lunes, 11 de febrero de 2019
Sarna Con Gusto No Pica
La sarna, según nuestra amiga la Real Academia de la Lengua Española, es una afección cutánea contagiosa provocada por un ácaro o arador, que excava túneles bajo la piel, produciendo enrojecimiento, tumefacción y un intenso prurito (picor).
Y bien, aunque no hace falta que nadie tenga ese problema en la piel para que usemos esta expresión, la sarna en la piel sería el equivalente a cualquier cosa molesta que nos pase en nuestra vida: tener que madrugar, tenerse que levantar 5 veces en una noche, volar en un avión durante 10 horas seguidas… a cada uno le puede molestar una cosa distinta, pero en general todos los ejemplos anteriores son situaciones no suelen agradar a nadie.
Pero pensemos ahora que el hecho de tener que madrugar es para ir a ver a alguien que hace mucho tiempo que no vemos y que nos hace mucha ilusión volver a ver. En ese caso, no nos molestará tanto madrugar como podría parecer en un principio. De la misma forma, pensemos que cuando nos tenemos que levantar 5 veces por la noche es para dar de comer o para darle un beso a un hijo pequeño. Entonces, la molestia tampoco es tan grave, ¿no?. Y supongamos que las 10 horas de vuelo son para llegar a un destino al que hemos soñado viajar durante toda nuestra vida. Merece la pena el esfuerzo, ¿verdad?
Pues bien, para todas esas cosas que en principio son molestas pero que los beneficios que llevan detrás son favorables o interesantes para nosotros, se creó la expresión de hoy: sarna con gusto no pica. Porque una molestia si nos resulta placentera, deja de ser una molestia.
Límites De La Razón
Filosofía
Límites De La Razón
Según Kant, la razón humana tiene el destino de hallarse
anclada a cuestiones que no puede rechazar por pertenecer a la misma naturaleza
que ella, pero que a la vez tampoco puede responder, por sobrepasar éstas todas
sus facultades. En tal caso, nuestra interpretación última de la realidad está
ligada al modo en que las estructuras mentales asimiladas durante la niñez
filtran los hechos de la vida y los conjugan para crear un preconcepto de las
cosas. Es decir que no necesariamente percibimos la realidad de manera
objetiva, sino como el resultado de comparar nuestras ideas con nuestras
percepciones.
Todo lo que sabemos deviene tanto de la experiencia como de
las imágenes mentales que hemos construido de lo desconocido. Pero, ¿qué sucede
con aquello que no podemos percibir? ¿Cómo puede cualquier objeto no
evidenciable abandonar el plano mental y extrapolarse como parte de la
realidad? Evidentemente, no puede hacerlo. La intuición sólo puede guiarnos a
la subjetividad y distorsionar la comprensión del mundo. De hecho, no hay forma
de intuir la realidad, más bien es necesario que las ideas de las cosas se
refieran a éstas con una relación determinada por la razón.
Kant estaba en lo cierto, la razón no puede, por sí misma,
darnos luces acerca de las cosas que están más allá de sus capacidades. Fuera
de los límites de la experiencia sensible, el entendimiento se torna obsoleto,
ya que la posibilidad de la experiencia define al conocimiento objetivo.
Aquello que no tiene presencia alguna, que no es, sencillamente no puede ser
objeto de conocimiento, ya que se encuentra al margen de lo cognoscible, del
entendimiento mismo. Sin embargo, y a pesar que la razón misma es inútil en
este campo, los métodos deductivos con que contamos para obtener el
conocimiento al respecto de lo no evidenciable, son consecuencia directa del
ejercicio racional, y de tales métodos nos hemos valido históricamente para
sobresalir como especie.
Pensémoslo, si fuésemos seres estrictamente racionales, pero
sin la capacidad para poner en práctica los mecanismos que nos permiten
racionalizar aquello que escapa a nuestro espectro de experimentación,
estaríamos inmersos en un ciclo de teorización constante, sin llegar nunca a
obtener un verdadero conocimiento del mundo.
Así, hemos desarrollado sistemas
filosóficos que nos permiten especular racionalmente, divagar de manera
coherente al respecto de lo que no podemos percibir a través de nuestros
sentidos.
“Los pensamientos sin contenido son vacíos; las
intuiciones sin conceptos son ciegas.
Sin sensibilidad nada nos sería dado,
y sin entendimiento, nada sería pensado.”
Immanuel Kant en la Crítica de la razón pura
Según Kant, la razón humana tiene el destino de hallarse
anclada a cuestiones que no puede rechazar por pertenecer a la misma naturaleza
que ella, pero que a la vez tampoco puede responder, por sobrepasar éstas todas
sus facultades. En tal caso, nuestra interpretación última de la realidad está
ligada al modo en que las estructuras mentales asimiladas durante la niñez
filtran los hechos de la vida y los conjugan para crear un preconcepto de las
cosas. Es decir que no necesariamente percibimos la realidad de manera
objetiva, sino como el resultado de comparar nuestras ideas con nuestras
percepciones.
Todo lo que sabemos deviene tanto de la experiencia como de
las imágenes mentales que hemos construido de lo desconocido. Pero, ¿qué sucede
con aquello que no podemos percibir? ¿Cómo puede cualquier objeto no
evidenciable abandonar el plano mental y extrapolarse como parte de la
realidad?
Evidentemente, no puede hacerlo. La intuición sólo puede guiarnos a
la subjetividad y distorsionar la comprensión del mundo. De hecho, no hay forma
de intuir la realidad, más bien es necesario que las ideas de las cosas se
refieran a éstas con una relación determinada por la razón.
Kant estaba en lo cierto, la razón no puede, por sí misma,
darnos luces acerca de las cosas que están más allá de sus capacidades. Fuera
de los límites de la experiencia sensible, el entendimiento se torna obsoleto,
ya que la posibilidad de la experiencia define al conocimiento objetivo.
Aquello que no tiene presencia alguna, que no es, sencillamente no puede ser
objeto de conocimiento, ya que se encuentra al margen de lo cognoscible, del
entendimiento mismo. Sin embargo, y a pesar que la razón misma es inútil en
este campo, los métodos deductivos con que contamos para obtener el
conocimiento al respecto de lo no evidenciable, son consecuencia directa del
ejercicio racional, y de tales métodos nos hemos valido históricamente para
sobresalir como especie.
Pensémoslo, si fuésemos seres estrictamente racionales, pero
sin la capacidad para poner en práctica los mecanismos que nos permiten
racionalizar aquello que escapa a nuestro espectro de experimentación,
estaríamos inmersos en un ciclo de teorización constante, sin llegar nunca a
obtener un verdadero conocimiento del mundo. Así, hemos desarrollado sistemas filosóficos
que nos permiten especular racionalmente, divagar de manera coherente al
respecto de lo que no podemos percibir a través de nuestros sentidos.
“Los pensamientos sin contenido son vacíos; las
intuiciones sin conceptos son ciegas.
Sin sensibilidad nada nos sería dado,
y sin entendimiento, nada sería pensado.”
Immanuel Kant en la Crítica de la razón pura
Los Imponderables Del Factor Humano
La suspensión de 17.000 vuelos comerciales en Europa a causa
de una potentísima erupción en la volcánica Islandia; la sacudida sísmica el
mismo día que ha causado centenares de muertes en el abrupto espacio
suroccidental de China, entre las estribaciones del Himalaya, y un devastador
ciclón que en idéntica fecha ha sacudido la India; o, en el más reciente
pasado, los terremotos de Chile y Haití, son fenómenos catastróficos de la
Naturaleza que ponen de manifiesto la dificultad extrema, casi la
imposibilidad, de actuaciones de respuesta satisfactoriamente eficientes por
parte del hombre –tanto en la reacción propiamente dicha como en el de la
previsión– para paliar de manera significativa los efectos de esos fenómenos,
conceptuados todos ellos como catástrofes naturales.
