Los buenos modales y la forma de tratar a las personas se rigen
por pautas de conducta, que son claves para cohesionar los grupos sociales y
fomentar una buena comunicación entre los miembros de la sociedad.
El buen trato hacia los demás consiste esencialmente en
conducirnos de palabra y de obra, de modo que los demás se queden encantados de
nuestra presencia y de nuestro trato.
A continuación un listado de la forma; de cómo podemos
tratar a nuestros semejantes :
Respetar todas las condiciones sociales, considerando la
dignidad y el valor intrínseco del hombre.
Respetar el carácter, el amor propio, las opiniones, las
inclinaciones, los caprichos, los usos y costumbres, y aun los defectos físicos
y morales de todas las personas.
Adaptarse con naturalidad en todas las situaciones sociales.
Elegir siempre la mejor oportunidad para cada acción y cada
palabra, de manera que jamás se produzcan en los demás impresiones
desagradables.
Evitar palabras molestas, observaciones, faltas de
delicadeza, descorteses o demasiado personales.
No se debe hablar sin descanso, lo que equivale una
descortesía hacia los demás, y menos acompañar nuestra charla con gestos que
revelan un aspecto pretencioso.
Poseer tacto es no hacer preguntas indiscretas, lo que nos
hará parecer excesivamente curiosos y disgustar a nuestro interlocutor; por
otra parte, ciertas preguntas denotan falta de delicadeza.
La persona de tacto tiene consideración con el amor propio
de los demás en forma natural y sencilla, no hiriendo sus sentimientos con
respecto a su talento, éxito o posición social y económica.
Durante una conversación no se debe hacer comentarios sobre
historia, ciencia, cultura o arte cuando no se conoce el grado de conocimiento
de las personas que escuchan.
Es necesario contemplar en los demás las diferentes
situaciones en que se encuentren observando siempre una conducta que sea propia
de cada uno, como por ejemplo, al que se encuentra afligido no se le dice algo
que pueda aumentar su aflicción.
Comportase según la edad, la condición personal y social.
Tratar a los demás como uno mismo desea ser tratado,
considera siempre que lo que hagas a tus semejantes se verá reflejado en lo que
recibas más adelante, todo en la vida se paga, y lo que das recibes.
No se debe abusar de nuestra posición privilegiada, ni
requerir favores solo por el hecho de tener en nuestras manos el poder.
Cuando puedas dar, entrega sin medida, sin vanagloriarte por
tú obra, solo actúa calladamente y lo que ofreces y brindas regresará a ti
magnificado.
Ayuda al necesitado desinteresadamente, ofrece de corazón lo
que puedas brindar y regálale a tus semejantes una hermosa sonrisa, fomentar la
alegría nos hace mejores personas, ten dispuesto tú hombro y ten lista siempre
la otra mejilla.
Las buenas acciones amplifican la bondad en nuestros
corazones, el dar tiene como consecuencia directa el recibir, tus buenas
acciones siempre suman, y sus dividendos nos sonríen y reconfortan.