martes, 6 de noviembre de 2018

Intuición Y Prejuicio


Existe mucho material para ayudarnos en la planificación a la hora de resolver problemas, pero ¿qué hay de eso que llamamos pálpito? Es algo que trasciende a la razón. Si buscamos en el diccionario de la Real Academia Española por esos términos relacionados con las corazonadas aparece la palabra “presentir”. La definición que lo acompaña nos habla de intuir, adivinar o tener la impresión de que algo va a suceder.

Sí, tenemos capacidad para tomar decisiones en cuestión de segundos y no equivocarnos. Por tanto, parece imposible que un mecanismo que contribuye de un amanera tan importante a nuestra supervivencia esté gobernado por el azar. Sobre todo, si tenemos en cuenta la cantidad de veces que acierta.

Sabemos que no siempre podemos confiar en nuestras primeras impresiones. Todos guardamos en la memoria varias veces en las que nos hemos fiado de ellas y ha fallado. Por otro lado, también sabemos que nuestra intuición trabaja con heurísticos o atajos que por su carácter globalizador y generalista distan mucho de ser precisos.

“Probamos por medio de la lógica, pero descubrimos por medio de la intuición”.
-Henri Poincaré-

Por otro lado, la intuición ha sido un mecanismo más asociado a la mujer (no en vano utilizamos en el lenguaje popular la expresión de “intuición femenina”). Además, siempre se ha pensado que es algo “mágico”: una habilidad o un don. Sin embargo, pese a que parte de la ciencia no ha podido explicar determinadas situaciones, sí sabemos que su funcionamiento tiene una explicación más cercana y comprensible que la magia.

Los mecanismos de asociación que tenemos en nuestro cerebro, muchos de ellos rápidos y veloces, se encuentran en la base de nuestra intuición. Son tan rápidos porque son capaces de trabajar con una gran cantidad de información y porque además pueden hacerlo en un foco alejado de la atención de nuestra consciencia.

La historia de Abbie Conant que nos cuenta Malcom Gladwell en su libro “Inteligencia Intuitiva” no es solo una historia de lucha contra el machismo en la música. También es un reflejo de cómo se puede favorecer a la intuición cuando la razón se interpone. Abbie tocaba el trombón – instrumento históricamente masculino – en Italia en el año 1980. Envió muchas solicitudes para orquestas europeas y solo respondió la Orquesta Filarmónica de Múnich.

La audición se hizo detrás de una cortina porque uno de los aspirantes era hijo de una persona conocida por el jurado. Abbie Conant interpretó el Concertino para trombón de Ferdinand David y falló en una nota. Pese a que salió pesimista de la prueba fue la elegida por el tribunal para formar parte de la orquesta.

“El intelecto confunde la intuición”.
-Piet Mondrian-

Los expertos musicales reconocieron en cuestión de segundos la calidad de una interpretación. Con Conant lo tuvieron claro y después de escuchar la pieza tocada por ella no quisieron escuchar a nadie más.

La sorpresa para ellos fue cuando pidieron que saliera a escena el trombonista elegido y apareció una mujer en el escenario. Una mujer que en sus mentes no podía tener la capacidad para tocar ese instrumento. Pese a que la contrataron, le hicieron pasar un sinfín de pruebas hasta llegar a los tribunales para poder ser reconocida.

Este es el ejemplo de cómo podemos manipular el entorno para dejar que la intuición fluya. La cortina es la clave en esta historia. Al anular la parte de pensamiento únicamente quedó la sensibilidad y lo puro. Sin la cortina el valor de Abbie hubiera quedado enturbiado por otro enemigo de la intuición: el prejuicio.


Pese a lo que hemos dicho, la intuición suele ser fiable cuando tenemos poco tiempo para tomar una decisión. Imagina que te ofrecen cambiar de departamento en la empresa en la que estás y además te dicen que es una decisión que tienes que tomar con urgencia porque necesitan cubrir ese puesto. 

En los casos en los que los que no tenemos tiempo para tomar una decisión fiarnos de la intuición es la opción más adecuada.

Crece Desde El Pie


(Candombe)

Crece desde el pie, musiquita,
crece desde el pie
uno dos y tres, derechita,
crece desde el pie.

Crece la pared por hiladas
crece la pared
crece desde el pie amurallada
crece desde el pie.

Crece desde el pie, musiquita,
crece desde el pie
uno dos y tres, derechita,
crece desde el pie.

Crece la pared por hiladas
crece la pared
crece desde el pie amurallada
crece desde el pie.

Dentro de su lata la mata
crece desde el pie,
crece desde el pie la fogata
crece desde el pie.

Crecen los mejores amores
crecen desde el pie,
para sus colores, las flores
crecen desde el pie.

Crece desde el pueblo el futuro
crece desde el pie,
ánima del rumbo seguro
crece desde el pie.

Cantan para usted los cantores
crecen desde el pie
un poco de fe y los tambores
pueden florecer.

Crece desde el pie la mañana
crece desde el pie
el sonido de la campana
crece desde el pie.

Crece desde el pie la semana
crece desde el pie
no hay revoluciones tempranas
crecen desde el pie.

No olvides que el día y la hora
crecen desde el pie
después de la noche la aurora
crece desde el pie.

Crece la pared por hiladas
crece la pared
crece desde el pie amurallada
crece desde el pie.

No olvides que el día y la hora
crecen desde el pie
después de la noche la aurora
crece desde el pie.

Crece desde el pueblo el futuro
crece desde el pie
ánima del rumbo seguro
crece desde el pie.


(La versificación y la puntuación son de Alfredo Zitarrosa.)

Espejitos De Colores


Esta frase es un recurso explicativo tan frecuente que prácticamente se ha convertido en un proverbio o refrán. “Cambia oro por espejitos” es una metáfora que quiere poner de manifiesto la ingenuidad y, si se quiere, hasta la torpeza de alguien cuando cambia algo muy valioso por algo que carece por completo de ello y es hasta una trivial objeto desdeñable.

Como ya sabemos, la frase proviene del hecho, real o leyenda, de cuando los conquistadores españoles llegaron a América, entre otras cosas en búsqueda del Dorado y se encontraron con los pueblos indígenas a los cuales les ofrecían barata bisutería, simples espejitos, a cambio del “valioso” oro. 

Al hacer referencia a esta aparentemente indigna transacción, se pretende poner de manifiesto el implícito engaño que se realiza entre los avezados y “conocedores” conquistadores por un lado y los ingenuos, “tontos” o candorosos indígenas, que por falta de conocimiento eran tan fáciles de engañar.

