lunes, 25 de marzo de 2019

Trascendencia

Trascendencia es un concepto que designa aquello que va más allá o que se encuentra por encima de determinado límite. En este sentido, la trascendencia implica trasponer una frontera, pasar de un lugar a otro, superar una barrera. Como tal, proviene del latín transcendentĭa, derivación de transcendĕre, que a su vez se compone de trans, que significa ‘más allá’, y scendere, que traduce ‘trepar’ o ‘escalar’.

De allí que algo que trasciende es algo que supera su importancia circunstancial o su ámbito particular: la trascendencia de las declaraciones de un político, la trascendencia de un acontecimiento íntimo en la vida de un artista. En este sentido, la trascendencia hace referencia al resultado, la consecuencia o la importancia de algo.

Trascendencia en Filosofía
En la Filosofía, la trascendencia es lo opuesto a la inmanencia. Como tal, el concepto de trascendencia hace referencia a aquello que se encuentra más allá de la conciencia, por encima de sus límites naturales. De allí que haya asociado a la idea de superioridad. 

De hecho, en un principio, el término se vinculaba a la naturaleza de lo divino y su relación con el mundo. Desde el punto de vista de la metafísica, la trascendencia se refiere a aquello que no forma parte de la realidad tangible y que, en este sentido, se considera infinitamente superior. Para Kant, por su parte, la trascendencia es la capacidad de la razón para acceder a un nivel de conocimiento superior de los objetos del mundo.

Trascendencia en religión

En las religiones, el concepto de trascendencia hace referencia a la condición de no estar ligado al mundo material y finito, sino, por el contrario, formar parte de lo inmaterial y lo infinito. En este sentido, la trascendencia es una condición divina que se atribuye, principalmente, a Dios, pues Él está por encima del mundo terrenal, y es su existencia es perfecta e infinita. 

El concepto de trascendencia, como tal, tiene particular importancia para la teología y para la comprensión de la naturaleza de lo divino.

Coherentes Y Enfocados

La determinación, la decisión, el compromiso que aceptamos con nosotros mismos es la más fácil y a la vez la más peligrosa de todas las decisiones que podemos tomar…peligrosa por el hecho de las mil excusas y razones que pueden aparecer en nuestro camino y que pueden tentarnos y llevarnos a la deserción en medio de nuestro proceso, en medio de nuestro pacto con el mejor y el peor de los socios que podemos encontrarnos: nosotros mismos…

Por eso hoy me aventuro a hablar de la Coherencia y el Enfoque como las claves fundamentales del éxito en cualquier proceso, en este caso hablando de los procesos de cambios físicos y de estilos de vida de nocivos a saludables, todo el mundo anda en la “ONDA” en la “MODA” pero estas palabras suenan efímeras y vacías… lo suficiente como que para que cualquiera te pueda decir: no caigas son modas que pasan…

La coherencia nos define, es lo que demuestra que no perdemos nuestra esencia que podemos cambiar de opinión, pero que siempre debemos ser consecuentes y files a nuestros principios y pensamientos… abiertos a un mundo de posibilidades de enseñanzas y de innovación pero conservando nuestro norte, que puede sufrir matices pero nunca dejar de definirnos como quienes somos realmente, como diría el recién fallecido García Márquez “Se puede ser infiel pero nunca desleal” nunca podemos ser desleales a lo que realmente somos, y en este mundo donde todos queremos ser “Gurús del Fitness” y motivadores debemos revisar si lo que predicamos o los lineamientos que estamos siguiendo nos están permitiendo convertirnos en una versión mejorada de nosotros mismos o en seres irreconocibles tanto física como mentalmente, recordemos que estos cambios hacia lo fitness, hacia lo saludable ya hemos conversado que son tanto físicos como mentales, ya que durante el proceso logramos comprobar y tomar conciencia de que es lo que realmente beneficia a nuestro organismo…en resumen que la coherencia en este aspecto nos llevara al éxito, si siempre evaluamos y repasamos que continuamos siendo nosotros mismos, que simplemente estamos haciendo ajustes para sentirnos mejor pero que no debemos cambiar nuestra esencia, siempre y cuando nos sintamos a gusto con ella y sean positiva…

El enfoque la otra palabra clave para el éxito, si bien tenemos que ser coherentes, ser nosotros mismos, estamos claros que estamos buscando cambios así que debemos hacer varios ajustes, no pretendas que veras cambios y lograras tus objetivos si permaneces estático y negado a lo nuevo, “innovar” no significa cambiar quien eres significa reinventarte y renovarte para ello necesitas estar muy enfocado, conocer quién eres conocer tus limitaciones para de esta manera trazarte metas…en este proceso de vida saludable es muy importante siempre tener una meta, la clave es mantenerse no llegar ni ganar la carrera, vale más mantenerse y disfrutar del éxito reinventarse y trazarse cada día nuevas metas que llegar a la meta y que el éxito sea efímero, llegando a un fracaso del que nos costara un poco salir (ojo en caso de que pase esto saldrás bien y victorioso igualmente, recuerda que rendirse nunca es una opción)…resumiendo el enfoque… creo que parte de lograrlo está en la motivación convirtiéndose esto en un espiral de energía positiva que generas tú mismo y que refuerzas según con quien te rodees…inspirate, motívate a continuar, vas a tener días buenos y días malos esto es universal y le pasa a todo el mundo lo que marca la diferencia entre exitosos y fracasados es que los exitosos siempre se levantan, los fracasados con la primera caída deciden no levantarse más…forma parte del grupo de los exitosos archivando los fracasos que siempre aparecerán de vez en cuando pero que TU sabrás vencer…

Los Tiempos Del Tiempo

Cómplice del destino o, tal vez, enemigo irreconciliable, el tiempo nos muestra que la naturaleza humana tiene un designio fatal: perecer. Perecer en el tiempo y a través del tiempo, pero no con él. No con él que no responde a nuestros parámetros. No con él que nos transciende, que nos gobierna, hasta agotarnos.

Desde un tiempo sin tiempo, el tiempo amenaza con ser agujero negro de la existencia: y resulta sospechoso adivinar que en la edad biológica se plasma su acecho, ese del que jamás nos veremos libres hasta que el cuerpo mismo se convierta en ultimátum del tiempo. Nacemos en el seno del tiempo. Y nos hacemos a través del tiempo, transcurrimos en él, hasta escurrirnos en él… y perecer.

Tal vez porque no nos es develado su secreto estamos destinados a querer descifrarlo. A querer ser como el tiempo sabiendo existente un reloj biológico que da por tierra instantáneamente con semejante superchería. Temerarios por naturaleza, pretendemos violar las leyes del tiempo, desafiarlo. No sólo persistir a través de él en una sucesión indefinida de unidades temporales (eternidad creo que la llaman) proyectando una falsa juventud hacia un futuro impreciso, viviendo más años de los que el cuerpo soporta a cuestas, sino además viajar en el tiempo retrocediendo y avanzando según le plazca al chofer, infringir los paradigmas que conectan tiempo y espacio acortando la ruta que comunica dos lugares, o estando en ambos sitios a un solo tiempo. Esto y más se nos antojaría pese a que, no hace falta mencionarlo, es todo en vano.