No es un problema simplemente teórico el que se plantea,
puesto que la disponibilidad de recursos económicos y capacidades técnicas
determinan que la cuantía de los daños, en vidas humanas y destrozos
materiales, depende de cómo sea en términos de desarrollo el país de que se
trate.
De ahí el Haití literalmente destrozado o el Japón
prácticamente ileso al cabo de las constantes temblores que padece tras los
criterios de prevención que orientaron ingeniería de obras públicas y
arquitectura urbana después de la catástrofe sísmica de los años 20 del pasado
siglo. Poco más cabe hacer en ese orden y después de lo hecho y practicado por
los japoneses.
A partir de determinadas magnitudes en los desafíos de la
Naturaleza, la impotencia del hombre es manifiesta. Ello no sólo obliga a la
aceptación de una cierta fatalidad, sino que, al propio tiempo, orienta sobre
qué cabe hacer ante fenómenos cuyo desencadenante resultan manifiestamente
independientes de la actuación del hombre respecto del medio natural, más allá
de la probada capacidad humana para deteriorarlo, en propio perjuicio.
Ahora bien, lo que sí queda enteramente en la mano del
hombre es la posibilidad de no padecer más daño que el causado autónomamente
por la Naturaleza, al no dilapidar recursos en fantasías contra las dinámicas
solares ni al renunciar a posibilidades que la Naturaleza ofrece. Sin su
miseria, Haití habría padecido menos el daño sísmico.
Los comportamientos del
medio son imponderables; pero no los del hombre.
Indicadores de ternura
Quizás el primer
indicador de ternura en la relación sea la veracidad. No hay ternura sin
verdad. Lo que pudiera haber sabría a niñería, si es que algún sabor tuviera.
La ternura, en cambio, es sincera, es veraz, es modo auténtico de expresión de
lo que habita en el corazón.
La ternura se vive
con libertad. La expresión blanda, pero forzada, es dura. La expresión cordial,
pero autoimpuesta, no es sincera. La ternura se vive y se expresa con libertad.
Por eso encuentra caminos de comunicación que parecería que le son más propios
de la relación íntima o de la relación con los niños, como es la caricia, el
contacto visual, el tono de voz entrañable y envolvente, el ritmo de la voz
sosegado.
La ternura,
efectivamente, se expresa por encima de la racionalidad intelectiva. Va
acompasada de una racionalidad distinta, la de los sentimientos, la del
corazón, la que desea comunicar firmemente la proximidad y la comprensión en la
debilidad ajena. La ternura con el enfermo implica auténtica empatía con el
mundo de sus significados, con la comprensión de los sentimientos que le
habitan.
La ternura se
expresa con naturalidad. Acariciar la mano, la frente, la mejilla, de una
persona que muere es un gesto tierno de comunicación afectuosa y de apoyo en la
fragilidad. Apretar la mano,
sostener la mirada en los ojos –sí, sostenerla-,
desencadena blandura y sonrisa incluso en quien está aplastado por el
sufrimiento o por el dolor, genera agradecimiento y gracia, provoca encuentro.
La ternura se
expresa con armonía entre los diferentes elementos de comunicación.
No hay
contradicción entre unos y otros. En efecto, armonía es un término auditivo que
hace referencia a un sonido que se complejiza enriqueciéndose cada vez más y,
permitiendo un sin número de matices que dan riqueza y gozo sensorial y
espiritual. En un nivel sensible, está próxima a la suavidad. A nivel
psicológico algo se realiza con suavidad y ternura cuando se nota que es
una manera de ser y se efectúa de modo sencillo, no forzado, ni estridente,
sino que se percibe que es algo natural.
A
nivel de compromiso, la ternura se manifiesta como un modo de hacer que brota
del propio pozo y genera bien, contagia humanidad y provoca comunidad y
comunión, implica atención y preocupación por el otro, y búsqueda generosa de
la paz y de la justicia.
La Necesidad De Competir
Cuando uno empieza a correr lo hace por diferentes
motivos. Lo común es empezar a correr para cuidarse, como hábito saludable,
para perder esos kilos de más... Mucha gente corre para estirar las piernas y
liberarse del estrés acumulado en el trabajo, en clase o con los niños. Otros
corren para divertirse y hacer algo de deporte. Pero sea cual sea el motivo, un
día nos fijamos en el cartel de una carrera popular y nos preguntamos ¿y por
qué no?
Ya llevas una temporada corriendo, te has hecho a la rutina
de salir y hacer tus rodajes. Más de una vez has mirado tu reloj para ver en
cuanto tiempo realizas la misma distancia de siempre. Has experimentado
el momento en el que alguien, aparentemente en peor forma física que tú, ha
pasado por tu lado y te ha adelantado, sintiendo el arrebato intenso de apretar
el ritmo y alcanzarle. Eres consciente de que vas mejorado tu rendimiento y vas
por el buen camino. Entonces es cuando empieza a picarte el gusanito.
Así que llega un buen día en el que esa carrera popular que
no entraba en tus planes te hace comer mejor, llevar una dieta saludable, hacer
buenos estiramientos, mantenerte hidratado y dormir bien. La idea de poner
aprueba tu distancia actual hace que tu cabeza establezca un claro objetivo y
se proponga superarlo.
Esa necesidad de competir se impone para poner a prueba
nuestros propios límites, elevar los estándares de lo fijado, batir a un rival,
clasificarnos para una competición superior... básicamente participar en la
carrera nos proporciona un surtido interminable de probarnos a nosotros mismos
física, mental y emocionalmente.
Y esa sensación, irremediablemente, nos hace
comprobar que somos capaces de llegar a la meta y sentir que hemos sido capaces.
Si estas empezando a correr y aún no te ha pasado, tranquilo,
pronto te unirás al club de los competidores.
Límites Mentales
Es increíble la cantidad de límites que los seres humanos
tenemos en nuestra mente y, en la mayoría de las veces, son límites impuestos
por nosotros mismos.
Los límites son barreras, demarcaciones, líneas, muros,
paredes, obstáculos insalvables que nos restringen y que, aunque no son reales,
tienen un poder incalculable en la mente de los seres humanos que les impiden
actuar con fluidez en muchos aspectos de su vida.
¿De dónde salen?, ¿quién los define?, ¿por qué se dan dichos
límites? Estos tienen muchas causas pero tienen que ver con los pensamientos y
las percepciones que cada persona tiene de sí misma y de sus capacidades, más
que de las circunstancias externas o el entorno que lo rodea, porque los
pensamientos son los que nos definen.
La mente ejerce un enorme poder sobre nosotros porque es la
que nos define como personas diciéndonos lo que somos, aunque a veces lo que
nos dice no sea verdad. ¿Por qué? Porque ella nos puede estar mintiendo
haciéndonos creer que somos algo que en realidad no somos. Sin embargo, esa
percepción es la que nuestra mente ha aprendido y es la que nos enseña sin
importar si es verdad o no, porque ella también puede haber sido engañada.
En otras palabras, la mente puede ser condicionada a ciertos
conceptos, ideas y comportamientos limitantes aprendidos a través de nuestra
vida y de nuestras malas experiencias que nos marcan de una manera
desfavorable, haciéndonos creer que somos incapaces para alcanzar ciertas
tareas o destrezas.