¿Pero esto es realmente así? ¿Quién era realmente el engañado? O más bien, ¿existía tal engaño o solo una de las partes creía estar engañando a la otra sin que esto fuera realmente cierto? Para responder estas preguntas debemos tomar conciencia, que esta transacción se realizaba entre dos culturas, es decir entre dos paradigmas referenciales completamente diferentes. Los españoles consideraban muy valioso el oro que para los indígenas solo eran piedras que encontraban con relativa facilidad a orillas de sus majestuosos ríos. Que les ofrecieran unos objetos tan extraños y maravillosos, casi mágicos, como un espejo, a cambio de unos trozos de piedra, les debe haber parecido sumamente extraño y bastante “tonto”. Los nativos de América no tenían acceso a espejos, eran objetos extraños, apetecibles y que tenían el mágico poder, entre muchos otros de reflejar sus rostros. 

Cambiar piedras amarillas de la orilla del río por espejos les debe haber parecido un extraordinario “buen negocio”. Por su parte, la cultura y los paradigmas referenciales de los conquistadores, los llevaban a pensar que dar espejos por oro les generaba una ganancia incalculable.


Cada uno de los actores de esta acción, mítica o real, estaba imbuido dentro de una marco de creencias, pensamientos y sensaciones que les hacían ver la realidad de una manera predeterminada. 

Nosotros, ahora mismo, también estamos inmersos dentro de un paradigma referencial que nos condiciona a percibir e incluso a fabricar una realidad determinada, que nos parece la única y verdadera realidad.

Seguridad Y Confianza


La confianza en uno mismo es una manera sana de comunicarse. Es la capacidad de defenderse de forma honesta y respetuosa. Todos los días, nos enfrentamos a situaciones en las que tener confianza y seguridad en nosotros puede ser de gran ayuda; por ejemplo al invitar a alguien a una cita, al acercarse a una maestra para hacerle una pregunta o presentarse a una entrevista para la universidad o un trabajo.

No todos tienen confianza en sí mismos naturalmente. Algunas personas se comunican de manera demasiado pasiva. Otras personas tienen un estilo demasiado agresivo. Un estilo seguro es el equilibrio ideal entre estos dos extremos.

Ser seguro significa lo siguiente:
Puedes expresar una opinión o decir cómo te sientes.
Puedes pedir lo que deseas o necesitas.
Puedes expresar tu desacuerdo de manera respetuosa.
Puedes hacer sugerencias o dar a conocer tus ideas.
Puedes decir "no" sin sentirte culpable.
Puedes defender a otra persona.

¿Por qué es importante?
Un estilo de comunicación seguro puede ayudarnos a hacer los que deseamos, pero es mucho más que eso. Cuando nos sentimos seguros de nosotros mismos, nos respetamos y respetamos a otros.
Un estilo de comunicación seguro puede ayudarnos a hacer los que deseamos, pero es mucho más que eso. Cuando nos sentimos seguros de nosotros mismos, nos respetamos y respetamos a otros.

Las personas que hablan con seguridad y confianza demuestran que creen en sí mismas. No son demasiado tímidas ni demasiado avasalladoras. Saben que sus ideas y sus sentimientos son importantes. Tienen confianza.

Las personas seguras de sí suelen hacer amigos con más facilidad. Se comunican con respeto hacia las necesidades de las otras personas y a sus propias necesidades. Suelen ser buenas para resolver conflictos y desacuerdos. Las personas que respetan son respetadas.

                                     

El Sentido De La Felicidad


Pocas personas se atreven de buenas a primeras a encontrar ese propósito y menos aún a ser felices.
Es algo que veo constantemente en reuniones con amigos o encuentros con conocidos. Las personas se auto-sabotean una y otra vez, y no se permiten crecer para llegar al punto donde podrían encontrar y vivir ese propósito, y además tampoco se dan permiso para hacerlo desde un estado de felicidad.

Ser feliz es una herramienta que puedes usar para vivir tu vida con sentido.

Ser feliz no es quedarse solo en las emociones positivas, sino aprender a vivir con las emociones que tienes (buenas o malas), aceptarlas e integrarlas dentro de ti.

La felicidad no es una emoción pasajera. Ser feliz no es una meta que hay que alcanzar; ser feliz es una decisión que debes tomar día a día, y desde esa decisión podrás encontrar el propósito de tu vida y darle sentido a todo lo que haces.

¿Por qué no lo hacemos?
La mayoría de las personas se quedan pegadas en la zona de confort que han creado en sus vidas.
Muchas de ellas lo han hecho de forma inconsciente y simplemente siguiendo los pasos de aquello que es supuestamente correcto de hacer.

Muchos incluso se han acercado a ser capaces de entregar su don único al mundo, y lograron sobreponerse a grandes adversidades externas para hacerlo, pero se quedan allí en el muelle inmóviles e incapaces de dar el paso que les permitiría vivir la vida que quieren.

Porque entregar ese don único implica abrirte completamente al mundo y ser capaz de básicamente desnudarte y mostrarte tal cual eres más allá de las creencias que tienes y los que los otros podrían pensar de ti.

El miedo viene usualmente porque nos asusta el entregarnos a dar nuestro don único y lo hacemos temerosos de ser criticados o no aceptados.

Se necesita fuerza para crear conscientemente, se necesita seguridad valentía y por sobre todo el hacerlo desde el estado de felicidad interna que sólo tú puedes alcanzar por ti mismo. Nadie te puede entregar o prestar, debes cada mañana ser tú quien se ponga eso como si fuese una prenda de ropa.
Sin embargo, si en ese proceso puedes sostenerte a ti mismo en un estado de felicidad y sentido, 
entonces será mucho más fácil hacerlo, porque la felicidad real, la felicidad interna, es capaz de disolver la angustia, el miedo y la ansiedad. Emociones que son naturales que sientas justo en el momento en que debes dar el gran paso.

Para conectarte con la felicidad solo tienes que respirar profundo y ver lo maravilloso que es este momento, sin importar lo que está sucediendo. Amar que estás vivo, darte permiso para quererte. Anda y mírate al espejo y decite cuánto te amas.


La felicidad no llenará el vacío, pero te ayudará a tener fuerzas para darle sentido a la vida y estar más en paz.

lunes, 5 de noviembre de 2018

Habilidades Metacognitivas

La importancia que se otorga desde los marcos teóricos del aprendizaje significativo a la metacognición por su incidencia en la capacidad de aprender a aprender es uno de los factores que exige nuevos planteamientos en la evaluación. La metacognición es aquella habilidad de la persona que le permite tomar conciencia de su propio proceso de pensamiento, examinarlo y contrastarlo con el de otros, realizar autoevaluaciones y autorregulaciones. Es un “diálogo interno” que nos induce a reflexionar sobre lo que hacemos, cómo lo hacemos, y por qué lo hacemos.

