Se consciente de tu propia existencia aceptando la vida tal cómo es,
debes estar alerta y atento a lo que pienses, dices o haces. Cuando eres
consciente, no eres capaz de hacer daño, ni desear mal a nadie, ni con tus
pensamientos, ni con tus acciones, aun cuando te encuentres en una situación
apremiante, estarás en paz y tranquilo contigo mismo. Regresa a tu niñez, donde
estuviste una vez, y desde ese estado de no saber absolutamente nada,
encontraras ese silencio, que te conducirá a tu propia consciencia, entonces la
vida será una gran bendición de ser vivida en todo su esplendor, transformando
toda tu vida misma en una religión
No lo pienses, no uses tu inteligencia, ni conocimientos, simplemente
se consciente del camino en el mundo que tú conoces, este no existiría sin ti,
empieza y termina contigo, no hay más. Llegas aquí a través del vientre de una
mujer, que es tu madre, tú naces frágil y puro, eres inocente y no sabes ni
conoces nada, pero sin embargo tú necesitas protección y cuidado de gente
adulta, tus padres, ellos son los que toman esa responsabilidad, ya que fueron
los que te trajeron a este planeta, tus padres vienen a ser como el súper
hombre y la mujer maravilla, es la manera como tú los ves y aceptas lo que
ellos te dicen, no tienes otra alternativa.
Eres amor, porque eso eres lo que proyectas cuando las personas entorno
tuyo te miran y te sostienen en sus brazos, no tienes que decirlo, porque no
conoces todavía el símbolo del lenguaje hablado, sin embargo tu sola presencia
lo demuestra. Eres un ángel hecho realidad.
La sociedad donde naces ya está establecida con todas las leyes, reglas
creadas y acordadas por los adultos que te precedieron, tus padres te enseñan
lo que ellos aprendieron y conocían, no te pudieron haber enseñado lo que no
sabían ni conocían, aprendes a percibir el mundo exterior mediante tus cinco
sentidos, cómo oler, ver, escuchar, sentir, gustar y así es como percibes tu
realidad, comienzas a crecer y a los 5 años todavía eres puro y limpio, sin
ninguna malicia ni odio, solamente quieres divertirte, viniste a ser feliz,
cuando juegas con niños (as) de tu misma edad ni te fijas en el color de su
piel, si son ricos o son pobres, ni te fijas en el aspecto físico de la otra
persona, vives en tú forma natural, simple y sin complicaciones.
Los adultos te enseñan a ser bueno, y te premian cuando haces algo que
ha ellos les parece bien, y te castigan cuando les parece a ellos que no esta
bien, si dices o haces algo que a los adultos no les gusta, entonces te dicen
que eres un niño o niña mala, y si haces o dices lo que a ellos les gusta, tu
eres bueno, no te dejan ser autentico, te enseñan a obedecer y no a pensar ni
analizar, simplemente te dicen lo que tu debes hacer, los adultos están tan
ocupados con sus actividades cotidianas en este mundo tan materialista, prenden
el televisor y se olvidan de ti, prácticamente te dejan solo, no tienes el
apoyo físico ni mental de los que supuestamente son responsables de ti, luego a
partir de los 6 años o a veces antes vas a la escuela a estudiar, y allí tu te
relacionas con otros niños (as) que también están siendo programados de la
misma manera que tú.
Ésta es la etapa de condicionamiento que la gente adulta sin ellos
saberlo, aplicaron directa o indirectamente contigo, sus ideas, sus creencias,
sus conocimientos y comportamientos, no sabes lo que es eso pero lo aceptaste,
ellos también pasaron por esta etapa, no tienes otro camino, tu cuerpo empieza
a crecer y a desarrollarse, tu mente se amplia, toda la información que recibes
del mundo exterior se filtra en tu subconsciente creando tu sistema de
creencias y hábitos con cual vives el resto de tu vida.
Aprendes a hablar y a comunicarte, y es así como empiezas a adquirir
más símbolos como: bonito, feo, alto, bajo, gordo, flaco, ganador, perdedor,
lento, estúpido, chismoso, negro, blanco, rico, pobre y luego utilizas estos
mismos símbolos en contra de ti mismo y en contra de los demás. Estos símbolos
no son verdaderos, son solamente una creación de la mente, pero tú crees en
ellos y esto te hace sufrir. La verdad eres tu, no los símbolos.
El sentimiento del miedo empieza a apoderarse de ti, te dicen que el
ser humano no es perfecto, y tú lo crees, de manera que comienzas a buscar la
perfección, tanto en el aspecto físico como mental, aprendes tantas mentiras y
esas mentiras te hacen daño, pero no te das cuenta que dentro de ti en lo más
profundo de tu ser esta esa fuente con la que llegaste a este mundo
maravilloso, ahí es donde yace la pureza, la verdad de lo que realmente eres,
recuerda tu llegaste puro e inocente pero acumulas tantos conocimientos y esos
mismos conocimientos crecen tanto que son obstáculos para que no puedas llegar
a tu fuente de origen, causándole una profunda ansiedad, no sabes qué hacer,
olvidas por completo el camino de regreso donde una vez estuviste y fuiste
feliz, el cual siempre te acompañara por el resto de tu vida, pero tú te
olvidaste y no estás consciente de que existe.
Se consciente del camino erróneo que estás siguiendo y no te sientes
feliz, entonces tienes el poder en tus manos de cambiarlo, lo único que tienes
que hacer es utilizar la meditación que te ayudara a tranquilizar tu mente y
desde ese estado de tranquilidad reconstruir tu vida, buscando el balance entre
tu mundo interior y tu mundo exterior.
¿No es cierto que la mayoría de la gente en general viven en una
constante reacción a lo que sucede en el mundo exterior? Siempre en busca de
algo, tratando de obtener más dinero, más poder, más fama, más prestigio, ser
un ganador, etc., aún no se conocen a sí mismos. Tienen un vacío interno que
los conducen a actuar inconscientemente de su propia realidad, de cómo es la
vida en sí. También existe mucha gente que siempre están viviendo la vida de
otros, preocupándose por lo que hacen o no hacen. ¿Quién vive la suya?. Se supone
que eres tú.
Se consciente de que el mundo es perfecto tal cómo es, el uso
incorrecto de nuestra mente a través de nuestros sistemas de creencias nos
lleve muchas veces a decir que es imperfecto.
Se consciente que tú eres el único responsable de tu vida. Tu felicidad
o infelicidad está en tus manos.
Es tu decisión.