Por ejemplo ante un
examen que nos preocupa nos ponemos a estudiar más motivados que si no nos
preocupase. A muchos estudiantes he oído decir "ojala estudiase siempre
como los días antes del examen, sacaría todo matrículas". Y es natural,
una cierta dosis de ansiedad nos predispone para la acción, nos ayuda a poner
en marcha todos nuestros recursos para rendir lo mejor posible.
El problema aparece
cuando esa ansiedad es excesiva, cuando en lugar de ayudarnos a superar ciertas
situaciones, nos bloquea y no somos capaces ni de hablar o lo hacemos
torpemente. Llega un examen y no recordamos nada, llega esa reunión importante
y no hacemos más que temblar y tirar al suelo todo lo que tocamos, causando una
impresión no demasiado buena.
Formas en que se
manifiesta la ansiedad:
Existe un temor
constante por el futuro respecto a la familia, al dinero, al trabajo, y a la
enfermedad.
Se es víctima de
pensamientos catastrofistas. Ante una situación determinada, uno siempre se
pone en lo peor.
Es difícil
controlar ese estado de constante preocupación.
Inquietud o
impaciencia.
Fatigabilidad
fácil.
Dificultad para
concentrarse o tener la mente en blanco.
Irritabilidad.
Tensión muscular,
palpitaciones, temblores, nauseas, sensación de mareo, sudores.
Alteración del
sueño: dificultad para conciliar el sueño o sensación de no haber descansado al
despertar.
Algunas
recomendaciones
Dedica un tiempo
diario a tu afición favorita.
Pasea.
Lee.
Sal con tus amigos.
Practica algún
deporte.
Organiza tu tiempo.
No olvides que
la ansiedad, junto con la depresión es el motivo más frecuente de consulta. Si
la ansiedad aparece en más situaciones de las que te gustaría, con una
intensidad mayor de la que te gustaría e interfiere en tu vida, no dudes en
consultar con un profesional.
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