Desde la evaluación debemos estimular estas habilidades metacognitivas para que el alumno tome conciencia de su propio proceso de aprendizaje, de sus avances, estancamientos, de las acciones que le han hecho progresar y de aquellas que le han inducido a error. La evaluación se convierte así en un instrumento en manos del estudiante para tomar conciencia de lo que ha aprendido, de los procesos que le han permitido adquirir nuevos aprendizajes, así como para regular dichos procesos.

A fin de que esto sea así la evaluación y las estrategias evaluativas que se planteen en el aula deben facilitar el desarrollo de habilidades de autoconocimiento y autorregulación. Por estas causas toda estrategia debe facilitar:

el autoanálisis respecto a sus actitudes y el control del esfuerzo y dedicación que pone a las distintas tareas de aprendizaje.
el control ejecutivo de la evaluación, o sea, la capacidad para planificar las acciones que implique la evaluación, para valorar en qué medida se aparta del plan previsto y para adoptar las medidas oportunas de acuerdo a las posibles desviaciones.
el control de la adquisición de los conocimientos y las habilidades a fin de identificar estados iniciales que le dificultan o facilitan la adquisición de nuevos conocimientos, y tomar conciencia de sus propias estrategias de aprendizaje (identificación de los procedimientos más efectivos para su estilo y ritmo de aprendizaje, fuente de errores, etc.)

Junto a estas estrategias metacognitivas, es necesario que el estudiante conozca los criterios e indicadores de evaluación que se han de tener en cuenta para valorar sus acciones: procedimientos y productos. Es preciso hacer explícito los aspectos que toman en consideración para emitir el juicio valorativo y los indicadores de nivel de logro. Esto no es tarea fácil en muchas ocasiones. En la práctica estos criterios e indicadores son más implícitos que explícitos. Se ha de analizar cómo un docente plantea la evaluación y cuál es el contenido de esta para extraer los criterios y niveles de evaluación que utiliza.

El conocimiento de estos criterios es una información clave para el alumnado. Es más, dentro de un aprendizaje auténtico y significativo, la participación del alumno y de la alumna es fundamental en el momento de establecer los criterios y los niveles de logro. Cuando dispone de este conocimiento puede orientar su aprendizaje, centrándose en los aspectos que son básicos y estableciendo decisiones discriminativas efectivas.

Las estrategias de evaluación de naturaleza metacognitiva tales como los diarios reflexivos, el portafolios, la autorregulación del aprendizaje mediante la elaboración de mapas conceptuales, la auto observación y valoración de las adquisiciones mediante el uso de parrillas de evaluación (Juba y Sanmartí, 1996) son recursos favorecedores de una evaluación centrada en el proceso más que en los resultados.


Desde estas perspectivas, la evaluación se convierte en un instrumento poderoso para que el estudiante aprenda a evaluar y a “entender cuál es su aprendizaje individual” y, de esta manera, desarrollar una de las habilidades clave del “aprender a aprender

Crecer Día A Día


Las preocupaciones, el estrés… todo esto que nos agobia y nos persigue cuando nos hacemos adultos tiene una explicación. Necesitamos crecer todos los días, ya sea a nivel profesional o personal, o en todos los sentidos. La verdad es que estancarnos y quedarnos quietos no es una opción, aunque muchos la practiquen.

Pero, ¿por qué esa necesidad de superarnos a nosotros mismos? ¿Por qué ese afán por progresar, por convertirnos en mejores personas? Hoy descubrirás cómo crecer, cómo mejorar cada día como persona, al mismo tiempo que comprendes esta necesidad como algo inherente en tu existencia. 

¿Estás preparado para empezar a crecer todos los días
“Porque nadie puede saber por ti. Nadie puede crecer por ti. Nadie puede buscar por ti. Nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer. La existencia no admite representantes”
-Jorge Bucay-

Suena contundente, fuerte, con energía y total certidumbre. Es la verdad. Crecer debe ser una prioridad en tu vida, motivarte para ser mejor persona, para avanzar. ¿Qué ocurre cuándo no crecemos? Simplemente, te apagas. Toda esa energía que tenemos, esa motivación que nos debería hacer seguir adelante para conseguir nuestros objetivos no existe.

Realmente, ¿es esto vivir? La respuesta es no. No podemos vivir sin tener una meta, un objetivo, sin superarnos como personas día tras día. Al no hacer esto, nos volvemos personas enfadadas con el mundo, sin expectativas, amargadas y con muchas posibilidades de caer en la depresión. Si no es esto lo que esperas, ¡cambia!

Lograr objetivos, ser mejor persona te hará sentirte mejor. Pero, obviamente, si te encuentras en este punto de inflexión en el que no sabes cómo proceder, ¡no te preocupes! Hoy sabrás qué debes hacer para volver a sentirte vivo y útil de nuevo.

“Una persona que crece es una persona que se deja enseñar en los momentos buenos y en los momentos difíciles se deja corregir”
-Bernardo Stamateas

Lo primero que debes tener en cuenta para crecer todos los días es que nunca debes dejar de aprender. Cada día es una nueva oportunidad de conocer algo que no sabías. No lo desaproveches.
También debes aprender a escuchar a los demás para saber qué imagen estás dando. Esto no significa que tengas que ser lo que los demás quieren que seas, pero muchas veces no somos conscientes de acciones que, realmente, muestran una imagen negativa de nosotros. Si vives de acuerdo a lo que los demás puedan pensar de ti o intentas complacer a todo el mundo, ¡es hora de cambiar!


Pero, no solo esto. Cualquier cosa que te moleste, cualquier situación que te incomode, empieza a manifestar tu opinión al respecto. ¿O es que quieres vivir toda tu vida callado ante este hecho? Crecer no significa llegar muy lejos. Crecer implica motivarse para conseguir pequeñas cosas que podamos cambiar en nuestro día a día.

La Simple Apariencia


Hoy me gustaría hablarle sobre el dilema entre ser y parecer, el cual es muy habitual en las personas que gustan vivir de las apariencias. Lo primero que debemos decir es que para parecer hay que ser, es decir, el parecer se da en algo que previamente es y, por ende, ya tenemos que ser algo para poder parecer ser otra cosa. En las personas no hay un solo parecer sino que hay un ser con determinado grado de desarrollo y educación donde aparece un cierto parecer.

