Hay pequeñas grandes situaciones de la vida diaria que
pueden llegar a robarnos la paz. Practicar la tolerancia se convierte en un
instrumento para lidiar con muchos de los prejuicios, ideas preconcebidas o
desacuerdos que surgen en todo grupo humano.
En la sociedad actual cada vez es más difícil para las
personas convivir los unos con los otros. Nos volvemos cada vez más
intolerantes y agresivos, dominados por emociones que no podemos controlar. Y a
pesar de que nadie disfruta de enojarse, pocos tienen la fuerza de voluntad
para no hacerlo.
Este es un tema de gran actualidad, de vigencia permanente y
de gran ayuda para alcanzar equilibrio mental y emocional. En el trabajo, en la
escuela, en una reunión familiar y hasta en la fila del banco o del
supermercado, topamos con situaciones que desafían el control de nuestras
emociones.
Cómo cultivar dentro de nosotros mismos la tolerancia, para
poder convivir en armonía independientemente del ambiente y circunstancias en
las que estemos. Esto nos permitirá lograr ese estado de serenidad interna que
todos deseamos.
La tolerancia se refiere a la capacidad de respetar todo
aquello que es diferente a lo propio, las ideas que no compartimos y en
aquellos momentos en donde nos es difícil expresar nuestro punto de vista de
forma respetuosa o sin herir susceptibilidades con respecto a opiniones,
creencias, sentimientos o costumbres.
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