miércoles, 12 de septiembre de 2018

Envejecer No Es Sinónimo De Caducar

La edad siempre es motivo de reflexiones, sobre todo de quienes enlazan objetivos con fechas y toman como referencia el cumpleaños para pasar revista a su historia de vida. Es una realidad que, mientras envejecemos, somos más propensos a sacar cuentas, mirar hacia atrás para comprobar, e intentar hacerlo hacia delante, para avizorar. Eso sí, recordando que al pasado no debemos regresar para luchar, sino solo para aprender. Y que en muchos sentidos podemos preparar el futuro, pero sin una anticipación obsesiva y siempre dejando margen para abrazar la incertidumbre.

Envejecer no es sinónimo de caducidad. De hecho, la gran psicóloga chilena Pilar Sordo siempre dice, y con razón, que la vejez solo comienza cuando los recuerdos se imponen a los proyectos.

Por ejemplo, la vejez quizás no ha comenzado para Liudmila Járeva, una abuela rusa de 86 años, nombrada “la voluntaria más anciana del Mundial de Fútbol 2018”. La señora Járeva había sido profesora de español, pero deseaba volver a practicar nuestro idioma y sentirse útil entre los aficionados asistentes al evento. Y lo consiguió.

En Tailandia, el año pasado, el propio rey entregó a Kimlan Jinakul, de 91 años, su título de Licenciada en Humanidades. Si no es un récord, pues se acerca bastante. Jinakul no es la excepción en ese país: la Universidad de Sukhothai ofrece clases para adultos mayores y ha llegado a matricular a casi 200 estudiantes de más de 60 años.

En el proceso de introspección que rodea a cualquier aniversario o celebración, debemos mantener vivo a nuestro niño interior: ese ser que habita dentro de nosotros, nos conecta con nuestra infancia y con los sueños más genuinos que alguna vez tuvimos. Al decir de Paulo Coelho, “debemos escuchar al niño que llevamos dentro”, porque nadie mejor que él “entiende de instantes mágicos”.


Modernidad


La Modernidad es una categoría que hace referencia a los procesos sociales e históricos que tienen sus orígenes en Europa Occidental a partir de la emergencia ocasionada desde el Renacimiento. El movimiento propone que cada ciudadano tenga sus metas según su propia voluntad. Esta se alcanza de una manera lógica y racional, es decir, sistemáticamente dándole sentido a la vida. Por cuestiones de manejo político y de poder se trata de imponer la lógica y la razón, negándose a la práctica de los valores tradicionales o impuestos por la autoridad.

La Modernidad es un periodo que principalmente antepone la razón sobre la religión. Se crean instituciones estatales que buscan que el control social esté limitado por una constitución y la vez se garantizan y protegen las libertades y derechos de todos como ciudadanos. Surgen nuevas clases sociales que permiten la prosperidad de cierto grupo poblacional y de la marginalidad de otro. Se industrializa la producción para aumentar la productividad y su economía; y, finalmente, es una etapa de actualización y cambio permanente.

Para comprender los axiomas de la Modernidad, se la debe enunciar la característica principal del Renacimiento, ya que este período es un puente de enlace entre las dos épocas. El Renacimiento marca al ser humano como un individuo simbólico, es decir, su propia base de creencias y que proviene la palabra derivada del significado cognitivo textual mayor o bien dicho comprensión del mundo está basada en la religión. En cambio, en la Modernidad se abandona la creencia de que todo puede ser explicado mediante la religión, se procede a elaborar explicaciones científicas de los fenómenos.

El significado de Modernidad básicamente reside en un nuevo comportamiento (un ethos) del hombre frente la reproducción de su vida. Este nuevo ethos reside en la confianza que tiene el ser humano para apropiarse de la naturaleza por medios productivos científico-tecnológicos; es decir, los medios productivos dejaran de aparecer como dados y sagrados, ahora serán reconocidos como producidos por los hombres mismos.

Analizada la contraposición entre Renacimiento y Modernidad se puede dar paso a definir y explicar esta etapa. La Modernidad es entendida como un proceso de cambios que buscan homogeneizar a la sociedad. Da paso a la creación de individualidades y permite que los hechos y objetos se hagan de conocimiento y apropiación universal. Se la considera como un proceso que necesita una actualización permanente.

La Modernidad es similar al concepto kantiano de Ilustración (la «mayoría de edad» del individuo, que ejerce su razón de forma autónoma: el Sapere aude), y antes que éste al antropocentrismo humanista del Renacimiento (por ejemplo la Oratio de hominis dignitate de Pico della Mirandola). Fue muy significativo, para entender la diferente concepción de lo nuevo entre la Edad Media y la Edad Moderna, y el debate de los antiguos y los modernos.

La modernidad es un cambio ontológico del modo de regulación de la reproducción social basado en una transformación del sentido temporal de la legitimidad. En la modernidad el porvenir reemplaza al pasado y racionaliza el juicio de la acción asociada a los hombres. 

La modernidad es la posibilidad política reflexiva de cambiar las reglas del juego de la vida social.

martes, 11 de septiembre de 2018

La Vejentud

“Por comodidad estadística desde hace más de un siglo se trabaja con la idea de que la vejez empieza a los 65 años porque ese umbral fijo coincidía con la edad de jubilación, pero la realidad es que no dejamos de ganar esperanza y calidad de vida y las personas de 65 años de hoy no tienen que ver con las de antes porque llegan mucho mejor a esa edad y uno diría que los de 65-70 años actuales son como los de 55-60 años de generaciones anteriores”, afirma Antonio Abellán, investigador del departamento de Población del CSIC y director del portal Envejecimiento en Red.

De ahí que tanto él como otros investigadores del CSIC hayan decidido abrir un debate sobre la necesidad de redefinir el concepto de viejo o, como mínimo, la edad de inicio de la vejez. Y una de las propuestas que plantean es que la entrada en la vejez la marque un umbral móvil vinculado a la esperanza de vida restante, de modo que ser o no ser viejo no dependa de los años que figuren en el carnet de identidad sino de los que a uno le queden por vivir.

“Es cierto que a título individual nadie sabe cuándo se va a morir, pero la Administración y las aseguradoras sí que tienen tablas de mortalidad que nos permiten calcular la esperanza de vida restante a cada edad, y a partir de estos datos podríamos fijar que la vejez comienza a una edad prospectiva de, por ejemplo, 15 años antes de la muerte”, comenta Abellán.

Según este criterio, uno sería viejo en el momento en que su esperanza de vida, o vida restante, fuera de 15 años. Las estadísticas dicen que actualmente ese momento llega a una edad de entre 72 y 73 años, porque aunque la esperanza de vida al nacer es de 83 años, eso no significa que a los 80 sea de 3 años, sino que realmente es de 9,8. “Cada edad tiene una esperanza de vida concreta que va variando con el tiempo en función de cómo evoluciona la mortalidad, de modo que si establecemos un umbral de vejez ligado a ella, la edad de inicio será móvil pero la duración de la vejez será fija, desde ese umbral hasta la muerte”, explica el investigador.

Y agrega que la propuesta –lanzada ya otros expertos europeos– pretende corregir los inconvenientes que plantea la edad cronológica en una sociedad en la que cada vez llega más gente y en mejores condiciones a los 65 años y ese umbral no refleja ya la realidad de la vejez, mientras que la edad prospectiva o umbral que fluctúa, es una forma de considerar los avances y progresos en las condiciones de vida, de salud y también económicas de las personas, y da una imagen más optimista del envejecimiento. Porque cambiar la forma de medir la vejez reduciría automáticamente las estadísticas de población y la imagen de sociedad envejecida, aunque también podría tener consecuencias económicas y políticas debido a que muchos servicios y prestaciones, desde los relacionados con la salud hasta los financieros, van ligados al actual umbral de 65 años.
España es uno de los países con más viejos del mundo porque más de 8,5 millones de personas, el 18,4% de su población, tiene más de 65 años. Pero ¿es correcto decir que alguien de 65 años es viejo? ¿A qué edad se entra realmente en la ­vejez?