Me gustaría profundizar un poco más este tema. El ser del ser humano es el ser humano que es, es decir, es el ser que existe y, en tanto tal, es un ser llamado al desarrollo. El ser humano está en camino de desarrollo personal en la vida la cual es, de algún modo, un espacio temporal donde la persona va creciendo y desarrollándose. Gran parte de los desarrollos posibles del hombre están en sus manos. El parecer implica una apariencia, contrapuesto a un no-desarrollo. El que parece algo pero no lo es, justamente no es aquello que aparenta. El tema es que la persona humana tiene cierto grado de desarrollo ya alcanzado a lo largo de su vida pero tiene muchas posibilidades de desarrollo que aún no ha alcanzado y que cree que nunca va a alcanzar.

Con respecto al desarrollo personal y al amor a uno mismo ya tenido, uno no puede aparentar porque ya lo tiene pero uno puede parecer en aquello que no tiene. Hay un grado de desarrollo personal en la persona que ya está presente en la misma y, ese grado de desarrollo posible, en la medida de que no sea actual, puede ser aparentado. Entonces, podemos tener distintos grados de ser y de apariencia en la persona que estén combinados en la misma persona y que se manifiesten, por ejemplo, en nuestra adicción a los teléfonos móviles.

La idea de estas reflexiones es que cada uno pueda tomar su propia vida como modelo y como punto de reflexión, logrando alcanzar un significado para la propia vida, y no para fijarnos en los demás, ya que es lo que primero que nos sale como costumbre. Ahora bien, si reflexionamos sobre nosotros mismos, ¿por qué nos sale más fácil el parecer que el ser? Bueno, porque para parecer no hace falta ser eso que aparento entonces lo puedo simular, lo puedo teatralizar de forma inmediata, en otras palabras, el parecer es algo inmediato. En cambio, si yo quiero desarrollar genuinamente algo de mi esencia requeriría esfuerzo propio, sería algo mediato. El problema es el siguiente: ¿Por qué a veces nos contentamos con parecer, como si ese parecer fuera realmente un ser?

En el ámbito del parecer, nos encontramos con un ámbito de simulaciones y actuaciones de la persona, montajes que hacemos frente a los demás y que tienen, en general, el rasgo de querer simular algo que no está tenido. El parecer, aunque lo simulemos, termina siendo un auto-engaño en el cual uno termina cayendo y, si uno se termina engañando por aquellas cosas que parece y las supone como tenidas, lo que no va a hacer nunca es recorrer el camino para tenerlas de verdad.
Hay que tener cuidado con las simulaciones, con el parecer. Un ejemplo es el status como una apariencia montada frente a los demás, esa exacerbación de condiciones propias que a veces no son tenidas y que configuran un ropaje que uno se pone para aparecer de tal modo frente a los demás. Lo importante es que uno no se termine engañando, creyendo que tiene aquello que aparenta. Si yo creo que tengo lo que aparento, lo cual en verdad no lo tengo, nunca voy a recorrer el camino de ir de la apariencia a tener realmente esa habilidad.

Vayamos a ejemplos sociales actuales, si yo aparento que tengo mucho dinero frente a los demás y en esa apariencia me termino creyendo que tengo mucho dinero, nunca voy a poder recorrer el camino genuino de llegar a tener verdaderamente mucho dinero. Si aparento ser un intelectual que lee libros, que cita a grandes autores pero que no lee ni estudia tanto y en esa puesta en escena me lo termino creyendo, no voy a recorrer el camino que me lleve realmente a ser un intelectual. Estos son algunos de los problemas que se presentan.

Otra pregunta que tenemos que hacernos es: ¿Por qué necesito aparentar? ¿Por qué le pongo tanto poder al que me mira, de tal modo que brindo un espectáculo personal constante frente a él? ¿Será para que nos quieran, para que nos tengan aprecio, para conseguir beneficios? El tema es que ese no es un camino existencialmente maduro.


El camino que yo le invito a recorrer es un camino de desarrollo personal centrado en el crecimiento y desarrollo de lo que usted puede llegar a ser. El desarrollo de su esencia, de sus habilidades, de sus vocaciones y no en la apariencia de supuestas virtudes que en el fondo no están tenidas o son tenidas en grados bajos o pequeños. El pasaje del parecer al ser implica un camino de madurez existencial.

Hacer Lo Bueno

No tienes porqué ser una buena persona. Nada ni nadie te obliga; ni quienes se suponen que tienen que obligarte están obligados.

Aun así, sería lo mejor para ti.

En nuestra sociedad, valoramos lo bueno. No sabemos qué es, ni cómo es; pero suponemos que es lo mejor para nosotros porque todo el mundo está empeñado en hablar sobre lo que es mejor para nosotros y lo que no
.
La bondad, lo bueno, suele estar en la lista de recomendados; aunque no sabemos ni qué es ni como es.

En nuestra sociedad, valoramos a quién ayuda; porque para eso nos unimos. Valoramos a quienes cuidan de nosotros, quienes buscan lo mejor para nosotros; quienes se atreven a luchar por nuestros intereses.

La caridad es buena, decimos; porque esta nos ayuda. La justicia, también, porque nos cuida y vela por nosotros. La valentía, adoramos, porque será lo que necesitamos cuándo las tormentas lleguen y arrasen con nuestra vida.

Buscamos esas cualidades, esas virtudes cardinales, porque nos sentimos bien cuándo estamos cerca de alguien que las tiene. Confiamos en el sabia cuando no sabemos; más cuándo vela por nuestro interés.

La prudencia; para distinguir entre lo necesario y lo excesivo, es bien vista ante quién busca un equilibrio. La justicia; para distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, será amada por quién quiere ser cuidado. La fortaleza; para corregir lo incorrecto, será víctima de elogios y adoraciones por todos. 

La templanza; para controlar las pasiones, es cualidad de reyes o líderes: quienes serán adorados y recordados.

Y nosotros, las personas, recompenzamos lo que creemos que es bueno.


Tolerancia



Es importante comprender que para superar los problemas necesitas, por un lado, el poder interno y, por otro, la capacidad de tolerar. Tolerar no significa aguantar. Tolerar es aceptar, comprender y saber afrontar. Es decir, tolerar no es aguantar y luego explotar. En la tolerancia disuelves aquello que, de otra forma, estarías aguantando. Es como el mar, que es un ejemplo de tolerancia, porque echamos mucha suciedad al mar, el mar la absorbe y, con el tiempo, la transforma. Tolerancia es ser como el océano, es decir, saber absorber y disolver, hacer desaparecer.

La tolerancia ha de equilibrarse con la capacidad de afrontar, que se basa en la valentía, en el coraje y en la seguridad personal. Tener el poder de tolerar te da seguridad y confianza de que podrás, lo conseguirás, avanzarás. La tolerancia es necesaria para convivir, para ser y dejar ser.