El cuerpo es un dibujo que va trazando el tiempo a lo largo de los años y que nos identifica. Si el tiempo se materializa en nosotros de alguna manera, creo que no es otra sino a través del cuerpo. Cuerpos que cambian con el tiempo que los gobierna y que inútilmente intentamos disfrazar gracias a los avances tecnológicos de la cirugía plástica y la cosmética. Es que el tiempo nos oxida. 

¿Coquetería? A veces, sí… y preferiblemente sí, porque si algo le está vedado a nuestro libre albedrío es escaparle al tiempo, esquivarlo, vencerlo. Aún así, la realidad es tiempo y el tiempo se nos esfuma.
Para empezar, el mito. Qué mejor, cuando de tiempo se trata, que comenzar por esa instancia de límites difusos, de principios inciertos, borrosos y oscuros como es el mito. 

Ese relato de nadie y de todos, como el tiempo, es a la vez que el tiempo algo existente desde el principio (o, al menos, algo que podría tomarse como dado). Y, como el tiempo, el mito también tiene algo de misterioso. No es menester que la analogía respalde mi alusión al mito, pero sí, a lo mejor, nuestro propio recorrido a través de los pedregosos senderos del tiempo.

Desde que habitamos el tiempo (es decir, desde un primerísimo principio) estamos condenados a elegir. Elegir implica una fuga, un salto en el camino de ramas que se bifurcan. Somos algo, porque no somos otra cosa. Optar: esta es la máxima, una emperatriz cruel en la linealidad del tiempo. Nos está vedado hacer dos cosas a la vez, que coexistan p y ~p en un mismo segundo es siempre imposible. 

Tomar decisiones, descartar, recorrer una sola de las ramificaciones en las encrucijadas
donde el tiempo se escinde. Los nórdicos supieron plasmar nuestra condena temporal en la sencilla pero mística figura de un árbol: el fresno Yggdrasill.

Según el mito, este árbol no sólo conecta todas las cosas y todos los mundos, sino que a sus pies se encuentran el Pasado, el Presente y el Futuro. Sus ramas, que se extienden a través de todos los países y de todos los tiempos, representan, cada una de ellas, una elección. Es decir, eso que está ausente en nosotros porque estamos obligados a optar

Es gracias a la literatura que podemos degustar un tiempo gourmet. Ella sabe meter el tiempo en la licuadora y procesarlo a varias velocidades caprichosamente. La hoja es el tiempo del cuento. La hoja reúne, aglomera, aquello que nuestro tiempo no nos dejaría concebir paralelamente. 

Es posible infringir los límites, desdoblarnos, hacer un collage de presente y pasado en un plano único, gracias a la hoja que permite insertar dos momentos en un mismo lugar, hacer de dos tiempos uno solo y acomodarlos en un torbellino para nada lineal, para nada real… si es que nuestra realidad es tiempo.


He aquí nuestra anhelada revancha: sudor de tinta sobre la hoja desierta.

Tal vez el tiempo sea tiempo porque, en nuestra enferma necesidad de ponerle a todo un nombre, la eternidad hubo de ser nombrada y la llamamos «tiempo». Tal vez, por esa sed de significantes, tuvo que hacerse palabra para poder ser desafiado verbalmente. Tal vez porque no podemos ser eternos en la vida, en esta agónica batalla contra los límites de nuestra biología sólo podemos alcanzar el botín de eternidad a través de la literatura y, quizá, la mitología. Y tal vez, y sólo tal vez, en esta breve victoria literaria la palabra tenga algo que ver en el asunto. 

(Ahora, qué paradoja que sea algo breve, en cuanto finito, lo que nos haga eternos).

Sentir La Vida


En la vida nos enseñan una gran cantidad de cosas desde que nacemos. Primero aprendemos cosas básicas como andar o hablar, luego en la escuela nos enseñan matemáticas, lengua e incluso religión. Sabemos escribir sin faltas de ortografía, sumar sin utilizar los dedos y quien es el actual rey de España. Sin embargo, hay algo muy importante que a pocos nos enseñan. Se trata de aprender a sentir para vivir cada instante como si fuera el último. Porque esto nos dará las claves para alcanzar nuestra felicidad y ser más auténticos.

Y es que la vida nos da una gran cantidad de golpes. Hay quien los sufre más fuertes, otros más largos y otros más hirientes, pero la verdad es que todos hemos sentido esa sacudida que merecida o no, no trae la vida de vez en cuando. En estas situaciones, vivir se vuelve cada vez más complicado. Nos despedimos de personas, de relaciones, de trabajos y de situaciones, y a veces, deseamos despedirnos de la vida. Entonces nuestros sentimientos nos juegan malas pasadas porque nos hemos olvidado de nosotros mismos. Pero no hay nada que no se pueda remediar, al contrario, hay algunas cosas que podemos hacer para aprender a sentir y exprimir cada instante que la vida nos regala.

Pero cuando peor lo pasamos es cuando más tenemos que comprender la importancia de sentir. La vida nos trae cosas buenas y cosas malas, y aceptarlas y seguir hacia adelante, es lo único que puede llevarnos a superar las adversidades y a conseguir una vida más feliz. Y es que, para ser feliz hay que conocer lo que es la tristeza, y para llorar de alegría es necesario haber llorado antes de tristeza.


A nadie le gusta sufrir. La tristeza, la ira o la desesperación son emociones que nadie quiere sentir. Aceptar un duelo es un ejercicio valiente, y mientras muchos piensan que llorar es de débiles, no se dan cuenta que hay que ser todo un valiente para aceptar que la vida nos trae cosas malas y que es posible seguir adelante y superarlas.

domingo, 24 de marzo de 2019

La Buena Actitud

Una buena actitud puede hacer la diferencia en muchas experiencias de la vida, la gente que posee una actitud positiva es capaz de enfrentar con valentía las vicisitudes de la vida, mantiene la calma cuando surgen los problemas, tiene la mirada puesta en todo lo que puede lograrse hacia el futuro, supera con inteligencia emocional los conflictos interpersonales, y más.

Una buena actitud ante la vida no es algo que se crea de la noche a la mañana. Una persona puede decir “desde hoy mi actitud será diferente”. Y comienza el día con el pie derecho, sin embargo al poco tiempo, se olvida de la meta inicial y vuelve a caer en las quejas, la conducta reactiva, pereza, etc.

Esto se debe a que la programación mental es muy poderosa y esta se construye a lo largo de años de trabajo concentrado en metas de crecimiento personal.