“Por comodidad estadística desde hace más de un siglo se trabaja con la idea de que la vejez empieza a los 65 años porque ese umbral fijo coincidía con la edad de jubilación, pero la realidad es que no dejamos de ganar esperanza y calidad de vida y las personas de 65 años de hoy no tienen que ver con las de antes porque llegan mucho mejor a esa edad y uno diría que los de 65-70 años actuales son como los de 55-60 años de generaciones anteriores”, afirma Antonio Abellán, investigador del departamento de Población del CSIC y director del portal Envejecimiento en Red.
De ahí que tanto él como otros investigadores del CSIC hayan decidido abrir un debate sobre la necesidad de redefinir el concepto de viejo o, como mínimo, la edad de inicio de la vejez. Y una de las propuestas que plantean es que la entrada en la vejez la marque un umbral móvil vinculado a la esperanza de vida restante, de modo que ser o no ser viejo no dependa de los años que figuren en el carnet de identidad sino de los que a uno le queden por vivir.

“Es cierto que a título individual nadie sabe cuándo se va a morir, pero la Administración y las aseguradoras sí que tienen tablas de mortalidad que nos permiten calcular la esperanza de vida restante a cada edad, y a partir de estos datos podríamos fijar que la vejez comienza a una edad prospectiva de, por ejemplo, 15 años antes de la muerte”, comenta Abellán.

Según este criterio, uno sería viejo en el momento en que su esperanza de vida, o vida restante, fuera de 15 años. Las estadísticas dicen que actualmente ese momento llega a una edad de entre 72 y 73 años, porque aunque la esperanza de vida al nacer es de 83 años, eso no significa que a los 80 sea de 3 años, sino que realmente es de 9,8. “Cada edad tiene una esperanza de vida concreta que va variando con el tiempo en función de cómo evoluciona la mortalidad, de modo que si establecemos un umbral de vejez ligado a ella, la edad de inicio será móvil pero la duración de la vejez será fija, desde ese umbral hasta la muerte”, explica el investigador.

Y agrega que la propuesta –lanzada ya otros expertos europeos– pretende corregir los inconvenientes que plantea la edad cronológica en una sociedad en la que cada vez llega más gente y en mejores condiciones a los 65 años y ese umbral no refleja ya la realidad de la vejez, mientras que la edad prospectiva o umbral que fluctúa, es una forma de considerar los avances y progresos en las condiciones de vida, de salud y también económicas de las personas, y da una imagen más optimista del envejecimiento. Porque cambiar la forma de medir la vejez reduciría automáticamente las estadísticas de población y la imagen de sociedad envejecida, aunque también podría tener consecuencias económicas y políticas debido a que muchos servicios y prestaciones, desde los relacionados con la salud hasta los financieros, van ligados al actual umbral de 65 años.
A ello se añade un tercer criterio, el de la percepción social. 

Un barómetro realizado en el año 2009 por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre esta cuestión mostraba que el 28,7% de la población española sitúa la entrada en la vejez pasados los 70 años, mientras que el 25,3% lo hace pasados los 65, y el 17,3% entiende que el ser una persona mayor no depende de los años. Pero esta percepción varía mucho en función de la edad del encuestado.  

Abellán apunta que esta percepción puede verse afectada en el futuro por la evolución de la esperanza de vida. “Nos parece que cada vez seremos más y más longevos pero hay todo tipo de teorías y no faltan las que apuntan que los avances médicos provocan que estén llegando a edades avanzadas personas más frágiles”, lo que sumado a accidentes y nuevas enfermedades podría provocar cambios en las tasas de mortalidad. En Francia, por ejemplo, ha causado un gran revuelo saber que en el 2015 se redujo la esperanza de vida por primera vez en 46 años.

Uno de los problemas que comporta una vida cada vez más larga y con buena salud es el de las etiquetas para referir las franjas de edad. Como una buena parte de la población llega pletórica a la jubilación, ahora la tercera edad es la tercera juventud, y sólo a partir de la pérdida de facultades físicas y mentales podemos hablar de cuarta edad. A un joven le puede parecer evidente que si alguien tiene más de 65 o 70 años se le puede calificar de viejo o anciano, pero la persona que tiene esa edad no se siente identificada con tales denominaciones. 

Los diccionarios se curan en salud y dicen que un anciano es una persona “de mucha edad”. ¿Cuánto es “mucha edad”? La subjetividad está servida. Por ello los libros de estilo de los medios de comunicación acostumbran a ser un poco más precisos, sobre todo para que nadie se sienta innecesariamente incómodo. Así, los medios delimitan el uso de estas dos palabras (viejo y anciano) a los casos de personas mayores con las facultades físicas y mentales mermadas. 

De este modo, el título “Un anciano se ha perdido en el bosque” nos da una información clara sobre las facultades del protagonista de la noticia, mientras que “Un hombre de 65 años se ha perdido en el bosque” nos dice que tiene 65 como podría tener 25: se ha perdido por circunstancias ajenas a su estado de salud.


Saber Y Conocer

El conocimiento es el producto de la acción intencionada del sujeto por saber más de los objetos que lo rodean y de los hechos y situaciones de su entorno.
Conocer, es una facultad del ser humano; desde su origen etimológico, cognoscere refiere al uso del intelecto para aprehender las características y estructura de los objetos de conocimiento.

En resumen, la acción de conocer es una intención del sujeto para dirigir su interés hacia un objeto o hecho determinado.

Entre el sujeto y el objeto se da una relación de implicación mutua; por una parte, en el proceso de aprehensión que hace el sujeto del objeto, el primero se transforma; es decir, se ve influenciado por las características del objeto; es decir, el objeto determina al sujeto a través de la experiencia.

Así, por ejemplo, un libro, como objeto, puede transformar la conciencia del sujeto(1), cuando éste, de manera intencionada se interesa en su lectura y aprehensión.
El sujeto cambió su estado original de conciencia frente al objeto; y éste ha quedado intacto en su esencia.
En el proceso de adquisición de experiencia, el sujeto se confronta con los objetos; el sujeto se moviliza y se activa frente al objeto, que permanece pasivo; y al aprehender las propiedades del objeto lo hace de manera receptiva.

El objeto de conocimiento no siempre es un objeto inanimado y físico; el objeto de conocimiento también puede ser un sujeto o sujetos en situación; de igual manera, el objeto de conocimiento también puede ser abstracto, como por ejemplo lo referido a conceptos y sus relaciones con la dinámica social y las formas de pensamiento de los sujetos sociales.

En la ya clásica relación sujeto-objeto de la teoría del conocimiento, el sujeto aprehende las características y cualidades del objeto; más allá de su apariencia. Es decir, el sujeto actúa con intención ante el objeto; su objeto de conocimiento.
La información que el sujeto obtiene del objeto, en ese proceso intencionado de conocer, es el conocimiento.

Y su organización lógica, sistematizada y convergente en torno a una guía analítica de integración lo convierte en un saber; un nuevo saber sobre el objeto de estudio.
Y en ese momento pasa a formar parte del elemento pasivo del proceso; al cúmulo de saber existente sobre un tema u objeto de interés.

¿Qué es el saber?
El saber en sí mismo es un conjunto de conocimientos desarrollados y acumulados en torno a un objeto de interés. Pero también el saber ayuda a explicar un proceso o un conjunto de situaciones que comparten elementos comunes; que se determinan o se complementan entre sí.

El saber también es información existente en torno a un interés u objeto de estudio; referido a procesos y situaciones donde interactúan los sujetos.

El saber es conocimiento lógicamente ordenado por los sujetos que lo producen; y reutilizado por los usuarios de conocimientos. Lo cual suele suceder cuando se estudia un campo profesional o se realiza alguna actividad productiva material o intelectual.

El saber es un instrumento que utiliza el sujeto para sustentar un discurso sobre un tema particular. Y cuando se utiliza en este sentido, el saber, genera frecuentemente saberes, no planteados originalmente. Por lo que se puede concluir que la herramienta básica para crear un conocimiento es el propio saber utilizado.

El interés por el saber parte de la premisa de la ignorancia activa; es decir, cuando se asume que no se sabe o que se es ignorante de las partes que constituyen o explican los procesos, los hechos o las situaciones, a partir de ese momento se inicia el proceso de saber para conocer.

En el contexto de las ciencias sociales un mismo saber puede tener o generar diversos sentidos; según sea el enfoque con que se maneje dicho saber.