Con la virtud de la tolerancia, continuarás sonriendo, nunca te desanimarás. Sonreír cuando alguien te alaba no es ser tolerante. Sin embargo, cuando alguien se convierte en un enemigo enfadado y te insulta, pero ya no tienes el más mínimo   signo de desánimo en tu cara, ni siquiera en tus pensamientos, es tener tolerancia. Mirar, hablar y entrar en contacto con sentimientos de misericordia, es decir, de paciencia, comprensión, amor y respeto, con una persona con quien no tienes buena relación, es tener tolerancia.

En los antiguos textos sagrados de la India se ha representado, a Mahavir Hanuman llevando una gran montaña en la palma de la mano como si fuera una pelota. No importa si el problema, obstáculo o tormenta parece una gran montaña: convierte algo que parezca tan grande como una montaña en un juguete pequeño, y supéralo como si fuera un juego. Haz que algo grande sea muy ligero, y tú también te sentirás ligero. No conviertas una piedra pequeña en una montaña, convierte la montaña en una pelota. Llevar la expansión a su esencia es tolerancia.

Expandir los obstáculos y problemas en tu mente o hablar de ellos a los demás significa crear montañas. No entres en la expansión: pon el punto final y pasa página, así avanzarás. Una  persona tolerante siempre es capaz de llevar la expansión, los problemas y obstáculos a su esencia con conocimiento, meditación y silencio. Cuando eliges el camino más largo, eso consume más y acaba agotando tu tiempo y energía. La expansión es el camino más largo y la esencia es tomar un atajo. Ambos sirven para cruzar al otro lado, pero gracias a que los que toman un atajo pueden ahorrar su tiempo y energía, no se desaniman.

Constantemente disfrutan y lo superan todo con una sonrisa.

Esto es ser tolerante.

La Capacidad De Hacer


La habilidad es la aptitud innata, talento, destreza o capacidad que ostenta una persona para llevar a cabo y por supuesto con éxito, determinada actividad, trabajo u oficio. Casi todos los seres humanos, incluso aquellos que observan algún problema motriz o discapacidad intelectual, entre otros, se distinguen por algún tipo de aptitud.

En tanto y de acuerdo con que no todos los individuos somos iguales, venimos del mismo lado o nos gusta lo mismo, no todos los seres humanos observan la misma destreza para las mismas cosas y por suerte, gracias a esto es que existe la diversificación de tareas y trabajos.

La palabra destreza se construye por substantivación del adjetivo diestro. Una persona diestra en el sentido estricto de la palabra es una persona cuyo dominio reside en el uso de la mano derecha. Diestro tiene también la acepción de referirse a toda persona que manipula objetos con gran habilidad. Antiguamente se creía que el lado derecho tenía relación con Dios, y el izquierdo con el Diablo. El significado de destreza reside en la capacidad o habilidad para realizar algún trabajo, primariamente relacionado con trabajos físicos o manuales.

Entre mis habilidades están: Soy una persona que le gusta organizarse para hacer bien las cosas, me gusta llegar a conocer bien quienes son las personas que son mis amigos y saber también si puedo contar con todos en las buenas y en las malas. También me considero una persona con bastante madurez, otra habilidad que considero tener es que me gusta poder ayudarle a mis amigos cuando lo necesitan, tengo bastante paciencia pero hay momentos en los que esta llega su límite. Soy una persona que le gusta luchar por lo que quiere, me considero también muy soñadora.

Entre las destrezas: me gustan mucho lo que son las manualidades, también la computación, soy responsable, y a pesar de las circunstancias en las que me encuentre siempre quiero encontrar algo que me haga feliz, me gusta estar en comunicación con mis amigos para poder planear ir a algún lugar a pasarla bien, soy una persona un poco tímido pero ya cuando agarro confianza soy diferente. Me gusta escuchar cuando me buscan, pero también me gusta que cuando yo necesito que me escuchen o me den un buen consejo también me lo puedan dar.

Las 10 habilidades para la vida
En 1993 la División de Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó la Iniciativa Internacional para la Educación en Habilidades para la Vida en las Escuelas. El propósito de esta actuación era difundir mundialmente la enseñanza de un grupo genérico de diez destrezas psicosociales, consideradas relevantes en la promoción de la competencia psicosocial de niñas, niños y jóvenes.
1. Autoconocimiento
2. Empatía
3. Comunicación asertiva
4. Relaciones interpersonales
5. Toma de decisiones
6. Solución de problemas y conflictos
7. Pensamiento creativo
8. Pensamiento crítico
9. Manejo de emociones y sentimientos
10. Manejo de tensiones y estrés

Estas diez habilidades psicosociales no son materia nueva. En cierta forma son tan antiguas como la propia humanidad, porque todas tienen que ver con la manera en que manejamos las relaciones con nosotros mismos, con las demás personas y con el entorno social.

domingo, 4 de noviembre de 2018

La Madurez Vigente


Los valores en el ser humano son concretos, reales y vigentes, el adulto maduro trata de hacerle frente a cualquier situación que se le presente a fin de darle la mejor solución posible.

Es una persona con un gran sentido de la responsabilidad y seriedad, recordemos que fuimos creados con libre albedrío, por lo que somos dueño de nuestros actos y acciones, que por mucho que nos de miedo asumir la libertad que se nos ha dado, debemos utilizarla de manera racional, correcta y responsable.

Estos nos ayudan a crecer y hacer posible el desarrollo armonioso de todas las capacidades del ser humano. Los valores están ligados a nuestra propia existencia, afectan la conducta configuran y moldean las ideas y sentimientos.

El hombre se construye y crece a medida que va asumiendo la vida con rectitud, esto nos permite juzgar si nuestra conducta es correcta e incorrecta, buena o mala. El concepto de valor consiste en un conjunto interiorizado de principios nacidos de experiencias analizadas en función de su moralidad.

Lograr que seamos más felices y que nos consideremos realizados como personas, como seres humanos y como profesionales, pero más que todo saber y entender que es de trascendental importancia descubrir que es lo que en realidad buscamos y perseguimos en la vida.

El Adulto: Es aquella persona que además de su crecimiento físico, ligado a su desarrollo cronológico (edad) evidencia un nivel de autonomía consagrado por la experiencia individual y colectiva.

No importa cuánto sabe (mucho, poco o nada) de lo que exige el sistema, ni cuántos años tiene, sino cuánto puede (física, psíquica y socialmente) dentro de una sociedad concreta y en relación con la clase social a la que pertenece.

