aceptable hace unos años, en los que el principal problema de las empresas era satisfacer la demanda y donde prácticamente daba igual lo que produjeras, los clientes lo compraban… pero los buenos viejos tiempos acabaron.

“Y hoy en día esa manera de competir es la forma más rápida y segura de acabar en el cementerio de los elefantes”

Así que olvidemos a nuestra competencia. Dejemos de lado el benchmarking, esa forma tan elegante de copiar lo que hacen los líderes del segmento, y busquemos nuestra propia voz. Eso implica una vuelta a los orígenes, a recordar lo que a NOSOTROS se nos da bien. ¿Qué sentido tiene intentar ser más fuertes que el líder de la clase si lo que a nosotros se nos da bien son las matemáticas?

Debemos dar un paso atrás, y buscar aquello que hace diferente a nuestra empresa, no lo que hacemos igual que las demás… y potenciarlo. Dejar de utilizar como norte de nuestra brújula al líder del segmento, y centrarnos en lo más importante de nuestro modelo de negocio: el cliente. Porque es él quien tiene la respuestas, no la competencia.


El Horizonte En La Vida

¿Qué es el horizonte? El horizonte aparece cuando la tierra y el cielo se juntan en la distancia. Pero ocurre algo curioso con el horizonte: ¿alguna vez podrías llegar al horizonte?

Si tu vas andando hacia el horizonte éste se va alejando, es decir, nunca puedes llegar al horizonte. Es una construcción que hemos hecho los seres humanos para entender el concepto de tiempo y espacio.

Todos los seres humanos tenemos en nuestra mente nuestro ideal de vida. Ese estilo de vida que conforma nuestros sueños absolutos. Ese ideal es tan perfecto que te garantizo que nunca lo vas a lograr porque por mucho que lo logres siempre querrás más.

Ese ideal es igual que el horizonte. Por mucho que avances siempre lo verás más lejos.

Esto lo digo por lo siguiente. Hay personas que parten de un punto en la vida. Vamos a llamarle el punto A.

Van avanzando, toman acción y hacen que las cosas sucedan en la vida y llegan como resultado al punto B, que es una situación mejor en la vida. Han mejorado.

Sin embargo, el ideal que existe en su cabeza está todavía más lejos porque los seres humanos tenemos un don: nuestra capacidad para soñar no cesa. Eso es lo que nos mantiene ilusionados en la vida.

Básicamente las personas medimos nuestro desempeño en la vida de dos maneras diferentes y dependiendo de cuál sea la forma para medirlo vas a conseguir felicidad o infelicidad en la vida.

Este concepto es muy poderoso.

Te puedes hacer una pregunta: ¿por qué te sientes tan frustrado a pesar de todos los logros que has conseguido en la vida? Te sientes tan frustrado por esas diferentes maneras de medir los logros:

1) hay personas que llegan al punto B en función del ideal al que aspiraban y obviamente como hay una diferencia no se sienten muy bien. Es una situación frustrante.

2) otras personas miden sus resultados en función del punto en el que comenzaron, que era mucho peor. Entonces tienen una sensación de logro y realización extraordinaria. Se dan cuenta de que han avanzado muchísimo. Por supuesto que no han llegado al ideal pero es que nunca van a alcanzarlo.

El ideal está ahí para servirnos de faro pero realmente el ideal en sí no es alcanzable.

La gente verdaderamente feliz opta por la segunda manera de medir los resultados. Esa es la clave. El horizonte sirve para inspirarse y sacar nuestro potencial pero siempre mide tu avance con respecto a tu punto de partida. 

Eso marca toda la diferencia.



Superar Límites


A veces los límites nos los ponemos nosotros mismos: “No voy a poder con todos los exámenes”, “no me sacaré el carnet”, “aún no estoy preparado para esto o lo otro”… 

Son muchas las barreras que nos colocamos delante. Los límites que nos auto-imponemos realmente no existen, se trata de creencias que hemos ido adquiriendo desde que éramos pequeños. Fronteras que hemos puesto en base a las enseñanzas de nuestros padres y profesores.