Empero, en las ciencias naturales, lo que determina la cientificidad del saber generado justo es el criterio de la uniformidad en el significado.
Pues no hay que olvidar que "la ciencia observa, explica, interpreta y formula enunciados y secuencias de enunciados".

Saber y conocimiento
Como ya planteó al principio, el conocimiento es producto de una acción intencionada por saber más de los procesos, de los hechos o de las situaciones que ocurren en contextos sociales.
En la búsqueda del conocimiento se aplican saberes que ya existen sobre el tema u objeto de interés.
Y si el conocimiento encontrado es producto de una intención del sujeto, es porque se pretende darle una aplicación; se pretende satisfacer la intención inicial.
Y en la aplicación intencionada entra en juego el marco valórico, producto de la cultura y de la experiencia de cada sujeto.

Desde la perspectiva del capital humano, la adquisición de conocimiento profesional es una inversión.
Es una inversión en conocimiento que el sujeto pretende recuperar en el corto plazo con la venta de sus servicios profesionales.
De tal manera que la intención es económica; aunque, en el proceso de formación profesional es necesario, y recomendable, que la intención estrictamente pragmática del conocimiento, sea matizada por otras intenciones, es decir, motivaciones de carácter cultural; valores que formen el espíritu científico y cultural; pues el ser humano es sensible, por excelencia, a los valores humanos universales como, el servicio a los demás, la cooperación, la solidaridad y el respeto a la vida.

Pero entonces, ¿qué diferencias conceptuales existen entre saber y conocimiento?
En primera instancia cabe señalar que los dos conceptos se utilizan como sinónimos. Y hay que apuntar que no falta razón para hacerlo así. No obstante, sí existen diferencias cualitativas.
Tomemos como ejemplo el saber pedagógico y la investigación educativa; o el saber de la física y la investigación de los fenómenos físicos.

El saber es, en efecto, un conjunto de conocimientos sistematizado, lógicamente ordenados en libros, revistas, archivos, disquetes o manuscritos; referidos todos ellos a un campo específico del conocimiento. Puede incluso afirmarse que es un conocimiento pasivo; ya es historia.

En cuanto al conocimiento, éste constituye el elemento activo o el propósito de la investigación que emprende el sujeto.

Uno de los productos que obtiene el sujeto en el proceso de conocer es la experiencia; otro es la transformación de su estructura cognoscitiva; y después de ese proceso de aprehensión de las características del objeto, el sujeto ya no es el mismo.

Saber y conocer para saber hacer
En toda acción que realiza el sujeto está presente su cultura y su experiencia; y estos dos elementos diferenciadores son los que determinan el grado de significatividad y el sentido que toma el saber utilizado en la docencia.

Para saber hacer, es imprescindible saber y conocer; es decir, la tercera función intelectual importante en los procesos de aplicación de conocimiento es el dominio de procesos para la concreción de elaboraciones teóricas y abstractas.


Saber hacer es la demostración de congruencia entre lo que se dice que se sabe y lo que se hace.

La Esencia Del Hombre


Filosofía
Existencialismo
La Esencia Del Hombre
En general, el concepto de "existencia" se contrapone a esencia y no es, en principio, un término que pueda ser definido ya que la definición se refiere a la esencia. Pero para los existencialistas, este término tiene un significado restringido, es el modo de ser propio del hombre.

Así solo el hombre "existe" propiamente, puesto que "hombre" y "existencia" son tenidas por sinónimos. Y en este sentido, la existencia implica libertad y conciencia, en palabras de Jaspers:

Existencia es lo que nunca es objeto; es el origen a partir del cual yo pienso y actúa, sobre el cual hablo en pensamientos que no son conocimiento de algo: 'existencia' es lo que se refiere y relaciona con signo mismo y, en ello, con su propia trascendencia. Jaspers, Filosofía

Así entonces, el hombre existe en la medida en que es origen de sí  mismo y se hace a sí mismo por medio de sus elecciones libres. Sartre dirá que en el hombre, la existencia precede la esencia... o en otras palabras, que el hombre es libertad:

Lo que llamamos 'libertad' no puede, por tanto, ser distinguido del ser de la 'realidad humana' Sartre, El ser y la nada.

De modo diferente en Heidegger, la existencia del hombre no es anterior a su esencia porque su esencia consiste en la misma existencia.

Las consecuencias de identificar la existencia con el ser humano son que las cosas "son" pero no "existen" en un sentido estricto y por otra parte, la existencia del hombre puede ser inauténtica si renuncia a su libertad.

Para el existencialismo, existir es estar en el mundo y relacionarse con las cosas y otros seres existentes. Pero no se trata simplemente de estar entre las cosas, sino en dirigirse hacia ellas. Esta actitud se entiende como trascendencia, esto es, salir de la propia conciencia para dirigirse hacia el Mundo.

Estar en el Mundo es algo plenamente activo. El hombre está entre las otras cosas, andando entre ellas de una manera interesada (práctica): cuida las cosas, se ocupa de ellas. Así, el hombre crea lo único que constituye su 'verdadero' mundo. un conjunto de relaciones de los últiles entre sí y respecto al hombre. Así se constituye el espacio humano del Mundo.

Para el existencialismo, existir es estar en el mundo y relacionarse con las cosas y otros seres existentes. Pero no se trata simplemente de estar entre las cosas, sino en dirigirse hacia ellas. Esta actitud se entiende como trascendencia, esto es, salir de la propia conciencia para dirigirse hacia el Mundo.

Estar en el Mundo es algo plenamente activo. El hombre está entre las otras cosas, andando entre ellas de una manera interesada (práctica): cuida las cosas, se ocupa de ellas. Así, el hombre crea lo único que constituye su 'verdadero' mundo. un conjunto de relaciones de los útiles entre sí y respecto al hombre. Así se constituye el espacio humano del Mundo.

No solo la razón descubre la realidad, sentimientos básicos como la angustia nos hace experimentar mejor lo que es la existencia. Kierkegaard se refiere a esta sensación y la distingue del temor porque a diferencia de este, la angustia no posee un objeto definido y nace justamente de las posibilidades sin garantías que ofrece la existencia.

Lo Que La Mente Almacena

Si todo lo que hacemos habitualmente lo tuviésemos que hacer conscientemente, es decir, pensando en ello y decidiéndolo voluntariamente, es posible que fuésemos un desastre, pues continuamente cometeríamos errores y equivocaciones. 

Las máquinas y los artilugios técnicos automáticos, que trabajan todos ellos sin ningún atisbo de consciencia, son capaces de ejecutar funciones con un grado extraordinario de eficacia. No sólo lo hacen muy bien, sino que además no se equivocan nunca, salvo cuando se averían. Afortunadamente, casi todo lo que hace el cerebro lo hace también de ese modo, como un automatismo inconsciente. Nuestro organismo, como el de todos los animales, incluye una gran cantidad de conducta refleja y automática, controlada por el cerebro, de la que apenas nos percatamos. No obstante, nadie debería imaginar esa actividad inconsciente como un algo interior e independiente que controla misteriosamente nuestra conducta.

Los reflejos que tenemos y de los que nos valemos continuamente para sobrevivir y comportarnos son automatismos biológicos, es decir, automatismos que resultan de los abundantísimos y complicados circuitos neuronales que tenemos en el cerebro y que son el resultado de millones de años de historia evolutiva de los seres vivos. Nada hay pues de misterio en su existencia.

El cerebro humano, además de crear y controlar los procesos mentales y el comportamiento, se encarga también de controlar y regular el funcionamiento del cuerpo. Durante 24 horas al día, 365 días al año y durante toda la vida el cerebro se comporta como una audiencia cautiva de todo lo que pasa en el interior del organismo. 

Gracias al sistema nervioso autónomo y vegetativo, el cerebro controla el funcionamiento de órganos y vísceras, como el páncreas, el corazón o los riñones, lo que le permite regular funciones como las digestivas y metabólicas de manera absolutamente inconsciente, es decir, sin que nos demos cuenta de que lo hace.