La Persona Madura: Según Allport, los Criterios por lo que se puede conocer la Persona Madura son seis:
1. Extensión del sentido de sí mismo: el individuo maduro extiende el sentimiento o sentido que tiene de sí mismo hacia las áreas significativas de su vida.
2. Relación emocional con otras personas: Debido a la extensión de sí mismo a otras áreas significativas de su vida, el sujeto desarrolla una gran capacidad para amar profunda e instintivamente (el individuo maduro sé abstiene de murmurar, dominar, respeta la condición humana de cada hombre; el inmaduro busca ser amado le es difícil amar).
3. Seguridad emocional (Aceptación de Sí mismo): Se refiere al equilibrio emocional el no incurrir en excesos, uno se toma así mismo por lo que es, sin rechazarse total o parcialmente. El individuo maduro trata de hacer frente a la situación. El individuo maduro aprende a tener proporción, el sentido de proporción según Allport, depende de la visión realista de las cosas y de los Valores integradores, que rigen y canalizan los impulsos emocionales.

4. Percepción realista, aptitudes y tareas: El individuo maduro tiende a tomar las cosas como son, sin pretender imponer a la realidad el molde rígido de sus caprichos o fantasías.
5. Auto-Objetivación, (Conocimiento de Sí mismo y Sentido del humor): Generalmente él individuo maduro tiende a tener un mejor conocimiento de Sí mismo, tanto de sus aspectos favorables, como de los desfavorables. Es aceptado fácilmente por los demás, juzga más correctamente a otras personas.
6. Filosofía Unificadora: Para Allport, el individuo orienta su vida Según Valores.


Parece ser que ésta es la orientación típica del individuo maduro. Al igual que otros Psicólogos Allport concibe seis tipos ideales de personas orientadas hacia Valores: teóricos, utilitarios, estéticos, sociales, políticos y religiosos, reconoce que estas orientaciones hacia los valores no agotan todas las posibilidades y que los valores están definidos de un modo algo imprecisos, pero que a pesar de todo esto son útiles porque ayudan a reconocer la función integradora del valor de la personalidad madura. 

Es Mucho Mejor Estar Muerto


Aliviando Conciencias: Es Mucho Mejor Estar Muerto
He aquí los doce constituyentes que, según Van Lommel, en su libro "Consciencia. Más allá de la vida" (Atalanta), definen una experiencia cercana a la muerte (ECM):

1. Inefabilidad. Es una experiencia un tanto refractaria a las palabras. Situada fuera del ámbito de la experiencia cotidiana, el lenguaje se vuelve opaco.
2. Sentimiento de paz y sosiego; desaparición del dolor. Una plenitud que sobreviene de forma brusca, sin transición con el estado anterior.
3. Consciencia de estar muerto. Se oye a los testigos y doctores declarar la propia muerte. A veces se escucha un silbido o un zumbido.
4. Experiencia extracorpórea (autoscopia). Se ve la escena del fallecimiento desde un punto alto, con gran densidad de detalles, a veces desconocidos por los propios testigos o imperceptibles. Verificaciones y corroboraciones documentadas. Las personas ciegas acceden a la visualidad. El aspecto más inexplicable de todos.
5. Espacio oscuro. Vacío, cerrado, pozo. También, experiencia de túnel. El muerto se abre paso a través de un espacio angosto, tenebroso, en ocasiones multicolor. Se aproxima a la luz. Se ve envuelto completamente por ella y sobreviene un sentimiento de beatitud, una sensación de amor y aceptación incondicional.
6. Percepción de un espacio sobrenatural. Paraje deslumbrante: colores hermosos, flores extraordinarias, ciudades y edificios espléndidos.
7. Encuentro y comunicación con personas fallecidas: familiares y amigos a los que se reconoce sin atisbo de duda. Su aspecto es saludable, aunque el recuerdo que predomina de ellos es el de la enfermedad.
8. Visión de una luz brillante o de un ser de luz. Esta luz lo penetra todo. Y el muerto se siente arrastrado por ella.
9. Retrospección vital panorámica. El sujeto experimenta cada una de sus palabras y acciones pasadas, así como sus pensamientos, y llega a la conclusión de que todo ello le afecta a sí mismo tanto como a los demás. No es como una película. Se trata más bien de una empatía profunda. No hay juicio sobre cosas o personas.
10. Prognosis. El fallecido siente que puede ver un fragmento de la vida que está por venir.
11. Percepción de una frontera. Niebla, valle, muro, puente, río, puerta. Consciencia de que una vez atravesada la frontera no se podrá regresar.
12. Regreso consciente al cuerpo. Abrupto y desagradable.
Las consecuencias de una ECM son, básicamente, pérdida definitiva del miedo a la muerte y percepción extremadamente generosa de los asuntos humanos.
Algunas variantes de ECM no están relacionadas con el fallecimiento biológico personal. La denominada ECM empática, puede ocurrirle a alguien que asiste a la muerte de un ser querido: ve, por ejemplo, que otros seres queridos vienen a recoger al difunto. La meditación profunda contiene también bastantes elementos de una ECM. Y puede producirse asimismo en circunstancias de éxtasis ante la naturaleza. 

Van Lommel asocia el cuadro con los clásicos viajes al inframundo de que está nutrida la literatura y ciertas conductas ascéticas desde tiempos antiguos.
                                    


Normas De Convivencia Social


Todo individuo forma parte de numerosas agrupaciones sociales como la escuela, clubes deportivos, sindicatos, junta de vecinos, amigos del barrio, entre otros.

En todas las sociedades existen reglas que facilitan la convivencia. Si esto no fuera así, la vida entre las personas con diversas características, ideas o creencias sería difícil; pues nunca llegarían a un acuerdo.

Es así que surgen las normas, mecanismos que regulan la conducta de las personas, respetando los derechos y libertades de todos por igual. Podemos diferenciar tres tipos de norma:

 Las convencionales
Estas normas establecen comportamientos en la sociedad en función de los valores de un grupo. Las observamos en la vida cotidiana.
Por ejemplo, comer educadamente en la mesa, hablarles con respeto a las personas mayores, parar frente a la luz roja del semáforo, pagar las cosas que compramos, pedir permiso para ir a un lugar, etc.
Las morales
Estas normas definen lo que es bueno o malo según ciertos valores y principios rectores de la conducta humana. Cada uno establece su propio código de normas morales con base en las de su grupo social específico.
No hacer trampa en un juego, darle lo que le corresponde a cada uno, no espiar las cosas privadas de los demás, no discriminar a las personas por sus costumbres, son ejemplos de normas morales.
 Las jurídicas
Son definidas por las autoridades del país. Estas normas establecen deberes así como sanciones para garantizar su cumplimiento.
Existen personas o instituciones encargadas de hacerlas cumplir o de aplicar las sanciones correspondientes a quienes no las respeten.
Por ejemplo, conducir con licencia, no vender cigarros o alcohol a menores de edad, etc.

