El estudio de la
ignorancia, es explorar lo que no sabemos y por qué no lo sabemos, qué es lo
que mantiene viva la ignorancia en nuestra sociedad, cuáles son los factores que
permiten que la ignorancia sea usada como instrumento político y social, entre
otros aspectos relevantes al tema. La ignorancia tiene su historia, sus
actores, así como una geografía política que ha sido determinante en los hechos
y acciones que tienen al planeta en su estado actual.
Un ejemplo típico
es la adicción al tabaco. Desde hace varias décadas ha existido una estrategia
muy efectiva de la industria tabacalera, para que la sociedad no conozca a
detalle los efectos del cigarrillo en la salud. Incluso uno de los lemas de la
industria era: “La duda es nuestro producto”, sembrando incertidumbre cuando se
publicaban resultados de investigación seria sobre el tema, cuestionando la
metodología, los modelos conceptuales usados, la contundencia de los resultados,
los conflictos de intereses de los autores, entre otros. Para no ir muy lejos,
hubo una época en que los profesionales de la medicina ¡promocionaban el uso
del cigarro! (Parekh, 2012). Recordemos también las escenas de tantos clásicos del
cine en los que fumar un cigarrillo era símbolo de personalidad, valor,
inteligencia, belleza física, sensualidad, etcétera. A pesar de los enormes
esfuerzos que ha realizado la sociedad, el gobierno y los profesionales de la
salud, la adicción al tabaco continúa cobrando un saldo enorme en morbilidad y
mortalidad.
El modelo de la
agnotología puede utilizarse de diversas maneras para reducir esta epidemia de
ignorancia culturalmente inducida, una de ellas es en nuestras actividades
educativas. Un interesante ejemplo fue reportado por Bedford, para enseñar a
los estudiantes sobre la información distorsionada del cambio climático
(Bedford, 2010).
A pesar del abrumador consenso científico del
calentamiento global, hemos sido testigos en los últimos tiempos de lo frágil
que es la consciencia social sobre el tema, y lo manipulable que puede ser un
sector importante de la sociedad (incluyendo estudiantes y maestros), sobre la
solidez de las conclusiones de la investigación científica publicada.
Uno de
los factores más importantes que provocan la distorsión de la percepción social
del calentamiento global es la información errónea difundida en medios de comunicaciones
formales e informales, incluyendo las redes sociales. El estudio directo de
esta información incorrecta es una oportunidad para los educadores y
divulgadores de la ciencia, ya que utilizando el modelo de la agnotología
pueden promoverse las habilidades de pensamiento crítico en los estudiantes,
así como incrementar la consciencia social de los procesos de la generación y
difusión del conocimiento científico, como el arbitraje por pares, y mejorar la
comprensión de los fenómenos básicos que ocurren en nuestro planeta.
Creo firmemente que
la situación actual, a pesar de lo deprimente que aparenta ser, es una
oportunidad dorada para que todos los que consumimos información nos
constituyamos en ‘agnotólogos’, y en nuestras experiencias docentes y de
aprendizaje personal exploremos mejores maneras de abatir el fenómeno de la
ignorancia culturalmente inducida. Tenemos que mejorar nuestra comprensión de
cómo y por qué estas diversas formas de ignorancia permanecen (e incluso
aumentan) en la sociedad moderna.
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