Decía Henry Ford: “Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes, estás en lo cierto”. Cada vez que nos encontramos limitados o incapaces de hacer algo, tenemos que examinar nuestros pensamientos. Ellos son los que nos incapacitan. Por eso, cuanto más abiertos de mente seamos, y cuanto más a lo grande pensemos, tendremos mayores oportunidades y posibilidades de lograr lo que queremos y ¿qué queremos? Superar límites.

Para lograr cualquier cosa que desees en la vida primero debes fortalecer tu mente (aceptación, confianza y valor hacia ti mismo). Tú eres la única persona capaz de luchar por todo aquello que desees en la vida y cuando aprendas a aceptarte y confiar en ti, será cuando lograrás cumplir todas esas cosas grandes que quisieras ver realizadas en tu vida (o al menos intentarlo con la certeza de que es posible, tampoco hay que frustrarse por no llegar a la Luna).

El primer paso es hacerse una de las preguntas clave…
¿Cuáles son los pensamientos que me limitan?
Es una pregunta fundamental que has de hacerte a ti mismo. El primer paso es reconocer tus pensamientos limitadores y el siguiente cuestionarlos, para liberarte de ellos y así batir tus propios objetivos.

Pensar de forma negativa puede traducirse en tener pensamientos negativos, influirá en tu estado de ánimo y en tu baja energía. 

Tus pensamientos y creencias tienen un impacto en tu salud física y mental. Los pensamientos negativos causan emociones y sentimientos negativos, tales como la depresión y ansiedad.
¿Cómo superar los pensamientos negativos?
1. Siendo consciente de que te haces daño a ti mismo con ellos.
2. Lee frases positivas.
3. Si piensas negativamente acerca de ti mismo, trata de buscar las cosas positivas.. Simplemente haz una lista de las buenas cualidades que tienes, incluso dile a un amigo íntimo que la escriba para ti. Descubrirás muchas cosas bonitas.
4. Que te dé el aire. Camina en un parque o por la playa. Respira aire fresco. Mira a su alrededor, observa y siente todos los olores. E incluso corre hasta quedarte sin aliento.
5. Acéptate. Deja de lado creer que necesitas ser alguien que no eres.
6. Lee libros de autoayuda. Hay gente a la que le da pereza pero una lectura positiva te hará cambiar el “chip”.
7. ¡Haz las cosas con ganas! Hacer lo que nos apasiona y ponerle ilusión a las cosas que hacemos, mejorará mucho los resultados que obtengamos. Quizás si el trabajo o lo que estudiamos no nos apasiona sea hora de cambiarlo, de disfrutar realmente de lo que de verdad nos gusta y trabajar en ello. O al menos de intentarlo.
8. Empieza a perder el miedo a equivocarte. 

Los niños no tienen miedo al error, lo van aprendiendo poco a poco porque se nos va inculcando que es algo malo. Pero también es necesario volver aprender que el error nos puede proporcionar una experiencia muy valiosa, que un error puede ser un éxito en sí mismo.

Decía Anthony Robbins: “No importa cuántas veces te equivocas o con qué lentitud progresas, sigues estando muy por delante de los que ni lo intentan”.


El Fruto Del Esfuerzo



El mundo está lleno de gente que quiere recoger frutos de árboles que nunca sembraron

Ciertamente muchas personas a lo largo de sus vidas pretenden  beneficiarse de cosas a las que no han aportado absolutamente nada, se sienten con derechos a reclamar beneficios por los esfuerzos de otros, tratando de justificar sus intenciones con toda clase de argumentos.

Obviamente todos somos libres de compartir el producto de nuestros esfuerzos, de hecho el dar genera mucho mayor bienestar que el recibir. Pero esta dinámica es espontánea, el que quiere compartir el fruto de sus esfuerzos lo hará por sus propios motivos, con fortuna, desinteresados. 

Sin embargo que alguien se sienta con derechos sobre aquello a lo que no ha contribuido es un acto de viveza y de egoísmo, por pretender beneficiarse de aquello que no le corresponde.

Todos debemos asumir diversos compromisos, todos debemos sentir lo que es apostar por algo, exponernos a riesgos, esforzarnos para conseguir aquello que queremos. No debemos pretender que si no hemos colaborado en la lucha de otros, estaremos allí cuando su siembra sea cosechada.