Si quieres adquirir una buena actitud, entonces necesitas un trabajo disciplinado en base a un plan de trabajo exigente que te permita una alta concentración en ideas positivas.

Es fundamental realizar una autoevaluación continua de las actividades que se están realizando, al igual que una introspección de como se anda a nivel de las ideas. Así se van haciendo las correcciones en el momento adecuado y poco a poco se superan los malos hábitos, el pesimismo y la actitud negativa.

El tipo de palabras que te dices a ti mismo y las que escuchas en el medio ambiente, también influyen en tu actitud.


Después de adquirir una buena actitud, podrás ver el lado positivo en todo, tu capacidad de resilencia será muy alta, emplearás palabras de motivación de forma constante, te mantendrás sereno en medio de las dificultades y experimentarás una gran creatividad para resolver cualquier problema.

Subiendo La Cuesta

Gloria a Dios en las alturas,
recogieron las basuras
de mi calle, ayer a oscuras
y hoy cuajada de bombillas.
Y pusieron un cartel
con las fotos de los tres
y banderas de papel
verdes, rojas y amarillas.
Y al darles el sol la espalda
revolotean las faldas
bajo un manto de guirnaldas
para que el cielo no vea,
en la noche de San Juan,
cómo comparten su pan,
su mujer y su galán,
gentes de cien mil raleas.
Apurad
que allí os espero si queréis venir
pues cae la noche y ya se van
nuestras miserias a dormir.
Vamos subiendo la cuesta
que arriba mi calle
se vistió de fiesta.
Y hoy el noble y el villano,
el prohombre y el gusano
bailan y se dan la mano
sin importarles la facha.
Juntos los encuentra el sol
a la sombra de un farol
empapados en alcohol
magreando a una muchacha.
Y con la resaca a cuestas
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.
Se despertó el bien y el mal
la zorra pobre al portal,
la zorra rica al rosal,
y el avaro a las divisas.
Se acabó,
el sol nos dice que llegó el final,
por una noche se olvidó
que cada uno es cada cual.
Vamos bajando la cuesta
que arriba en mi calle
se acabó la fiesta.

Autores de la canción: Juan Manuel Serrat Teresa
Letra de Fiesta © Emi Melograf Sa, Ed. Musicales Polygram S.A. - Discorama



El Silencio Que Aturde


En el silencio que inquieta los tímpanos,
La mente despierta ruidosos recuerdos de algún momento,
Del helado olvido o de un tierno reflejo atesorado.
Así es esta vida, quizás es lo único que nos da la pauta de que es eso:
La vida… nacer, crecer, reproducirse, envejecer y morir.
 El silencio es un filósofo ermitaño y sabio
Si lo escucháramos más a menudo sin temor alguno        
La mente aprendería a respetar la soledad,
Aunque somos seres que vivimos conectados a otros,
La soledad es para los que tienen en el alma el silencio como amigo.
El silencio aturde cuando tu interior está lleno de  trabajos inconclusos, de rabia, desazón.
Está lleno de frustraciones desvalidas… de caos y encuentros de nuestras propias convicciones pero es eso  la vida.
Un aprendizaje constante. Hasta el mismo día en que cruzamos a lo desconocido.
Aprendemos desde el primer respiro…hasta el último expiro.

Decimos conocer todo y no es mas que la frase redicha de Sócrates:   “solo sé que no se nada”.

El Trato Humano

“Humanizar el servicio y realizarlo con un trato más personalizado es garantía de aceptación y reconocimiento”

Humanizar el servicio y realizarlo con un trato más personalizado es garantía de aceptación y reconocimiento. Es una garantía de éxito.

Es por eso, que evitar conductas automatizadas, y dar prioridad al trato individualizado, indica a los clientes la preocupación y el interés por hacer su estancia en nuestra empresa más agradable.

Al fin y al cabo, es lo que deseamos la mayoría cuando somos consumidores, el reconocimiento de que NO somos uno más, que el cliente importa y mucho. 

El cliente es nuestra razón de ser y cómo se sienta en todo momento debe ser nuestra preocupación.
¿Cómo se sentiría un cliente si, en el momento de irse, después de disfrutar de un buen almuerzo o cena en un restaurante se cruzara con personal de cocina o de limpieza y ninguno le saludara?
¿Qué pensará un cliente si mientras disfruta de su momento dentro de un local de hostelería escuchara reiteradamente la "cantinela" buenos días señores, entendiendo que es un mensaje "lorito repetidor" sin verdadero sentimiento?

Se debe implantar conductas de mejora en la atención. Son necesarias porque generan satisfacciones y éstas repercuten positivamente en la empresa.

En mi opinión, y creo que en la de muchos clientes, no se está haciendo todo lo correctamente que se podría.

Además existe otra estrategia que está empezando a ver resultados muy positivos y que también tiene que ver con destacar en el trato personalizado y huir de métodos globales. Los nuevos inversores y sus asesores siguen apostando por la hostelería pero se alejan de empresas rentablemente contrastadas y eligen invertir en compañías nuevas que no están ligadas a una marca o una franquicia.

De esta manera, se humaniza y personaliza la oferta de productos y servicios sin seguir pautas ya marcadas que desestiman en parte el trato más humanizado y personificado. Se evitan las globalizaciones comerciales.


Una de las múltiples ventajas de las empresas no franquiciadas, aparte de la tan ansiada diferenciación, es la posibilidad de implantar o realizar cambios y ofertas según necesidades marcadas en un momento determinado con mucha más celeridad. Esto les permite ofrecer esa sensación, tan admirada y alejada de lo estructurado en exceso, como es generar asombro; y además pueden realizar actualizaciones al momento, siendo más rápidos y, por lo tanto, más efectivos y sorpresivos.

El Precio De La Civilización

Los hombres eran tan pocos y el mundo manifiestamente tan extenso que habría sido extraño que se limitase a reflexionar filosóficamente sobre su condición y sobre el destino de las riquezas naturales. Incluso en el siglo actual, los hombres se vanaglorian de los resultados obtenidos en lo que consideraban su obligación de vencer al desierto. Los que estudian la condición humana, aunque defiendan la idea de la conservación, habrán de aceptar, sin embargo, la pérdida de muchas riquezas naturales, como precio de la civilización. ¿En qué momento crucial el hombre se dará cuenta de esta acción demoledora y sustituirá la simple explotación de la naturaleza por la unida a la regeneración? Ese momento ha llegado ya quizá. Es posible lograr una regeneración o bien las causas y las consecuencias de esta acción destructora se propagarán como las ondas en el agua hasta el punto de no poder dominarse.

Conviene intentar una clasificación de los efectos de la actividad humana sobre la biosfera, teniendo en cuenta, si es posible, sus características intrínsecas y su evolución para poder situarlos en un diagrama ecológico de factores correlacionados. Este puede ser muy extenso y dar una nueva visión del problema. No hay que considerar siempre los efectos de la actividad humana como destructores de riqueza, aunque así sea en general. Ciertas transformaciones introducidas por el hombre en el medio que le rodea pueden representar un sistema ecológico de igual o mayor valor de producción y de creación de riquezas que las condiciones naturales. La creación de riqueza en este sentido significa la acumulación de capital orgánico, como ocurre en la selva tropical o en los suelos Chernozem.