Una vez que estos conceptos limitantes se aprenden son
reforzados por nuestra mente hasta convertirse en una verdad irrefutable que
nos define y que nos dice a diario “tú no puedes” o “eso es imposible” o “no lo
vas a lograr”, haciendo que en verdad sea imposible para nosotros alcanzar lo
que queremos. Sin embargo, como son aprendidos pueden ser también cambiados y
reemplazados por conceptos positivos.
Aunque no es tarea fácil, estas percepciones o conceptos
negativos pueden cambiarse si lo hacemos con mucha consistencia, determinación
y perseverancia porque se trata de cambiar malos hábitos por buenos. Recuerde
que no es lo mismo escribir sobre un plano vacío, a tener que borrar algo y
reescribir sobre él.
Sin embargo, es posible superar esos límites que entorpecen
nuestro crecimiento, reforzando la confianza en nosotros mismos y permitiendo
desarrollar firmemente ese grande y maravilloso potencial con el que hemos sido
creados todos. A continuación, un texto de Gary Ryan Blair, escritor, motivador
y conferencista establecido en la Florida quien nos enseña a ir más allá de
nuestras limitaciones:
¡Piensa en grande!
“Conseguimos lo que
creemos que tenemos la habilidad de conseguir. Levanta la barra, aumenta la
apuesta, estírate, ve por más, ¡cava más profundo!
Nos traicionamos
volando demasiado a ras del suelo, no nos permitimos atrevernos a nuevas
alturas. Enfócate en tus posibilidades, no en tus limitaciones. Atreverse a
nuevas alturas significa empujar hasta superar tus límites mentales. Explora tu
mente en busca de virus y deshazte de ellos.
Si cambias tu manera
de pensar, puedes multiplicar tu rendimiento. Permite a tus deseos guiarte, más
que a tus miedos. En lugar de discutir sobre tus limitaciones, encuentra las
formas de apoyar tu verdadero potencial. Declárale la guerra a tus límites
actuales. No te permitas limitarte en forma alguna.
¡Date el permiso de
soñar, de arriesgarte, de decir SI en lugar de no! ¡Tú puedes hacer más, mucho más! ¡Di sí!"
domingo, 10 de febrero de 2019
Amor Por La Libertad
Muchas personas nacen libres y se vuelven esclavas. Son
esclavas de sus apegos y sus odios, de su ofuscación y sus estrechos puntos de
vista, de la burda máscara de su personalidad y del ego desmesurado, de viejos
patrones y clichés socio-culturales, de creencias y esquemas fosilizados.
De ese modo, el instinto más genuino, el de libertad, puede
quedar sofocado y no es posible alcanzar la independencia de la mente ni des
identificarse del que uno no es para poder así ser uno mismo.
Tanto se identifica uno con los
“ropajes”, que se va apartando del propio centro y se pierde en imitar a los
otros o en descripciones ajenas sobre uno mismo o en la necesidad de estar a la
altura de lo que los otros quieren o del propio yo idealizado. Al final uno
deja de ser uno mismo y vive en base a las intenciones, creencias, deseos y
sueños de los demás. Igual que está el instinto de la libertad, también está el
del borreguismo y uno corre el riesgo de convertirse en una mala copia o
comparsa de esta sociedad en cuyos “valores” ninguna persona medio lúcida puede
creer.
.
Hay que
detenerse y escucharse a sí mismo, no a través de la mente vieja, saturada de
acumulaciones y enrigidecida como un poste, sino a través de la mente nueva,
que a cada instante florece, que está limpia de adoctrinamientos, ideas
impuestas, códigos e influencias externas. Por eso la meditación invita a
replegarnos sobre nosotros mismos para sentirnos más allá de las apariencias y
de la mente cristalizada, en busca de esa mente nueva y sin heridas, que
desprende el aroma de la libertad.
Durante la práctica de la meditación se
trata de desconectar de todo para conectar con uno mismo.
No con el que creemos que somos, no con el que nos han dicho
que somos o tenemos que ser, sino con él que realmente somos
.
Un pájaro es el
símbolo de la libertad. Él no tiene que meditar, porque siempre está en
meditación, viviendo cada instante y fundiéndose plena y silenciosamente con la
brisa, sin dejarse arrebatar ni por el pasado ni por el futuro. Su vida no es
fácil, claro que no, pero es vida, porque es LIBERTAD.
Intrépidos
La palabra intrépido es un
término que en nuestro idioma se puede usar para referir a aquel individuo que
no presenta temor ante los peligros que se le puedan presentar de pronto en la
vida, o en lo que atañe a la realización de alguna actividad especial y
riesgosa, por caso algún deporte extremo, entre otros.
Y por otra parte, también
es posible usar la palabra cuando se quiere expresar que alguien es osado,
temerario, a la hora de actuar, de comportarse, que es lo mismo a decir
imprudente, porque se expone a peligros sin necesidades.
La persona intrépida dispone de un notable coraje, valor y fuerza de voluntad que es lo que le facilitará someterse a los más difíciles entornos y situaciones sin temor a fracasar en ese intento.
Como generalmente los obstáculos provocan en las personas miedo, la disposición de coraje es lo que le permite a una persona neutralizar el temor y seguir adelante en la acción propuesta.
Ahora bien, cabe destacarse que intrépido no es una palabra que esté muy extendida en nuestro idioma para justamente expresar las cuestiones indicadas.
La realidad es que para expresar tal situación solemos usar un término mucho más popular y extendido, como ser el de valiente y que es el sinónimo más reconocido de la palabra que nos ocupa.
El concepto de valiente es el que habitualmente usamos cuando queremos expresar que un individuo sobresale por su arrojo, y que por tanto no demuestra miedo a la hora de actuar, o ante aquello que está por venir y tendrá que enfrentar.
Para el valiente es algo natural invertir esfuerzos para conseguir cosas para sí mismo, o para el entorno que lo rodea.
Entonces, intrépido, así como su sinónimo más popular, valiente, pueden ser usados para dar cuenta de aquellas acciones que implican un importante valor y osadía.
Arrojarse al mar para salvarle la vida a una persona que se está ahogando es de intrépido, de valiente.
Entrar a una casa que se está incendiando para salvar a un anciano, asimismo, es ser intrépido.
El concepto opuesto al de intrépido es prudente, ya que refiere a aquella persona que se caracteriza por actuar con cautela y moderadamente.
Persona que actúa con riesgos serios para su propia vida y la de terceros
Y en lo que respecta al segundo sentido que se le atribuye a esta palabra, asociado al concepto de temerario, que expusimos líneas arriba, debemos decir que se emplea para calificar a aquella persona que despliega un comportamiento riesgoso para sí mismo y también para terceros.
Esto habla además de una enorme imprudencia por parte de la persona que no toma dimensiones de ello, actúa irracionalmente y sin medir las consecuencias que pueden tener esos actos faltos de razón, y que como tales pueden atentar directamente contra su vida, y como ya dijimos la de otros cercanos.
Por ejemplo, una persona
que conduce bajo los efectos del alcohol un automóvil en el cual además viaja
con su familia, compuesta por su esposa y sus dos hijos pequeños, estará
demostrando una actitud como la recién descripta.La persona intrépida dispone de un notable coraje, valor y fuerza de voluntad que es lo que le facilitará someterse a los más difíciles entornos y situaciones sin temor a fracasar en ese intento.
Como generalmente los obstáculos provocan en las personas miedo, la disposición de coraje es lo que le permite a una persona neutralizar el temor y seguir adelante en la acción propuesta.
Ahora bien, cabe destacarse que intrépido no es una palabra que esté muy extendida en nuestro idioma para justamente expresar las cuestiones indicadas.
