domingo, 4 de noviembre de 2018

Es Mucho Mejor Estar Muerto


Aliviando Conciencias: Es Mucho Mejor Estar Muerto
He aquí los doce constituyentes que, según Van Lommel, en su libro "Consciencia. Más allá de la vida" (Atalanta), definen una experiencia cercana a la muerte (ECM):

1. Inefabilidad. Es una experiencia un tanto refractaria a las palabras. Situada fuera del ámbito de la experiencia cotidiana, el lenguaje se vuelve opaco.
2. Sentimiento de paz y sosiego; desaparición del dolor. Una plenitud que sobreviene de forma brusca, sin transición con el estado anterior.
3. Consciencia de estar muerto. Se oye a los testigos y doctores declarar la propia muerte. A veces se escucha un silbido o un zumbido.
4. Experiencia extracorpórea (autoscopia). Se ve la escena del fallecimiento desde un punto alto, con gran densidad de detalles, a veces desconocidos por los propios testigos o imperceptibles. Verificaciones y corroboraciones documentadas. Las personas ciegas acceden a la visualidad. El aspecto más inexplicable de todos.
5. Espacio oscuro. Vacío, cerrado, pozo. También, experiencia de túnel. El muerto se abre paso a través de un espacio angosto, tenebroso, en ocasiones multicolor. Se aproxima a la luz. Se ve envuelto completamente por ella y sobreviene un sentimiento de beatitud, una sensación de amor y aceptación incondicional.
6. Percepción de un espacio sobrenatural. Paraje deslumbrante: colores hermosos, flores extraordinarias, ciudades y edificios espléndidos.
7. Encuentro y comunicación con personas fallecidas: familiares y amigos a los que se reconoce sin atisbo de duda. Su aspecto es saludable, aunque el recuerdo que predomina de ellos es el de la enfermedad.
8. Visión de una luz brillante o de un ser de luz. Esta luz lo penetra todo. Y el muerto se siente arrastrado por ella.
9. Retrospección vital panorámica. El sujeto experimenta cada una de sus palabras y acciones pasadas, así como sus pensamientos, y llega a la conclusión de que todo ello le afecta a sí mismo tanto como a los demás. No es como una película. Se trata más bien de una empatía profunda. No hay juicio sobre cosas o personas.
10. Prognosis. El fallecido siente que puede ver un fragmento de la vida que está por venir.
11. Percepción de una frontera. Niebla, valle, muro, puente, río, puerta. Consciencia de que una vez atravesada la frontera no se podrá regresar.
12. Regreso consciente al cuerpo. Abrupto y desagradable.
Las consecuencias de una ECM son, básicamente, pérdida definitiva del miedo a la muerte y percepción extremadamente generosa de los asuntos humanos.
Algunas variantes de ECM no están relacionadas con el fallecimiento biológico personal. La denominada ECM empática, puede ocurrirle a alguien que asiste a la muerte de un ser querido: ve, por ejemplo, que otros seres queridos vienen a recoger al difunto. La meditación profunda contiene también bastantes elementos de una ECM. Y puede producirse asimismo en circunstancias de éxtasis ante la naturaleza. 

Van Lommel asocia el cuadro con los clásicos viajes al inframundo de que está nutrida la literatura y ciertas conductas ascéticas desde tiempos antiguos.
                                    


Normas De Convivencia Social


Todo individuo forma parte de numerosas agrupaciones sociales como la escuela, clubes deportivos, sindicatos, junta de vecinos, amigos del barrio, entre otros.

En todas las sociedades existen reglas que facilitan la convivencia. Si esto no fuera así, la vida entre las personas con diversas características, ideas o creencias sería difícil; pues nunca llegarían a un acuerdo.

Es así que surgen las normas, mecanismos que regulan la conducta de las personas, respetando los derechos y libertades de todos por igual. Podemos diferenciar tres tipos de norma:

 Las convencionales
Estas normas establecen comportamientos en la sociedad en función de los valores de un grupo. Las observamos en la vida cotidiana.
Por ejemplo, comer educadamente en la mesa, hablarles con respeto a las personas mayores, parar frente a la luz roja del semáforo, pagar las cosas que compramos, pedir permiso para ir a un lugar, etc.
Las morales
Estas normas definen lo que es bueno o malo según ciertos valores y principios rectores de la conducta humana. Cada uno establece su propio código de normas morales con base en las de su grupo social específico.
No hacer trampa en un juego, darle lo que le corresponde a cada uno, no espiar las cosas privadas de los demás, no discriminar a las personas por sus costumbres, son ejemplos de normas morales.
 Las jurídicas
Son definidas por las autoridades del país. Estas normas establecen deberes así como sanciones para garantizar su cumplimiento.
Existen personas o instituciones encargadas de hacerlas cumplir o de aplicar las sanciones correspondientes a quienes no las respeten.
Por ejemplo, conducir con licencia, no vender cigarros o alcohol a menores de edad, etc.

Ten presente que estas normas garantizan la supervivencia, autoprotección y calidad de las relaciones humanas.
                                    


El Chivo Expiatorio

Ser un chivo expiatorio significa, a día de hoy, que un único individuo cargue con las culpas de algo que ha sucedido cuando en realidad la responsabilidad debería recaer sobre un grupo más amplio de personas o colectivo, pudiendo incluso suceder que dicho individuo ni siquiera haya participado en el acto punible y sea inocente.

El origen de esta expresión lo encontramos en un ritual que practicaban los antiguos judíos para celebrar el Día de la Expiación. Consistía en elegir a dos machos cabríos (chivos) y mediante el azar designar a uno de los animales para sacrificarlo a Yahveh con todos los honores, con su sangre  se rociaba el Propiciatorio (el arca de la alianza).  En cambio sobre el otro chivo, llamado Azazel, recaía la culpa de todos los pecados, se realizaba una ceremonia en la que el rabino, purificado y vestido de blanco ponía sus manos sobre la cabeza del animal, traspasando así la culpa del pueblo a éste,  para luego llevarlo al desierto en calidad de emisario y ser abandonado allí, según algunas fuentes era además apedreado. De esta forma puede considerarse que el sacrificio elimina, borra y limpia el pecado.