Ten presente que estas normas garantizan la supervivencia, autoprotección y calidad de las relaciones humanas.
                                    


El Chivo Expiatorio

Ser un chivo expiatorio significa, a día de hoy, que un único individuo cargue con las culpas de algo que ha sucedido cuando en realidad la responsabilidad debería recaer sobre un grupo más amplio de personas o colectivo, pudiendo incluso suceder que dicho individuo ni siquiera haya participado en el acto punible y sea inocente.

El origen de esta expresión lo encontramos en un ritual que practicaban los antiguos judíos para celebrar el Día de la Expiación. Consistía en elegir a dos machos cabríos (chivos) y mediante el azar designar a uno de los animales para sacrificarlo a Yahveh con todos los honores, con su sangre  se rociaba el Propiciatorio (el arca de la alianza).  En cambio sobre el otro chivo, llamado Azazel, recaía la culpa de todos los pecados, se realizaba una ceremonia en la que el rabino, purificado y vestido de blanco ponía sus manos sobre la cabeza del animal, traspasando así la culpa del pueblo a éste,  para luego llevarlo al desierto en calidad de emisario y ser abandonado allí, según algunas fuentes era además apedreado. De esta forma puede considerarse que el sacrificio elimina, borra y limpia el pecado.

Existe mucha controversia sobre el término Azazel aparecido en las escrituras, Levíticos 16:8-10, ya que no hay acuerdo sobre si el mismo es el nombre que se le daba al macho cabrío ofrendado, si representa la entrega del mismo a un ángel caído (o incluso al mismo Satán) o simplemente designaba el lugar a donde se enviaba el chivo, siendo asociado el desierto como lugar en el que vivían seres malignos como los demonios.

Lev 16:8 Luego echará suertes sobre los dos machos cabríos, una para Yahveh, y otra para Azazel.
Lev 16:9 Presentará el macho cabrío sobre el cual haya caído la suerte «para Yahveh» ofreciéndolo como sacrificio por el pecado.
Lev 16:10 El macho cabrío sobre el cual haya caído la suerte «para Azazel», lo colocará vivo delante de Yahveh para hacer sobre él la expiación y echarlo al desierto, para Azazel.


El Día de la Expiación (Yom Kippur) se celebra el décimo día mes Tishrei, es un día de gran solemnidad  en el que se ayuna, no se trabaja y todo el pueblo confiesa sus pecados y se arrepiente por ellos, pidiendo perdón ante su Dios.

La Razón De La Razón


La razón es la facultad del ser humano de identificar conceptos, cuestionarlos, hallar coherencia o contradicción entre ellos; y así, inducir o deducir otros conceptos distintos de los que ya conoce. La razón, más que descubrir certezas, tiene la capacidad de establecer o descartar nuevos conceptos concluyentes o conclusiones, en función de su coherencia con respecto de otros conceptos de partida o premisas.

Para su cometido, la razón se vale de principios, que por su naturaleza tautológica (se explican en sí mismos), el humano asume íntima y universalmente como ciertos. Estos son descritos por la lógica que es la disciplina encargada de descubrir las reglas que rigen la razón.

El principio de identidad, que evidencia que un concepto es ese mismo concepto (A es A).
El principio de no contradicción, que evidencia que un mismo concepto no puede ser y no ser a la vez (A no es negación de A).
El principio del tercero excluido, que evidencia que entre el ser o no ser de un concepto, no cabe situación intermedia (A es, o no lo es).

Utilizando estos principios, la razón humana es capaz de otorgar coherencia o contradicción a las proposiciones, atendiendo no tanto a su contenido como a sus relaciones lógicas. Así por ejemplo, la proposición "Si todos los mangulibrios tienen el mango corchado; y los manguletes son mangulibrios; entonces todos los manguletes tienen el mango corchado" sería una proposición coherente a los ojos de la razón, con independencia del significado de sus palabras, porque de las premisas se sigue necesariamente la conclusión.

Si por el contrario decimos, "Si todos los mangulibrios tienen el mango corchado; y los manguletes son mangulibrios; entonces ningún mangulete tiene el mango corchado", entonces la razón determina, con independencia de los significados, que nos encontramos ante una contradicción; la razón entiende que la proposición es absolutamente falsa porque atenta contra el principio universal de no contradicción.


Diremos pues que la primera proposición es relativamente cierta (relativa a la validez de las premisas y al significado de las palabras), mientras que la segunda es absolutamente falsa o falsa de necesidad. 

La razón, pues, forja el pensamiento no estableciendo verdades absolutas (casi ninguna verdad lo es), sino descartando falsedades absolutas que la razón identifica inequívocamente por contradictorias.

sábado, 3 de noviembre de 2018

Las Cargas Ajenas


Las Cargas Ajenas
Las responsabilidades se van forjando a lo largo del camino, se suman, se multiplican y cada una tiene un rango de actuación especial y significativo, sin embargo, también existen los límites, no podemos hacernos responsables de todo, no lo somos, y si bien nos puede hacer sentir mal ciertas situaciones, debemos aprender a dejarlas ir.

Somos responsables de las consecuencias de nuestras acciones, pero ¿Qué ocurre cuando sufrimos por las situaciones que atraviesan los demás?… no podemos hacernos cargo de todo, existen cosas que evidentemente no están bajo nuestro control y no podemos cambiarlas, quizás sufrimos, especialmente cuando afectan a quienes amamos, pero nuestro accionar sobre los demás y sus asuntos, tienen un límite y por nuestra paz mental debemos aprender a activarlo.

Somos enteramente responsables de lo que permitimos nos afecte y nos haga sufrir, pero no puede extenderse a todos los que nos rodean, cada quien debe aprender a llevar sus culpas, acciones y responsabilidades aunque nos cueste comprenderlo. Se trata de considerarnos a nosotros mismos, de respetar la individualidad de los demás y de exigir el propio respeto, poner nuestros límites y saber hasta dónde llegar con las actitudes de los demás.

“Debes asumir responsabilidad personal. No puedes cambiar las circunstancias, las estaciones o el viento, pero te puedes cambiar a ti mismo. Eso es algo que tienes a tu cargo”
 Jim Rohn

Lo cierto es que debemos comprender que nuestra responsabilidad llega hasta dónde somos capaces de aceptar, perjudicar o influenciar a un tercero, más no podemos hacernos responsables por las acciones de los demás, somos responsables por las consecuencias de nuestros propios actos, causen o no sufrimiento, pero aunque nos cuesta entender el dolor que puede producirnos las acciones de alguien más, no podemos hacernos responsables ni asumir las pesadas cargas en nuestra vida cuando es menester de otro hacerse cargo de ello.