La realidad es que para expresar tal situación solemos usar un término mucho más popular y extendido, como ser el de valiente y que es el sinónimo más reconocido de la palabra que nos ocupa.
El concepto de valiente es el que habitualmente usamos cuando queremos expresar que un individuo sobresale por su arrojo, y que por tanto no demuestra miedo a la hora de actuar, o ante aquello que está por venir y tendrá que enfrentar.
Para el valiente es algo natural invertir esfuerzos para conseguir cosas para sí mismo, o para el entorno que lo rodea.
Entonces, intrépido, así como su sinónimo más popular, valiente, pueden ser usados para dar cuenta de aquellas acciones que implican un importante valor y osadía.
Arrojarse al mar para salvarle la vida a una persona que se está ahogando es de intrépido, de valiente.
Entrar a una casa que se está incendiando para salvar a un anciano, asimismo, es ser intrépido.
El concepto opuesto al de intrépido es prudente, ya que refiere a aquella persona que se caracteriza por actuar con cautela y moderadamente.
Persona que actúa con riesgos serios para su propia vida y la de terceros
Y en lo que respecta al segundo sentido que se le atribuye a esta palabra, asociado al concepto de temerario, que expusimos líneas arriba, debemos decir que se emplea para calificar a aquella persona que despliega un comportamiento riesgoso para sí mismo y también para terceros.
Esto habla además de una enorme imprudencia por parte de la persona que no toma dimensiones de ello, actúa irracionalmente y sin medir las consecuencias que pueden tener esos actos faltos de razón, y que como tales pueden atentar directamente contra su vida, y como ya dijimos la de otros cercanos.
Claramente, si una persona maneja ebrio tendrá ciertas chances de protagonizar un accidente que puede herirlo, o matarlo a él, y a las personas que viajan de compañía.
La mencionada es una de las principales causas de accidentes viales en el mundo, y a pesar de las campañas y los controles, es una realidad que este accionar depende en total grado de la conciencia del individuo, de saber que lo que está haciendo es temerario y que puede ocasionarle graves daños a él y su familia.
Hay un accionar recurrente por parte de este perfil que es jamás atender a las sugerencias y advertencias de los riesgos que implica la acción que sobrellevan a cabo.
Si bien las personas estamos cotidianamente sometidos a peligros que podemos y que no podemos dominar, es importante que al respecto de los primeros, actuemos con conciencia y con prudencia siempre, más allá de nuestro coraje y arrojo, o que creamos que nada malo nos pueda pasar jamás.
Como podemos apreciar, no necesariamente ser intrépido puede ser una virtud o algo positivo, también puede tener una connotación negativa.
Perspectivas
El estudio de las bases biológicas de la conducta supone un
nexo de unión entre dos disciplinas: la psicología por un lado y la biología
por otro. En este sentido, supone el estudio de la conducta y de los procesos
mentales de los individuos atendiendo a sus componentes biológicos. Este
acercamiento al estudio del comportamiento humano no pretende explicar por sí
solo la totalidad del mismo, ni obviar el papel que desempeñan otros factores
(como, por ejemplo, los ambientales) en su determinación. Por el contrario,
pretende dar una visión del comportamiento que ha de ser entendida dentro de
una perspectiva más global.
La asignatura de Bases Biológicas de la Conducta es la primera de las asignaturas que componen el módulo de Bases biológicas de la conducta. El objetivo es, precisamente, presentar los principios fundamentales del estudio de la conducta desde una perspectiva biológica. En concreto, en ella se abordará el estudio de los mecanismos que parecen estar implicados en la regulación del comportamiento (como los genes y las hormonas).
También se analizarán aspectos relativos al origen, evolución y al valor adaptativo de diferentes comportamientos, como la reproducción, el comportamiento sexual o las interacciones sociales.
Finalmente se abordará el estudio de comportamientos más complejos como la cognición y la emoción.
La asignatura de Bases Biológicas de la Conducta es la primera de las asignaturas que componen el módulo de Bases biológicas de la conducta. El objetivo es, precisamente, presentar los principios fundamentales del estudio de la conducta desde una perspectiva biológica. En concreto, en ella se abordará el estudio de los mecanismos que parecen estar implicados en la regulación del comportamiento (como los genes y las hormonas).
También se analizarán aspectos relativos al origen, evolución y al valor adaptativo de diferentes comportamientos, como la reproducción, el comportamiento sexual o las interacciones sociales.
Finalmente se abordará el estudio de comportamientos más complejos como la cognición y la emoción.
Practicar Lo Que Sabemos
La diferenciación entre el conocimiento y el ejercicio de
ese conocimiento, que constituye la verdadera sabiduría, fue hecha desde un
inicio por las diferentes tradiciones. Ya Platón había distinguido entre una
vida filosófica integral, como la de Sócrates, y una filosofía discursiva como
la de los sofistas, que eran capaces de grandes acrobacias lingüísticas para
persuadir a casi cualquiera pero no que no eran capaces de poner en práctica
sus argumentos ellos mismos.
Aunque la filosofía moderna haya asumido ser un comentario
de la filosofía platónica y considere que el espíritu helénico es su ilustre
ascendente, podríamos afirmar que son los sofistas los que han triunfado. El
conocimiento hoy en día, controlado por la academia (término que hoy parece mal
tomado de la escuela de Platón) y las instituciones que la fondean, en gran
medida se ha desviado de la concepción original de la filosofía. Presenciamos
desde hace siglos una disociación entre el conocimiento intelectual y la vida
moral y ascética necesaria para encarnar los principios que se discuten y se
defienden como verdades.
Pero es una verdad muy endeble la que sólo se sostiene con
palabras y no con actos, ni con la transformación de la conciencia y el
tangible mejoramiento del individuo, tanto moral como intelectualmente.
Seguramente esta disociación
entre el conocimiento meramente intelectual y la aplicación del conocimiento a
todos los aspectos de la existencia, especialmente aquellos que tienen que ver
con nuestra relación cualitativa con el entorno, ocurrió paulatinamente con la
consolidación del materialismo científico y de la preeminencia de los valores
económicos. En la actualidad hemos llegado al punto en el que lo importante es
ser inteligente (en un sentido mundano) y no ser bueno; de hecho consideramos
que la bondad es sinónimo de ingenuidad (lo es sólo en un mundo rapaz, donde lo
importante es obtener mayores beneficios personales).
Si creemos que sólo existe esta vida, que avanzamos
irremediablemente hacia la nada y que el mundo no tiene un propósito ni una
base eterna --sin alma ni karma, es fácil pensar entonces que lo importante o
deseable es simplemente apilar más poder y riquezas, pasarla bien un rato sin
temer demasiado las consecuencias.
En este sentido, la función del conocimiento se separa de la
virtud moral y la transformación espiritual, para revelarse como una
herramienta para satisfacer nuestros deseos y conseguir bienes materiales. El
materialista podría contestar que existe la continuidad de la materia, de la
especie humana, incrustada en la ciega evolución del universo, pero su egoísmo
está tan instalado, que poca diferencia hace esto en sus actos y en la práctica
le cuesta y no logra empatizar y "sacrificar" su vida para beneficio
de las siguientes generaciones, con las cuales no tendrá vínculo tangible,
puesto que él, en su totalidad, habrá dejado de existir.
Necesitamos creer que estamos unidos profundamente con los
demás para poder ejercitar el bien, la compasión, la virtud.
El Avance De La Tercera Edad
Las personas mayores son protagonistas constantes de las
noticias. Ya sea porque logran hazañas deportivas, académicas o también porque
son víctimas del crimen o del abandono. Y lo serán con mayor frecuencia, pues para el año 2050, la
proporción de los habitantes del planeta mayores de 60 años se duplicará,
alcanzando el 22%.