Existe mucha controversia sobre el término Azazel aparecido en las escrituras, Levíticos 16:8-10, ya que no hay acuerdo sobre si el mismo es el nombre que se le daba al macho cabrío ofrendado, si representa la entrega del mismo a un ángel caído (o incluso al mismo Satán) o simplemente designaba el lugar a donde se enviaba el chivo, siendo asociado el desierto como lugar en el que vivían seres malignos como los demonios.

Lev 16:8 Luego echará suertes sobre los dos machos cabríos, una para Yahveh, y otra para Azazel.
Lev 16:9 Presentará el macho cabrío sobre el cual haya caído la suerte «para Yahveh» ofreciéndolo como sacrificio por el pecado.
Lev 16:10 El macho cabrío sobre el cual haya caído la suerte «para Azazel», lo colocará vivo delante de Yahveh para hacer sobre él la expiación y echarlo al desierto, para Azazel.


El Día de la Expiación (Yom Kippur) se celebra el décimo día mes Tishrei, es un día de gran solemnidad  en el que se ayuna, no se trabaja y todo el pueblo confiesa sus pecados y se arrepiente por ellos, pidiendo perdón ante su Dios.

La Razón De La Razón


La razón es la facultad del ser humano de identificar conceptos, cuestionarlos, hallar coherencia o contradicción entre ellos; y así, inducir o deducir otros conceptos distintos de los que ya conoce. La razón, más que descubrir certezas, tiene la capacidad de establecer o descartar nuevos conceptos concluyentes o conclusiones, en función de su coherencia con respecto de otros conceptos de partida o premisas.

Para su cometido, la razón se vale de principios, que por su naturaleza tautológica (se explican en sí mismos), el humano asume íntima y universalmente como ciertos. Estos son descritos por la lógica que es la disciplina encargada de descubrir las reglas que rigen la razón.

El principio de identidad, que evidencia que un concepto es ese mismo concepto (A es A).
El principio de no contradicción, que evidencia que un mismo concepto no puede ser y no ser a la vez (A no es negación de A).
El principio del tercero excluido, que evidencia que entre el ser o no ser de un concepto, no cabe situación intermedia (A es, o no lo es).

Utilizando estos principios, la razón humana es capaz de otorgar coherencia o contradicción a las proposiciones, atendiendo no tanto a su contenido como a sus relaciones lógicas. Así por ejemplo, la proposición "Si todos los mangulibrios tienen el mango corchado; y los manguletes son mangulibrios; entonces todos los manguletes tienen el mango corchado" sería una proposición coherente a los ojos de la razón, con independencia del significado de sus palabras, porque de las premisas se sigue necesariamente la conclusión.

Si por el contrario decimos, "Si todos los mangulibrios tienen el mango corchado; y los manguletes son mangulibrios; entonces ningún mangulete tiene el mango corchado", entonces la razón determina, con independencia de los significados, que nos encontramos ante una contradicción; la razón entiende que la proposición es absolutamente falsa porque atenta contra el principio universal de no contradicción.


Diremos pues que la primera proposición es relativamente cierta (relativa a la validez de las premisas y al significado de las palabras), mientras que la segunda es absolutamente falsa o falsa de necesidad. 

La razón, pues, forja el pensamiento no estableciendo verdades absolutas (casi ninguna verdad lo es), sino descartando falsedades absolutas que la razón identifica inequívocamente por contradictorias.

sábado, 3 de noviembre de 2018

Las Cargas Ajenas


Las Cargas Ajenas
Las responsabilidades se van forjando a lo largo del camino, se suman, se multiplican y cada una tiene un rango de actuación especial y significativo, sin embargo, también existen los límites, no podemos hacernos responsables de todo, no lo somos, y si bien nos puede hacer sentir mal ciertas situaciones, debemos aprender a dejarlas ir.

Somos responsables de las consecuencias de nuestras acciones, pero ¿Qué ocurre cuando sufrimos por las situaciones que atraviesan los demás?… no podemos hacernos cargo de todo, existen cosas que evidentemente no están bajo nuestro control y no podemos cambiarlas, quizás sufrimos, especialmente cuando afectan a quienes amamos, pero nuestro accionar sobre los demás y sus asuntos, tienen un límite y por nuestra paz mental debemos aprender a activarlo.

Somos enteramente responsables de lo que permitimos nos afecte y nos haga sufrir, pero no puede extenderse a todos los que nos rodean, cada quien debe aprender a llevar sus culpas, acciones y responsabilidades aunque nos cueste comprenderlo. Se trata de considerarnos a nosotros mismos, de respetar la individualidad de los demás y de exigir el propio respeto, poner nuestros límites y saber hasta dónde llegar con las actitudes de los demás.

“Debes asumir responsabilidad personal. No puedes cambiar las circunstancias, las estaciones o el viento, pero te puedes cambiar a ti mismo. Eso es algo que tienes a tu cargo”
 Jim Rohn

Lo cierto es que debemos comprender que nuestra responsabilidad llega hasta dónde somos capaces de aceptar, perjudicar o influenciar a un tercero, más no podemos hacernos responsables por las acciones de los demás, somos responsables por las consecuencias de nuestros propios actos, causen o no sufrimiento, pero aunque nos cuesta entender el dolor que puede producirnos las acciones de alguien más, no podemos hacernos responsables ni asumir las pesadas cargas en nuestra vida cuando es menester de otro hacerse cargo de ello.

Aprender a separar las acciones nuestras, las responsabilidades y el libre albedrío de los demás, es vital para la salud mental y la paz interior, no podemos cargar con lo que no nos pertenece, colocar límites y saber retirarse y dejar ir, es una manifestación de la sabiduría y el derecho de individualidad de cada persona.


Sin Parpadear


Las historias de la tradición zen y sufí que han llegado a occidente a menudo son protagonizadas por fieros y temidos guerreros que hacen aspavientos con sus armas, así como maestros ancianos imperturbables que ven sus demostraciones como un niño que ve caer una tormenta terrible por la ventana.

Una de tales historias habla de un guerrero muy famoso que había asolado incontables ciudades y conquistado vastos territorios sin jamás haber sido derrotado. Era tal el horror que provocaba en los pobladores que cuando supieron que el ejército del famoso guerrero se dirigía hacia el país todos —hasta los gobernantes— dejaron las casas vacías, con las ollas de sopa todavía hirviendo sobre los fogones, huyendo a toda prisa.

Todos menos el maestro zen que vivía modestamente en la ladera de una escarpada montaña.