Inclusive cuando apoyamos a quienes nos interesan, a quienes despiertan en nosotros la confianza suficiente como para apostar por ellos, a menos que sea preestablecido, no podemos pretender que se encuentren en la obligación de ofrecernos sus frutos.

Es de utilidad en la vida ser agradecidos, quien carece de esta cualidad, difícilmente pueda encaminarse por la vía del éxito, nunca estará conforme y puede sentir que lo merece todo, albergando la mayoría gran frustración. Cuando alguien hace algo por nosotros debemos agradecerlo, pero somos nosotros los que debemos definir el alcance del agradecimiento. No debe la persona que favorece dar para esperar algo específico, o bien debe acordarse de manera de no generar incomodidades o falsas expectativas.

Si todos nos ocupamos de sembrar nuestros propios frutos (metafóricamente hablando), la vida se tornaría diferente, se evitaría el egoísmo, la necesidad de alimentarse del trabajo ajeno, se compartiría con mayor facilidad y todos estaríamos de alguna manera contribuyendo al desarrollo, sin estar como un oportunista esperando que otro siembre, cuide y coseche para aprovecharnos de sus esfuerzos. Estaríamos todos tan ocupados cuidando lo que sembramos que no tendríamos tanto tiempo disponible para dedicarle al juicio, a la crítica, a los celos o a la envidia de los que siembran a nuestro alrededor.


Veamos las cosas de manera objetiva, procuremos nuestro bien y el de quienes nos rodean, actuemos con responsabilidad y aprendamos a detectar a aquellos que solo se dedican a restarnos y que en balance no nos aportan nada.

Apátridas: Nos Concierne A Todos


De acuerdo a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 y la mayoría de las naciones, todos somos ciudadanos. Sin embargo, muchas comunidades humanas han estado sufriendo el efecto de un fenómeno llamado “apátrida”.

La apátrida es poco conocida en la vida cotidiana por muchos de nosotros, quienes vivimos en países desarrollados, pero en los cinco continentes esta injusticia tiene lugar. La apátrida significa que una persona no tiene nacionalidad, no pertenece a ninguna nación legalmente, y en consecuencia, vive sin derechos: por ejemplo, la imposibilidad de conseguir un trabajo (es apátrida de iure, pues hay otro tipo: apátrida de facto, cuando la persona no es rechazada por la legislación, pero sigue sin dichos derechos.

Esta realidad social es producida por innumerables causas, pero las más importantes son:
1- Surgimiento de un nuevo país tras la desaparición de otro (un ejemplo es Estonia, en donde hay un gran grupo de rusos sufriendo la apátrida desde el momento de la disolución de la Unión Soviética).
2- Asentamiento de un grupo social en un área fronterizo o transfronterizo, de modo que no es reconocido por ninguno de los países incumbidos.
3- Ausencia de registro de nacimientos por errores administrativos del Estado, o por el desconocimiento de dicho hecho (especialmente en áreas poco desarrolladas).
4- Renuncia a una nacionalidad sin haber adquirido otra. Es un caso inusual: ocurre en ocasiones ante refugiados políticos o personas que escapan de una nación por causas ideológicas, sociales (algunos disidentes cubanos tras la Revolución cubana de 1959 eran apátridas de facto: no tenían derechos en el país), e, algunas veces, climáticas (cuando hay un desastre natural en un país y las personas se van).
5- Rechazo a una minoría étnica por causas diversas: religiosas, políticas, sociales…

Destaca esta última circunstancia, sobre todo en aquellos países poco desarrollados o con una mentalidad tradicional. Para entenderlo, un ejemplo claro es el de los rohingya.

Un caso muy polémico, pero en algunas áreas del mundo poco conocido, es la historia de los rohingya: es una comunidad étnica musulmana que viven en Birmania (República de la Unión de Myanmar), cerca de Bangladesh, cuyo asentamiento en la antigua Arakán fue hacia el siglo VII por comerciantes de la actual Mongolia, países árabes y Bengala (dividida entre Bangladesh y la India).

Sin embargo, las mayores migraciones fueron a partir del siglo XIX con la ocupación británica.