Es preciso también identificar los nuevos problemas que plantea el desarrollo acelerado y determinar las diversas disposiciones tomadas hasta ahora por el hombre para mantener la calidad del medio que le rodea.

sábado, 23 de marzo de 2019

El Poder De La Paciencia

 “Si la impaciencia implica impotencia, la paciencia implica poder, un poder nacido del entendimiento. En vez de convertirnos en rehenes de la fortuna, la paciencia nos libera de la frustración y sus males, nos lleva al momento presente y nos habilita la calma y la perspectiva para pensar, decir y hacer lo correcto de la mejor manera y en el mejor momento”, dice Neil Burton, autor del libro “Heaven and Hell: The Psychology of the Emotions” (El cielo y el infierno: la psicología de las emociones).

¿Qué haría un adulto enfrentado al marshmallow? Probablemente se lo comería de un solo bocado, porque esa incapacidad de retrasar la satisfacción no es territorio exclusivo de los niños. La incertidumbre, esa sensación de tensa expectativa que no siempre es negativa, ha ido tendiendo a desaparecer. Hay aplicaciones destinadas específicamente a dar certezas: la del pronóstico del tiempo, la que dice cuánto tiempo tardará el siguiente ómnibus en llegar a la parada, la que dice cuándo comenzará el próximo ciclo femenino, la que dice qué están pensando los demás, la que nos muestra fotos de lo que están haciendo antes de que nos lo preguntemos, la que dice cuánto pagaremos de luz antes de que llegue la factura.

Es difícil escapar a la búsqueda de confort y de certezas, pero entonces, cuando estamos esperando que suceda algo que no sabemos cuándo pasará y que ninguna aplicación puede anticipar, viene la crisis.

“Un amigo que sirvió en Vietnam me contó cómo los soldados en las trincheras no podían aplastar los mosquitos cuando los picaban en los brazos. El sonido del golpe podría delatar su ubicación. En ese ejemplo hay al menos dos fuerzas opuestas en juego, y los soldados eligieron la vida antes que el confort”, dice la terapeuta Jane Bolton, que también ha investigado y escrito sobre la paciencia. 

Según ella, “es nuestra mente la que genera la incomodidad, no las circunstancias externas. (…) Así que la solución es un trabajo interior”.

Paciente con los otros. “Ejercitar la paciencia puede compararse con hacer dieta o plantar un jardín. Sí, involucra una espera, pero también necesita tener un plan y trabajar en ese plan. Cuando se habla de relaciones con otros, la paciencia no se limita a la tolerancia, sino a un compromiso cómplice con su lucha y bienestar”, sostiene Burton, el autor del libro “Heaven and Hell”.

Llevada al plano de las relaciones, la paciencia también puede hacer la diferencia, pues habilita a invertir más tiempo en un vínculo, en encontrar la manera de que funcione.

Aquellos que pueden jactarse de tener paciencia, logran sostenerla porque confían en que, ev
entualmente, llegará su momento. “Una vez que has hecho todo para lograr un fin, implica confiar en el fluir natural de las cosas”, dice Orloff. La intuición es, según ella, una gran aliada para saber cuándo es momento de esperar y cuándo de actuar. La paciencia “te deja intuir la situación para tener una visión mayor y más amorosa para determinar la acción correcta a tomar. La paciencia, un regalo cuando se da o se recibe, llega aún más allá cuando puedes leer los motivos más profundos de alguien”.


Mientras el pan leuda, el surfista espera la ola perfecta, la cerámica se seca, el vino fermenta y el fotógrafo espera para capturar un instante, la paciencia encuentra su propósito y los que esperan reafirman una virtud cada vez más rara.

Somos Lo Que Nos Hemos Convertido

Vivimos en una realidad donde nos preocupamos más por poseer que por ser. Dejamos a un lado las buenas costumbres, el arte de pensar, de esforzarse por conseguir un buen objetivo. Ahora todo lo queremos ya y como decía William Ospina nos importa más el resultado que el proceso. Pues lastimosamente son estas razones y muchas más las que están llevando a la humanidad a la decadencia.

¿Qué nos está pasando?, ¿en qué nos hemos convertido? Damos más importancia a las apariencias y al dinero. Descuidando con esto lo más valioso, ese algo que mantiene a la humanidad en un desequilibrio constante, pero que a la vez ha hecho que el mundo evolucione. Estoy hablando del bello arte de pensar y de buscar la verdad, pues actualmente ya nadie quiere interrogarse a sí mismo, nadie se cuestiona sobre la existencia, el origen del universo, la economía, la política. Pues solo nos interesa saber las mentiras absurdas que los medios de comunicación y las redes sociales se han encargado de vendernos.

La ignorancia y la mentira están consumiendo cada vez más al hombre, como un virus y este no lo quiere eliminar pues cree que es más grave la cura que la enfermedad. El cree que fabricando un mundo de mentiras y de consumo desenfrenado puede llegar a la plenitud del alma. Kant afirmaba que el hombre se encontraba en una minoría de edad, esto quiere decir que no es capaz de pensar por sí mismo. ¡Es tan cómodo ser menor de edad¡ , si tengo un libro que piensa por  mí, un pastor que reemplaza mi conciencia, un médico que dictamina acerca de mi dieta, y así sucesivamente, no necesitare esforzarme. 

Si solo puedo pagar, no tengo necesidad de pensar: otro asumirá esta fastidiosa tarea por mí. Con este planteamiento de Kant se puede concluir que el hombre es un títere, y adivinen quien es el titiritero, el sistema. El cual por medio de la televisión, revistas y redes sociales piensa por él. Logrando con esto que las personas no se den cuenta de las injusticias que les cometen y de lo bien que esta el sistema capitalista con esto. Generando que el ser humano se hunda en una ignorancia eterna, descuidando el paraíso de la razón y adentrándose cada vez más en un infierno lleno de irracionalidad y materialismo infinito.

Estanislao Zuleta, planteaba que todo hombre quiere vivir en un paraíso, donde todo lo queremos fácil y ya. No queremos pensar, ni mucho menos luchar por un objetivo en común. Anhelamos un paraíso individual y lo queremos alcanzar sin importar que le pase al otro. Esto es totalmente cierto y tal vez sea  esta la razón por la que hay tantas guerras y tanto egoísmo, pues no nos preocupamos por las demás personas: siempre es yo, primero yo, segundo yo y el resto que se joda. A raíz de esta forma de pensar se ha generado una desigualdad social enorme. 

