Filosofía
El Pensamiento De Heráclito
Heráclito estableció que el mundo estaba en cambio constante
y perenne, y que en medio de este proceso de transformación cada elemento se
convierte en su ente contrario.
Además,
el hecho del constante cambio y, por ende, la renovación periódica, implica que
no se pueden experimentar los mismos escenarios varias veces. Es decir, jamás
será posible que un lugar siga siendo el mismo, porque de forma constante las
cosas propias de ese lugar están transformándose.
En
cuanto al ser humano, Heráclito estipuló que el hombre está en constante lucha
dados estos cambios y transformaciones que todo el tiempo están generándose.
Como
consecuencia de esta alternancia perenne entre caracteres opuestos, el concepto
de cualidad asociado a una característica humana se vuelve algo relativo.
Al
mismo tiempo, en medio de esta lucha el ser humano tiene el escenario perfecto
para descubrir su propia identidad, dado que va transformándose una y otra vez
en cosas opuestas.
Según
Heráclito, este proceso tiene importancia en cuanto a que constituye el motor a
través del cual el mundo y las cosas evolucionan y se transforman. Esta visión
era considerada contraria a lo que se daba por hecho en aquella época.
Como se
mencionó anteriormente, uno de los puntos más relevantes de la filosofía de
Heráclito es que llegó a considerar al fuego como el elemento principal y
esencial de todas las cosas.
El arjé, también
conocido como arché o arqué, es el concepto que se tenía en épocas de la antigua
Grecia para referirse al inicio del universo conocido; se trataba de la
explicación dada sobre el origen de todas las cosas
.
Heráclito
consideraba que todos los cambios que se generan en la naturaleza tenían como
elemento desencadenante al fuego.
Según
Heráclito, todas las cosas que existen nacen a través del fuego, siguiendo el
orden fuego, aire, agua y tierra. Asímismo, indicaba que las cosas perecían de
igual forma, pero en un sentido inverso; es decir: tierra, agua, aire y fuego.
En
definitiva, para Heráclito el fuego era el comienzo y el fin de todas las cosas
que formaban parte de la naturaleza, incluso era considerado también el origen
del alma. Según este filósofo, dicho fuego nace como consecuencia de una
necesidad determinada.
Según los
registros obtenidos, Heráclito escribió una sola obra llamada De la naturaleza. Vale acotar que ese
mismo título solían tener las obras que versaban sobre temas filosóficos en la
Antigua Grecia.
Como
se mencionó anteriormente, no hay seguridad en cuanto a si el libro de
Heráclito realmente fue concebido por él como tal o si se trató de una
recopilación que posteriormente hicieron sus discípulos, compilación que
incluyó las nociones y descripciones de Heráclito sobre diversos temas.
En
cualquier caso, Diógenes Laercio fue el escritor griego que atribuyó el libro De la naturaleza a Heráclito.
Este libro se divide en tres capítulos: el primero de estos habla sobre la
cosmología, el segundo se enfoca en el ámbito político, y el tercer capítulo se
refiere al tema teológico.
La estructura de su única obra está conformada
por más de cien sentencias, sin conexión directa entre sí. Heráclito se
caracterizó por utilizar los aforismos como forma de expresar su pensamiento.
Los
aforismos son aquellas sentencias que tienen como característica ser tajantes y
cortas, y que se utilizan para describir conceptos que se consideran verdades
en un ámbito específico.
Se
dice que el hecho de que utilizara aforismos para dar a conocer sus ideas va en
consonancia con las características que se han podido conocer de este
personaje, pues Heráclito se caracterizaba por ser un tanto enigmático, así
como introspectivo y muy severo.
Todas estas peculiaridades le
hicieron ganar el sobrenombre de “el oscuro”, y tienen coherencia con el
sentido de los fragmentos suyos que se han encontrado.
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