Los rohingya fueron privadas de ciudadanía en 1982 por Birmania, debido a las diferencias étnicas, pero también religiosas (son musulmanes, mientras que la religión mayoritaria de la región, Rakhine, es el budismo). 

Otra razón más relativamente cercana a la actualidad es la colonización británica: estos europeos esclavizaron y fueron violentos con esta comunidad (y a los rohingya que había en la India británica y que trasladaron a Birmania). 

Otro factor fue la contratación con salarios paupérrimos y largas jornadas de trabajo de personas de este grupo en la administración colonial o en el comercio, lo cual dio lugar a un rechazo por parte de los autóctonos de la zona. Como justificación a este rechazo, los tratan como “inmigrantes bengalíes”.

Así, desde ese año, los rohingya tuvieron que sobrevivir sin ningún tipo de ayudas, oportunidades ni servicios: sin asistencia sanitaria, con impuestos elevados y trabajos forzosos, y con restricciones para el matrimonio, acceso a la educación, desplazamientos por el país y el trabajo, y ejecuciones extraoficiales, entre otras consecuencias negativas. Otros aspectos son las políticas de Rakhine, que marcan un máximo de dos hijos por mujer musulmana rohingya, las cuales tienen mayor desatención médica y muchas sufren abusos sexuales y violencia: es una planificación familiar con el propósito de controlar esta población. 

Todas estas acciones van en contra de las disposiciones erigidas en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, y en la DUDH (Declaración Universal de los Derechos Humanos) de las Naciones Unidas en 1948.

Por esta razón, esta violación a los derechos humanos ha provocado que muchos rohingya se hayan sentido obligados a exiliarse de Birmania como medio de supervivencia. Debido a su falta de recursos, han debido refugiarse en los países vecinos (especialmente Bangladesh, India, Tailandia, Malasia, e Indonesia) que, tanto por el temor a conflictos diplomáticos e internacionales como por el rechazo de algunos de ellos a esta comunidad, han impedido dicho traslado. 

En este aspecto, Bangladesh ha sido el país que ha recibido más rohingya (por la similitud del idioma) y que los ha tratado con más dureza, ya que les obligan a pagar por entrar, para luego a muchos enviarlos a regiones precarias, o devolverlos de nuevo a Birmania, porque Bangladesh y el resto de naciones insiste desde hace muchos años al gobierno de Birmania formado por militares en que finalicen los abusos. Una de las razones de esta presión es que la falta de voluntad para acogerlos, pues se niegan a establecer medidas y leyes que legitimen su consideración de “refugiados” y las ayudas y protección correspondientes.

En consecuencia, todos estos hechos, ocurridos especialmente desde hace veinte años, han producido tanto acciones rebeldes violentas a través de la formación de grupos armados de algunos rohingya, como el debilitamiento de esta comunidad indefensa, sobre todo de mujeres y niños/as. Y ahora aún más, pues tras 30 años sin ningún censo realizado en Birmania, ahora el país va a hacer uno y cabe la posibilidad de que los rohingya no estén incluidos en él, lo que supondría un delito grave dentro del derecho internacional: un etnocidio. 

Esta infracción dará lugar a una disminución de oportunidades y del desarrollo personal y comunitario de sus miembros que impide el acceso a una adecuada calidad de vida y a muchos otros derechos como la tolerancia religiosa o la asistencia sanitaria, y además, un trato igualitario en Birmania, como si fueran extranjeros, tal y como se marcó en la Convención sobre el Estatuto de los Apátridas en 1954 por la Organización de las Naciones Unidas, concretamente en el artículo 7.


De esta manera, para combatir estas injusticias, organizaciones internacionales, como las Naciones Unidas y sus organismos dependientes, especialmente ACNUR, Human Rights Watch y otros, están intentando hacer acuerdos con el gobierno para permitir la llegada al país de ayudas tanto físicas como monetarias, y han conseguido, según las promesas del gobierno birmano, la inclusión de la sociedad dentro del censo.

sábado, 7 de abril de 2018

Comunicación No Verbal


La comunicación no verbal es un tipo de lenguaje corporal que los seres humanos utilizan para transmitir mensajes, en la mayoría de casos de forma inconsciente.

