Creatividad es liberar tu imaginación, confiar en tu
intuición, buscar nuevas ideas con pasión y aterrizarlas en la vida.
El arte de crear pide cultivar el arte de observar y
explorar, aprender del riesgo, ver como posible lo imposible, dejar de lado la
mente racional y trabajar más con el pensamiento lateral del hemisferio
derecho.
Los creativos dicen que las ideas les llegan cuando se
sueltan y entran en un estado sereno que los expertos llaman ‘flujo’.
El profesor Robert Tucker, autoridad mundial en materia de
innovación, asegura: “las compañías de más crecimiento viven abiertas al cambio
porque saben que allí están las mejores oportunidades”.
Son empresas innovadoras como 3M, Virgin o Apple que cuentan
con un sistema para administrar nuevas ideas y logran una innovación
participativa de empleados, clientes y aliados.
Una empresa innovadora aplana la pirámide corporativa, evita
una jerarquía limitante y empodera a las personas.
Para innovar evita suposiciones que crean barreras y que
Daniel Goleman llama ‘creencias asesinas de la creatividad’, porque bloquean la
innovación: yo no soy creativo, imposible, ya fue probado y no sirvió.
Otras bien dañinas son: ¿y si fracaso?, nunca se ha hecho
así, no necesito cambiar, así soy buen jefe. Innovar te regala clientes más
satisfechos y te ubica por encima de la competencia.
Para aprovechar tu creatividad mantén despierta tu capacidad
de asombro, ponle alas a tu imaginación, cuestiónate sin criticarte, juega y no
temas equivocarte. Un creativo confía y no le teme al futuro. Una persona que
jamás cometió un error, nunca probó nada nuevo.
Tú te beneficias del futuro con técnicas como estas: sal y
visita a tus clientes, habla con ellos y mira qué quieren, lee vorazmente y
aprende y desaprende cada día. Elige conocer lo último en tecnología o
tendencias, experimenta con nuevos métodos o propuestas, haz un nuevo libreto.
También el humor es importante y, como dice Daniel Goleman en
su excelente libro El espíritu creativo: el humor acelera las ruedas de la
creatividad. Para Roger Von Oech, un experto mundial en este tema, la
creatividad no brota de un chispazo genial, nace de acumular abundantes
conocimientos, de una gran disciplina, de un enfoque metódico, y de mucha perseverancia.
Para crear cultiva dos actitudes: una constructiva y otra
destructiva.
La primera es usar la imaginación para generar nuevas cosas y
vivir abierto al cambio.
La segunda exige desterrar prejuicios, estereotipos y viejas
creencias sin vigencia. Es más fácil poner que quitar, pero debes despojarte de
lastres mentales que son los principales enemigos de la creatividad. El reto es
creer en tu creatividad y abandonar la funestaVMP (Vieja Manera de Pensar).
Pregúntate con frecuencia: ¿cuál será mi siguiente innovación
revolucionaria?, ¿cuál la de mi empresa?
Cree que siempre hay un mejor modo de hacer las cosas.
Vence la rutina, sal de caminos trillados, rompe paradigmas y
cree para crear. La rutina mata el amor y las ganas de vivir.
Elige ser innovador y recuerda lo que dijo Einstein: ¿cómo
quieres resultados diferentes si sigues haciendo lo mismo? Destierra la
terquedad y acentúa la flexibilidad.