Una vez que el ejército tomó el control de la capital, el famoso guerrero se dirigió hasta la cabaña del maestro zen con el objetivo de verlo con sus propios ojos. Cuando llegó ante él, viendo que se trataba de un sencillo anciano que ni siquiera se había puesto de pie para suplicar por su vida, el guerrero prorrumpió en insultos.

“¡Viejo tonto!”, le dijo, a la vez que desenvainaba su espada, “¿no te das cuenta de que estás frente a un hombre que podría cortarte a la mitad en menos de un parpadeo?”.

El maestro permaneció inmóvil y respondió:


“¿Y tú te das cuenta de que estás frente a un hombre que podría ser cortado a la mitad sin parpadear?”.

El Valor De Hacernos Cargo

Dentro de todo proceso de crecimiento personal es fundamental el poder integrar, como parte de nuestra experiencia diaria, el siguiente hecho: La importancia de tomar responsabilidad plena por nosotros mismos.

En mi caso personal, y a lo largo de muchos años, puedo decir que solía situarme en una postura de absoluta víctima frente a la vida, y es así como, por una parte, si bien todo pareciese encontrarse externamente en orden y en paz conmigo mismo, mi mente solía permanecer llena de prejuicios y pensamientos poco favorables acerca mí y el mundo, otorgando pleno poder y responsabilidad a distintas personas y circunstancias sobre mi situación actual, repercutiendo con ello en mi estado de ánimo habitual y, en general, en mi actitud personal frente a la vida.

Si bien es cierto existen momentos en los cuales pasamos por situaciones difíciles y que pueden escapar de nuestro control, el hecho de ser responsables nace desde un lugar de mayor profundidad y permanencia en el tiempo. Es, probablemente, la decisión más importante que podemos tomar para nosotros mismos, de empoderarnos y hacernos cargo en un 100% de nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestras emociones, y de lo que brindamos diariamente a nuestro entorno.

Es por ello que, en base a lo anterior, mi intención es concentrarme, de manera muy sencilla, en tres aspectos fundamentales relacionados con la responsabilidad que podemos ir aplicando diariamente en nuestro cotidiano:

Nuestros pensamientos: 
La calidad de nuestros pensamientos más recurrentes va determinando en gran medida la concepción que tengamos de nosotros mismos. Una buena forma de empezar es enfocarnos en este preciso instante e ir educando nuestra mente con apreciación y agradecimiento. Al encontrar nuestro valor propio, daremos un nuevo sentido a nuestro día a día y contaremos con un nivel de empoderamiento personal que quizás nunca hayamos sentido antes.

Nuestras palabras: 
Aprender a comunicarnos es comprender la importancia de mantener una sintonía entre lo que pasa en nuestro interior y nuestra manera de expresarnos, ya sea en forma verbal o escrita. Incluso nuestros silencios son una forma de comunicarnos. Detenernos un momento antes de comunicar, porque aquello que decimos repercute en nuestro entorno, y comenzar por nosotros mismos antes de hablar o analizar a otras personas, nos ayudan a ir volviendo gentilmente a nuestro centro y darnos cuenta que, antes que todo, debemos partir por casa.
Nuestras acciones: 

Nuestras acciones, al igual que las palabras, hablan por sí solas. Por ello, es recomendable hacer el ejercicio de mirar hacia nuestro entorno y ver si son el reflejo de lo que pasa en nuestro interior y si es lo que queremos para nosotros mismos. Acciones tan sencillas como mantener en orden nuestro entorno físico, cuidar de nuestro cuerpo y ser gentiles y responsables con los demás tal como quisiéramos que lo fueran con nosotros mismos nos brindan un mayor grado de reciprocidad con el resto del mundo como un todo unificado.


El valor de ser responsables es inconmensurable y permea todos los aspectos de nuestra vida. Trasciende nuestra edad, nuestras creencias y experiencias y es, por sobre todo, una decisión constante de amor y de respeto hacia nosotros mismos. 

Su integración en cada aspecto de nuestras vidas es, sin lugar a dudas, sumamente necesario para llevar una vida más plena y con mayor sentido de madurez personal

Sinsabores


Muchas veces nos preguntamos porque lo bueno y lo que vale la pena hacer, nos cuesta tanto, parece como si siempre la balanza se inclinara para el lado del mal y nos cuesta un gran esfuerzo hacer el bien.

Queremos que nuestros hijos estudien, que sigan una carrera, o si tienen inclinación por la música aspiramos a que puedan asistir a un conservatorio de música, luchamos por el medio ambiente, cuidamos la naturaleza, aspiramos vivir en un mundo de paz, queremos justicia, derecho y así vamos haciendo una larga lista, aunque somos imperfectos y vivimos en un mundo donde la injusticia brota como los hongos, sin embargo no desmayamos.

Nos preguntamos ¿porque lo que vale la pena cuesta tanto, porque mi hijo debe dejar los estudios por falta de medios? ¿Porque la lucha parece tan desigual y tan injusta?

Sin embargo muchas veces pienso que somos como aquel gusano cuyo único anhelo es salir de su caparazón para convertirse en una bella mariposa y volar.

¿Sera que el esfuerzo que hacemos por aquellas cosas que valen la pena nos hace más bellos como personas?

¿Será que nuestra carrera en la vida es hacia arriba y todo el peso de la contradicción busca arrastrarnos hacia la mediocridad?

¿Cuantos sueños en la vida se nos han hecho añicos? ¿Cuantas veces nos hemos sentido frustrados y al borde de la desesperación? ¿Cuantas veces nos hemos levantado una y otra vez?


¿Cuál es la finalidad de la vida, si vivir nos cuesta tanto? ¿Cuál es la finalidad del bien, si en realizarlo se nos va la vida?

Las Dudas


A lo largo de mis experiencias y a medida que aprendí a tomar decisiones firmes, sin dudar y sin tener que acudir a otras personas requiriendo su aprobación, me di cuenta de una cosa: las personas que tenían la capacidad de tomar decisiones y sentirse muy seguras de sí mismas habían pasado su infancia en un entorno en el que se tomaban decisiones, o bien aprendieron a tomarlas posteriormente a lo largo de sus vidas. 

Esto confirmaba que a pesar de la genética heredada por el entorno, el cambio para mí era posible.

La duda y la confusión son factores que te impiden avanzar, estos son generados por el miedo que uno siente. Miedo al fracaso, al rechazo, a hacer el ridículoetc. 