A pesar de esto, es
habitual ver en las noticias que se utilizan términos inadecuados para
referirse a las personas mayores, tales como viejito, abuelo, pensionado, fósil
o senil.
Son numerosos los
recursos disponibles para periodistas con guías de estilo que tienen como
propósito que en los medios se use un lenguaje libre de estereotipos y
discriminación al hablar de envejecimiento y vejez.
La Determinación
Del latín determinatĭo, determinación es
la acción y efecto de determinar (tomar
una resolución, fijar
los términos de algo, señalar algo para algún efecto). Por ejemplo: “El
entrenador mexicano anunciará mañana su determinación tras la falta
disciplinaria del delantero”, “La
determinación del presidente fue solucionar el conflicto sin el uso de la
fuerza”, “Falta
confirmar el día y la hora, pero la determinación está tomada”.
El concepto también se utiliza como sinónimo de valor u osadía: “Si pudo
llegar hasta allí, fue gracias a su determinación y coraje”, “Todo es
posible con determinación”, “El corredor
mostró su determinación al seguir compitiendo con un neumático pinchado”, “El candidato
no tuvo determinación para llegar hasta el fondo del asunto”.
Se conoce como autodeterminación a
la autonomía o independencia de
una persona, un grupo, una comunidad o una nación. Al tener autodeterminación,
se tiene la capacidad o facultad para tomar determinaciones por cuenta propia,
sin tener que pedir permiso o rendir cuentas. Por eso, el derecho de
autodeterminación es el derecho de
un pueblo a escoger su forma de gobierno y estructurase libremente, sin
injerencias externas.
El determinismo, por otra parte,
es la doctrina filosófica que afirma que los acontecimientos físicos están
causalmente determinados por una cadena de causa y consecuencia.
Es posible distinguir entre el determinismo fuerte (que
no cree en ningún suceso genuinamente azaroso o aleatorio y que, por lo tanto,
sostiene que el futuro es potencialmente predecible desde el presente) y el determinismo débil (que
admite la influencia de sucesos impredecibles).
El Poder De La Insistencia
La palabra insistencia hace referencia a repetir, esto quiere decir que una actividad culminada se intente nuevamente, una y otra vez. Es decir, continuar en la misma y no parar hasta obtener el resultado deseado. Se trata de una actividad continuada, pero sin pausas. Hoy, en este artículo, quiero que hagas tuya la palabra “insistir”. Quiero que la insistencia se vea reflejada en ti.
Te puedo asegurar que esta palabra es
sinónimo de resultados. Los resultados en tu timidez de los que podrías
disfrutar, si te tomases en serio tu principal meta, tu meta más importante,
que es la de aprender a cómo vencer la timidez.
La insistencia es ya de por si, una
palabra importante. Ésta, nos ayuda a esforzarnos por lo que queremos sin
desistir en el intento. Insistir es querer seguir intentándolo, dándolo todo. Así
es cómo tienes que actuar en tu timidez, dándolo todo para obtener resultados.
Tu resultado primordial de aprender a cómo vencer la timidez.
La persona tímida, en muchas ocasiones, se
rinde. Se rinde sin ni siquiera intentarlo, porque el solo hecho de ver todo lo
que tiene que intentar y en consecuencia, todo lo que tiene que conseguir, hace
que se paralice, decidiendo de este modo no actuar, convirtiéndose así en una
persona pasiva, sin capacidad de decisión ni de intentos.
Al no saber cómo vencer la timidez, prefiere mantenerse tal
cual, es decir, viviendo frente a sus limitaciones, las cuales no le permiten
actuar cómo le gustaría.
Por ello, hay que insistir. Insistir en
algo y luego conseguirlo, te dará la fuerza necesaria para seguir luchando por
cosas importantes. La satisfacción que produce ver los resultados obtenidos,
después de aportar esfuerzo, dedicación, insistencia, no tiene precio.
Si eres insistente en tu vida, te puedo
asegurar que nada se te resistirá. Tampoco te digo, que utilices la insistencia
de manera, que pueda resultar agobiante para ti o para otros. Todo en exceso,
no es bueno. Pero si actúas de manera consciente y convencido de que con los
resultados obtenidos saldrás beneficiado, adelante!, insiste en lo que desees
con fuerza. Insiste en tu lucha de cómo vencer la timidez.
sábado, 9 de febrero de 2019
Integración Cultural Y Social
En estos últimos doscientos años se produjo en el mundo un
avance del conocimiento científico y tecnológico jamás visto antes, que
permitió al hombre un dominio de la naturaleza y hasta del espacio y una
prosperidad material que lo embarcó en un progreso que pareció de alcance
indefinido.
Así, se fue instalando la mentalidad de una sociedad
mecanizada, impulsada siempre hacia una mayor producción y un mayor consumo,
con el ideal de una burocracia y una planificación computarizadas que
aseguraran eficiencia, placer y confort para todos.
Una mentalidad economicista invadió todos los aspectos de la
vida e impuso un criterio según el cual la exclusión social, el hambre, la
injusticia y las “diferencias irritantes”, cuando se dan, no son más que
efectos de “las leyes inevitables de la economía” a las que no cabe sino
someterse. Y una globalización deshumanizante pretendió, como una aplanadora
cultural, unificar y homogeneizar todos los sistemas de vida y todas las
diferentes modalidades regionales.
Pero aquella pretendida “economía del bienestar” para
todos fracasó y no pudo evitar los males de la guerra, el narcotráfico, el
hambre y la inseguridad. Y mientras los robots se fueron pareciendo cada vez
más a los hombres, éstos más bien se fueron robotizando y su alimento mental
pasó a ser la televisión y el mundo digital. No es de extrañar, pues, que la
modalidad cultural predominante genere hoy un “vacío existencial”, ya que,
según la expresión nada menos que de una autoridad mundial como Samuelson, “la
economía es una ciencia triste”.
El concepto de pueblo
Ya que la palabra “pueblo” transcurre permanentemente al
tratar estos temas, su esclarecimiento facilitará la comprensión de los
conceptos que siguen.
La noción de “pueblo” se la puede entender como equivalente
a la de “nación” o se la puede concebir como equivalente a la de “pobre”.
Según el primer significado, se trata de una población que
comparte un estilo de vida (una cultura) y un proyecto político, con una ética
(sistema valorativo) que le da sentido a su búsqueda del bien común. Es una
formación histórica original y concreta, con una geografía local (“la tierra”)
y una tradición. De modo que, si bien posee su unidad política, lo que une al
pueblo es un ethos, un conjunto de valores compartidos en una relación de
iguales (fraternidad). Por tanto, la esencia de una nación es su cultura
(praxis popular, sistema de vida, valores).
La otra significación es la de pueblo “pobre”, oprimido por
el sistema. Pero hoy se opta por una más abarcativa, de tal manera que “toda la
población es pueblo”, y si bien no todos los ciudadanos son pobres, todos los
pobres tienen la dignidad de ciudadanos. Aquí precisamente se pone de
manifiesto la patología que supone la marginalidad: la situación inhumana de
que algunos (los pueblos pobres y los pobres de los pueblos) sobrevivan en la
periferia de la sociedad y de la historia universal o simplemente se los
excluya o expulse. En este caso, el proceso de liberación de un pueblo
implicaría alcanzar su justa autodeterminación.
