La estructura de nuestro cerebro tiene cincuenta mil
generaciones de historia evolutiva, con sus propios éxitos de supervivencia,
por eso, no tenemos que sorprendernos si ante los eventos de la vida,
respondemos instintivamente con recursos emocionales adaptados a nuestras
necesidades.
De las emociones a los sentimientos, el neuropsicólogo
Raúl Espert ha estudiado el cerebro desde hace muchos años. Y con sus
reflexiones nace esta disección del cerebro emocional que ha realizado Laura
Xerra en colaboración con el propio Raúl Espert.
La emoción es un impulso que mueve a la persona a actuar, la
raíz etimológica de la palabra viene del latín “e-movere”, es decir, “ir
hasta” que al final se resumen en: ataca, escapa o lucha.
Cada uno de nosotros viene equipado con unos programas de reacción
automática o una serie de predisposiciones biológicas a la acción, sin
embargo, nuestras experiencias vitales irán modelando con los años
ese equipaje para definir nuestras respuestas ante los estímulos emocionales.
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