El cerebro, entiéndase bien, no es quien hace la digestión, ni quien distribuye la energía extraída de la alimentación a los diferentes órganos del cuerpo, pero sí es quien, gracias a la información que tiene sobre si falta o sobra energía en el cuerpo, envía señales reguladoras a los diferentes órganos para activar o desactivar los diferentes procesos de la digestión a conveniencia en momentos y situaciones diferentes. Controla, de ese modo, el metabolismo energético. 

Así, cuando hemos comido y estamos en reposo la digestión activa su fase de absorción de nutrientes para recuperar energía, pero cuando corremos huyendo de un peligro la digestión se desactiva para derivar la energía corporal a los músculos que utilizamos para la carrera. Igualmente, cuando caminamos o corremos el cerebro regula la contracción que debe tener cada músculo en cada momento para asegurar su correcta secuencia de activación haciendo que el ejercicio sea correcto sin que perdamos el equilibrio y caigamos.

Del mismo modo, aunque podemos conducir, montar en bicicleta, nadar, vestirnos o hablar una lengua, no somos conscientes de la información almacenada en nuestro cerebro para poder hacerlo. Es cierto que podemos explicar lo que hacemos para montar en bicicleta, es decir, tomando el manillar, poniendo los pies en los pedales, etc. Pero esa información no la usamos para hacerlo de verdad, cuando basta con montarnos y empezar a circular de modo automático, sin ni siquiera pensar en ello. Son muchas las rutinas y los hábitos de movimiento que podemos aprender y recordar de modo automático e inconsciente, hasta el punto de que todas las cosas que hacemos o repetimos con frecuencia acaban formando parte de nuestro acervo de procesamiento inconsciente.

Además, muchas respuestas emocionales se adquieren de modo inconsciente. Es por eso que en una determinada situación puede cambiar inesperadamente nuestro estado de ánimo sin que sepamos por qué. La razón puede estar en que esa situación fue anteriormente asociada de modo inconsciente a algo negativo. Ese tipo de asociaciones inconscientes pueden influir también, sin que nos demos cuenta, en nuestras decisiones y, aunque nos parezca extraño, en nuestra manera de pensar y razonar. Más aún, cuando nos emocionamos el cerebro ordena también cambios en el cuerpo de los que no nos percatamos, como la liberación de adrenalina a la sangre desde las glándulas suprarrenales, o un mayor flujo de sangre a los músculos esqueléticos. Eso hace que el organismo se active para responder a la circunstancia que nos emociona, potenciando además su recuerdo. Sorprendentemente también, y como veremos más adelante con mayor detalle, durante el sueño el cerebro sigue trabajando inconscientemente para fortalecer las memorias y reorganizar la información adquirida durante la vigilia, extrayendo reglas y regularidades ocultas y haciendo inferencias, todo lo cual podría estar en la base de los inexplicados fenómenos de la intuición y la creatividad. Hasta podemos tener deseos y aspiraciones inconscientes, o poco conscientes, pero eso ya es materia más especulativa.


Todo ello indica que el conocimiento almacenado en el cerebro y sus mecanismos inconscientes influyen en nuestro comportamiento más de lo que imaginamos.

lunes, 10 de septiembre de 2018

Ilusos

Del término ilusión, procedente de la palabra latina illusio (engaño), se deriva el concepto de iluso, que viene a ser utilizado para definir a toda aquella persona que tiene tendencia a ser soñador.

Así, cuando se dice que alguien es iluso lo que se pretende es dejar claro que no está apegado a la realidad sino todo lo contrario. Es decir, es propenso a dejar volar su imaginación y a pensar que todo aquello que le gustaría que sucedería en su vida va a tener lugar tal y como desea.

Una definición la anterior que viene a ampliarse o a matizarse, mejor dicho, en el diccionario de la Lengua Española donde al iluso se le añaden unos matices de bondad. Y es que se establece que también se define de esta manera a toda aquella persona que se deja engañar con cierta facilidad pues cree que todo el mundo actúa siempre de muy buena fe.

De esta forma, es frecuente que se puedan realizar oraciones como la siguiente que sirvan para describir a ciertos hombres y mujeres que tienen dicha seña de identidad “es tan iluso que se dejó engañar por el estafador”.


El problema de la actual sociedad es que perdemos la perspectiva del otro; la panorámica de la pluralidad. Existe un proceso de ceguera social. Nos agrupamos y nos encerramos en nosotros mismos. Las redes sociales, los periódicos, las emisoras que consumimos; los amigos y circuitos sociales que elegimos reproducen nuestro yo y minusvaloran lo ajeno. Evitamos mezclarnos con aquellos que no son como nosotros. Como no los queremos ver, no nos damos cuenta de que existen. Sin embargo, a la hora de votar nos tenemos que mezclar en las urnas. Uno de los pocos espacios públicos comunes que existen. Cuando éstas se abren, nos damos cuenta de que también existen personas que piensan diferente a nosotros. Personas que tienen otra lógica social, otros valores sociales. 

Como diría el poeta: “Tu verdad no; la verdad y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela.”

La Capacidad De Pensar


El pensamiento es lo que caracteriza al ser humano, es la capacidad que ha generado todas las consecuciones de la cultura y la civilización creadas por nuestra especie. Pero, aparte de los avances colectivos, también nos sirve para gobernar nuestra vida personal, para reflexionar sobre lo que queremos, lo que necesitamos, lo que podemos y los pasos a dar para conseguirlo.

Las relaciones con nuestros semejantes transcurrirán de uno u otro modo según la manera en que pensemos en ellas, las enfoquemos y tengamos claro qué significan para nosotros. La manera en que nos conducimos en las situaciones por las que atravesamos, la posibilidad de posicionarse en cada momento vital, con realismo, es algo que también atañe a la actividad de pensar.

Cualquier movimiento, actividad, decisión, relación, han de ir precedidas por esta actividad mental.

Cada ser humano nace con igual potencial respecto al desarrollo de sus funciones cerebrales, el cerebro de los humanos haciendo una analogía con un maquina es eficiente en cuanto a consumo y transformación de la energía, posee una asombrosa capacidad de optimización   en la manera de memorizar y un constante aumento de la velocidad de procesar información, un órgano realmente asombroso, pero lo que en verdad me propongo tratar en este escrito no es el funcionamiento de nuestro cerebro, ni sus capacidades, tampoco sus cualidades, sino que quiero abordar una pregunta la cual todos los seres humanos alguna vez en nuestra vida nos hemos hecho : ¿Por qué nos resulta tan difícil pensar?

Lo que sí que es cierto es que nunca usamos todas nuestras neuronas a la vez. Claro, dirán algunos, eso es lo que ocurre: como no las usamos a la vez, no podemos, por ejemplo, desarrollar poderes telepáticos. Pues tampoco. La actividad simultánea de todas las neuronas nos arrojaría al suelo víctimas de convulsiones como las de un ataque epiléptico.

Cuando las neuronas se disparan al mismo tiempo, el cerebro queda inundado de actividad eléctrica y se anula toda capacidad para pensar y actuar de manera coordinada. Para impedir ese infierno, al menos la mitad de las neuronas funcionan como un filtro atenuador o moderador de flujo. De modo que la próxima vez que alguien nos diga que no usamos todo el cerebro, contestemos que menos mal.

“El mayor enemigo del pensamiento es la complejidad, porque conduce a la confusión Intentamos hacer demasiado al mismo tiempo.”


El Logro De Trascender


Trascender deriva de la palabra latina transcendentia y es aquello que está más allá de los límites naturales. La acepción que aquí recurre es ser más. La persona tiene la capacidad de trascender su propio ser y estar en el mundo. La dificultad de alcanzar la trascendencia se plantea desde el plano material y espiritual en el que ser más se obnubila frente a la realidad que agobia.

Lo difícil, pues, de trascender radica en la realidad tal cual se muestra. El mundo globalizado permea en las personas la capacidad de ir más allá por medio de mecanismos enajenantes que coartan la capacidad creadora del ser, inhibiéndole su desarrollo cognitivo-espiritual. Lo que ocurre es que la persona queda atrapada en la red de medios de desinformación, lo embulle dentro de las corporaciones de comida rápida y lo cohíbe dentro de la burbuja de la inconsciencia del centro comercial con promociones de viernes negro.