Estos miedos proceden de creencias que uno mismo ha desarrollado debido a las experiencias vividas.  El fracaso constante puede dañar la imagen personal que uno conserva sobre sí mismo y hacer que la persona deje de ver sus puntos fuertes.  Por eso mismo tiran la toalla y dejan de buscar entre las infinitas posibilidades que podrían tener si descubrieran que todos somos capaces de tomar decisiones si nos hacemos conscientes de cuáles son los factores que nos lo impiden.

Analiza la situación en el presente, decide ahora

Piensa en una situación que te hace dudar y sobre la que te cuesta decidir.  Cuando hayas identificado la situación hazte las siguientes preguntas:

¿Qué es lo que sé?
¿Que es lo que aún no sé?
¿Qué es lo que necesito saber para avanzar? 

La clave consiste en decidir ahora mismo, desde el lugar donde te encuentras y con lo que tienes.  Si sigues demorando incrementaras tus dudas, la confusión y vivirás dominado por el miedo.  En el momento en el que tomas la decisión, hazte las preguntas arriba enunciadas y encontrarás tu respuesta. Quizás tengas que aprender algo, tengas que practicar algo, o incluso eliminar patrones que te limitan.


Para tu Libertad y tu Éxito,

Escoger Tu Destino


Si existe algo realmente serio en la vida, es la realización personal, todo aquello que haces para cumplir tus sueños, es una forma de alcanzar la felicidad. Cuando comienzas a perseguir con agallas lo que realmente te apasiona, sin duda las cosas comienzan a suceder.

La motivación, tu motor a la realización personal.

Es cierto que nuestro motor vital es el corazón, esto en la parte médica, pero la motivación, es el motor que te guía a tener grandiosas oportunidades para idear distintos proyectos y así generar nuevas metas que permitan alcanzar tu realización personal.

La realización personal,  es un proceso de autodescubrimiento, no importa cuales sean tus habilidades, mientras tengas claro tus deseos de crecer, podrás alcanzar el desarrollo de tu potencial.

A. Maslow, psicólogo humanista, define la realización personal o autorrealización, como una necesidad básica de los seres humanos, la cual motiva el comportamiento de cada uno de nosotros, y una vez que se ha realizado, podemos experimentar bienestar, armonía y felicidad, incrementando así nuestra autoestima.

Existe una importante relación entre lo que amas hacer y la realización personal. Al elegir una profesión no se trata sólo de escoger una manera de vivir, se trata de escoger tu propio destino. El trabajo, solo sería una herramienta para tu realización personal.

Es por eso, que no importa cuál sea la profesión que hayas elegido, siempre y cuando esta venga directo del corazón y que día a día te motive eso que tanto te gusta hacer, tienes todas las de ganar para realizarte en un mundo lleno de grandes éxitos.



viernes, 2 de noviembre de 2018

La Información Veraz Y Objetiva


Poco a poco muchos medios de información han ido perdiendo su objetivo principal que es informar. Los ciudadanos nos encontramos indefensos antes los grandes grupos mediáticos que utilizan periódicos, radios y cadenas de televisión para intentar torcer la voluntad de quienes ejercen la soberanía que es el pueblo.  Debemos exigir que los medios informativos se ciñan a contar la verdad y no a manipular.


Suele decirse que la nota definitoria del periodismo es la búsqueda de la “objetividad”, de la “verdad” por sobre todas las cosas. ¡Tamaña empresa! Tan difícil como lo es en las ciencias, o en la filosofía. ¡La búsqueda de la verdad! Pero… ¿será posible?

El oficio del periodismo es algo moderno, muy reciente en nuestra historia como especie. Tiene que ver con las sociedades masificadas, cuando los medios de comunicación hacen su entrada triunfal (imprenta ante todo; luego, mucho más tarde, la radio, después la televisión). La figura del periodista moderno, si desechamos todas las tradiciones orales de las distintas civilizaciones -que no podríamos equiparar al periodismo moderno en sentido estricto-, es algo intrínseco al capitalismo naciente, cuando las novedosas tecnologías permiten la difusión masiva de noticias e información y cuando una persona comienza a ocuparse regularmente de ese oficio. En ese sentido, el periodista y toda la parafernalia con que se guía en su práctica cotidiana (preparación académica, códigos técnicos de trabajo, axiología específica) pasan a tener un estatuto propio. Surge ahí, entonces, la ética periodística.

Hoy, ya con dos o tres siglos de ejercicio profesional de esta profesión, esa ética es parte cotidiana de la formación periodística, de su lenguaje habitual, de su ámbito propio, y también de la cultura general. Todos sabemos, en mayor o menor medida, que cuando hablamos de las características de un buen periodismo, hablamos de la objetividad.

Expectativas


Expectativa resulta ser el sentimiento de esperanza, ilusión, que experimenta un individuo ante la posibilidad de poder lograr un objetivo o cualquier otro tipo de conquista en su vida. “Puse muchísimas expectativas en nuestra relación y con tu engaño no hiciste más que destruir todo lo que juntos construimos. Tengo la expectativa que mañana me llamarán para la entrevista laboral en el empleo de mi hermano.

Esperanza e ilusión que siente alguien de cumplir un proyecto esperado
Casi siempre, el concepto de expectativa, aparece vinculado a una situación que es sumamente factible que se produzca, aunque, como la expectativa implica una certeza mayor que la esperanza, por ejemplo, es que normalmente la expectativa que se tiene respecto de algo se encontrará basada en otras situaciones que la convierten en una concreta posibilidad.

Cabe destacar, que la expectativa suele aparecer en aquellos casos rodeados de incertidumbre en los cuales no se puede todavía confirmar qué ocurrirá respecto de algo.

La incertidumbre implica un estado de duda, de ausencia de certeza sobre una situación, sobre las causas, las consecuencias, sentimientos e ideas, entre otros.

Y no podemos soslayar que este estado de cosas es predominante en la vida del ser humano, siendo lo menos corriente tener certidumbres sobre todo lo que acontece a nuestro alrededor.

En tanto, la incertidumbre va de la mano de la inseguridad, quien no tiene certezas se siente inseguro, indefenso, y por eso es que naturalmente las personas vamos en busca todo el tiempo de las certezas y en ese camino aparecen las expectativas.