Pues mientras unas pocas personas se abastecen de grandes recursos, hay una mayoría que se muere de hambre y no puede hacer nada para dejar de sufrir, pues el egoísmo humano impide mirar al otro como semejante, llegando al punto de hacerse el de la vista gorda si ve que otra persona está sufriendo.

Existe un desequilibrio completo en la forma de pensar y actuar. Las personas no son consecuentes con lo que dicen, las personas que defienden una religión o una ideología, en vez de generar paz y ayudar a la sociedad, son los que se han encargado de discriminar; crear desigualdad y generar guerras a lo largo de la historia. ¿Qué les está pasando a esas personas que creen en Dios y defienden su religión matando a otras personas o discriminando a los que no piensan igual teológicamente? , creo que se les ha olvidado que a las personas hay que mirarlas con los mismos ojos con los que se mira a Dios. Ahora me pregunto: ¿qué les está pasando a las personas que buscan llenarse de dinero, a cambio de destruir el medio ambiente y generar  pobreza?, que no saben que la riqueza debe ser espiritual y mental, no material. 

¿Qué nos está pasando a la gente del común, que solo sabemos criticar y no dar soluciones, que somos una sociedad totalmente inhumana, pues nos preocupamos por nosotros mismos y no por nuestro semejante? Vuelvo y me pregunto; ¿en qué nos hemos convertido? Por eso considero que deberíamos trabajar en mejorar como personas fundamentalmente revisar a lo largo de la historia en que ha fallado el  ser humano, para que la sociedad atraviese esta crisis actualmente.

Platón afirmaba que el ser humano vive en una caverna ­; en donde se encuentra atado por unas cadenas y todo lo que ve allí  son nada más que sombras. Jamás ha salido de ese lugar. Este filósofo expone con este relato, que todo  ser humano vive en la mentira, que todo lo que se ve y se siente no es verdad. Las sombras son las cosas que vemos todos los días: el comportamiento de las personas; la televisión y los medios de comunicación.  Las cadenas son fuertes y nos atan a esa mentira eterna y sofocante , donde el hombre ha sido esclavo de la ignorancia, hasta el punto de  vivir en una alegría momentánea .Conformándose así con vivir en la caverna , por miedo a lo que hay afuera de ella.


Ahora, ¿qué pasaría si saliéramos de la minoría de edad?, ¿si dejáramos de soñar con un paraíso individual o si simplemente nos liberáramos de las cadenas y escapáramos  de la caverna? El mundo sería un mejor lugar para vivir obviamente. Pero esto solo se logrará cuando cada uno de nosotros aprenda a mirar a la otra persona con amor y se dé cuenta de que todos merecemos ser tratados con el mismo respeto, sin importar religión, raza, cultura o forma  de pensar. 

Solo así se dará el primer paso para la construcción de una mejor y más equitativa sociedad.

La Responsabilidad Moral

Filosofía
La Responsabilidad Moral
En filosofía, la responsabilidad moral es el estado de la alabanza, la culpa, la recompensa o el castigo moralmente merecidos por un acto u omisión, de acuerdo con las obligaciones morales propias. 

 Decidir qué (si acaso) cuenta como “moralmente obligatorio” es una preocupación principal de la ética .

Los filósofos se refieren a las personas que tienen la responsabilidad moral de una acción como agentes morales . Los agentes tienen la capacidad de reflexionar sobre su situación, formar intenciones sobre cómo actuarán y luego llevar a cabo esa acción. La noción de libre albedrío se ha convertido en un tema importante en el debate sobre si los individuos alguna vez son moralmente responsables de sus acciones y, de ser así, en qué sentido.

Los incompatibilistas consideran el determinismo como incompatible con el libre albedrío, mientras que los compatibilistas piensan que ambos pueden coexistir.

La responsabilidad moral no necesariamente equivale a la responsabilidad legal . Una persona es legalmente responsable de un evento cuando un sistema legal puede penalizar a esa persona por ese evento. Aunque a menudo puede ser el caso que cuando una persona es moralmente responsable de un acto, también son legalmente responsables de él, los dos estados no siempre coinciden.

Varias posiciones filosóficas existen, en desacuerdo sobre el determinismo y el libre albedrío

Dependiendo de cómo un filósofo conciba el libre albedrío , tendrán diferentes puntos de vista sobre la responsabilidad moral.

El Imperativo De Compartir

Todo ser humano necesita tejer a su alrededor relaciones humanas satisfactorias, tanto las familiares como las ajenas a este ámbito. El bienestar emocional depende, en buena medida de la capacidad que se tenga por conseguir este objetivo. Es seguramente la comprensión de los sentimientos de los demás la llave por una convivencia satisfactoria, a parte, desde luego, del conocimiento de la propia manera de ser, que incluye calidades y limitaciones. Toda esta comprensión no depende de la simpatía, que nace muchas veces espontáneamente, sino de lo que denominamos empatía.

La empatía es el esfuerzo que realizamos por reconocer y comprender los sentimientos y actitudes de las personas, así como las circunstancias que los afectan en un momento determinado. Ciertamente que, cuando calzamos los zapatos de los demás y andamos juntos un rato estamos siendo empáticos. Gandhi nos lo recordaba cuando decía: “las tres cuartas partes de las miserias y malos entendidos en el mundo se acabarían si las personas se pusieran en los zapatos de sus adversarios y entendieran su punto de vista”. ¿No se comprenderían mejor las alegrías y preocupaciones de los familiares y amigos y estaríamos más capacitados para animar y ayudar? Es cierto, también, que al salir de nuestro egoísmo por estar por los otros disfrutamos de una gran felicidad.

Recuerdo una amiga mía que me explicaba que a medio hablar de un conflicto que tenía con su madre le había dicho (seguro que con muy buena voluntad): “no te preocupes con el tiempo esto se arregla”. El caso es que aquella joven no se había notado nada comprendida, necesitaba de la empatía y del conocimiento de su madre de la totalidad de su problema. Esto parece la situación de aquel pobre enfermo que a punto de ir al quirófano, por una operación de riesgo, se le dice con cara alegre (también con muy buena voluntad) “todo se resolverá inmediatamente”, cuando está esperando una persona que le haga lado con serenidad y cariño y que comprenda su sufrimiento.

Podría ser habitual que no supusiera ningún problema expresar lo que sentimos o queremos o tratar las discrepancias, incluidos los conflictos, cuando el interlocutor es un amigo o un compañero de trabajo, en el caso de que haya una buena sintonía, pero se puede hacer más complicado con algún familiar. A menudo querríamos resolver el problema y nos preguntamos el porqué de aquella situación: “¿por qué no puedo comunicarme con este hijo?”, o bien “cuando le aviso de algo, ¿por qué no me deja hablar?”. La solución la encontraremos reflexionando para saber qué es lo que realmente necesita en aquel momento.