Y sin embargo, el ser humano, por antonomasia, siempre tratará de trascender, aun viviendo en la oscuridad de su pensamiento inhibido porque, incluso sin causa, la mera intensión de transgredir el orden establecido, se convierte en el llamado intrínseco del ser por alcanzar esa trascendencia. Mas ese intento transgresor se queda simplemente en el quebranto del orden social, no alcanza plantea la alternativa. Es así como la rebeldía lo lleva a buscar la libertad, aun sin comprenderla cabalmente, pero no la consigue, vuelve a quedar sumido en la corriente. 

Por lo tanto, la consciencia por un lado y la acción política por el otro, 
pero ineludibles entre sí, llevan al ser humano a la liberación definitiva, primero espiritual-cognitiva para, finalmente, alcanzarla en el plano material y hacer de la utopía una realidad. Una no puede actuar sin la otra pues no generaría cambio. 
En síntesis, trascender no es alejarse de los placeres mundanos o la realidad tal cual, pues en ella la persona es y está. Simplemente significa no dejarse absorber por los mecanismos enajenantes que derivan en la incomprensión de los procesos históricos en los que se desenvuelven las sociedades y, por ende, las personas como individuos. 

La persona es en el mundo en cuanto más humanamente consciente se percibe y busca transformarse a sí mismo y a todo lo que le rodea porque, como se dijo, la construcción y reconstrucción de la realidad forma parte de la naturaleza inacabada del ser humano, quien busca constantemente su libertad material y espiritual. Por lo tanto, esa continua búsqueda de ser libre lo encamina a su propia trascendencia, pues la libertad aquí entendida es aquella que lo desliga de las ataduras impuestas al pensamiento y a su comportamiento ético, desde esta asimilación se desencadena la liberación material. 

Desde esta comprensión del ser, en su fundamento sociohistórico, es que la persona está en el mundo, porque estar en el espacio-tiempo implica la constante necesidad de cambiar lo que deba ser cambiado para recrearlo más humano; es, por tanto, la acción directa sobre la realidad –igualmente inacabada– la que motiva a la persona a ser más. 

Trascender no es simplemente reconocer la realidad existencial del mundo, con sus injusticias, pobreza y desigualdad, es sobre todo movilizarse por transformarla, es ansiar la libertad, es la esperanza de un hoy y mañana mejor, es aceptar a otros, es amar a la humanidad y vivir al máximo este paso por la Tierra.

Luchar por un mundo más humano, por la igualdad, la justicia y la libertad, se convierte en la razón de ser de la existencia de las personas frente a los horrores cometidos por la humanidad misma. 


Se Dice De Alguien Obtuso

Es un objeto sin punta, ser que no comprende, que es de una mente cerrada a razonamiento. Se habla de ángulo obtuso cuando dicho ángulo está a unos 90 grados pero no sobrepasa los 180 grados de longitud, es decir que no llega a ser un ángulo recto o un ángulo plano pero se mantiene entre los dos, es referente a las matemáticas y la geometría. Se habla de que una persona puede ser obtusa cuando es incapaz de captar las normas, que poseen poca habilidad mental o que puede llegar a ser inflexible.

Estas personas llegan hacer arcaicas y rectas en su pensar y no acepta otro pensamiento más que el de ellos, posando en una conducta íntegra en lo que creen y que muchas veces pueden llegar a entender pero sin aceptar, oponiéndose a ello, a una evolución de pensamientos que en su mayoría son de índole religiosos o modernos, aunque no sea la forma correcta de ver las cosas de igual manera están equivocados, teniendo una corta percepción de sí mismos, como sabedores en su propio criterio y no dan paso a otros, creyéndose que en su concepto del saber es el mejor y más acertado que los demás, siendo esto una base de la ignorancia sobre el tema en cuestión y al poco conocimiento de él, ya que en muchos casos son ineficaces para reconocer sus pocas habilidades y destrezas en algo, haciendo del trato imposible siendo inevitable su estado de conciencia, pasando de ser incompatibles con los demás pudiendo parecer como niños en su terquedad.

El origen de la palabra proviene del latín Obtusus haciendo alusión a no tener punta o despuntado, embotar, esta palabra se usa en sentido figurativo ya que en su traducción exacta es algo como sin punta, del latín “Obtundere” de allí el uso más apropiado en las matemáticas o geometría, haciendo referencias a los objetos que no tienen puntas o no disponen de ellas; ya sea porque son así o por desgaste la perdieron desmejorando la calidad del objeto o perdiendo así su utilidad para los casos en que  pudiesen ser requeridos.


Incertidumbre Que Permanece

Es hoy una percepción compartida que vivimos en una época de cambio, turbulencias e incertidumbre. Estos fenómenos no son sino manifestaciones del tránsito de una sociedad industrial a otra apuntalada sobre el conocimiento y la innovación.

El s. XX heredó del anterior la fascinación por el progreso técnico y el desarrollo de las ciencias. El ingenio humano lograba diseñar máquinas asombrosas que progresivamente permitían reemplazar seculares métodos de trabajo artesanal por líneas de producción cada vez más capaces, automatizadas y eficientes. El aumento de la productividad parecía no tener límite, a la vez que la mejora de los sistemas y rutas de transporte posibilitaba la expansión internacional del comercio y el crecimiento de la demanda de nuevos productos. 

Como consecuencia, se fue desarrollando una economía de mercado basada en la industria manufacturera, que propició la aparición de grandes compañías. En ese contexto de complejidad creciente surgen necesidades de dirección y coordinación hasta entonces desconocidas. Nace así la figura del directivo profesional y, con él, la reflexión sobre la mejor manera de administrar estas nuevas organizaciones llamadas empresas. A lo largo de todo el siglo, tecnología y management evolucionan conjuntamente y sin descanso, si bien en las últimas décadas se observa un cambio de escenario.

En efecto, el vertiginoso desarrollo de las TIC y de otras tecnologías (nano-, bio-, etc.) perfilan un mundo interconectado, en el que las distancias físicas pierden importancia, la información y los descubrimientos se transmiten con inusitada rapidez, los mercados financieros convergen, los procesos productivos se aligeran y las nuevas generaciones poseen un alto nivel educativo. Si el s. XX se apoyó en la industria, el XXI cuenta con el trampolín del conocimiento.

Estos profundos y acelerados cambios influyen en el mercado y también en la realidad interna de las organizaciones: se experimenta un creciente mestizaje entre lo físico y lo virtual, se difuminan las fronteras entre los sectores y se descubren clientes cada vez más informados y exigentes. En definitiva, surgen nuevos desafíos y nuevas formas de competir que demandan un cambio en la manera de entender la empresa y en la forma de dirigir.

Pero ni todo cambia ni tampoco es la primera vez que se produce un cambio de cierta magnitud. De hecho, vemos que conviven modelos de empresa absolutamente rupturistas con otros aferrados a fórmulas clásicas hoy probablemente obsoletas. 

Necesitamos discernir muy bien qué ha cambiado y qué permanece, pues el cambio sólo se puede operar si hay algo que permanece (si no, hablamos de aniquilación). Han evolucionado las empresas, pero ¿se ha transformado su naturaleza?, ¿qué repercusiones puede tener la mutación en el comportamiento de clientes y empleados?, ¿cuál es el alcance de las innovaciones tecnológicas, las turbulencias del mercado, las metamorfosis sociales o los desequilibrios demográficos?, ¿qué oportunidades ofrecen las nuevas plataformas de relación social?


Nos falta experiencia y perspectiva para enfrentar tantas y tan radicales novedades como estamos observando. Carecemos de un mapa de rutas adecuado. Se ponen en cuestión todos los fundamentos de dirección conocidos, por lo que conocer bien la teoría de la organización se hace más necesario que nunca. 

La perspectiva histórica que ofrece el conocimiento de la evolución de las concepciones de la empresa nos ayudará mucho.

Estar Atentos


“No estamos en una época de cambios, sino frente a un cambio de época, producto de la revolución digital y los cambios que ello conlleva en los mercados, en la forma de comerciar y en cómo se relacionan las empresas con los consumidores; por lo tanto, [hay] que estar atentos a los impactos que esto genera y proteger, frente a esta nueva realidad, los derechos de los consumidores en su intimidad y seguridad electrónica”, enfatizó el subsecretario de Economía y Finanzas, Pablo Ferreri, en el IV Taller Regional sobre Cuestiones de Competencia y de Protección al Consumidor en los Mercados Digitales, inaugurado ayer en la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.