Como sabemos, los males del sistema tecnocrático
inevitablemente debían desembocar en un fracaso rotundo que desalentó todas las
expectativas que se habían sembrado. Todo llevó en el orden social a una
creciente pauperización, la pobreza devino estructural y se vio amenazada la
supervivencia de los desposeídos. La brecha entre países ricos y países pobres
se hizo cada vez mayor, y dentro de los países se extremaron las diferencias
entre ricos y pobres.
Y así, en esas circunstancias, tuvo lugar un proceso que
resulta una novedad histórica y que algunos autores denominan “la irrupción del
pobre”1 y, como respuesta a ella, “la opción preferencial por los pobres”.
Dicho proceso consiste en que grandes multitudes de Asia, África (“el
continente más rico del mundo”) y América del Sur hacen oír su voz e interpelan
al sistema vigente. Se trata de un fenómeno esencialmente cultural en el que el
pobre es llevado a trascender las “leyes” del mercado y movido a la solidaridad
ante la crisis del sistema.
Aquí nos referiremos al fenómeno latinoamericano que nos
incumbe, pero sabemos que sus rasgos esenciales son de carácter universal. En
esta nuestra irrupción hay algo esencial a lo humano, de profundidad
insuperable: un testimonio de la dignidad del pobre. Esta valoración se encarna
en culturas diversas y ellas poseen sus rasgos particulares, pero mutatis
mutandis responde a la esencia de la humanidad y sirve para todos y para
siempre.
Y hoy muchas organizaciones populares responden a una
actitud comunitaria que no siempre la clase política logra comprender.
Se trata de un proceso a veces clamoroso, a veces silente. Y
no es una ideología: es una cultura surgida de una experiencia histórica
concreta. Es un hecho, no una doctrina ni una teoría, y deriva en una praxis
(una sabiduría de vida, un estilo), con un sentido, impregnado de los valores
que constituyen su esencia: gratuidad, creatividad y solidaridad. Es una praxis
que interpela al sistema de injusticia estructural y lucha por la libertad y la
justicia, pero convencida de la dignidad ética del otro (de todo hombre, aun
del adversario), imbuida de misericordia (amor comprometido hacia el prójimo,
repuesta a sus necesidades) y de búsqueda de reconciliación justa, sin
violencia, porque la violencia ignora la dignidad del otro.
En las antípodas de la ética de la utilidad (cuyo único
valor es el beneficio económico), característica del sistema, esta ética de la
gratuidad (capacidad de dar, sin obligación y sin esperar nada a cambio) está
centrada en la alegría comunitaria, en las relaciones de amistad, parentesco,
vecindario y solidaridad e implica la capacidad de abrirse al otro y darse con
generosidad, a diferencia de la mentalidad racionalista; es una sabiduría de
carácter sapiencial, que redescubre lo que está más allá de lo racional: un
saber vinculado con lo sagrado, lo místico y la sabiduría popular, con matices
contemplativos de fe y religiosidad y que se expresa con símbolos.
Y mientras la ciencia actual ve en la naturaleza un terreno
a explotar y desarrolla una tecnología que puede exterminar a la humanidad o
destruir al mundo, la sabiduría popular ve en la tierra una casa a la que se
esmera en cuidar.
El desafío de la integración
Nos encontramos ante dos culturas aparentemente de difícil
conciliación. Las dos están de pie y muestran sus valores. La palabra clave es
“integración”. El único camino es el de una “ética del encuentro” cuyo
instrumento obligado es el diálogo. Pero éste debe ser “sin edulcorantes ni
cremas suavizantes”. Tendrá que ser sobre los problemas reales que nos dividen,
pero con sinceridad y fraternidad, creyendo en “el carácter creador de las
contradicciones” (Saint Exupèry).
No se pueden desoír las voces que defienden valores
auténticos como la gratuidad, la comunicación humana, la solidaridad o la
misericordia, los cuales deben adquirir categoría política. Ni se pueden
ignorar los símbolos y costumbres que expresan el sentido de la vida de un
pueblo.
Y es de recordar que “la opción preferencial por los pobres” no es una
“obra de caridad”, sino de estricta justicia, ya que supone atender primero a
los más necesitados; sería injusto no hacerlo.
La Plaga Del Consumismo
Una de las mayores plagas que afectan a la era neoliberal es
el consumismo.
Teóricamente, este pensamiento afirma que si un país consume
bienes y servicios en grandes cantidades, mejorará su desempeño económico.
Dejando a un lado las especulaciones macroeconómicas, a nivel
individual, la gente a menudo no encuentra alternativa a la compra, ya que
reparar sus bienes podría ser más costoso que comprar un artículo de reemplazo.
La mayoría de las veces, reparar un artículo no es ni siquiera una opción.
¿Es sostenible el consumismo? Por supuesto, no lo es. El
consumismo está deteriorando la calidad de vida de nuestra sociedad de varias
maneras: fomenta la desigualdad social, conduce a la obesidad y aumenta el
nivel de contaminación y agotamiento de los recursos. Consumir tanto como
podamos, en lugar de cuánto necesitamos es por lo tanto peligroso, incluso para
aquellos que no siguen esta tendencia.
Por ejemplo, los
individuos adinerados que consumen bienes que no necesitan, están consintiendo
(sabiéndolo o no) a la explotación de los trabajadores del Sur del mundo que
experimentan la ultra-flexibilización. Al mismo tiempo, es el medio ambiente el
que también sufre la deuda causada por el consumismo de las tarjetas de
crédito.
El aumento de la demanda de bienes conduce directamente a más
emisiones contaminantes, a un aumento del uso de la tierra y, por tanto, a la
deforestación y al cambio climático acelerado.
¿Existe una alternativa para luchar contra este desastre
capitalista? La reparación de bienes puede ser una opción. Sin embargo, incluso
este derecho ha sido negado a las personas, ya que muchos productos están
específicamente diseñados para evitar que el usuario de reparación a sus
artículos.
Por ejemplo, las baterías del teléfono no pueden ser quitadas, el
programa de un vehículo puede ser reparado solamente por el distribuidor y los
teclados de Apple se pueden hacer inusables por una mota de polvo.
La reparación es un derecho y las empresas están negándolo
actualmente a la gente. Esta es la razón por la que se necesita urgentemente
acción social. Iniciativas como el Café de Reparación,
demuestran realmente que
hay un interés entre el público para saber más sobre el arte noble de la
reparación.
Afortunadamente, hay un
movimiento creciente alrededor del planeta para el derecho a reparar. El
movimiento el derecho a reparar ha patrocinado legislación en 18 Estados de los
Estados Unidos de América. Esto es muy importante ya que legislación al derecho
a la reparación contribuirá a un aumento de la vida de los productos, costos de
reparación más baratos y productos y menos residuos y contaminación.
.
Los Inquisidores De Siempre
Cerca del mercado
está el Palacio Orsini y la estatua que recuerda a su hijo más célebre,
Giordano (Filippo) Bruno. El pueblo fue conquistado por los romanos en 313
a.C., nueve años después de la muerte de Aristóteles, y pasó a formar parte del
Reino de Nápoles nueve años después de que Hernán Cortés tomara Tenochtitlan.
A los 17
años, Filippo toma el nombre de Giordano, recibe la tonsura e inicia su vida de
monje dominico, abriéndose las puertas al conocimiento y cerrando las de su
libertad intelectual. El Nolano —apodo que nunca perdió— pronto dominó el
latín, y su avidez por la lectura le descubrió las obras —prohibidas por el
Santo Oficio— de Erasmo de Rotterdam, prelado católico y uno de los más
brillantes académicos y humanistas del siglo xvi que lo enfrentaron con sus
primeros problemas.