Aun así todos tenemos carencias para encontrar el momento ideal por reencontrar la confianza y supone un esfuerzo que da buenos resultados, si nos fijamos en la empatía que es, sin duda, una habilidad que nos ayuda a leer emocionalmente al más próximo. Sería deseable y casi parece natural que entre familiares no hubiera problemas de convivencia. Los vínculos que dan el calor familiar hacen que haya una notable confianza que no se encuentra en otros entornos. Por eso es por lo que cuando encontramos que tenemos la sensación de mala relación con algún familiar, el dolor es más fuerte; incluso nos puede afectar la salud.

John Cacioppo, profesor de Psicología de Chicago nos dice: “Las relaciones más importantes en nuestras vidas y las que más incidencias parece que tienen sobre la salud son las que mantenemos con las personas que convivimos cotidianamente”. Pues animémonos a mantener una actitud empática que nos proporcionará paz y armonía e el ámbito familiar y social.

Conciencia Abierta

"Quien es auténtico asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que es – Jean Paul Sartre"

La práctica de mindfulness consiste en abrirnos y estar disponibles a la experiencia presente, y esta apertura se relaciona de manera importante con nuestra capacidad de desarrollar una conexión auténtica con nosotros mismos y con los demás. La traducción que Francisco Varela dio al término mindfulness: «presencia plena/conciencia abierta», nos ofrece algunas luces sobre lo que implica llevar esta práctica más allá del cojín de meditación, hacia el ámbito tan delicado y cotidiano de la relación con uno mismo y con los demás. Mientras que el aspecto de la conciencia abierta enfatiza el cultivo de una mente espaciosa, curiosa, atenta y sincronizada con el cuerpo, el aspecto de la presencia plena se relaciona con la capacidad de estar de manera completa e íntegra en este mismo momento, ya sea estando solos o acompañados.

La calidad de las relaciones que tenemos con los demás, sobre todo con quienes uno siente más cercanos, es un reflejo de la calidad de la relación que uno tiene con uno mismo, y viceversa; el tipo de relación que cada uno sostenga con sí mismo y con la propia experiencia influye directamente en cómo nos relacionamos con los demás. Si me relaciono con mi propia experiencia desde una cierta amabilidad, comprensión, paciencia y humor, es muy probable que este modo de ser se irradie hacia la relación con los demás y que sea capaz de tratar a mis cercanos también con amabilidad y humor. Si, en cambio, el «crítico interno» que existe en mi mente es insistente y cruel en su evaluación de mis experiencias, juzgándolas como aceptables o inaceptables, es bastante probable que proyecte ese tono de evaluación y juicio en mi relación con los demás. He aquí la sabiduría de «la regla de oro» (tratar a los demás como deseas ser tratado) que está presente en la mayoría de las tradiciones del mundo: tratar a los otros con amor es un tipo de altruismo que en realidad trae felicidad al que lo practica, pues lo que sucede afuera es un espejo de lo que sucede adentro.

Congruentemente, la autenticidad que cultivamos en nuestra relación con los demás refleja y nutre la autenticidad que manifestamos con nosotros mismos. A menudo nos podemos sumir en roles y estereotipos de quienes somos, perdiendo contacto con la chispa espontánea de nuestra verdadera presencia, nuestros verdaderos valores, intereses y maneras de sentir la existencia. Cuando esto pasa, nuestras relaciones se convierten en intercambios semipersonales entre máscaras que se sostienen por comodidad, miedo o simplemente por hábito. Como esto no es algo que suceda de un día para otro, la inautenticidad puede ser un fantasma sigiloso que se cuela en nuestras relaciones, poco a poco. Por ejemplo, puedes comenzar a reprimir la expresión de tus sentimientos o pensamientos a tu pareja por temor a no ser comprendido o a ser juzgado, y ese silencio comienza a volverse hábito al punto de que tu propia verdad deja de ser visible hasta para ti mismo. Tal vez se establezcan rutinas de actividades distractoras (usualmente ligadas a algún tipo de consumo, como la comida, la televisión, el shopping u otros) que hagan aún más difícil ver la autenticidad perdida. Pasado un tiempo, esa falta de autenticidad, ese negar lo que uno es realmente ante otra persona, puede crear una distancia y un desconocimiento hacia uno mismo.

Como nuestras sociedades, obsesionadas con la imagen, no enfatizan la autenticidad como valor, pueden pasar años antes de que uno se dé cuenta que ha estado viviendo con poca autenticidad, y es usualmente frente al severo llamado de atención de la muerte (la propia muerte que se intuye cercana o la de un ser querido) cuando surge la pregunta fundamental: ¿estoy realmente viviendo mi propia vida o estoy atrapado en pequeñas farsas cotidianas por miedo, conveniencia o costumbre?

Calidad De Vida

“Hoy en día “calidad de vida” la podemos vincular con los grandes avances en la biotecnología, la cual ha permitido contar con nuevas expectativas de vida, ya que anteriormente no se tenía acceso tan amplio como actualmente lo tenemos. Esto permite cubrir las necesidades más básicas como son en el ámbito emocional, económico, social y educacional.

En la actualidad, hablar de calidad de vida, hace referencia a un concepto que puede comprender diversos niveles que pueden visualizar las demandas biológicas, económicas, sociales y psicológicas en forma individual hasta el nivel comunitario. No olvidando que se relaciona este concepto con aspectos de bienestar social.

Por lo tanto lo que llamamos calidad de vida reúne elementos objetivos y subjetivos del bienestar social que están fundados en la experiencia ya sea individual y comunitario dentro de la vida social.

Si tomamos en cuenta el concepto de calidad de vida según la OMS, nos dice que es la percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia en el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive y en relación con sus objetivos, sus expectativas, normas y sus inquietudes.
Con este argumento podemos citar que es un campo muy abierto donde comprende factores de salud de tipo emocional, física, ser independiente, contar con relaciones que contribuyan a un mejor desarrollo y que exista relación con el entorno en que vivimos.

Ahora bien, cuando nos preguntamos en forma individual que es calidad de vida podemos expresar diversa terminología como bienestar, alcanzar logros personales y familiares, contar buen estado de salud, tener una alimentación sana, en fin todo esto se ve relacionado a entornos sociales y culturales.

La calidad de vida individual puede entenderse como una relación global, dentro de la cual establece aspectos positivos pero también pueden existir eventos en forma adversa en el curso de la vida individual, lo que demuestra la interrelación individual y colectiva en el ejercicio de los valores sociales.

Esto nos demuestra que el concepto de calidad de vida está en constante movimiento, ya que se ve involucrada con aspectos socioeconómicos, culturales y psicológicos lo que genera en el individuo “valores positivos y negativos.”

