lunes, 25 de febrero de 2019

El Pensamiento De Heráclito

Filosofía
El Pensamiento De Heráclito
Heráclito estableció que el mundo estaba en cambio constante y perenne, y que en medio de este proceso de transformación cada elemento se convierte en su ente contrario.

Además, el hecho del constante cambio y, por ende, la renovación periódica, implica que no se pueden experimentar los mismos escenarios varias veces. Es decir, jamás será posible que un lugar siga siendo el mismo, porque de forma constante las cosas propias de ese lugar están transformándose.

En cuanto al ser humano, Heráclito estipuló que el hombre está en constante lucha dados estos cambios y transformaciones que todo el tiempo están generándose.

Como consecuencia de esta alternancia perenne entre caracteres opuestos, el concepto de cualidad asociado a una característica humana se vuelve algo relativo.

Al mismo tiempo, en medio de esta lucha el ser humano tiene el escenario perfecto para descubrir su propia identidad, dado que va transformándose una y otra vez en cosas opuestas.

Según Heráclito, este proceso tiene importancia en cuanto a que constituye el motor a través del cual el mundo y las cosas evolucionan y se transforman. Esta visión era considerada contraria a lo que se daba por hecho en aquella época.

Como se mencionó anteriormente, uno de los puntos más relevantes de la filosofía de Heráclito es que llegó a considerar al fuego como el elemento principal y esencial de todas las cosas.

El arjé, también conocido como arché o arqué, es el concepto que se tenía en épocas de la antigua Grecia para referirse al inicio del universo conocido; se trataba de la explicación dada sobre el origen de todas las cosas
.
Heráclito consideraba que todos los cambios que se generan en la naturaleza tenían como elemento desencadenante al fuego.

Según Heráclito, todas las cosas que existen nacen a través del fuego, siguiendo el orden fuego, aire, agua y tierra. Asímismo, indicaba que las cosas perecían de igual forma, pero en un sentido inverso; es decir: tierra, agua, aire y fuego.

En definitiva, para Heráclito el fuego era el comienzo y el fin de todas las cosas que formaban parte de la naturaleza, incluso era considerado también el origen del alma. Según este filósofo, dicho fuego nace como consecuencia de una necesidad determinada.

Según los registros obtenidos, Heráclito escribió una sola obra llamada De la naturaleza. Vale acotar que ese mismo título solían tener las obras que versaban sobre temas filosóficos en la Antigua Grecia.

Como se mencionó anteriormente, no hay seguridad en cuanto a si el libro de Heráclito realmente fue concebido por él como tal o si se trató de una recopilación que posteriormente hicieron sus discípulos, compilación que incluyó las nociones y descripciones de Heráclito sobre diversos temas.

En cualquier caso, Diógenes Laercio fue el escritor griego que atribuyó el libro De la naturaleza a Heráclito. Este libro se divide en tres capítulos: el primero de estos habla sobre la cosmología, el segundo se enfoca en el ámbito político, y el tercer capítulo se refiere al tema teológico.

La estructura de su única obra está conformada por más de cien sentencias, sin conexión directa entre sí. Heráclito se caracterizó por utilizar los aforismos como forma de expresar su pensamiento.

Los aforismos son aquellas sentencias que tienen como característica ser tajantes y cortas, y que se utilizan para describir conceptos que se consideran verdades en un ámbito específico.

Se dice que el hecho de que utilizara aforismos para dar a conocer sus ideas va en consonancia con las características que se han podido conocer de este personaje, pues Heráclito se caracterizaba por ser un tanto enigmático, así como introspectivo y muy severo.


Todas estas peculiaridades le hicieron ganar el sobrenombre de “el oscuro”, y tienen coherencia con el sentido de los fragmentos suyos que se han encontrado.

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