En 1576, el Prior del convento le anticipó que, debido a su
crítica al uso de medallones de la Virgen y los santos, y a que había citado
argumentos de Erasmo en algunos debates, se le podría acusar de herejía y, por
tanto, comenzar un proceso jurídico en su contra.
Bruno deja el convento
de Nápoles a causa del miedo que le es infundado, e inicia sus viajes por
Italia, primero, y después por Francia, Inglaterra, Alemania y Suiza. Es en
este periodo cuando crea su legendaria fama como mujeriego, maestro, poeta,
políglota, filósofo y memorista inolvidable. Además publicó obras sobre muy
variados temas y géneros, tanto en la corte de Enrique III en Francia y de
Isabel I de Inglaterra, como en la universidad, de París, Oxford, Wittenberg y
Praga, y en las más diversas comunidades protestantes. Abordaba métodos para la
memoria, interpretaciones de las Sagradas Escrituras, poemas, una comedia de
teatro (lI candelario, el hacedor de velas), magia, y sobre el sentido y
validez de las religiones, lucubrando sobre la naturaleza humana y la vastedad
del cosmos.
Como parte de la
elite intelectual de Europa, estaba al tanto de las corrientes de pensamiento
de su época en casi todos los temas. Usando las ideas de Copérnico y de Cusa,
se anticipó al proponer una visión del cosmos parecida a la que actualmente
tenemos. Para Copérnico, la Tierra deja de ser el centro del Universo y es un
planeta más en movimiento alrededor del Sol; la esfera celeste más lejana da al
Universo una estructura amplia, pero finita. En su obra De l’infinito universo
e mondi, Bruno especula cómo las estrellas son soles semejantes al nuestro,
infinitas en número, y en torno a las cuales habría mundos paralelos rotando
como los del Sistema Solar; desechando con esto el geocentrismo y el
antropocentrismo. Más aún, imagina un espacio infinito, sin puntos o
direcciones privilegiadas, en el que sistemas solares nacen y mueren, con la
posibilidad de formas de vida distintas y hasta racionales. La naturaleza es
para Bruno el todo orgánico que ocupa el centro del escenario; los seres
humanos y su mundo son un mero accidente (circonstanzi) de importancia sólo
local, aunque percibido como una mónada es una imagen del todo. Con este
pensamiento anticipa las monas o mónadas de Leibnitz, que son aquellos
elementos que forman el todo. En De Triplici minimo, propone el mínimo
matemático (la unidad), el físico (átomo) y el metafísico (alma) como base de
todo. Para Bruno, como para nosotros en la actualidad, el mundo natural es el
sistema armónico que exhibe a los átomos y sus interrelaciones.
Su mérito, más que
por la validez de sus especulaciones, es representar al espíritu libre y la
mente audaz que, con la cultura y el conocimiento de su época, se atrevió a
especular y cuestionar, debatir y criticar, a proponer y construir. También
representa a la víctima de una sociedad corrupta y temerosa, al luchador
solitario e indomable y, finalmente, el derecho a estar equivocado. Su obra
influyó directa e indirectamente en sus contemporáneos, como Galileo Galilei, a
quien se le ofreció la plaza de profesor de matemáticas en la Universidad de
Padua y que ocupó temporalmente Bruno en 1591, y William Gilbert, médico de
Isabel I y autor de la primera obra científica sobre electromagnetismo, De
Magnete. De hecho, algunas de sus ideas pueden identificarse en notables
filósofos que le sucedieron, como Leibnitz y Spinoza.
Cuando Bruno aún
era un niño, el Concilio de Trento había establecido normas estrictas de
interpretación en un intento por mantener la unidad de la Iglesia, al menos en
Italia, y había clarificado diversos aspectos, de contenido y forma del credo
católico. Todo esto para contrarrestar la intensa y volátil actividad de los
movimientos de reforma de Lutero en Alemania y de Calvino en Francia y Suiza.
La bula que formalizaba la clausura del Concilio prohibía a cualquiera
“publicar del modo que fuese, todo tipo de comentarios, glosas, anotaciones,
escollos o cualquier interpretación de los decretos”; parece inverosímil, sin
embargo, la tragedia es que actualmente hay instituciones y Estados en los que
sigue ocurriendo.
Con esto, la Santa
Inquisición adquiría una “responsabilidad” mucho mayor y una justificación más
para ampliar su ámbito de influencia.
En una
desafortunada estimación de la situación política, Bruno vuelve a Italia.
Después de unos meses en Padua, viaja a Venecia en 1591, en donde es contratado
por el patricio, Consejero de la República de Venecia, Zuane Mocenigo, quien
esperaba ser iluminado sobre magia y adquirir las dotes retentivas de Bruno;
pero pronto se decepciona, especialmente cuando éste manifiesta su propósito
por volver a Fráncfort del Meno para publicar unos trabajos, por lo que unos
meses después lo denuncia y lo entrega a la Santa Inquisición. La defensa de
Bruno parecía avanzar en su favor cuando argumentaba, antes que Galileo, que la
Biblia debía ser la guía en los asuntos del comportamiento y la fe, y no en lo
que toca a la naturaleza; especialmente en temas astronómicos. Ni aun hoy esto
es comprendido cabalmente, los creacionistas, así como diversos grupos retrógradas
de la sociedad, son un ejemplo de ello.
Mientras Bruno
mantuvo el camino del disenso honesto y digno, acabando en el martirio,
Galileo, décadas después y a una edad avanzada, consciente del desenlace de
Bruno, decide retractarse de sus ideas sobre el movimiento celeste.
Una semana antes de
hacerse efectiva, Bruno escucha la sentencia condenatoria del tribunal que cree
que al quemar públicamente todas sus obras y su cuerpo acabaría con sus ideas.
La entereza de Bruno se manifiesta cuando responde: “En este momento, señores,
quizá vuestro temor al sentenciarme sea mayor que el mío al recibir la
sentencia”.
El 17 de febrero de
1600, Giordano Bruno fue conducido al Campo dei Fiori. Allí, en público, fue
desnudado y amordazado. Mientras ardía en el fuego, cantos sobre el amor divino
se elevaron al cielo entrelazados con el humo.
Una efigie de
Giordano Bruno, el Nolano, encapuchado que parece meditar mirando al horizonte,
fue develada por universitarios en el Campo dei Fiori en 1889. En la parte
inferior tiene una inscripción que reza: “A Giordano Bruno; el siglo que él
anticipó. En Roma, donde fue quemado en la pira”.
La barbarie de la
Inquisición no es un hecho aislado en la historia. La intolerancia y la
ausencia de argumentos siguen siendo el motivo para la violencia, tanto oficial
como la de grupos que reclaman la “pureza” o la “verdad”, como si tal cosa
existiera.
Alternativas Que Nos Da La Vida
¿Le ha pasado alguna vez qué no sabe exactamente qué camino
elegir, qué decisión tomar o qué hacer de su vida? Así tal cual como la
canción “Decisiones”
de Rubén Blades, un nuevo invitado nos trae una estupenda reflexión para
aquellos momentos en los que realmente digo….
NECESITO TRABAJAR CON MIS ALTERNATIVAS
Muchas veces nos encontramos en un punto de nuestra vida en
donde todo pareciera oscuro, en donde no encuentras una salida para lograr tus
metas, en donde tu cuerpo trabaja a toda marcha pero tu alma piensa que las
cosas que estás haciendo no son las adecuadas para tu vida. Es en ese
momento en donde debes parar y analizar varios aspectos de tu vida, revisar tus
alternativas.