Es sabido desde hace ya mucho tiempo que la información no sólo se transmite con las palabras, sino también a través de los movimientos corporales como las posturas, las miradas, las distancias entre unos y otros, la forma de sentarse o incluso de caminar.

La comunicación no verbal que va más allá de las palabras, y por ese motivo es la que transmite en mayor medida los verdaderos sentimientos o estado interior personal. El lenguaje no verbal es el lenguaje corporal que no miente fácilmente (aunque todo se puede entrenar), a diferencia de la palabra que sí lo hace más a menudo de lo que pensamos. De hecho, a menudo sucede que las palabras dicen algo que contradicen los gestos de quien habla.

Aun así, no debemos pensar que podemos saber a ciencia cierta qué está pensando de verdad una persona sólo con verla. La interpretación de un gesto, sobre todo si es aislado, puede traernos confusión, puesto que los gestos obtienen su significado al relacionarse los unos con los otros.

Albert Mehrabian, un prestigioso antropólogo, concluyó que cuando alguien está hablando solamente se recibe el mensaje de sus palabras en un 7%, mientras que por el tono de voz y otros detalles vocales nos transmite hasta un 38%, mientras que el máximo del contenido de la comunicación lo transmite el lenguaje corporal de los gestos, con un 55%.

¿El lenguaje no verbal es el mismo en todas las partes del mundo?
El lenguaje no verbal que expresa sentimientos o estados interno como el hambre, la tristeza, la alegría, el miedo, la indignación, el enfado, la sorpresa, etc… es igual en todo el mundo. Los gestos es el “idioma” internacional de la humanidad.

Pero debemos saber que al igual que se aprende un idioma, también se aprenden los gestos, imitándolos porque forman parte de la cultura del país (pensemos en los italianos y su rico vocabulario de gestos, sobre el que se han hecho numerosos estudios). 

No obstante los gestos fundamentales son invariables, por ejemplo, en los recién nacidos de cualquier lugar del mundo. Si un bebé tiene hambre, malestar físico o psicológico, llora, y cuando se siente satisfecho sonríe para comunicar su alegría.

El “dialecto gestual” que altera estas raíces, se adquieren a medida que crecemos según la cultura de cada país.

Los niños se mueven de una forma más inconsciente, por eso su lenguaje gestual es más sincero que el de los adultos. Con la edad aparecen las represiones psicológicas, los complejos, la educación es más notable, etc… por este motivo, el adulto reprime sus expresiones naturales y tiende a disimular sus gestos.

Cuanta más edad se tiene, más inexpresiva es una persona, y por lo tanto más difícil de traducir bien el lenguaje de sus gestos.

Por otro lado, también se ha visto que cuanto más elevado es el status social, más moderados son los gestos, y cuanto más bajo es dicho status, más amplia y auténtica es la expresión del lenguaje no verbal. 

Quizás la clave de la explicación al por qué ocurre esto, resida en que a más educación para “saber estar”, más represión hay sobre la autenticidad personal.


Redes Sociales


Por mucho que ocupen miles de páginas, minutos de audio o bits de información, la redes sociales han existido siempre. Lo novedoso del momento es la capacidad que tienen de plasmarse, mostrarse, y por tanto, amplificar su escala y sus efectos. 

No sólo podemos saber quién conoce a quién mediante una red profesional como es Linkedin, sino que, personas distantes geográficamente pueden conocerse en Internet gracias a un interés común que les lleva a encontrarse a través de blogs, redes sociales, foros o cualquier instrumento de interacción entre usuarios.

Con la llegada de Internet, la sociedad que consigue conectarse, es capaz de crecer en sus vínculos, reforzarlos, tejer una tupida red alrededor de intereses comunes, causas y motivaciones.

Se olvida con frecuencia que Internet es una red de máquinas que une a las personas que miran las pantallas, es decir, fundamentalmente una red de personas. Red sin centro geográfico, red con millones de nodos, red distribuida, donde la información en doble sentido se convierte la savia que alimenta y hace crecer la red.

Como bien decía Manuel Castells “la tecnología es mucho más que una tecnología. Es un medio de comunicación, de interacción y de organización social“.