Entonces, en ese contexto, la expectativa será entre el abanico de posibilidades a sucederse la suposición más realista y la que más se ajuste a lo que sucederá finalmente.

Por esta situación, de hallarse asociada a predicciones y suposiciones, es que a mayor cantidad de certezas, mayores posibilidades existirán de poder cumplirse las expectativas en cuestión.

Las personas tenemos una tendencia natural a crearnos expectativas sobre cualquier tipo de cuestión que nos atañe en nuestra vida cotidiana, en el plano personal, familiar, laboral, académico; siempre habrá algo que esperamos con mucha ilusión y esperanza que se produzca.

Cuando una persona que estaba esperando con gran expectativa la concreción de un proyecto o plan, y ello finalmente no se produce, la tristeza y lamento será proporcional al sentimiento de expectación que tenía, y así es que claro, invariablemente, se sentirá triste, fracasado, y en los casos más extremos, hasta puede desarrollarse un cuadro depresivo.

Hay personas que disponen de una fuerza interior tremenda y que ante la no concreción de una expectativa se reponen y siguen adelante peleando por cumplir sus sueños y objetivos, pero también hay otros que no tienen este afán y entonces pueden desencadenarse estos estados de depresión que requerirán de la realización de algún tratamiento médico para superar el cuadro.

Pero si por el contrario, la realidad termina superando amplia y positivamente las expectativas que se tenían, primará la alegría. “El nuevo disco de Bob Dylan realmente no cumplió mis expectativas, esperaba mucho más de él.”

A la expectativa: a la espera que algo suceda
Por su lado, asociado al término aparece una expresión: a la expectativa, la cual es sumamente empleada en el lenguaje corriente cuando se quiere dar cuenta que alguien se halla a la espera de algo, aunque, no actúa. “Todavía no nació mi sobrino, pero estoy a la expectativa que el nacimiento se produzca en cualquier momento.”

Filosofía De Las Emociones




Tradicionalmente, hemos tratado las emociones como buenas y malas. Dentro de las primeras hemos puesto la alegría, el miedo, la sorpresa, porque da la impresión que ayudan proporcionar seguridad dentro del núcleo social. Mientras que hay otras consideradas como negativas: la ira, el asco, y sobre todo la tristeza, en contraposición con la alegría. Ésta última se ha considerado como un valor a potenciar, incluso desde la pedagogía, y el resto de las emociones, como aspectos del carácter a controlar y dominar con “templanza”.

Este tratamiento de las emociones es emitir un juicio moral sobre algo que está dentro de nosotros y que da forma y consolida nuestro carácter. Moralmente no hay emociones buenas ni malas, ya que todas tienen una función importante en el desarrollo del ser humano como PERSONA.

Alguien podrá pensar en cuál es el valor de la tristeza. Los momentos de tristeza son algo que tenemos que “sufrir” todos alguna vez en la vida. La sentimos en los momentos de pérdida (material, espiritual o emocional) para reflexionar y obtener energías que nos “catapulten” en pos de siguientes objetivos. También nos permite reconocer el valor de lo que poseemos, promover sentimientos de empatía social y recordar lo positivo de las personas.

Puede ser que con la tristeza os haya convencido, pero ¿y la ira?, ¿el enfado? Pues casi, si me esfuerzo un poco, diría que la emoción con más valor moral de todas es la ira.

Voy a explicarlo. No quiero decir que estar siempre enfadado sea bueno. NADA DE ESO. Estar en permanente enfado es muy malo para la salud propia y ajena, de los que nos rodean, a los que convertimos en “mártires” sin pretenderlo. Pero este es un extremo.

En conclusión. Las emociones nos relacionan con los demás al ser una forma de comunicación interpersonal, nos introducen en el mundo. Pero, sobre todo, nos relacionan con nosotros mismos. 

Una relación de nuestro YO con nuestras emociones (que siguen siendo parte de ese yo), nos hace crecer como personas, querernos un poco más a nosotros mismos, comprendernos un poco más y ser más válidos de cara a una sociedad a la que pertenecemos y que pretendemos mejorar.


Ignorar La Ignorancia

En ocasiones, quien guarda silencio ante la crítica, la envidia o la provocación no es por falta de argumentos ni valentía. Lo que ocurre es que cuando la ignorancia habla, la inteligencia calla, ríe y se aleja.

Ahora bien, todos sabemos que conservar la calma y la templanza ante una crítica o un reproche no es precisamente fácil. Según un estudio publicado en la revista “USA Today“, un 70% de las personas se sienten heridas ante una crítica, un 20% la encara y la rechaza con ira y solo un 10% reflexiona sobre ella y la deja ir cuando no responde más que a la ignorancia.

Cuando la ignorancia envidia y critica, la inteligencia calla, escucha y se ríe. Porque al fin y al cabo, la enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia.

Una de las razones por las que nos cuesta tanto aceptar las críticas es porque las personas necesitamos sentirnos aceptados y reafirmados. Un reproche es la pérdida de ese sutil equilibrio personal hilado por el orgullo.

Ahora bien, cuando una crítica tiene como sustrato la más profunda de las ignorancias, no hay riesgo alguno para nuestro autoconcepto. Todos deberíamos asumir que hay discusiones que no valen la pena. Cuando hay oídos que no escuchan y mentes pequeñas donde no caben las explicaciones, es mejor callar, reír y dejar ir.

Empecemos en primer lugar concretando a qué nos referimos con ignorancia. No estamos hablando de falta de cultura o de conocimientos. La ignorancia más perniciosa es aquella que carece de cercanía, de empatía y sensibilidad para ponerse en la piel del otro y donde, además, gusta de emitir juicios de valor cargados de desprecio.

El nivel más elevado de ignorancia se practica cuando rechazamos algo de lo que no sabemos nada. Cuando aún sabiendo que nos faltan datos o información, preferimos dedicar esfuerzos a mantenernos en nuestra posición que a obtenerlos.

Todas estas actitudes no son más que la semilla de la intolerancia, de la falta de civismo, algo que muchos de nosotros hemos experimentado alguna vez en piel propia.

Lo más complejo es que a veces la ignorancia se practica en nuestras esferas más cercanas. En esos padres, en esas madres y otros familiares cercanos, que juzgan al resto sin saber, sin molestarse siquiera en conocer qué intereses o necesidades tienen los demás. En estos casos esta intolerancia sí duele, la crítica duele y la ofensa sangra.