El subsecretario aseguró que este nuevo contexto hace necesaria la discusión y la generación de masa crítica, porque se trata de una realidad que presenta cambios disruptivos y, por propia definición del término, pocos están preparados para ello. 

“Este tipo de instancias que se está realizando junto con Naciones Unidas y el centro de formación español es muy importante para avanzar en la manera en cómo se van dando las mejores prácticas a nivel internacional”, manifestó.

Para Ferreri, la participación de expertos internacionales en el evento permite generar el conocimiento adecuado para ir tomando medidas precautorias e ir aggiornando la normativa frente a la actual realidad, dado que estos aspectos hacen a la protección de los consumidores y al estímulo de la libre competencia. 

No obstante, el jerarca subrayó que deben tomarse en cuenta otros aspectos, porque frente a la revolución tecnológica deben contemplarse también los derechos laborales y el cumplimiento de los tributos que fomentan la convivencia social. El taller tiene como objetivo analizar aspectos relacionados con la libre competencia y los derechos de los consumidores.

Para abordar este presente, hace diez años se creó la Comisión de Defensa de la Competencia con un área de defensa del consumidor, y “en ese sentido se ha trabajado muy bien para promover la libre competencia y los derechos de los consumidores, pero también estar atentos para promover todos los cambios normativos frente a la nueva realidad digital”, agregó. 

Recalcó que la disrupción digital hace más difusas las barreras entre los bienes y servicios tradicionales y que se crean nuevas categorías. Remarcó que Uruguay fue uno de los primeros países de Latinoamérica en regular las aplicaciones para el transporte de pasajeros, como es el caso de Uber. “Uruguay está a la cabeza en este tipo de iniciativas de tener control sobre lo que está pasando, para mejorar el bienestar de los ciudadanos”, resaltó.

El taller que comenzó ayer y finalizará hoy consta de tres módulos. En la primera sesión se analizarán los nuevos modelos de negocios en internet, donde se describirá la manera en que las relaciones de consumo evolucionaron y, con ello, las reglas que en materia de protección del consumidor se han venido adoptando en diferentes jurisdicciones, en concordancia con las directrices en la materia, emanadas de órganos internacionales como la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

El segundo ámbito analizará las cuestiones de competencia en el uso de los datos en los mercados digitales. En este caso, el avance de las tecnologías inteligentes marca un camino hacia la digitalización. Individuos, hogares y empresas contratan servicios por internet, suministrando constantemente información y datos en los dispositivos. Finalmente, la última sesión debatirá las competencias en las economías colaborativas como “un fenómeno transversal, de alcance global y carácter digital e innovador”.


Al finalizar el evento, se establecerá la Firma de Memorándum de Entendimiento: Área Defensa del Consumidor de Uruguay y Procuraduría Federal del Consumidor de México, además de la Firma de Memorándum de Entendimiento: Superintendencia de Industria y Comercio de Colombia y Comisión Nacional de la Competencia de Paraguay.



Frases De Recomensar


RECOMENZAR "No es porque las cosas son difíciles que no nos atrevemos;
es porque no nos atrevemos que son difíciles" 
Séneca

Perdí un juguete que me acompañó en mi infancia...Pero gané el recuerdo del amor de quien me hizo ese regalo.

Perdí mis privilegios y fantasías de niño...Pero gané la oportunidad de crecer y vivir libremente.

Perdí a mucha gente que quise y que amo todavía...Pero gané el cariño y el ejemplo de sus vidas.

Perdí momentos únicos de la vida porque lloraba en vez de sonreír...Pero descubrí que es sembrando amor, como se cosecha amor.

Muchas veces perdí muchas cosas en mi vida. Pero, junto a ese “perder”, hoy intento el valor de “ganar“. Porque siempre es posible luchar por lo que amamos, y porque siempre hay tiempo para empezar de nuevo.

Por eso, confiando en que siempre tenemos tiempo para comenzar de nuevo, te invito a hacer conmigo esta reflexión:

No importa en qué momento de la vida te cansaste. Lo que importa es que siempre es posible y necesario recomenzar. Recomenzar es darse una nueva oportunidad, es renovar las esperanzas en la vida y lo más importante, creer en ti mismo.

¿Sufriste mucho en este periodo? ... Fue aprendizaje

¿Lloraste mucho? ... Fue limpieza en el alma.

¿Sentiste rencor? ..... Fue para poder perdonar y ganar mérito al hacerlo.

¿Estuviste solitario en algunos momentos? ... Fue porque cerraste la puerta.

¿Creíste que todo se había perdido? ... Fue simplemente el inicio de tu mejora.

¿Te sientes solitario? Mira alrededor y encontrarás a mucha gente esperando tu sonrisa para acercarse más a ti.

Recomenzar. Hoy es un excelente día para comenzar con un nuevo proyecto de vida. ¿Dónde quieres llegar? Mira alto, sueña alto, anhela lo mejor de lo mejor, anhela todo lo bueno, pues la vida nos trae lo que anhelamos.

Si pensamos pequeño; lo pequeño nos vendrá. Si pensamos firmemente en lo mejor, en lo positivo y luchamos por alcanzarlo; lo mejor va a venir a nuestra vida.

Hoy es un buen día para iniciar la limpieza mental. Tira todo lo que te encadena al pasado que te hace daño. Arroja todo a la basura, limpia tu corazón, haz que esté listo para una nueva vida.

La vida te llama, te invita a una nueva aventura, a un nuevo viaje, a un nuevo desafío. Proponte en este día que harás todo lo posible para alcanzar tus objetivos. Confía en la vida, confía en ti .

Y, por sobre todas las cosas, mantén plena confianza en ti … No permitas que te aflija la congoja por cosas materiales, pues cuando llega el tiempo de irnos, todo lo que tenemos se queda aquí.

domingo, 9 de septiembre de 2018

Disfrutar De La Vida


La vida no es agradable cuando has tomado el camino equivocado y poco a poco pierdes la confianza, o cuando ya no eres feliz contigo mismo. Si esto suena como tu vida, necesitas cambiar! Haz lo que te gusta hacer... Realiza tus objetivos y la secuencia de pasos para llegar a alcanzarlos. Cree en ti mismo y motívate «yo lo puedo hacer '. Las cosas van a suceder como deseas.