La información es ahora de todos y está en todas partes. Los flujos de información que corren por la red hacen del mundo un lugar más pequeño y llevan a un profundo cambio que afecta a todos los aspectos de la existencia humana. La digitalización de los soportes y la aparición de Internet están modificando, no sólo ya las formas de distribución de productos y servicios, sino que trastoca toda la cadena de valor.

La información compartida abre caminos a la colaboración y a la creación insospechada hasta el momento para las empresas y en otras formas de organización social. Nuestras vidas se ven modificadas: nuestra forma de comprar, de informarnos, de administrar nuestro ocio, de tomar decisiones, de educarnos, de trabajar, de comunicarnos, de crear…

Por tanto estamos hablando de algo más que un cambio tecnológico: estamos delante de un verdadero cambio de paradigma, de un cambio cultural.

Pero incluso este cambio cultural alberga ya un peligro: el peligro de la desconexión. Muchos quedarán al margen de la conexión a la red de personas. No sólo un tercer mundo sin las infraestructuras tecnológicas; la brecha digital es también generacional, educacional, social, y hasta pueden darse formas de autoexclusión como reacción temerosa ante las incertidumbres del cambio de era.

A la vez, también habrá quien quiera evitar que las personas formen parte de esta red descentralizada y distribuida, so pena que sean capaces a autoorganizarse.


Por todo ello, estar o no estar conectado podrá marcar la diferencia para participar o quedarse fuera de la nueva sociedad red que ya está aquí.

Actitud Ante La Adversidad


“Una hija se quejaba con su padre acerca de la vida y se lamentaba de que las cosas no le salían bien.

No sabía cómo hacer para seguir adelante pues sentía desfallecer y se iba a dar por vencida.

Estaba cansada de luchar y luchar, sin obtener ningún resultado.

Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.

Su padre, un chef de cocina, la llevó al lugar de trabajo. Allí tomó tres ollas con agua y las colocó en el fuego.

Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir.
Sin decir una palabra, sólo miraba y le sonreía a su hija mientras esperaban.

La hija se impacientaba, preguntándose que estaría haciendo su padre.
A los 20 minutos el padre apagó el fuego. Sacó los huevos y los colocó en un recipiente, sacó las zanahorias y las puso en un plato y finalmente, colocó el café en un tazón.

Mirando a su hija le dijo: Querida ¿Qué ves?
“Huevos, zanahorias y café” fue su respuesta.

La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias, ella lo hizo y notó que estaban blandas.
Luego,  le pidió que tomara un huevo y lo rompiera, después de quitarle la cáscara, observó que el huevo estaba duro.
Luego le pidió que probara el café, ella sonrió mientras disfrutaba de una exquisita taza de la deliciosa bebida.

Sorprendida e intrigada la hija preguntó: ¿Qué significa todo esto, padre?

Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: ¡agua hirviendo!

Sólo que habían reaccionado en forma diferente.
La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había hecho blanda y fácil de deshacer.
Los huevos habían llegado al agua frágiles, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en el agua hirviendo, se había endurecido.
Los granos de café, sin embargo eran únicos: después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.

-¿Cuál de los tres elementos eres tú?
 -Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿Cómo respondes?
Le preguntó a su hija.

-¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero,  cuando la fatalidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?
¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable, con un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación o un despido se ha vuelto duro e inflexible?
Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargada y rígida, con un espíritu y un corazón endurecido?
¿O eres un grano de café?
El café cambia al agua hirviendo, el elemento que le causa dolor.

Cuando el agua llega al punto máximo de ebullición el café alcanza su mejor sabor y aroma.

Ojalá logres ser como el grano de café, que cuando las cosas se pongan mal, tú puedas reaccionar en forma positiva, sin dejarte vencer por las circunstancias y hagas que las cosas a tu alrededor ¡mejoren!

Que ante la adversidad exista siempre una luz que ilumine tu camino y el amor de DIOS llene tu corazón para que lo compartas con las personas que te rodean y que puedas siempre esparcir e irradiar fuerza, optimismo y alegría como el “grato aroma del café”…


Pido a DIOS que nunca pierdas la esencia limpia de su amor y que te permita superar cualquier obstáculo victoriosa y exitosamente…”