Sin embargo, con el tiempo las heridas se curten, uno madura y entiende por fin muchas cosas. Entiende que las personas no cambian, y que quien no ha querido dar el paso de la ignorancia al conocimiento es porque no quiere.

Ante estas conductas no queda otra más que asumir la batalla perdida y mantener la dignidad que propicia que nuestra alma esté tranquila. 

Esa que entiende que al final es mejor callar, sonreír con inteligencia y poner distancia.



Frases Sobre EL Trabajo

Algo malo debe tener el trabajo, o los ricos ya lo habrían acaparado. Mario Moreno 'Cantinflas'
Amar a la vida a través del trabajo, es intimar con el más recóndito secreto de la vida. Khalil Gibran
¡Ay de quien trabaje esperando la alabanza del mundo!: el mundo es un mal pagador y paga siempre con la ingratitud. San Juan Bosco
Con ánimo rebosante y alegre entreguémonos a nuestro trabajo, aun cuando éste parezca insuperable. Adolfo Kolping
Convéncete de que Dios trabaja siempre en el interior de tus deseos. Autor desconocido
Cuando contratas gente más lista que tú, demuestras ser más listo que ellos. R. H. Grant
Cuando he estado trabajando todo el día, un buen atardecer me sale al encuentro. Johann Wolfgang von Goethe
Cuando la meta es importante los obstáculos se vuelven pequeños. Autor desconocido
Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen, pierden el respeto. Georg Christoph Lichtenberg
Cuando el trabajo no constituye una diversión, hay que trabajar lo indecible para divertirse. Enrique Jardiel Poncela
Cuando trabajas bien eres responsable y custodio de tu hermano. Prof. José Roberto Cosio
Dadme una tarea en la que pueda poner algo de mí mismo y ya no será una tarea; será gozo; es arte. Bliss Carman
Debes estar dispuesto a trabajar sin descanso si quieres servir a los que sufren. Madre Teresa de Calcuta
Dichoso el que tiene una profesión que coincide con su afición. George Bernard Shaw
Dios provee a cada pájaro con un alimento, pero no se lo echa al nido. George Herbert 
El arte de dirigir consiste en saber cuándo se debe abandonar la batuta para no molestar a la orquesta. Herbert Von Karajan
El descanso pertenece al trabajo como los párpados a los ojos. Rabindranath Tagore 
El espíritu de grupo es lo que da a muchas empresas una ventaja sobre sus competidores. George L. Clements
El genio comienza las grandes obras, pero sólo el trabajo las acaba. Joseph Joubert
El hambre espía en la casa de los pobres, pero si la habitan personas trabajadoras, no se atreve a entrar. Benjamin Franklin
El hecho de que des a otro la posibilidad de trabajar no te da derecho a que te abuses de él, que lo instrumentalices o rebajes su dignidad. Prof. José Roberto Cosio
El hombre ha nacido para trabajar, y sólo quien trabaja con amor y asiduidad encuentra leve la fatiga. San Juan Bosco
El hombre que me da trabajo, al que tengo que sufrir, este hombre es mi dueño, llámelo como lo llame. Henry George
El laborioso gana su vida; el perezoso la roba. Focilides
El mejor ejecutivo es aquél que tiene suficiente criterio para escoger hombres buenos que hagan lo que él quiere, y suficiente autocontrol para no entrometerse en lo que hacen. Theodore Roosevelt
El modo de dar una vez en el clavo es dar cien veces en la herradura.  Miguel de Unamuno
El Paraíso no está hecho para los vagos. San Juan Bosco
El placer que acompaña al trabajo pone en olvido a la fatiga. Horacio
El trabajo ayuda siempre, puesto que trabajar no es realizar lo que uno imaginaba, sino descubrir lo que uno tiene dentro. Boris Pasternak 
El trabajo es el padre de la gloria y de la felicidad. Eurípides
El trabajo es un don de Dios y por eso es digno. El trabajador es imagen de Dios y por eso es digno. Tanto uno como el otro son dignos. Demos gracias a Dios. Prof. José Roberto Cosio
El trabajo es una gran defensa de la moralidad. San Juan Bosco
“El trabajo forma parte del plan del amor de Dios y otorga dignidad a la persona”. SS. Francisco

El trabajo hecho con gusto y con amor, siempre es una creación original y única. Roberto Sapriza

Vivir Conscientes


Cuando actuamos para lograr las cosas que nos importan de corazón, cuando nos lanzamos en una dirección que valoramos y que para nosotros merece la pena, cuando tenemos conciencia de donde estamos y que queremos y actuamos en consonancia, experimentamos una gran sensación de vitalidad. Se trata de una sensación de una vida bien vivida.

Lo cierto es que a lo largo de la vida aparecen muchos momentos en los que nos sentimos atascados. La vida supone dolor y tarde o temprano sufrimos. Y aunque no podamos evitar el dolor, si podemos aprender a lidiar con él de modo tal de construir una vida que valga la pena ser vivida. Mediante acciones con conciencia podemos crear una vida con sentido.

Mientras intentamos esa vida, nos encontramos con distintas barreras internas que pueden manifestarse como emociones, pensamientos o sensaciones. Muchas veces nos encontramos enredados con pensamientos y emociones dolorosas que parecen continuar sin posibilidad de cambio. 

Nuestra opción de vivir una vida más plena y significativa se ve bloqueada por este constante fluir, 
nos encontramos sin poder elegir y encontrar valor en lo que hacemos. A pesar de que creemos que estamos en control de nuestras decisiones, son nuestros pensamientos limitantes o las emociones que no nos gustan los que toman el volante de nuestra vida resultando en que nos sentimos desconectados y perdidos.

Para mí, una persona vive de forma consciente cuando ve y se da perfecta cuenta de lo que ocurre en su vida. Es decir, no niega ni maquilla la realidad, ni tampoco se escapa de ella a través de los viajes o la literatura. Simplemente ve las cosas como son… con su lado bueno, su lado malo y su lado regular.

Vivir conscientemente es tomar nota tanto las oportunidades como las amenazas que nos rodean, de nuestros aciertos y nuestros errores.


Y sobre todo: vivir con conciencia es escapar de la tiranía de las acciones y los pensamientos automáticos, esos que “nos salen sin querer y sin que podamos evitarlo”.

