¿Qué ocurre cuando queremos parecer perfectos?, que
generalmente se consigue el efecto contrario.
Parece ser que fisiológicamente hablando es imposible
discriminar emociones, si ocultamos nuestro lado oscuro también ocultamos
nuestro mejor yo y nos desconectamos.
Por otro lado hay estudios que demuestran que los seres
humanos tenemos una capacidad innata para leer las emociones de los otros,
y en concreto la falta de autenticidad la detectamos al instante; tan
sólo con una mirada nos es suficiente, ocurre de forma subconsciente, una
persona que no es auténtica nos chirría aunque no sepamos muy bien por
qué razón.
Queríamos ser perfectos y lo que hemos conseguido ha sido el
efecto contrario, desconectarnos del todo.
El profesor Frank Bond de la universidad de Londres nos
recomienda 4 ejercicios para hacer gimnasia emocional:
Reconocer que tenemos emociones: Este paso para para mi
ya es de nivel avanzado.
Etiqueta la emoción: Miedo, inseguridad, simplemente
esto de ponerle un nombre hace que la emoción se diluya y deje de ser tan
intensa.
Vive tu emoción: vívela intensamente, experiméntala,
está ahí por algo, no huyas de ella.
Actúa según tus valores: una vez que hemos aceptado las
emociones estamos en la mejor situación para tomar las mejores decisiones
posibles. “¡Claro que tengo miedo!, es normal, pero voy a avanzar con miedo y
todo”.
Por supuesto los grandes líderes son emocionalmente
ágiles, no fingen ni ocultan sus emociones, tienen el coraje de ser ellos
mismos, con todo lo que ello implica, con todas sus consecuencias; viven todas
esas emociones sin anestesia. De esa forma consiguen crear conexiones
auténticas con toda la gente que tienen alrededor.
“las personas podrán olvidar lo que dijiste, podrán olvidar
lo que hiciste, pero nunca olvidarán cómo las hiciste sentir"
- Maya
Anyelou,
¡Hagamos gimnasia emocional!, propongo que seamos emocionalmente ágiles, que dejemos
de ser robots sin emociones queriendo proyectar imágenes que no son reales,
tengamos el coraje de ser nosotros mismos con todas sus consecuencias y
sintamos todas esas emociones de las que siempre huimos sin anestesia.
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