sábado, 23 de febrero de 2019

El Drama De La Huida

Usted joven, que huye de la vida, que tiene miedo de luchar, sepa que es su sensación de inferioridad no compensada, que lo hace renunciar, que lo impulsa a la fuga. ¿Por qué es tan injusto consigo mismo? La formación equivocada de su pasado anímico; lo induce a utilizar la comparación como arma de defensa, de justificación, aferrándose a ella para permanecer alejado de la sociedad, para negarse a la lucha; mientras tanto, inconcientemente, va fabricando su enfermedad nerviosa, que no es más que un pretexto para encastillarse en su torre de marfil, con el único fin de acariciar su egoísmo.

Egoísmo, pesimismo, vanidad, comparación, miedo, sensación de inferioridad, todo está saturado de su esencia generadora: la carencia de sentimiento de comunidad. ¡Eso lo hace huir de los otros seres y de la lucha franca, viril!. Usted no estudia porque teme el fracaso, porque es haragán y su subconsciente, que quiere conservar la línea de su alma, le brinda todos estos pretextos y hasta síntomas de su aparente enfermedad, para justificar su huida. Usted carece de sentimiento de comunidad, ley fundamental de la existencia que debe considerarse como una aspiración o tendencia suprema, al equilibrio de las mentes humanas; como un simple ideal de comprensión y comunidad consecutiva, de la humanidad entera; como “lógica inmanente de la colectividad humana” como bien dice el autor de esta doctrina, Alfredo Adler.

La mira hacia la superación debe involucrar la mira hacia una humanidad ideal, pues todo lo que encontramos de valor en la vida, todo lo que al venir al mundo hallemos bueno y noble, legado por nuestros antecesores, todo aquello que perdura y quedará definitivamente, es producto del sentimiento de comunidad..

Por último la peor de todas las resoluciones es no resolverse. No resolverse implica ya un camino tomado. La irresolución es generalmente miedo de empezar; miedo que a menudo hace imposible la elección, no atinando a aceptar o a rechazar, sino a buscar el momento de actuar, persiguiendo imposibles.

Bajo el manto de todas las condiciones negativas que lo cubren, existe un espíritu que sólo necesita un estímulo para iniciar la marcha y un lazarillo que lo conduzca a lo largo del camino. 

 “¿Quieren tener noción de la barbarie pura? Es el estado del hombre sin ideal”.
 (Juan Manuel Estrada)


“Escucha mis consejos, dice Cagliostro, aprovecha tu juventud, aprende pronto a ser juicioso; en la gran balanza de la suerte, la aguja difícilmente queda estable; es necesario reinar y agrandarse o servir y decaer; sufrir o triunfar; ser yunque o ser martillo; “ser o no ser” como dijo el genio inmortal de Shakespeare”.

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