El Ser Confiable


Considero que ser confiable es una de las virtudes más importantes que puedes tener, ya que si lo eres, significa que los demás te ven como una persona:

Leal, sin dobles discursos, honesta y de buena predisposición. Dices lo que piensas aunque no sea, precisamente, lo que tu interlocutor quiera escuchar;

A quien pueden contar sus problemas y sus secretos, sabiendo que no los defraudarás y que guardarás la confidencialidad de lo que escuches;

Con la que pueden contar cuando lo necesitan, ya que estás presente (de la manera que dispones) para acercar palabras reconfortantes o un gesto de cariño a quien lo requiere, tanto en las buenas como en las malas;

Que mantiene su palabra y no cambia de opinión por conveniencia o porque se modifiquen las circunstancias: ser confiable también implica ser fiel a tus convicciones y a tu forma de ver la vida, y esto es algo que tiene un enorme valor. 

Claro que tienes dudas y también aciertos y desaciertos como cualquier otro ser humano, pero se ve una línea de conducta y de pensamiento en ti que permite que los demás se acerquen con seguridad;

En quien te puedes apoyar, sabiendo que hará lo mejor para ti en todo momento;

Que demuestra congruencia entre sus hechos y sus palabras;

Que apoya a los demás sin esperar obtener ventajas por ello.


¿Te consideras una persona confiable? ¿Qué haces para generar confianza en los demás?

La Mentira

Mentir está en contra de los cánones morales de muchas personas y está específicamente prohibido como pecado en muchas religiones. La tradición ética y los filósofos están divididos sobre si se puede permitir a veces una mentira (pero generalmente se posicionan en contra): Platón decía que sí, mientras que Aristóteles, san Agustín y Kant decían que nunca se puede permitir.

En función de las circunstancias, se entiende que mentir para proteger a personas de un opresor inmoral suele ser permisible. Es el caso, por ejemplo, de las víctimas de una guerra.

Mentir de una forma que intensifica un conflicto, en vez de atenuarlo, generalmente se considera el peor pecado.

Un mentiroso es una persona que tiene cierta tendencia a decir mentiras. La tolerancia de la gente con los mentirosos habitualmente es muy pequeña, y a menudo sólo se necesita que se sorprenda a alguien en una mentira para que se le asigne la etiqueta de mentiroso y se le pierda para siempre la confianza. Esto, por supuesto, es moderado por la importancia del hecho al que se refiera la mentira.

Una mentira graciosa, más comúnmente como bromear, engaño con propósito humorístico, cuando la falsedad se entiende, no se considera inmoral y es una práctica utilizada ampliamente por comediantes y humoristas.

El filósofo Leo Strauss acentuó la necesidad de mentir para ocultar una posición estratégica, o para ayudar a la diplomacia. Así lo hicieron también los representantes de la filosofía política, desde Maquiavelo hasta la "mentira noble" de Platón. 

Que las mentiras desaparezcan completamente del ámbito de la política, de la justicia, de la diplomacia, del periodismo y de otros muchos ámbitos de la vida social es algo virtualmente imposible, tal y como no pueden ser excluidas de las guerras que éstas mismas actividades, supuestamente, deberían prevenir.

Tipos de mentira
Pese a que las mentiras estén mal vistas, se ve como algo normal considerar que hay mentiras peores que otras.
San Agustín distingue ocho tipos de mentiras: las mentiras en la enseñanza religiosa; las mentiras que hacen daño y no ayudan a nadie; las que hacen daño y sí ayudan a alguien; las mentiras que surgen por el mero placer de mentir; las mentiras dichas para complacer a los demás en un discurso; las mentiras que no hacen daño y ayudan a alguien; las mentiras que no hacen daño y pueden salvar la vida de alguien, y las mentiras que no hacen daño y protegen la "pureza" de alguien. Por otra parte, san Agustín aclara que las "mentirijillas" no son en realidad mentiras.

Tomás de Aquino, por su parte, distingue tres tipos de mentiras: la útil, la humorística y la maliciosa. Según Tomás de Aquino, los tres tipos de mentira son pecado. Las mentiras útiles y humorísticas son pecados veniales, mientras que la mentira maliciosa es pecado mortal.

El tipo más grave de mentira es la calumnia, ya que con esto se imputa siempre a algún inocente una falta no cometida en provecho malicioso.

Paradojas relacionadas con la mentira

Dentro de cualquier situación en la que se dan siempre respuestas duales (por ejemplo, sí/no, blanco/negro), una persona de la que sabemos que está mintiendo consistentemente sería, de forma paradójica, una fuente de verdad. Hay muchas paradojas de esta clase, siendo la más famosa la que se conoce como la paradoja del mentiroso, comúnmente expresada como «esta proposición es mentira» o «esta proposición es falsa». La denominada paradoja de Epiménides —«todos los cretenses mienten», declara Epiménides el cretense— fue una precursora de la paradoja del mentiroso, aunque el hecho de que sea o no una paradoja también está en discusión. 

Hay una clase de acertijos lógicos relacionados con este asunto que, en inglés, se conocen con el nombre de «knights and knaves» (usualmente "caballeros y escuderos", frecuentemente "caballeros y bellacos", de vez en cuando "caballeros y villanos" o rara vez "caballeros y sirvientes", en español), en los que el objetivo es determinar, de un grupo de personas, quién miente y quién dice la verdad.

Emocionalmente Estables


La inestabilidad emocional se produce como consecuencia de diversos factores, por lo general, puede deberse a un desequilibrio químico en el cerebro, como la disminución de la serotonina, en los casos de depresión, o la variación del nivel de dopamina y serotonina en casos como el trastorno bipolar, o causas como el estrés, el abuso, la baja autoestima, el dolor, el abandono o la pérdida pueden producir inestabilidad emocional.

“Nuestras emociones pueden ser nuestra mayor fortaleza o nuestra peor debilidad. Todo depende de cómo las manejamos.”

Por lo tanto, hay muchas causas de inestabilidad emocional y podemos destacar las siguientes:

Estrés de la vida diaria
El estrés que puede llegar a producir la rutina del día a día, con momentos de tensión en el trabajo o en la familia, falta de tiempo para hacer las cosas, ir corriendo de un lado a otro, puede llegar a afectar a nuestras emociones y derivar en inestabilidad emocional si no aprendemos a gestionar lo que sentimos.