Aprender a separar las acciones nuestras, las responsabilidades y el libre albedrío de los demás, es vital para la salud mental y la paz interior, no podemos cargar con lo que no nos pertenece, colocar límites y saber retirarse y dejar ir, es una manifestación de la sabiduría y el derecho de individualidad de cada persona.


Sin Parpadear


Las historias de la tradición zen y sufí que han llegado a occidente a menudo son protagonizadas por fieros y temidos guerreros que hacen aspavientos con sus armas, así como maestros ancianos imperturbables que ven sus demostraciones como un niño que ve caer una tormenta terrible por la ventana.

Una de tales historias habla de un guerrero muy famoso que había asolado incontables ciudades y conquistado vastos territorios sin jamás haber sido derrotado. Era tal el horror que provocaba en los pobladores que cuando supieron que el ejército del famoso guerrero se dirigía hacia el país todos —hasta los gobernantes— dejaron las casas vacías, con las ollas de sopa todavía hirviendo sobre los fogones, huyendo a toda prisa.

Todos menos el maestro zen que vivía modestamente en la ladera de una escarpada montaña.

Una vez que el ejército tomó el control de la capital, el famoso guerrero se dirigió hasta la cabaña del maestro zen con el objetivo de verlo con sus propios ojos. Cuando llegó ante él, viendo que se trataba de un sencillo anciano que ni siquiera se había puesto de pie para suplicar por su vida, el guerrero prorrumpió en insultos.

“¡Viejo tonto!”, le dijo, a la vez que desenvainaba su espada, “¿no te das cuenta de que estás frente a un hombre que podría cortarte a la mitad en menos de un parpadeo?”.

El maestro permaneció inmóvil y respondió:


“¿Y tú te das cuenta de que estás frente a un hombre que podría ser cortado a la mitad sin parpadear?”.

El Valor De Hacernos Cargo

Dentro de todo proceso de crecimiento personal es fundamental el poder integrar, como parte de nuestra experiencia diaria, el siguiente hecho: La importancia de tomar responsabilidad plena por nosotros mismos.

En mi caso personal, y a lo largo de muchos años, puedo decir que solía situarme en una postura de absoluta víctima frente a la vida, y es así como, por una parte, si bien todo pareciese encontrarse externamente en orden y en paz conmigo mismo, mi mente solía permanecer llena de prejuicios y pensamientos poco favorables acerca mí y el mundo, otorgando pleno poder y responsabilidad a distintas personas y circunstancias sobre mi situación actual, repercutiendo con ello en mi estado de ánimo habitual y, en general, en mi actitud personal frente a la vida.

Si bien es cierto existen momentos en los cuales pasamos por situaciones difíciles y que pueden escapar de nuestro control, el hecho de ser responsables nace desde un lugar de mayor profundidad y permanencia en el tiempo. Es, probablemente, la decisión más importante que podemos tomar para nosotros mismos, de empoderarnos y hacernos cargo en un 100% de nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestras emociones, y de lo que brindamos diariamente a nuestro entorno.

Es por ello que, en base a lo anterior, mi intención es concentrarme, de manera muy sencilla, en tres aspectos fundamentales relacionados con la responsabilidad que podemos ir aplicando diariamente en nuestro cotidiano:

Nuestros pensamientos: 
La calidad de nuestros pensamientos más recurrentes va determinando en gran medida la concepción que tengamos de nosotros mismos. Una buena forma de empezar es enfocarnos en este preciso instante e ir educando nuestra mente con apreciación y agradecimiento. Al encontrar nuestro valor propio, daremos un nuevo sentido a nuestro día a día y contaremos con un nivel de empoderamiento personal que quizás nunca hayamos sentido antes.

Nuestras palabras: 
Aprender a comunicarnos es comprender la importancia de mantener una sintonía entre lo que pasa en nuestro interior y nuestra manera de expresarnos, ya sea en forma verbal o escrita. Incluso nuestros silencios son una forma de comunicarnos. Detenernos un momento antes de comunicar, porque aquello que decimos repercute en nuestro entorno, y comenzar por nosotros mismos antes de hablar o analizar a otras personas, nos ayudan a ir volviendo gentilmente a nuestro centro y darnos cuenta que, antes que todo, debemos partir por casa.
Nuestras acciones: 

Nuestras acciones, al igual que las palabras, hablan por sí solas. Por ello, es recomendable hacer el ejercicio de mirar hacia nuestro entorno y ver si son el reflejo de lo que pasa en nuestro interior y si es lo que queremos para nosotros mismos. Acciones tan sencillas como mantener en orden nuestro entorno físico, cuidar de nuestro cuerpo y ser gentiles y responsables con los demás tal como quisiéramos que lo fueran con nosotros mismos nos brindan un mayor grado de reciprocidad con el resto del mundo como un todo unificado.


El valor de ser responsables es inconmensurable y permea todos los aspectos de nuestra vida. Trasciende nuestra edad, nuestras creencias y experiencias y es, por sobre todo, una decisión constante de amor y de respeto hacia nosotros mismos. 

Su integración en cada aspecto de nuestras vidas es, sin lugar a dudas, sumamente necesario para llevar una vida más plena y con mayor sentido de madurez personal

Sinsabores


Muchas veces nos preguntamos porque lo bueno y lo que vale la pena hacer, nos cuesta tanto, parece como si siempre la balanza se inclinara para el lado del mal y nos cuesta un gran esfuerzo hacer el bien.

Queremos que nuestros hijos estudien, que sigan una carrera, o si tienen inclinación por la música aspiramos a que puedan asistir a un conservatorio de música, luchamos por el medio ambiente, cuidamos la naturaleza, aspiramos vivir en un mundo de paz, queremos justicia, derecho y así vamos haciendo una larga lista, aunque somos imperfectos y vivimos en un mundo donde la injusticia brota como los hongos, sin embargo no desmayamos.

Nos preguntamos ¿porque lo que vale la pena cuesta tanto, porque mi hijo debe dejar los estudios por falta de medios? ¿Porque la lucha parece tan desigual y tan injusta?

Sin embargo muchas veces pienso que somos como aquel gusano cuyo único anhelo es salir de su caparazón para convertirse en una bella mariposa y volar.

¿Sera que el esfuerzo que hacemos por aquellas cosas que valen la pena nos hace más bellos como personas?

¿Será que nuestra carrera en la vida es hacia arriba y todo el peso de la contradicción busca arrastrarnos hacia la mediocridad?

¿Cuantos sueños en la vida se nos han hecho añicos? ¿Cuantas veces nos hemos sentido frustrados y al borde de la desesperación? ¿Cuantas veces nos hemos levantado una y otra vez?


¿Cuál es la finalidad de la vida, si vivir nos cuesta tanto? ¿Cuál es la finalidad del bien, si en realizarlo se nos va la vida?