Pensar Antes De Hablar
Dichos Inoportunos
Con independencia del problema o conflicto en que te
encuentres, hay que tener siempre presente una regla de oro básica: “Pensar
antes de hablar”. Si no respetamos esta premisa, corremos el riesgo de
incrementar la confrontación con nuestro interlocutor.
Esta regla consiste en no “reaccionar” sino “actuar”. Cuando
reaccionamos, nuestras palabras son impulsivas, irreflexivas, y pueden molestar
u ofender a nuestro interlocutor. En cambio, cuando actuamos, nos hemos tomado
varios segundos para pensar lo que vamos a decir.
Esos seis, 8 o 10 segundos que nos demoramos en dar la
respuesta nos permiten reflexionar sobre nuestra actitud: “Lo que voy a decir
ahora va a mejorar o empeorar esta relación personal” y actuar en consecuencia.
Gran parte de los errores que cometemos en la vida son el
resultado de “reaccionar sin pensar”. Aunque los segundos que invirtamos en
buscar en nuestro cerebro la frase adecuada nos parezcan eternos, es esencial
tomarse esta pausa.
Porque las situaciones difíciles, inesperadas -- o socialmente delicadas, como visitar a un amigo enfermo grave, asistir a un funeral, o hablar con un desconocido-- pueden surgir en cualquier ámbito… ¡Incluso provocadas por nosotros mismos!
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