Baja autoestima
Hay personas que tienen baja autoestima, no gestionan bien sus emociones y pasan de la risa al llanto en dos segundos, no son capaces de tener una continuidad en nada y achacan lo que les ocurre a causas externas. En estos casos es preciso hacer una reflexión profunda sobre lo que sentimos y darnos cuenta de que proviene de nosotros mismos.

Ruptura de una relación de pareja
Cuando se rompe con una pareja se atraviesa por un proceso durante el cual podemos sentir rabia, enfado, rencor, nostalgia, alegría, tristeza. Son procesos complicados y que lleva tiempo superar.
“Las dificultades preparan a personas comunes para destinos extraordinarios.”
-C.S. Lewis-

No es tan fácil olvidar a una persona a la que hemos querido y con la que hemos compartido nuestra vida. La inestabilidad emocional que pueden suponer estos procesos, se supera día a día, con el tiempo y con el apoyo de las personas que nos quieren.

Pérdida de un ser querido
Perder a una persona a la que queremos es un dolor muy grande. También es un proceso en el que pasamos por varias fases como la negación, la tristeza, la nostalgia, la rabia. Todo ese cúmulo de emociones puede llegar a ser la causa de una estabilidad emocional.
El dolor solo se cura con el tiempo y debemos luchar día a día contra ese dolor para evitar que la tristeza nos invada y forme parte de nuestra vida. Llora si tienes ganas de llorar, no reprimas tus emociones y deja que la vida siga.


“Eres un universo único, lleno de emociones, pensamientos, sensaciones, deseos, sueños, aspiraciones, que solo esperan tu permiso para liberarse.”

Estar Al Acecho


Concebir el presente como una carrera de obstáculos parece inevitable, pero cuando todo se enreda, es preferible romper el hilo para recuperar el ovillo.

Estos días me ha tocado opinar públicamente sobre actuaciones gubernamentales y asuntos a los que creía no estar prestando demasiada atención, como la “reforma laboral”, pero las palabras salieron solas, no se trata de cuestionar o debatir sobre las vendas y la morfina sino de pensar de forma diferente y construir.

No capto el sentido de hablar de brechas que se agrandan en un barco que apenas flota y que no define destino.  El “más vale malo conocido” sólo nos lleva a un pasado que, supuestamente, ya no gustaba… y que nos trajo hasta aquí. No se trata de explicar sino de buscar la pregunta adecuada para avanzar y eso quiere decir debatir, desechar tópicos y trabajar para encontrar las respuestas en el lugar y forma adecuadas.

Ahora toca rasgarse las vestiduras por la fuga de talento pero tan estúpido resulta enredarse en el pesimismo como tratar de convencer con argumentaciones peregrinas:

“Cuando la gente se va del país debido al paro, derrotada, hay riesgo de que nunca regrese; eso es una gran pérdida para todos”

“aunque se marchen porque no hay trabajo, deberían verlo como una oportunidad, una etapa formativa, y tener confianza en su propio país, en que mejorará la situación y podrá repatriarles”
 “La clave es mantener abiertas las puertas para el regreso”
 “Es bueno para el país que se marchen porque cuando se recupere la actividad económica tendrán una experiencia enriquecedora y podrán volver”
“Me preocuparía más que se fueran personas con talento si no hubiese esa tasa (de paro)”

La oportunidad existe pero no en ese hipotético regreso que ocurrirá cuando “las cosas mejoren” sino que pasa por superar la economía posibilista, asumir riesgos y plantear un relevo generacional serio para evitar los “Peter Pan obligados”. ¿Habremos aprendido que hay técnicas que no funcionan?

Pero tampoco podemos olvidar que aunque el problema de fondo apunta a la educación no se soluciona legislando, que también, sino prestando atención al discurso del aprendizaje y al tipo de conocimiento que el futuro demanda. Estar al acecho buscando rastros de lo conocido supone un atentado al futuro, es hora de conducir con las largas y de dejar de alumbrar a quienes distancian para localizar a la gente que aproxima.

Podemos seguir con la queja  o empezar a mirar-nos, tenemos más capacidad de elegir de lo que queremos reconocer. Nos gusta decir que para construir algo nuevo hay que poner a las personas en el centro, pero no sé yo porque recuperando palabras de hace un tiempo…

Mucho parecido tienen los hologramas con nuestras acciones diarias en el trabajo y en cualquier lugar donde nos encontremos. Nuestra percepción de la gente depende, en gran manera, de la posición en que nos encontremos, y somos poco capaces de darnos cuenta de que esas percepciones son producto de nuestra forma de ver el mundo, de nuestras actitudes y no reflejan realmente la realidad exterior.

Lo esperanzador es cada vez hay más personas rompiendo hilos para establecer nuevas conexiones. Algunas ya se van sintiendo. Sigamos…



Inescrupulosos


Inescrupuloso es un adjetivo que se usa para calificar al individuo que no tiene escrúpulos. También se utiliza para aludir a lo realizado o expresado sin escrúpulos.

Para saber a qué refiere la noción de inescrupuloso, por lo tanto, resulta imprescindible conocer la definición de escrúpulo. Así se denomina al recelo o a la vacilación para la conciencia respecto a si algo es positivo desde una perspectiva moral.

Quien actúa sin escrúpulos, pues, no tiene esas reservas. De esta manera incurre en faltas morales ya que no contempla ningún límite en su accionar.

Por lo general alguien inescrupuloso se concentra en alcanzar sus metas, sin importarle los medios utilizados o los recursos empleados. Tomemos el caso de un empresario inescrupuloso que solo quiere ganar dinero. Este hombre es capaz de contaminar el medio ambiente y de explotar a sus empleados para maximizar sus ganancias: no le interesan las consecuencias de sus acciones.

Los delincuentes siempre son inescrupulosos debido a que cometer delitos es inmoral. Pero hay determinados tipos de delitos que generan mayor indignación en la sociedad. Un ladrón que se aprovecha de un anciano para engañarlo y robarle todos sus ahorros es probable que sea definido como un ser inescrupuloso. Una persona con escrúpulos no hubiera atacado a una víctima que, por su edad avanzada, resulta muy vulnerable.


Es posible, de todos modos, que alguien sea inescrupuloso sin violar la ley. Un sujeto puede progresar a nivel laboral delatando a sus compañeros, adulando a sus jefes y fomentando divisiones y conflictos internos con mentiras: este trabajador es inescrupuloso, pero no un criminal.