Así podemos decir que el concepto de calidad de vida y bienestar social puede tener cinco campos a comprender como son:

Físico: donde puede tener aspectos de salud y seguridad física.
Material: contar con una vivienda digna y propia, con acceso a todos los servicios básicos, alimentos al alcance, medios de transporte.
Educativos: existencia y cercanía a una educación donde permita ampliar los conocimientos de forma individual y colectiva.
Emocional: campo muy importante para cualquier ser humano, mediante el cual permite que su estado emocional vaya creciendo e interrelacionarse eficazmente.
Social: donde al ser humano tiene opciones interpersonales con núcleos básicos como la familia y círculos de amistades que permitan desarrollo del mismo.
Es importante considerar que estos campos mencionados pueden tener una diversa influencia en factores sociales, médicos y políticos y también en los ámbitos individuales y de comunidades.

Como podemos comprender, la calidad de vida no es un proceso simple, pues requiere de un análisis minucioso.


La calidad de vida es el resultado de una interacción constante entre los factores económicos, sociales, necesidades individuales, libertad emocional, entornos ecológicos, condiciones de salud – enfermedad ya sea en forma individual y social.

Admiración Por La Literatura

Dice Aristóteles en su imponente Metafísica que la admiración y el reconocimiento de la propia ignorancia es lo que mueve a los seres humanos a filosofar, pues el hombre siente por naturaleza afán de saber. Una idea la de Aristóteles que retoma Kant cuando, en el Colofón de su Crítica de la razón práctica, señala la creciente admiración que le produce la reflexión sobre dos cosas: "el cielo estrellado sobre mí y la ley moral dentro de mí". Y ya en el siglo XX sería el propio Wittgenstein quien evocara este pensamiento al señalar, en su Conferencia sobre ética, el asombro que le produce la existencia del mundo.

El asombro del que habla Wittgenstein bien puede ser entendido como admiración, mas no siempre estos dos términos significan exactamente lo mismo, ya que pudiera darse el caso de que algo nos produjera asombro pero ninguna admiración. Es lo que ocurre con el asombro que nos produce algo inesperado, no digamos ya si aquello que nos causa el asombro nos lo infunde precisamente porque, de tan ridículo, genera sorpresa el que haya sucedido. Tal asombro es el que siente la intelectualidad más sofisticada que no alcanza a comprender cómo es posible que haya más de un millón de personas que pasan cada tarde delante del televisor viendo Sálvame, o el asombro que sienten todos aquellos a los que no les gusta el fútbol, para quienes resulta incomprensible que cada fin de semana millones de personas estén pendientes, como si les fuera la vida en ello, de lo que hacen unos tipos corriendo en pantalón corto detrás de una pelota. Se trataría en ambos casos, desde su punto de vista, de algo asombroso pero nada admirable.


Y un asombro de esta clase es el que, me imagino, habrán experimentado los biempensantes del mundo de las letras al enterarse de que Bob Dylan, un cantautor, haya sido galardonado nada menos que con el premio Nobel de Literatura. Asombro, que no admiración, que llevó a Jesús Badenes, director general de Planeta, en la presentación del célebre premio del mismo nombre, a afirmar hace unos días que el galardón de la Academia Sueca está "desvirtuado" y que, por eso mismo, les corresponde a ellos, los de Planeta, "liderar los premios literarios". Mas a mí me resulta digno de admiración y asombro, en el sentido en que emplean los términos Aristóteles, Kant y Wittgenstein, que se le haya otorgado el Nobel a Bob Dylan, reconociendo así la condición de poeta al autor de letras de canciones tan emblemáticas como Blowin' in the Wind The Times They Are a' Changin. Y por ello mismo no salgo de mi asombro, que no admiración, ante las declaraciones de quienes se proclaman veladores de las esencias de la gran literatura y no saben, o no quieren, reconocer a una figura literaria de primer nivel.

viernes, 22 de marzo de 2019

Libertad De Expresión

“En 1939, Camus escribió un texto sobre la libertad de expresión, pero nunca fue publicado. En 2012, 'Le Monde' llevó a las rotativas el documento con los cuatro mandamientos del periodismo: la lucidez, la desobediencia, la ironía y la obstinación.

En noviembre de 1939, cuando Europa era el cultivo de la Segunda Guerra Mundial, el periodista y escritor Albert Camus escribió un artículo para el rotativo Le soir républicaine, en la Argelia francesa, del que era coeditor.

El texto abordó la libre prensa y expresión durante el ya asentado siglo XX, sin embargo, nunca se publicó. Fue hasta que Macha Séry, una periodista del periódico francés Le Monde, encontró el texto en los Archivos Nacionales de Ultramar (Aix-en Provence),fue así que el documento de tres cuartillas llegó a la prensa.

En su Periodismo libre, el escritor, del que se conmemora el centenario de su nacimiento este 2013, describe los cuatro mandamientos para la profesión: la lucidez, la desobediencia, la ironía y la obstinación.

A continuación, fragmentos del documento, recuperados en español por el periódico El País:
“Es difícil evocar hoy la libertad de prensa sin ser tachado de extravagancia, acusado de ser Mata-Hari o siendo convencido de que eres sobrino de Stalin”.

“(La libertad de prensa) es sólo una cara más de la libertad tout court. La obstinación en defenderla obedece a que, sin ella, no habrá forma de ganar realmente la guerra”.

“El hecho de que un periódico dependa de la competencia o del humor de un hombre demuestra mejor que cualquier otra cosa el grado de inconsciencia al que hemos llegado”.

“Uno de los buenos preceptos de una filosofía digna de ese nombre es el de jamás caer en lamentaciones inútiles ante un estado de cosas que no puede ser evitado. La cuestión en Francia no es hoy saber cómo preservar la libertad de prensa. Es la de buscar cómo, ante la supresión de esas libertades, un periodista puede mantenerse libre. El problema no concierne a la colectividad. Concierne al individuo”.

“Ante la guerra y sus servidumbres, los mandamientos del periodismo son cuatro: lucidez, rechazo, ironía y obstinación. La lucidez, porque “supone la resistencia a los mecanismos del odio de la ira y el culto a la fatalidad”.

“Un periodista, en 1939, no se desespera y lucha por lo que cree verdadero como si su acción pudiera influir en el curso de los acontecimientos. No publica nada que pueda excitar el odio o provocar desesperanza. Todo eso está en su poder”.

“Frente a la creciente marea de la estupidez, es necesario también oponer alguna desobediencia. Todas las presiones del mundo no harán que un espíritu un poco limpio acepte ser deshonesto”.
La veracidad

“Es fácil comprobar la autenticidad de una noticia. Y un periodista libre debe poner toda su atención en ello. Porque, si no puede decir todo lo que piensa, puede no decir lo que no piensa o lo que cree que es falso. Esta libertad negativa es, de lejos, la más importante de todas”.

“Sobre la ironía: No vemos a Hitler, por poner un ejemplo entre otros posibles, utilizar la ironía socrática: la ironía es un arma sin precedentes contra los demasiado poderosos. Completa a la rebeldía en el sentido de que permite no solo rechazar lo que es falso, sino decir a menudo lo que es cierto”.