1. Aprende a ser positivo! Si sigues quejándote acerca de tu vida, otras personas sólo se darán cuenta de los malos aspectos de ti y te catalogaran como una persona aburrida o algo peor! Ve a lugares donde las personas son positivas y se apoyan con pensamientos positivos. Si quieres aprender a ser positivo, este sitio podría ser un buen comienzo.
2. Sea generoso. Un poco de generosidad hace un largo camino. Dar y recibir favores de la gente, hará que seas conocido como una persona generosa.
3. Haz una lista de todas las cosas que quieres hacer y hacen ellos! Si siempre has querido hacer una audición para el teatro, ve y hazla! Esto ayudará a reducir que le estés dando vueltas a las cosas y siempre deseándolas. Esto se aplica incluso si quieres ser astronauta: quizá no te conviertas en uno, pero ampliar tus conocimientos en astrofísica y el espacio te hará darte cuenta de que eres capaz de ello.
4. Sigue intentándolo. Una de las cosas claves que necesitas recordar es que nunca debes desanimarte; el fracaso es una parte de la vida, y ocurre de forma natural. Si estás tan desilusionado que nunca deseas volver a intentarlo, por lo menos piensa que lo has intentado.
5. Dejar de hacer cosas con las que no disfrutas. Haz una lista de las cosas que estás haciendo con las que no disfrutas, y tratar de dejar de hacerlas. Naturalmente, esto no debe significar que debas abandonar la escuela si no te gusta estudiar, pero podrías considerar la posibilidad de trabajo para una nueva empresa, si estás constantemente estresado y presionado por tu trabajo. Si no es posible parar, tratar de ver el lado positivo de las cosas y encontrar la manera de hacerlas entretenidas. A nadie le gusta limpiar el ventilador de la cocina o el inodoro, pero si haces estas tareas con plena conciencia y los haces en una meditación, te sorprenderá cómo te tranquilizas.
6. Encuentra un pasatiempo. Podrías coleccionar sellos o monedas, o aprender más sobre fotografía o el arte. No tienes que pasar toda la vida haciéndolo, el propósito de una afición es variar tu rutina y hacer algo que vale la pena.
7. Cantar es una manera maravillosa de hacer la vida más agradable. Trata de recoger algunas de tus canciones favoritas y aprende la letra de memoria. Cuando te sientas aburrido, canta esas canciones y te sentirías mucho mejor. Cantar karaoke, tomando algunas clases de canto o escuchar música haría tu vida más interesante.
8. Limite la cantidad de tiempo que pasa viendo la televisión. El disfrute de la vida viene de tratar y hacer las cosas por ti mismo, no viendo a las personas que lo hacen. Observar a la gente nadar no es lo mismo como la natación.
9. Haga preguntas. No está mal hacer preguntas. Pregunte a todas las que no se puede digan lo que digan o la pertinencia de los mismos. No dudes de ti mismo porque hay muchas probabilidades de que alguien más está pensando la misma cosa.
10. Disfruta de sentirte orgulloso. Si estás orgulloso de algo haces: un ensayo, una nueva cubierta que construiste, la promoción de una, o una canción que compusiste aferrarte a ella. No dejes que nadie te lo quite, se más exigente.
11. Cuida tu salud. Haz tu vida comiendo bien y haciendo ejercicio porque ayuda a mantener el cuerpo funcionando.
12. Sea abierto al cambio. Cambios en su trabajo, amigos, y el gobierno. Con la práctica serás capaz de anticiparte.
13. Lista los elementos que deseas conservar. Esto te ayudará a darte cuenta de lo que tienes y eres tan afortunado de tenerlo.
14. Ten confianza. Siempre di que lo vas a intentar y nunca digas nunca.

15. Aprende algo nuevo. Siempre hay algo nuevo que aprender. Leer un libro o aprender en un equipo.

Personas Tóxicas


A veces no nos damos cuenta de forma consciente, pero después de estar con determinada persona nos sentimos sin energía, con desánimo, como si hubieran absorbido nuestra vitalidad. Todos y todas conocemos a alguien que siempre está hablando de cosas negativas, que no acepta opiniones, que no escucha, que no sabe reconocer tus logros, que puede ser hiriente, actuar con agresividad y se exalta con facilidad cuando no se le da la razón. Normalmente, después de estar con estas personas nos sentimos con cansancio, con poca energía, de mal humor, a veces con dolor de cabeza… se trata de una “persona tóxica”.

Todas las personas tenemos momentos en que podemos actuar tóxicamente. El problema es permanecer en esa actitud de manera sostenida e inconsciente y provocando graves daños en quienes nos rodean.

La palabra “tóxico” proviene del griego “toxon”, que era el veneno que se aplicaba en la punta de las flechas contra el enemigo.

Sus actitudes son lo que hace tóxicas a algunas personas; pueden ser características permanentes de su personalidad o haber aparecido después de algún episodio puntual en sus vidas.

Las “personas tóxicas” no son muy difíciles de reconocer:
Siempre encuentran algo negativo en todo lo que sucede en su entorno
Siempre tienen la razón
Son hirientes, agresivos o agresivas, inflexibles y no aceptan que se les contradiga
Disfrutan de la humillación del otro o la otra.
Sólo hablan de sí mismas y no escuchan al prójimo, mucho menos se interesan por los problemas o necesidades ajenas
Necesitan constantemente la aprobación de los demás, sentirse importantes, ser reconocidos o reconocidas, a pesar de no tener logros relevantes en la vida
Buscan manipular con mentiras
Agreden innecesariamente y desvalorizan a la otra persona para sentirse bien.
Dañan con intención, sin jamás proponer una reparación
Incomodan con sus imposturas.
Critican incansablemente a los y a las demás, actúan con envidia y resentimiento.
Algunas veces son pasivos o pasivas y viven de la lástima ajena, buscando ayuda constantemente y aprovechándose de los demás.
Se sienten vacíos-as y buscan llenar ese hueco con nuestra amistad, tiempo o compañía, absorbiéndonos por completo, sin dar nada de sí a cambio.
Existen varios tipos de comportamientos tóxicos, pero los más comunes son dos: los hirientes y agresivos-as, que no se alegran de nada bueno que nos pase, con actitudes ofensivas, aunque siempre por nuestro bien claro está; o bien todo lo contrario los pasivos-as, necesitan de nuestra ayuda constantemente, intentan mostrar lástima, soledad. 
Estas personas se muestran desvalidas y aunque parecen más inocentes la toxicidad es la misma.

En el primer caso, encontramos a personas que en su interior solo hay negatividad, resentimiento, envidia, celos, frustración…y su forma de gestionarlo es provocando en los demás esa sensación de inferioridad. En el segundo caso, hablamos de personas que están vacías emocionalmente e intentan llenar ese vacío emocional con nuestra amistad, amor y compañía. 

Este tipo de personas desgastan muchísimo, porque toman de tu energía, tu ilusión y motivación de la que ellos carecen. Y toda esa energía al final es malgastada con pensamientos derrotistas. Estas características a la larga pueden terminar en patología.


Aspirar A Ser Mejor

No vale la pena conformarse con lo poco que hay ahora, y no es natural en un ser humano desear quedarse con lo que tiene, sin anhelar algo mejor.

Bien lo decía Wallace D. Wattles en su libro “La ciencia de hacerse rico”: el ser humano no puede menos, que desear ser, todo cuanto pueda ser, tener todo cuanto pueda tener, y lograr todo cuanto pueda lograr.

Y esto no podría ser menos cierto, dado que hablamos de felicidad en múltiples niveles. Se trata de que seamos felices en cuerpo, mente y alma.

Que amemos y seamos amados, que realicemos uso de las cosas que necesitemos para ser felices, y que nuestra mente esté alimentada intelectualmente en todo momento.

La verdadera felicidad, está en la plenitud, y la plenitud es bastante complicada de lograr sin abundancia. La abundancia, se manifiesta únicamente cuando tenemos con nosotros un sincero deseo de ser mejores, de alcanzar más grandes metas.

Si existen áreas en las que no quieras mejorar, o elementos de tu vida que creas que ya están óptimos, piénsalo dos veces.

Por más que hayas escrito 20 libros, aún tendrás habilidades en la escritura por mejorar. Una cosa es la madurez, y otra muy diferente el mejoramiento. Algunos creen que porque maduraron, no pueden seguir creciendo.

La madurez no es más que un nivel de vida en el que podemos hacer las cosas por nuestra propia cuenta y tomar decisiones de manera autónoma. Pero muchas personas que alcanzan este estado, no llegan a ser nada diferente al promedio.

Si quieres destacarte del promedio, debes olvidarte de la madurez, la madurez en el desarrollo personal, no existe. Si existe siempre la posibilidad de mejorar, entonces nadie puede decir que ha madurado, porque el concepto en sí mismo trata de dar a conocer que se llega a un punto límite, o a una cima.

De igual manera pasa con tus logros, puede que consideres que estás en la cima de tu desarrollo profesional, pero sólo bastará con que eches un vistazo a los profesionales que han logrado más cosas que tú… tendrás mucho que hacer luego de eso.


Está bien querer ser mejor, está bien anhelar siempre el crecimiento personal. Siempre desea desarrollarte como una mejor persona, y si en el camino ayudas a los demás, mejor que mejor.

Aspiraciones

La aspiración es una palabra que tiene varios significados, uno de los cuales está relacionado con el de la idea personal, las personas tienen metas y objetivos que desean cumplir, lo cual está muy vinculado a la idea de deseos que una persona tiene para sí misma.

En este sentido, las aspiraciones pueden ser de diferentes temas, como el salario, que es quizás el más escuchado al ir a una entrevista de trabajo, que la persona que está pensando en contratar normalmente pregunta cuáles son las aspiraciones salariales que tiene el solicitante; y es allí donde la persona tiene la responsabilidad de ser honesto consigo mismo y decidir si sus aspiraciones salariales están realmente relacionadas con lo que propone la empresa.

