¿Realmente existe distancia entre la mente y el corazón?
¿Son dos en uno?… ¿Primero el corazón… después la mente….? ¿O al revés?, ¿Quién
te guía por tu verdad? A lo largo de nuestra vida nos enfrentamos a infinitas
batallas entre la mente y el corazón que controlan nuestros sentimientos,
emociones, decisiones, aciertos y fracasos…
Nos sumergimos en intensos dilemas que acaban por anularnos,
acaban con nuestra coherencia y entramos en un círculo de inseguridad… Inseguridad porque la mayoría de las veces no
sabemos si hacemos bien o mal hasta que decidimos hacerlo, y para ello, ahí
están la mente y el corazón.
«Ante el miedo e inseguridad solo aparentemente podemos
sobreponernos y superar nuestro propio miedo e inseguridad»
-Günter Wallraff-
Pues bien, ahí está. Cuando reflexionamos sobre la mente y
el corazón nos damos cuenta de que no hay uno correcto. No debemos
dejarnos llevar única y exclusivamente por el corazón pues nos llevaría por un camino de impulsos
descontrolados y caprichosos si estos no están dirigidos por la mente, sabia y
cautelosa ante esos momentos de locura infinita, que terminarían con nuestro yo
como personas.
Tampoco hay que seguir fielmente a la mente, nos privaría de
la libertad de sentir… la importancia de pararse a sentir, sin más,
crearía un muro frente a un mundo de emociones y pasiones por descubrir y
experimentar. Además, esto dificultaría nuestras relaciones con los demás, ya
que careceríamos de la habilidad de la empatía.
Ante esta breve, rápida y general descripción sacamos en
conclusión que no hay blancos y negros en esta elección, sino que se trata
de una amplia gama de grises de distinta intensidad y variedad reflejados en
nosotros mismos. Siempre tendemos irnos a los extremos, sin darnos cuenta de la
gran cantidad de matices que hay en el medio.
El secreto de la mente y el corazón es mantenerlos en
armonía. Eso es lo más importante. Porque cuando hay desacuerdo entre ellos,
nuestros sueños no avanzan, nos estancamos.
No hay dos gemas iguales al igual que no hay dos personas
iguales, por lo tanto no hay una regla para todos, cada uno debe llegar a
conocer y saber usar la suya, debe llegar a escucharse,
a comprenderse, a saber de sí mismo. El Mindfulness o la meditación serán de
gran ayuda para este objetivo. ¡Ponlo en práctica ya mismo!
Siempre tendría que haber un equilibrio entre la mente y el
corazón. Sin embargo, siempre hay personas que tienden hacia uno de estos dos
extremos. ¿Alguna vez te han dicho que eres muy racional? ¿Otros te han
comentado lo emocional que eres? Esto puede darte alguna idea de si te dejas
guiar más por la mente o por el corazón.
Aprender a escucharnos tanto a nuestra mente racional como a
nuestra intuición o corazón, hará que no haya situación, momento, decisión, circunstancia ante la cual no saber qué hacer.
Podremos usar nuestra propia regla, creada por nosotros mismo, sacada de
nuestra mente y de nuestro corazón. Cada uno en su medida, de su conexión, sin
crear conflicto entre ellos, pues están destinados a entenderse, para que solo
así, todo fluya y consigas la capacidad de ser.
«Sabemos lo que somos, pero ignoramos todo lo que podemos
llevar a ser»
-Anónimo
Detente y aprovecha a conocerte, es largo el camino pero tiene un
final. Fija tu regla de matices que sólo tú puedes llegar a
conocer, es difícil pero no imposible, se fiel y honesto contigo mismo, siente
y experimenta, crea tu propio vínculo entre la mente y el corazón. Porque no
hay nada certero para seguir. Cada persona es diferente.
Ese vínculo entre
mente y corazón se encuentra en tu interior. Pero solo tú puedes descubrirlo.