“Un mínimo de obstinación para superar los obstáculos que más desaniman: la constancia en la tontería, la abulia organizada, la estupidez agresiva”.


“(Después de la guerra) hará falta probar con un método del todo nuevo que sería la justicia y la generosidad. Pero esto solo se expresa en los corazones ya libres y los espíritus todavía clarividentes. Formar esos corazones y esas almas, o mejor despertarlos, será la tarea a la vez modesta y ambiciosa que tocará al hombre independiente. La historia tendrá o no en cuenta estos esfuerzos. Pero habrá que hacerlos”.

Frases De Mark Twain

Frases De  Mark Twain

Aléjate de la gente que trata de empequeñecer tus ambiciones. La gente pequeña siempre hace eso, pero la gente realmente grande, te hace sentir que tú también puedes ser grande 

A mi edad cuando me presentan a alguien ya no me importa si es blanco, negro, católico, musulmán, judío, capitalista, comunista... me basta y me sobra con que sea un ser humano. Peor cosa no podría ser 

El que lucha con monstruos debe tener cuidado de no convertirse en un monstruo. Y si miras fijamente durante mucho tiempo a un abismo el abismo también mira dentro de ti 

El paraíso lo prefiero por el clima; el infierno por la compañía 

Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar 

Es mejor tener la boca cerrada y parecer estúpido que abrirla y disipar la duda 

El hombre es el único animal que come sin tener hambre, bebe sin tener sed y habla sin tener nada que decir 


A mi edad cuando me presentan a alguien ya no me importa si es blanco, negro, católico, musulmán, judío, capitalista, comunista... me basta y me sobra con que sea un ser humano. Peor cosa no podría ser 

Nuestro Mejor Mensaje

¿A quién no le gusta que le presten interés?. Mentiría posiblemente el que dijera que no lo necesita. 

Sin embargo ,a pesar de lo mucho que lamentamos que no se no preste el adecuado interés, somos nosotros mismos los que en muchas ocasiones no prestamos interés a los otros o lo hacemos de una manera inadecuada. ¿Cómo mostrar interés por los demás?

Evidentemente hay una cosa que es previa y muy importante, que es escuchar. Si no escuchas es imposible que la otra persona sienta que le estás prestando atención, porque no se la estarás prestando.

Pero escuchar no es bastante. Si bastara con eso podríamos igualmente hablar con las paredes y sentirnos satisfechos, porque no necesitaríamos ninguna reacción de la persona que nos escucha. Pero sí necesitamos una reacción, y si la reacción no es la adecuada entonces no podemos evitar sentirnos decepcionados. 

No todos los mensajes son iguales. Cuanta mayor importancia tiene el mensaje para la persona que lo emite, mayor es la expectativa de una reacción por parte del oyente.  Si le cuento a un amigo que me estoy comiendo un pollo con patatas y no me dice nada puede que no me siente muy bien, pero si le cuento que un pariente ha fallecido, o que me ha tocado la lotería y no muestra ninguna reacción, seguro que me sienta mucho peor.

Martin Seligman en su libro Flourish: A Visionary New Understanding of Happiness and Well-being: ( “Florecer: una nueva comprensión visionaria de la felicidad y el bienestar”) nos muestra cuáles son las posibles reacciones en los casos en que una persona nos comunique algo que para ella sea importante, según sea activa o pasiva y constructiva o destructiva.

Lo mejor será verlo con un ejemplo. Ramón le dice a Pedro: ” Acabo de conocer a una chica maravillosa, llevamos varios días viéndonos y no nos podemos separar”.

Reacción Activa- Constructiva: 
Lenguaje verbal: “Me alegro muchísimo por ti. Tienes que estar muy contento. ¿Dónde la conociste? ¿Cómo se llama? Vamos a celebrarlo”.
Lenguaje no verbal: con una sonrisa plena, mirando a quien habla, con una postura abierta.
Reacción Pasiva-Constructiva:  
Lenguaje verbal: “Muy bien. Me alegro”.
Lenguaje no verbal: con poca o ninguna emoción.
Reacción Activa- Destructiva: 
Lenguaje verbal: ” Bueno… fíate  tú de las mujeres. No lances las campanas al vuelo. Seguro que te corta las alas y te acaba complicando la vida”.
Lenguaje no verbal: muestra de emociones negativas, como fruncir el ceño.
Reacción Pasiva- Destructiva: 
Lenguaje verbal:” Creo que mañana va a llover, no voy a poder ir a jugar al paddle”.
Lenguaje no verbal: sin mirar a los ojos, marchándose.

Adivina cuál de esas reacciones hace sentir mejor a la persona y cual hace que se sienta peor. Evidentemente he puesto los ejemplos más extremos para ilustrar las posibilidades pero si haces análisis de conciencia verás que muchas veces, sin ser posiblemente consciente de ello reaccionas de manera pasiva o destructiva ( o incluso de manera pasiva-destructiva).


El reaccionar de manera activa constructiva, no nos asegura el éxito en el 100% de los casos. Puede que incluso haya personas que no respondan a tu actitud, pero en la gran mayoría de las ocasiones verás cómo tu popularidad crece y tu satisfacción con tu comportamiento respecto a los demás también lo hace.

La Dignidad Humana

La dignidad humana es el derecho que tiene cada ser humano, de ser respetado y valorado como ser individual y social, con sus características y condiciones particulares, por el solo hecho de ser persona.

La historia nos muestra muchos casos en que la dignidad humana ha sido avasallada. Son ejemplos de ello la desigualdad social vigente en la Edad Media, los abusos del poder, o el holocausto. Justamente este último hecho hizo que se dictara la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948 que declaró a todos los seres humanos como iguales y libres en sus derechos y EN SU DIGNIDAD. Esta práctica de reconocimiento de la dignidad humana siguió plasmándose en tratados internacionales y Constituciones nacionales.

Cada uno pertenece a una determinada raza, sexo, religión; posee una ideología, nacionalidad, determinados rasgos físicos (alto, bajo, rubio, moreno, delgado, robusto, etcétera) un cierto coeficiente intelectual, más o menos habilidad física, mucho o poco dinero, y un aspecto que puede o no coincidir con el ideal de belleza; puede padecerse algún problema de salud, que impida algunas acciones, pero en esencia todos somos iguales como sujetos de derechos, y aquellos con menores posibilidades deben ser ayudados por el Estado para que tengan igualdad de oportunidades.

Como seres dignos (sinónimo de valiosos) somos merecedores del derecho a la vida, a la libertad (salvo como pena si se ha cometido un delito) a la educación y a la cultura, al trabajo, a poseer una vivienda, a constituir una familia, tener alimentación saludable y recreación

Debemos poder elegir nuestro destino, nuestra vocación, nuestras ideas, con el único límite del respeto a la dignidad de los demás.

Se oponen a la dignidad humana, los tratos humillantes, indecorosos, discriminatorios, la violencia, la desigualdad legal y jurídica.