Pero las aspiraciones también pueden ser de otra naturaleza, como cuando una persona quiere mejorar su trabajo, su lugar de residencia o cualquier tema de su vida personal, y es allí donde la gente debe decidir y establecer metas y tiempos reales para poder hacerlo. Para cumplirlos dentro de un cierto período. 

Las personas evolucionarán en sus vidas y cada vez encontrarán nuevas aspiraciones.


Las aspiraciones se conectan con el deseo de realización personal de aquellos que quieren agregar valor a sus vidas a través del significado concreto de cumplir una misión. Una aspiración es una motivación importante. En este sentido, como coaching, una persona puede tener diferentes aspiraciones en el campo profesional y en el personal. 

Las aspiraciones personales también se conectan con las cualidades personales de cada uno.

Tener aspiraciones personales y profesionales puede ayudarnos a tener una visión más clara de nuestros objetivos en la vida

Divergencias Humanas


A instancias del mundo de las ideas y del intercambio de las mismas, la divergencia implicará la diversidad de opiniones, el desacuerdo que mantienen dos o más personas respecto de una cuestión que los implica o respecto de una ideología, entre otras. “ Si bien con Juan nos separan divergencias en materia política, en el resto de las cuestiones coincidimos.”

Una cuestión humana que se soluciona con el diálogo y una posición de consenso
Los desacuerdos o divergencias es una cuestión corriente y bien humana, que se producen en todos los niveles y aspectos que tiene la vida.

Con esto queremos decir que no son extraños ni mucho menos sino que es común que alguna vez en la vida nos veamos en medio de ellos, ahora bien, lo que se sugiere, lo ideal, es resolverlos lo más pronto posible, a través de mecanismos como el diálogo, y no dejar que transcurran porque luego puede ser más difícil superarlos y resolverlos.

Hay divergencias que son más fáciles que solucionar que otras, por supuesto que aquellas personas que son más afectas a dialogar y a consensuar podrán zanjar las diferencias con otros más rápido, mientras que por el contrario, aquellos que son reticentes a hacerlo, porque disponen de una personalidad cerrada y muy poco propensa a acercar posiciones con el otro, claramente impondrá un escenario más complejo a la hora de encontrar soluciones.

Y mirando desde otra óptica el tema de la divergencia, debemos decir, que en algunas ocasiones resultan ser de lo más bienvenidas y propicias, porque las divergencias en algunos ámbitos sí o sí, proponen diálogo, intercambio de ideas y de opiniones para alcanzar un acuerdo, y mientras en ese ida y vuelta van apareciendo naturalmente cuestiones que permiten enriquecer la discusión, y finalmente sintetizar una solución que contenga lo mejor de las visiones contrarias.

Porque es importante dejar en claro que disentir, no coincidir no siempre tiene que ser malo y predisponer sí o sí a la pelea y a las discusiones a cara de perro que no terminan en encontrar soluciones. En algunas situaciones lo dicho si puede darse pero no siempre lo es y ahí es donde sin dudas la divergencia tiene su aspecto positivo, y que es muy importante que se destaque y valore.

Otra cuestión relevante que no podemos soslayar es que ante la divergencia lo importante es mostrarse constructivo, no solamente para acordar sino también, aunque no se encuentre el acuerdo, para aprender a respetar y tolerar que el otro no piense como nosotros, esta postura nos hará mejores personas sin dudas.

sábado, 8 de septiembre de 2018

Un Matiz Esencialmente Humano


“Sólo podremos limitar la aplicación indiscriminada de computadoras a la replicación de lo humano si mantenemos un concepto claro de lo que es propiamente humano excluyendo así a las computadoras de aquellas áreas de la vida en las que su intervención sería inapropiada”.
Joseph Weizembaun

¿Qué es lo esencialmente humano?
El tema de lo esencialmente humano tiene muchas aristas y aunque cada vez se menciona mas, todavía no se tiene una idea clara de lo que es esencialmente humano, y en mi opinión es uno de los temas más transcendentales de nuestro tiempo, tan importante como la lucha contra el cáncer, la brecha digital, la contaminación ambiental, la pobreza extrema… entre otros tantos problemas vitales para la subsistencia humana.

La primera interrogante, que me viene a la mente, es si el ser humano es una tabla rasa y su conciencia la va adquiriendo durante su vida o el hombre viene dotado de una sensibilidad propia.

“¿El hombre es un ser lógico o un ser dominado por las pasiones y a merced de las fuerzas irracionales? ¿Es el hombre un ser alienado lleno de angustia? ¿Vive el hombre enajenado en una sociedad mercantil que no valora su riqueza espiritual, sino la posibilidad de producir ganancias? ¿Es el hombre una “tabla rasa” que carece de carácter y temperamento y estos son moldeados por la sociedad?”

Hay que tener en cuenta que el hombre es un ser en crecimiento espiritual y su esencia humana también está desarrollándose, por lo cual estamos ante un fenómeno dinámico, los ideales humanistas no son los mismo en una sociedad esclavista que en el capitalismo actual. Sin embargo muchas de las necesidades espirituales siguen siendo las mismas y muchas de las preocupaciones más antiguas siguen estando vigentes.

¿Cuánto hemos cambiado? ¿Qué sentimientos nos han guiado durante siglos? ¿Puede la especie humana vivir sin sus grandes ideales: dios, el amor, la justicia, la bondad, el deber, la fe…? Estas son algunas de las tantas interrogantes.


La Práctica Social

Pretendemos mostrar que la práctica social es algo más que una actividad, incluso que debe superar los acuerdos sociales desde los cuales se imponen unas funciones que los miembros de un grupo social deben cumplir y en el marco de las cuales debe realizar sus prácticas sociales, que tampoco, por sí mismas definen sociedades; antes que imposición, es una expresión de muchas cosas que se conjugan en el ser humano; es particularidad y socialidad, es creación y reconocimiento sociohistórico, es manifestación ética, estética, comunicativa, política… es todo esto a la vez.

La práctica social debe ser considerada como expresión de toda la humanidad del ser humano representada en sus imaginarios sociales; esto es, que debe reconocer, en primer lugar, que el ser humano, quien realiza la práctica social es un ser socializado, o sea que cuando interactuamos con alguien, ese alguien es de por sí y por herencia social, un sujeto con un complejo entramado socio/histórico el cual influye en una práctica social.

En segundo lugar, que la relación con el mundo de quien realiza la práctica social está mediada por la dimensión simbólica e imaginaria que ese ser humano socializado ha configurado sobre el mundo, el ser humano, la vida y la muerte. O sea, quien realiza la práctica social se basa en esa dimensión simbólica / imaginaria del mundo, la cual subsume las otras dimensiones racionales y conjuntistas (ensídicas). 

Si bien se debe reconocer la existencia de las dimensiones racional, ensídica y conjuntista del mundo, no es sobre ellas que el ser humano configura su realidad y define sus acciones e interacciones, pues cada una de estas acciones en interacciones corresponde a una significación que da sentido a dicha acción.

En tercer lugar, es importante considerar que, pese a esa fuerza de la historia y la tradición en la práctica social, los sujetos particulares matizamos los acuerdos sociales con nuestras propias significaciones sobre el mundo, el ser humano, la vida y la muerte. Los sujetos damos sentido particular a los acuerdos desde la imaginación radical que cada uno construimos, gracias a esas fuerzas psicosomáticas que permiten ver el mundo con nuestros propios lentes, lo que implica una radical creación, aunque en una relación magmática con lo social.


Y por último las prácticas sociales no son linealmente (unidireccionalmente) producto de nada ni generan condicionalmente nada, sino que estas fuerzas se presentan articuladas a manera de magmas, que configuran significaciones imaginarias sociales en las cuales se funden las formas de ser/hacer, decir/representar de los actores sociales que realizan una práctica determinada. 

En consideración a ello, pese a su capacidad de generar comportamientos e incluso grupos sociales, son también generadas desde ese magma de significaciones sociales que involucran lo racional, lo ensídico, lo particular (psicosomático) y lo social; pese a estar dinamizadas por los acuerdos sociales (en un aparente estado de inmovilidad respecto de cómo debe ser la práctica) en ella misma existe ebullición constante que hace posible permanentes transformaciones por parte de los sujetos particulares o grupos sociales que la realizan.