Es increíble la cantidad de límites que los seres humanos
tenemos en nuestra mente y, en la mayoría de las veces, son límites impuestos
por nosotros mismos.
Los límites son barreras, demarcaciones, líneas, muros,
paredes, obstáculos insalvables que nos restringen y que, aunque no son reales,
tienen un poder incalculable en la mente de los seres humanos que les impiden
actuar con fluidez en muchos aspectos de su vida.
¿De dónde salen?, ¿quién los define?, ¿por qué se dan dichos
límites? Estos tienen muchas causas pero tienen que ver con los pensamientos y
las percepciones que cada persona tiene de sí misma y de sus capacidades, más
que de las circunstancias externas o el entorno que lo rodea, porque los
pensamientos son los que nos definen.
La mente ejerce un enorme poder sobre nosotros porque es la
que nos define como personas diciéndonos lo que somos, aunque a veces lo que
nos dice no sea verdad. ¿Por qué? Porque ella nos puede estar mintiendo
haciéndonos creer que somos algo que en realidad no somos. Sin embargo, esa
percepción es la que nuestra mente ha aprendido y es la que nos enseña sin
importar si es verdad o no, porque ella también puede haber sido engañada.
En otras palabras, la mente puede ser condicionada a ciertos
conceptos, ideas y comportamientos limitantes aprendidos a través de nuestra
vida y de nuestras malas experiencias que nos marcan de una manera
desfavorable, haciéndonos creer que somos incapaces para alcanzar ciertas
tareas o destrezas.
Una vez que estos conceptos limitantes se aprenden son
reforzados por nuestra mente hasta convertirse en una verdad irrefutable que
nos define y que nos dice a diario “tú no puedes” o “eso es imposible” o “no lo
vas a lograr”, haciendo que en verdad sea imposible para nosotros alcanzar lo
que queremos. Sin embargo, como son aprendidos pueden ser también cambiados y
reemplazados por conceptos positivos.
Aunque no es tarea fácil, estas percepciones o conceptos
negativos pueden cambiarse si lo hacemos con mucha consistencia, determinación
y perseverancia porque se trata de cambiar malos hábitos por buenos. Recuerde
que no es lo mismo escribir sobre un plano vacío, a tener que borrar algo y
reescribir sobre él.
Sin embargo, es posible superar esos límites que entorpecen
nuestro crecimiento, reforzando la confianza en nosotros mismos y permitiendo
desarrollar firmemente ese grande y maravilloso potencial con el que hemos sido
creados todos. A continuación, un texto de Gary Ryan Blair, escritor, motivador
y conferencista establecido en la Florida quien nos enseña a ir más allá de
nuestras limitaciones:
¡Piensa en grande!
“Conseguimos lo que
creemos que tenemos la habilidad de conseguir. Levanta la barra, aumenta la
apuesta, estírate, ve por más, ¡cava más profundo!
Nos traicionamos
volando demasiado a ras del suelo, no nos permitimos atrevernos a nuevas
alturas. Enfócate en tus posibilidades, no en tus limitaciones. Atreverse a
nuevas alturas significa empujar hasta superar tus límites mentales. Explora tu
mente en busca de virus y deshazte de ellos.
Si cambias tu manera
de pensar, puedes multiplicar tu rendimiento. Permite a tus deseos guiarte, más
que a tus miedos. En lugar de discutir sobre tus limitaciones, encuentra las
formas de apoyar tu verdadero potencial. Declárale la guerra a tus límites
actuales. No te permitas limitarte en forma alguna.
¡Date el permiso de
soñar, de arriesgarte, de decir SI en lugar de no! ¡Tú puedes hacer más, mucho más! ¡Di sí!"
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