Las alternativas son una serie de soluciones que se nos
presentan en nuestro camino para poder cumplir con un objetivo (ya sea tener un trabajo
estable, comprar la casa de los sueños, tener el viaje que nunca hemos tenido,
preparar mis cosas para vivir solo(a), entre otras situaciones), y muchas veces
nos centramos en que sólo hay una cosa para cumplir esas metas.
Pues la
realidad es otra, el Universo es tan sabio que te ofrece tantos caminos como
sean posibles para que esas cosas que deseas se puedan convertir en una
realidad. Siempre existirán muchas formas de lograr un resultado o de
llegar a un lugar específico. Para eso, debes abrir tu mente a las
alternativas y entenderás que no necesariamente porque algo sale diferente a
como lo esperabas, quiere decir que haya salido mal.
ABRE TU MENTE Y SE FLEXIBLE
A muchos de nosotros nos cuesta abrir la mente a nuevos
escenarios (espirituales, culturales, laborales, entre otros) y siempre
nos quedamos en nuestra bendita zona de confort porque es ahí donde nos
sentimos bien, protegidos, y hasta amados y valorados. Pero si seguimos ahí no
vamos a descubrir las maravillosas opciones que nos presenta la vida, es por
esto que debemos abrir nuestra mente a nuevas aventuras, sensaciones,
emociones; disfrutarlas y aprender de cada una de ellas.
Si crees que hay un único camino que recorrer, tendrás
millones de formas de fracasar. En cambio, si tienes claro el bienestar
que buscas y te abres a las millones de formas para alcanzarlo, tendrás
millones de formas de ser exitoso. Mantén en tu mente el bienestar que buscas,
que tus ángeles y protectores se encargarán de mostrarte el camino a través de
formas maravillosas. Estoy seguro que los milagros son una alternativa en la
que no habías pensado.
TIENES UNA TAREA POR CUMPLIR
1. Escoge una situación en tu vida que quieras cambiar:
Es claro que si tienes varias situaciones en tu vida que quieres cambiar,
enfócate en la que te parezca más importante y trascendental para tu vida.
2. Haz una lista de tres alternativas para lograrlo:
Recuerda que siempre habrá opciones para cambiar las situaciones y debes
esforzarte un poco por encontrarlas. Puedes hacer una lluvia de ideas e ir
descartando hasta llegar a las tres posibles alternativas.
3. Dedica siete días a explorarlas: Busca información,
habla, pregunta, como siempre lo haces. Tus redes pueden ser alimento para
recabar muchísima información al respecto, pero no pidas consejo, sólo busca
información que no trate de manipular tus decisiones. Este es un punto
importante porque te permite tener claridad sobre cada una de las alternativas
que elegiste en el punto anterior.
4. Deja que la nueva información sea tu guía: Con toda
la información recolectada y clasificada, es posible que tengas una mejor
visión sobre qué camino tomar y cuáles son las acciones a tener en cuenta para
conseguir ese cambio. Ofrécela a tus maestros y tus ángeles protectores para
que ellos actúen y te apoyen en todo momento..
Debes creer que al final de todo esto, lograrás tener una
visión más clara de aquellas decisiones que puedes o debes tomar sobre tu
presente inmediato.
La Vida Nos Enseña
La Vida Nos Enseña
La vida nos enseña todo el
tiempo, está en nosotros tener la capacidad de abrirnos a esas enseñanzas y
aprender de ellas. A veces se aprende de situaciones feas, tristes y dolorosas,
pero lo mejor que podemos hacer con ellas es buscarles el lado positivo,
capitalizarlas y volvernos un poco más sabios.
La vida nos enseña a amar, a mentir, a soñar.
A respirar profundo antes de correr un riesgo.
A escapar de la realidad. A superarte, a no volver a caer, a levantarte.
A saber quién te quiere de verdad y a quien sólo le interesas.
A cubrir con cosas materiales nuestras carencias.
Y a estar solos. Igual que vinimos, e igual que nos iremos.
La vida es un aprendizaje constante, y el que se estanca, aunque siga despierto, muere.
Es un regalo que hay que disfrutar.
Hay que tratar de sentirse, de comprenderse. Hay que jugarse menos y quererse más.
No estás haciendo las cosas mal si te sales del camino que nos marcan.
Lo que sentimos es lo correcto. Es lo que somos.
Y los pensamientos que no controlamos, son lo que nos atormentan,
y nos veneran los miedos. El miedo a no ser capaz, el miedo a desaparecer.
El ser humano tiene 60.000 pensamientos al día, y la mayoría son negativos.
Pero tienes que saber que se pueden cambiar. Como el que chasquea los dedos.
Y que poco a poco, a base de espantarlos, dejan de aparecer.
Igual que un gato, si le dejas de dar comida.
Recuerda que igual que piensas, sientes.
Y disfruta de cada momento, porque la vida es eso. Momentos. Momentos como éste.
Volvamos a levantar los mecheros, celebrando lo vivido,
a tomarnos de las manos recordando a los caídos,
Sabiendo que el tiempo no importa, que no es real
y que lo que un día fuimos quedará grabado en las cenizas de la eternidad.
El Sentido Común
Ya los estudios están cansados de
demostrar que el ambiente donde un ser humano se desarrolla influye en su
actitud y reacciones frente a las situaciones diarias. No menos importantes son
los estímulos de “crianza” que acompañaron a ese hoy hombre o mujer.
Ahora bien, ¿Cómo enfrentar las diferencias de criterio
cuándo dos individuos chocan puntos de vistas antagónicos frente a una misma
situación? La cosa es que, para el ejemplo que intento describir, las
diferencias vienen marcadas de la educación del hogar, semejantes en algunos
aspectos pero equidistantes en otros con relativa importancia.
Pensado por unos minutos pudiese parecer sencillo: “ponte
en los zapatos del otro y procura entenderlo”. Si el nivel de conciencia fuese
tan alto creo que algunas luces se verían al final del camino pero no, la
situación va más allá. Hablamos del tema de quien es cada cual, desde sus más
antiguas influencias de educación (formal o no). En realidad pienso que la
educación de la casa es la que más influye a la hora de enfrentar estas
situaciones.
Como no soy experto en nada de esto, sólo intento colocar
en la mesa un tema que, aunque no se vea a simple vista, dificulta enormemente
las relaciones humanas. ¿Bastará el sentido común?
viernes, 8 de febrero de 2019
Comunicación Inteligente
Ya hemos hablado que la comunicación es poner en común, y
una de sus finalidades es la de influir, pero no todo tipo de comunicación
lograr lo que queremos, generar el efecto deseado ya sea positivo o negativo,
tomemos el ejemplo de una pareja, ella quiere que el la abrase y le dice: como
que hace mucho frío y nadie hace nada. Su suegra inmediatamente le
da su chamarra y ella se enoja. Él no sabe porque; es aquí donde debe entrar la
comunicación inteligente.
La comunicación inteligente es una comunicación efectiva
porque está centrada en el receptor, se conoce cuál es el medio más efectivo
para expresarle el mensaje, se planea lo que se le va a decir y como decírselo,
porque no es lo mismo hablar de matemáticas con un físico que con un biólogo,
ya que el primero las domina con exactitud y el segundo tiene poca relación en
esta materia.
También es necesario que la comunicación vaya dirigida
claramente a la persona adecuada, evitando ambigüedades de mandar un mensaje
generalizado y obtener una respuesta del receptor equivocado. Así como el usar
un lenguaje positivo que genere una influencia positiva hacia la idea que
estamos expresando.
El ejemplo de los novios con una comunicación inteligente
seria este: Oye pedro, tengo mucho frío y me gustaría que me abrasaras.
El inmediatamente la abrasaría y ella estaría feliz por que obtuvo lo que
deseaba.
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